lunes, abril 03, 2006

La clonación terapéutica: Camino acelerado hacia "Un mundo feliz"

A veces una buena imágen vale más que cien palabras, en este caso, más que una charla explicativa de porqué no es bueno el camino de la Clonación terapéutica, recomiendo que se vea esta película: La Isla

Unos científicos, que suscribirían la frase del nuestro presidente del Gobierno sobre el papel de la ciencia, en pleno siglo XXI, han logrado organizar una próspera granja de clones, ¿de humanos?, válidos como donantes de órganos a su original rico que lo tiene allí como seguro de vida. También sacan un magnífico beneficios de los embarazos inducidos. En definitiva, esos seres, definidos como clones y descatalogados como humanos se convierten en un interesante e innovador material de investigación científica, no refrenada por la ética.

El punto de partida de esta aberración: la primera vez que, legalmente, se descataloga una vida humana, cuando se permite el aborto en los primeros estadíos del embarazo, cuando se cambia el nombre de aborto por "interrupción voluntaria del embarazo"... interrupción voluntaria de una persona sobre la vida de otra persona que no puede manifestar su opinión y pierde el derecho a vivir.

La ley no reconoce como persona a determinados seres humanos... y así, despojados de la protección jurídica, se convierten en material de investigación... no importará (en un futuro no muy lejano) la edad del ser humano... serán primero horas, días, semanas, meses... mientras sea uno de esos seres que por, ficción jurídica, no ha entrado por la puerta correcta a la vida.

La invocación a la ciencia para permitir estas actuaciones se basa en un acto de voluntad, no científico, que es la descatalogación de la vida, a partir de aquí, se podrán descatalogar todas las vidas que no merezcan ser vividas (seguramente por el criterio de gasto social, de comodidad de los familiares, de presión social, etcétera). Podría darse el caso que ciertas personas se puedan considerar descatalogadas, convertidas en objeto, por su obrar o manifestación de un modo de pensar "no evolucionado", no acorde con el pensamiento oficial de la nueva y avanzada sociedad.

Al menos sé que los prejuicios religiosos, esos que frenan el avance de la ciencia según la opinión de nuestro presidente de gobierno (todo en minúsculas, por supuesto), frenan el dominio de los hombres sobre los hombres al dotarlos de una igualdad esencial de altísimo valor: hijos de Dios, criaturas de Dios. Con ese presupuesto, ¿quién se digna manipular arriesgando la vida de un ser humano?... ¿no oirá acaso la voz de Dios a Caín preguntándole sobre su hermano Abel?... y ¿no escuchará Dios la respuesta... qué Abel, si YO he definido por ley que el tal Abel no es un hombre?

En la ciencia ¿o creencia? medioambientalista, se ve como un avance el principio de precaución.... no valdría la pena definir al menos, en las leyes... que ante la presunción de que un embrión fuese un ser humano, se le defiende como tal... no vaya a ser que estemos matando hombres.

Tengo para mí que conviene frenar a nuestro presidente, porque no sólo es aprendiz de brujo en la política de unidad nacional, sino también lo es en todos los ámbitos de la vida, promocionando ¿para inducir la variedad? todo lo raro, todo lo extraño... y con frases aparentemente inocuas como "No se puede poner freno a la ciencia".

Pues mira que va a ser que sí, que hay que poner freno, peron no a la ciencia... sino a los métodos, a las técnicas... porque no todo vale para llegar al fin y no todo fin es un bien absoluto que pueda sobordinarle el sacrificio de una vida humana.

Por encima de la curiosidad científica está la vida humana. Por encima de la técnica está la ética. Por encima de la ley está la justicia. Por encima de mi apetencia está la conveniencia. Y por encima de la conveniencia está lo bueno... porque por encima del hombre está su Creador... y menos mal que está ya que sin él enseguida descatalogamos vidas.

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