miércoles, octubre 18, 2006

La vaca que saltaba sobre la luna.

Realismo y subjetivismo. En juego: la poesía.
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Para soñar, para imaginar que una vaca salte sobre la luna, se requiere una vaca real y una luna real. El problema de nuestros subjetivistas es que niegan la vaca y la luna, y así ¿quién salta?

La vaca que saltaba sobre la luna.



Al puro estilo chestertoniano, hay un artículo sobre la rima de la poesía de Chesterton en el que cita esa balada que se canta a los niños como ejemplo de que la imaginación y la realidad se necesitan. Todos los niños tienen claro lo que es una vaca, gorda y fofa; y también la luna, lejana y fría. Saben a lo que llegan sus saltos y saben que la vaca no puede saltar sobre la luna. Pero la ven con la imaginación y se recrean.



Y este sería el resumen de la tesis de Chesterton en “El hombre que fue jueves”; aunque no adelantaremos acontecimientos. Para ser un gran poeta se requiere estar anclado a la realidad. No hay poesía sin atardeceres. Dios, creador del Universo, nos lleva a miles de imágenes, de paisajes, de rostros, pero todos sometidos a una rutina: el día sigue a la noche, la noche al día. El invierno sigue al otoño, la lluvia a la sequía. Y la variedad de paisajes, la complejidad que admiramos, el sentir y el amar de los humanos, se conjuga con el nacer y el morir que nos rige la vida.



Un poeta mira con sus ojos la realidad y la convierte en realidad soñada o vivida, la transforma en imágenes que son más bellas y sugerentes cuando se refieren a las emociones, pasiones, afectos, virtudes heroicas, vicios mezquinos, e, incluso, aprensiones intelectuales sublimes. El loco, el anárquico de la historia quiere una poesía pura, un mundo sólo de centauros, de no-leyes, de no-vida.



Y es que, incluso, para soñar esos mundos se requiere el alimento del cuerpo, el alimento del alma y papel, con el papel el árbol, con el árbol el sol y la lluvia. Y, detrás de todo, se encuentra el marco del cuadro que nos ata a la vida.



Vallejo Nájera decía que los genios no eran los que no tenían condicionantes, sino los que los superaban o aprovechaban para su obra. El primer condicionante de un cuadro es el marco; el de una obra literaria el lenguaje con el que se escriba.



De ahí que el poeta loco no encuentre un lugar donde apoyarse; mientras que el trovador, el rapsoda, el poeta de romances o el poeta de la vida sueñan con mundos ideales, posibles o imposibles, pero bien sustentados en la rutina de la vida.



Curioso destino: la imaginación es más viva cuando más hunde sus raíces en la tierra. Cuando ella vuela hacia el absurdo, la no convención, los mundos más y más subjetivos, se transforma en un ente tan exclusivo que, como bola opaca, en él mismo encuentra al autor, al lector, al crítico y al editor. Porque lo más exclusivo de mi sentimiento si es humano, es universal y comunicable. Y, cuanto más incomunicable, menos humano.



Frid.

viernes, octubre 13, 2006

El aburrimiento y el divorcio en Chesterton

imageEn el tiempo de Chesterton algunos matrimonios se hacían aburridos; ahora nacen en el aburrimiento. Eso que tienen avanzado en el camino hacia el fracaso. Cambiemos las tendencias.

En el tiempo de Chesterton algunos matrimonios se hacían aburridos; ahora nacen en el aburrimiento.

Dice Chesterton: “lo cierto, sin duda, es que es perfectamente permisible y natural que uno se aburra con cualquier asunto, igual que es permisible y natural que uno se caiga del caballo, o pierda el sendero, o busque la respuesta de un acertijo al final del libro. Pero en ningún caso se trata de un triunfo: como mucho es una derrota. Desde luego no tenemos ningún derecho a deducir de antemano que el fallo radica en el caballo o en el asunto en cuestión. Una prueba de todo ello se puede encontrar, por ejemplo, en la rebeldía contra la familia que demuestran hoy, en casi todo el mundo, los innumerables millones de genios absolutamente excepcionales que renuncian a los vínculos familiares porque la familia no les entiende o les aburre. En algunos casos aislados no hay duda de que tienen razón y en casi todos los demás es posible que la tengan. Pero, en el fondo, a uno le queda la siniestra y profunda convicción de que dichas secesiones se reducirían de pronto a la nada si los secesionistas considerasen por un segundo su aburrimiento como un fallo propio y no de su familia”.

