Esta pareja se beneficiaría económicamente de la Ley del Aborto.
“Amelia” es el nombre ficticio que dieron a la mujer embarazada con cáncer cuyos familiares “presentaron entre lágrimas” en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), según reportaba El Nuevo Diario de Managua. Ellos pedían a las autoridades de salud que hagan algo para salvarle la vida a esta mujer de 27 años, que de fallecer dejaría en la orfandad a una niña de 10 años.
Y no estaban solos. La misma nota consignaba las declaraciones del Dr. Oscar Flores Vigil quien explicó que “Amelia” tiene cáncer metastásico que ha avanzado mucho, y con el embarazo se había agravado. “Para tratar el cáncer, lo único que puede salvarle la vida es la quimioterapia, pero esto significa que tendría que hacerse un aborto terapéutico, ya que el bebé no soportaría la radiación. El bebé en desarrollo podría sobrevivir, pero seguramente quedaría afectado con daños severos en su constitución física”, dijo Flores.
También citada en la misma nota, Marta María Blandón señaló que desde el 12 de febrero se giró carta al director del hospital, al ministro de salud, al Presidente de la República, a la Sociedad de Ginecología y Obstetricia, apelando “a que hagan lo que tengan que hacer” (el aborto), y que el Estado cumpla con su deber de salvar la vida de todas sus ciudadanas.
¿Será acaso coincidencia que todos los actores alrededor de “Amelia” confluyan en el mismo punto: “un aborto salvará la vida de una mujer”? ¿Precisamente en Nicaragua? Habría que darle mucha cabida a la ingenuidad y una buena dosis de amnesia.
¿Aborto para que le vaya bien a Amelia? ¿O Amelia para que le vaya bien al aborto?
Las afirmaciones del Dr . Flores Vigil y de la señora Blandón no son opiniones aisladas. Ellos son miembros connotados del autodenominado “Grupo Estratégico por la Despenalización del aborto”. Flores tiene una larga trayectoria al frente de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia abogando por la despenalización del aborto terapéutico situándose al lado de las grandes organizaciones abortistas del mundo como UNFPA, UNICEF, OMS, IPPF y otras. (Ver por ejemplo http://www.puntos.org.ni/boletina/contenido.php?CodBole=140&key=1943 ) Marta María Blandón es nada menos que la Directora de IPAS en Centro América. (IPAS es el mayor promotor y distribuidor de máquinas de succión para hacer abortos del mundo). Es decir, estamos hablando de dos personas que si se aprobase el aborto en Nicaragua estarían primeros en la fila de proveedores.
Fuentes confiables nos ha informado que ya existen ofrecimientos concretos para ayudar a “Amelia” con el tratamiento de su cáncer que como explicaremos más adelante no pasa por la necesidad de un aborto. Pero una vez más la mujer que supuestamente ayudan estos grupos abortistas no está accesible para la ayuda. Impera más bien el discurso político de Flores y Blandón para los cuales la única solución es la legalización del aborto. El 19 de Febrero, “El Nuevo Diario” reproducía las amenazas de Blandón y otros miembros de su grupo:
“Así el Grupo Estratégico por la Despenalización del Aborto Terapéutico responsabilizó a los diputados, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, en especial al magistrado presidente de la Sala Constitucional, Francisco Rosales, y al Presidente de la República, Daniel Ortega, por la vida de “Amelia”…
En el caso de “Amelia”, por su estado de embarazo no pueden hacerle la quimioterapia, ni pueden practicarle un aborto terapéutico por estar penado por la ley, así el cáncer avanza y su vida se apaga.
Insensibilidad que no tiene nombre
Bayardo Izabá, Director del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Cenidh, organización miembro del Grupo Estratégico, dijo que después de hacer público el caso de “Amelia”… creyeron que gestionando ante los magistrados de la CSJ, se podía acelerar el fallo sobre el recurso por inconstitucionalidad contra la penalización el aborto terapéutico que desde hace tres años interpusieron, y sobre el cual algunos magistrados aseguran que desde hace un año existe un anteproyecto de sentencia”.
http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/68704
Es decir, la “urgencia” coincide perfectamente con la agenda política del aborto legal de los últimos años y toca tangencialmente otros asuntos como el tratamiento de “Amelia” que bien podría esperar a que dicha gestión se resuelva.
¿Tan rápido se ha olvidado el destape de las mentiras feministas en el caso “Rosita”? PRI hizo un informe de este destape hace unos años. “Rosita” fue violada por su padrastro y no por el costarricense a quien las feministas culparon. El padrastro quien se regodeó por años publicitando la necesidad del aborto para Rosita, la había embarazado de nuevo y cuando las dirigentes feministas lo supieron decidieron ocultarlo. “Rosita” siguió todo ese tiempo abusada, pobre y utilizada en función de un objetivo político. El aborto no fue nunca una solución sino un abuso más al que se puso término cuando literalmente arrebataron a “Rosita” de las manos de sus supuestas “defensoras”. “Rosita” fue solamente la excusa a quien no se quiso ayudar verdaderamente.
Estaban involucradas las mismas personas como es el caso de la señora Blandón. Y básicamente se desarrolló el mismo patrón:
1.- Las feministas detrás de casos de miseria y dolor de mujeres o niñas muy vulnerables,
2.- Exposición mediática de esos casos como emblemáticos,
3.- Las víctimas permanecen ocultas e inaccesibles para cualquier tipo de ayuda. Nunca se revelan los detalles de su historia clínica. Solamente se comunica una versión pública y oficial del grupo abortista.
4.- Fundamentalmente para decir (y nadie pueda objetar) que la legalización del llamado “aborto terapéutico” es la solución para salvar vidas de mujeres.
