El próximo miércoles dará comienzo a los cuarenta días de penitencia, que en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de la Ceniza, símbolo que distingue la liturgia del Miércoles de Ceniza, en la Iglesia Católica.
Me parece bueno hacer un comentario puesto que la ceniza era propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Ahora, lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
Los que acudimos a recibir la Ceniza, en algunos países en gran número, captemos el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual. ¡Ojala! Que el "recuerda que eres polvo y al polvo volverás" nos sirva de renovación personal y de apostolado con los tibios y/o con los indiferentes.
Pedro J. Piqueras Ibáñez
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