Y es también para mí una profunda convicción que el aburrimiento del que habla Chesterton con el consiguiente fracaso matrimonial, es algo que debería tratarse como una enfermedad, una enfermedad del alma, de un alma incapaz de entregarse, de ilusionarse, de darse generosamente al otro, de renunciar a ser el único protagonista, de soñar sueños imposibles. Hay algo en el divorciado que ha quebrado, algo muy hondo, pero que comenzó ese camino hacia el fracaso, normalmente, por una menudencia.

Por un lado estaba uno que esperaba llegar a casa y descansar, que para eso había trabajado al agotamiento. La mujer, por igual motivo, llega en las mismas condiciones. Los hijos no entienden qué pasa que no les atienden. La comunicación no existe porque el proyecto común se ha ido resquebrajando. El hogar se convierte en una especie de isla desierta donde está la salvación del náufrago, pero es “isla desierta”. No se llega ahí para explorar la isla y construir el vivac, se va sencillamente a sobrevivir hasta el próximo viaje.

No hay poesía porque uno espera todo del otro y no da nada. Y, aunque ceden ambos lo hacen con mala gana. Porque el amor pasional no ha pasado al amor sereno, porque la fidelidad se quiebra con el filtreo, porque, en muchos casos, ambos son cómplices silenciosos de hijos que no vinieron y de los que no pueden hablar.

Y claro, el aburrimiento es el final de un proyecto que nació mezquino.

En los tiempos de Chesterton, normalmente el proyecto comenzaba grande y se hacía pequeño en los fracasos, las pequeñas dejaciones y abandonos. Era la ilusión pero no la acción. Ahora ¿si ya cuando se casan, si se casan, son ya viejos, qué ilusión se extrena?

La salvación del proyecto que nació con aguas pasará muchas veces a través del llanto del arrepentimiento, del recomenzar juntos sabiendo que nunca es tarde para la empresa del amor de verdad, sin añorar lo que por la moda y el capricho se ha perdido y no volverá.

Hoy debemos comenzar a curar matrimonios que nacieron aburridos antes de empezar.

frid

Sobre las sectas y las religiones.

imageAnte una pregunta reciente: ¿el Islam es una secta o una religión? Rápidamente tuve dos visiones. La del humilde y sencillo musulmán que hace sus oraciones mirando a la Meca, que procura ser fiel a su mujer, cumplidor en su trabajo, alegre y amante de sus hijos. Y pensé, ese señor cree en mi mismo Dios, le adora como creador, procura cumplir la ley natural, se hace cada día mejor. Ese hombre tiene una religión.


Pero contemplé las terribles escenas de creyentes quemando iglesias, matando sacerdotes o monjas inocentes, prohibiendo la libertad de culto en sus países, poniéndose en el cuerpo un cinturón de explosivos para sembrar la muerte y lo vi evidente: ese señor pertenece a una secta. No da culto a Dios sino al mismo diablo en el que creían los cananeos con sus sacrificios humanos, cultiva el odio y violenta la razón. Ese pobre hombre se hace cada día peor.


Así pues, concluyo, entre los musulmanes hay dos grupos: uno que sigue una religión y otro que sigue una secta. Esperemos que los primeros triunfen con el arma de la razón, porque la tienen.


Pero seguí mi pregunta. ¿El ateísmo es una religión, una secta o una carencia de religión? Ahí se me hizo difícil encontrar el primer grupo. Si alguien que no cree en Dios se hiciese bueno no lo haría por su increencia, sino exactamente por lo que le queda de creencia: por el respeto al orden natural, por el ejercicio de las virtudes humanas. Estaría obedeciendo, sin saberlo, la ley que Dios puso en su corazón, salvo un pequeño detalle. El primer mandamiento, que es de orden natural, dice. “amarás a Dios con todo tu corazón”.


Es más fácil encontrar en el ateísmo, que es relativamente moderno, una actitud que se puede catalogar como secta: intransigencia al que admite la existencia de Dios, imposición de un modelo de educación, demonización del hombre y del matrimonio, fomento de toda esa retahíla de vicios que también relaciona San Pablo para decir luego que “no alcanzarán la vida eterna”, imposición de leyes que implican violencia a los derechos humanos y definición como derechos lo que es exactamente renuncia a ellos. En definitiva: el seguimiento de esa doctrina, que calificaremos como “ateísmo radical” conduce a la intolerancia, a hacer al hombre peor, a construir una anti-civilización.