5.- Los promotores del aborto son presentados como salvadores de la vida de la mujer y quienes se opongan a sus demandas abortistas son cuasi criminales.
Sin embargo, y esto es la moraleja del caso “Rosita”, no se puede tapar el sol con un dedo ni con una red… feminista.
¿Qué dice la ciencia en los casos de cáncer al ovario en mujeres embarazadas?
Recurrimos a un servicio de información médica conocido e ideológicamente imparcial como es Up to Date (http://www.uptodate.com) La información que nos ofrece sobre el tratamiento de cáncer de ovario en una mujer gestante puede resumirse así: En la mayoría de casos de cánceres de mujeres embarazadas es posible tratar a la madre embarazada sin poner en riesgo serio al bebé. Es raro que haya necesidad de extraer la matriz para reducir el cáncer si la cirugía se realiza durante el embarazo. Y finalmente, terminar temprano el embarazo no mejora la prognosis (pronóstico) del cáncer del ovario. Se señala que un cáncer de ovario se puede curar con quimioterapia aún en los casos donde se presente metástasis. El informe completo en inglés lo puede ver haciendo clic aquí.
Por su parte la Asociación Médica Nicaragüense emitió un Comunicado donde expresa que “siente la obligación de dar a conocer a la ciudadanía los criterios científicos que amerita el manejo de estos casos” y a continuación señala:
1.- Está demostrado científicamente que en casos de cáncer ginecológico el embarazo no influye ni en la progresión ni en la expansión de los Tumores.
2.- Según el estadío clínico del cáncer, en Nicaragua existen diversas opciones de tratamientos (quirúrgico, radioterapia y quimioterapia) los cuales pueden ser combinados.
3.- Que si bien es cierto que se han obtenido éxitos en la curación de cáncer diagnosticado en etapas tempranas, estos porcentajes disminuyen a medida que la enfermedad progresa siendo prácticamente nulo cuando se llega al estado de metástasis.
4.- Según múltiples estudios y experiencias, tomando en cuenta la evolución natural de un cáncer, su inicio se fija entre siete a diez años antes de que dicho cáncer se manifieste con metástasis.
5.- Los cánceres diagnosticados durante el embarazo se tratarán de acuerdo a su origen, estadío, localización y severidad, bajo el concepto de consentimiento informado y actuando directamente contra la enfermedad y no contra el bebé.
6.- En el caso de la quimioterapia puede administrarse a la madre embarazada, esperándose afectación al bebe en un 7%, lo cual no justifica que se efectúen acciones directas contra el bebe (aborto provocado).
7.- Si como consecuencia del tratamiento (7%) se produjese la muerte del bebé, ésta se daría como un acto indirecto no querido ni procurado, lo cual, siguiendo el principio bioético de doble efecto, no sería causal de sanción penal, bioética, ni moral.
Por lo tanto ASOCIACION MEDICA NICARAGUENSE, ante la situación mediática que ha suscitado el caso “AMELIA” no encuentra ninguna justificación para que sea sometida a un aborto directo provocado. El aborto no la va a curar de su cáncer ni de sus metástasis, por lo que hay que brindarle terapia adecuada, ya sea curativa o paliativa, asegurarle calidad de vida y dar soporte psicológico a élla y su familia.
Otros casos fabricados
“Fabricar casos” es toda una estrategia. La desarrolla el Center for Reproductive Rights con sede en Nueva York. Sus autoras y patrocinadas son Mónica Roa (la del aborto en Colombia), Luisa Cabal y Lilian Sepúlveda.
Le comento algunos de los casos que ellas han trabajado en Perú:
Mamerita Mestanza. Ella murió a consecuencia de una de las más de 300,000 esterilizaciones realizadas durante el gobierno de Fujimori bajo el discurso de la Salud Reproductiva. De un día para otro, los promotores de las esterilizaciones se convirtieron defensores de la familia de Mamerita. Hicieron una ceremonia pública donde se tomaron fotos y se felicitaron a estos “defensores”. A los familiares les prometieron una indemnización que nunca se cumplió. La “defensa” se hizo en la medida de la publicidad y de las políticas públicas que querían del gobierno y mientras los favorecía. Hoy ya no es así y el caso de Mamerita quedó en nada.
Karen Llantoy. Las feministas la representaron para denunciar al Estado Peruano por no haberle practicado un “aborto terapéutico” por tener un embarazo de niño anencefálico (sin cerebro). Como es frecuente en estos casos el niño murió a las pocas horas de nacido. Acusaron al Estado de trato inhumano y cruel. Lograron que el Comité de Derechos Humanos recomendará una indemnización pero a través de este caso han presionado por la despenalización del aborto terapéutico en el Perú. Roa usó este caso como argumento para despenalizar el aborto terapéutico en Colombia. Lo anecdótico del caso es que para el gobierno peruano como para cualquiera medianamente informado de las leyes peruanas, éste hubiese sido un caso de “aborto eugenésico” claramente tipificado como delito para las leyes peruanas. Es importante señalar que la vida de Karen nunca estuvo en riesgo. Ella ahora vive en España y es una vocera ocasional a favor del “aborto terapéutico”.
Caso LC. Con las mismas características del caso “Amelia”, grupos feministas presentaron el caso de una niña de 13 años que cansada de los ultrajes de un hombre mayor se lanzó desde el techo de su casa y producto de la caída y quedó cuadraplégica. Al evidenciarse su estado de gestación, se argumentó que el embarazo ponía en grave riesgo su vida y que era necesario un aborto y el hospital se lo negó. Igualmente se ofreció ayuda a la niña pero los grupos feministas la han permanecido oculta hasta hoy y nunca presentaron la evidencia médica para ser analizada.
Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.
(c) 2007 Population Research Institute.
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