miércoles, febrero 17, 2010

Tiana, el sapo y el vudú

17.2.2010.

 


En Aragón Liberal


 
 
Tiana y el sapo, la recién estrenada historia que Disney propone a la infancia, cuenta con un mago y una sacerdotisa vudú que hacen y deshacen alrededor de un hechizo. Sabemos lo aficionada que es la factoría Disney a la ahora de incluir los poderes mágicos en sus tramas (Fantasía, la Cenicienta, Aladdin, Peter Pan… ), brujería (Blancanieves…), hechiceros (El rey León), espiritismo o culto a los difuntos (Pocahontas)…Incluso Winnie the Pooh, en una de sus incursiones, adora a Satanás frente a un espejo. Es nueva, en cambio, su propuesta vudú, pero tiene un denominador común con lo anterior: todos están relacionados con el ocultismo y por tanto con el demonio, también la magia blanca.

Supongo que los padres ignoran que los vuduistas invocan a ciertos demonios (aunque ellos los llamen dioses) y los asistentes a la ceremonia acaban siendo poseídos por ellos, es decir, son rituales de posesión diabólica.

¿Es adecuado este trasfondo que Disney nos vende una y otra vez como cine infantil? ¿No es más bien un modo de familiarizar a nuestros hijos con un mundo tenebroso y maligno a través de sus bien diseñados personajes?
 
Clara Jiménez

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