En síntesis, el PP reconoce que estas materias escolares «presentan graves riesgos de adoctrinamiento» y permiten a los poderes públicos «invadir ámbitos educativos que corresponden primariamente a los padres». Para resolver el conflicto suscitado por EpC, este partido propone:
1.- Suprimir la actual EpC en Primaria y establecer en su lugar «una formación cívica de carácter transversal cuyas orientaciones se inspirarán exclusivamente en los valores y principios de la Constitución».
2.- Mantener EpC en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) elaborando «unos nuevos contenidos de la asignatura existente en la educación secundaria, que deben ser acordados íntegramente y que han de proporcionar a los alumnos el conocimiento de la Constitución como norma suprema que rige nuestra convivencia, la comprensión de sus valores, de las reglas de juego y de sus instituciones, mediante los cuales se conforma una sociedad democrática y pluralista».
3.- Restablecer en Bachillerato la asignatura de Filosofía (actualmente reemplazada por Filosofía y Ciudadanía) tal como estaba, despojándola por tanto «del empobrecedor planteamiento que la concibe bajo el hilo conductor de la educación para la ciudadanía».
Profesionales por la Ética ha examinado detenidamente la propuesta del PP y ha llegado a las siguientes conclusiones:
1.- La propuesta reitera que los padres son los primeros y principales educadores.
2.-Reduce la presencia de EpC de cuatro a dos cursos ya que suprime la asignatura en Primaria y Bachillerato.
3.- Limita los contenidos de EpC a valores constitucionales.
Como indica Fabián Fernández de Alarcón, secretario general de Profesionales por la Ética, la propuesta del PP de reformar EpC es en principio aceptable pero presenta algunas deficiencias que deberán ser corregidas o completadas. Estos «aspectos débiles» se pueden resumir en los siguientes:
1.- No se especifica cuáles serán los objetivos, criterios de evaluación y competencias de las asignaturas de EpC a pesar de que estos apartados son precisamente los que conforman (en mayor medida que los contenidos) el carácter adoctrinador de estas materias escolares.
2.- La referencia a los «valores constitucionales» resulta un tanto imprecisa, dado que el actual Gobierno también presume de impartir exclusivamente esos valores en EpC.
«Sería por tanto necesario un reconocimiento expreso», afirma Fernández de Alarcón, «del derecho de los padres a que sus hijos sean educados conforme a sus convicciones morales, ideológicas y pedagógicas desde la propia Ley Orgánica que regule la educación, concretando después los límites que en ese sentido tienen las administraciones competentes y los centros educativos. Por supuesto que una Educación para la Ciudadanía que se ocupe de enseñar el sistema político, la separación de poderes, el funcionamiento de las instituciones, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución (tal como se imparte en el resto de Europa) sería aceptable», añade Fernández de Alarcón, «pero esto ya se está impartiendo en Geografía e Historia».
Finalmente, Profesionales por la Ética recuerda al PP que, para ser creíble en materia de reforma de Educación para la Ciudadanía, debería llevar a cabo dos acciones inmediatas:
1.- Respetar y proteger a los padres que mantienen su objeción a EpC en comunidades autónomas en las que gobiernan, como Madrid (donde los objetores están siendo presionados e incluso amenazados) y Castilla y León (donde el gobierno regional ignora a los objetores a EpC a pesar de que la Justicia ha eximido de cursar estas asignaturas a 550 alumnos).
2.- Garantizar que se cumplan las sentencias del Tribunal Supremo sobre objeción a EpC adoptando las correspondientes medidas para evitar el adoctrinamiento escolar a través de libros de texto, materiales y actividades complementarias.
DECLARACIONES DE FABÍAN FERNÁNDEZ DE ALARCÓN EN VÍDEO:
http://www.youtube.com/watch?v=OQQEDBxs9Nc
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