Y ahora podemos concluir que la diferencia de secta y religión estriba básicamente en los frutos que produce en el hombre que la sigue. Si te hace peor es claro que es una secta, si te hace odiador del hombre individual aunque ames la genérica humanidad es una secta todavía más peligrosa porque te esclaviza en falsas esperanzas que no podrás comprobar ni en esta vida ni en la otra. Si te hace irracional y negador de la capacidad de conocer el bien y el mal es que ni siquiera admites la enseñanza a la que tuvo que transigir el tentador en el paraíso. “vendió a Adan y a Eva que conocerían lo que estaba bien y mal, al menos les ofreció algo. Ahora nos presentan la manzana del progreso con un nulo resultado: asúmela y no tendrás ninguna guía moral, porque habrá desaparecido la ciencia del bien y del mal, la conciencia no te acusará de ningún pecado.


frid

domingo, octubre 08, 2006

Intr. Teología XIII. La Teología y la Sabiduría.


II.6. La Teología como Sabiduría:

La Sabiduría es la cima de toda ciencia: la ciencia de más alto grado es la que versa sobre Dios, desde la que se encuentran las razones de todas las cosas.

La Superior Sabiduría es la que proviene de la Ciencia de Dios a través de la Revelación del mismo Dios.

Dice el RAE:

sabiduría.



1. f. Grado más alto del conocimiento.

2. f. Conducta prudente en la vida o en los negocios.

3. f. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes.

4. f. noticia ( conocimiento).
~ eterna, o ~ increada.

1. f. El Verbo divino.

Es nuestro caso estamos hablando de la sabiduría del grado más alto, superior a la que se tiene por la luz de la razón y que es capaz de dar luces sobre las razones últimas de todas las cosas y de Dios, su creador. Y ¿qué mayor grado de sabiduría que aquel que viene directamente del Creador a través del Verbo Encarnado?

Intr. Teología XII. Límites de la ciencia teológica.

II.5. Límites de la teología:

Es ciencia imperfecta: la fe y la ciencia teológica se completan con la visión de Dios.

Dice San Pablo: “Ahora vemos como en un espejo, confusamente. Sólo después veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo imperfecto, pero luego conoceré como soy conocido” (I Cor. 13, 12).

Quien se revela es Dios, y en ese sentido el mensaje es perfecto y completo. Quien recibe la revelación es una criatura, aunque elevada a la vida de la gracia, que es imperfecta y limitada. Y, mientras viva en la tierra es capaz de crecer en la caridad y en la comprensión del misterio hasta su muerte, que si es en gracia, culmina con la Visión Beatífica; donde el recipiente estará completo, pero sigue siendo recipiente limitado.

Intr. Teología XI. Objeto de la Teología.


II.4. Objeto de la teología:

Es la ciencia de Dios Uno y Trino: Trata de Dios "sub ratione Deitatis".

Se diferencia de la Teodicea en cuanto esta última estudia a Dios como causa primera, mientras que la Teología a Dios en sí mismo, en cuanto se ha revelado a los hombres y les ha hecho accesible su intimidad: "A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha comunicado" (San Juan 1, 18).

Se centra en lo que Dios ha revelado de sí mismo y de su acción a favor de los hombres (su Encarnación, Vida oculta, Vida pública, Muerte, Resurrección, los Sacramentos, la Vida de la Gracia, etc.). “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha comunicado” (San Juan 1, 18).

En resumen, la teología trata de:

  • Dios en sí mismo.
  • Dios como principio y fin de todas las cosas.
  • Las criaturas en relación a Dios, en especial el hombre y el Plan de Salvación.

Toda ciencia humana y realidad humana se ilumina desde la fe, pero no se sustituye, si bien se perfecciona. Ejemplo: la caridad modifica y sublima las relaciones humanas. La teología, viendo con los ojos de Dios, da nuevas luces también a los problemas humanos, introduce la caridad y la misericordia que son el aceite para las relaciones entre los pueblos y la luz que ilumina lo que Dios pide a cada persona, como dice el Concilio Vaticano II, Const. Dogmática Gaudium et Spes: ".. Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre. Bajo la luz de Cristo, imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, el Concilio habla a todos para esclarecer el misterio del hombre y para cooperar en el hallazgo de soluciones que respondan a los principales problemas de nuestra época”.

Hay que tener en cuanta que la teología resalta el valor especial del hombre: Es imagen de Dios, y Dios se Encarna para redimirlo. "Tanto amó Dios a los hombres que les envió a su Hijo para que les redimiese muriendo y en muerte de Cruz".

Intr. Teología X. Fe, razón y lenguaje.


II.3. Fe, razón y lenguaje como presupuestos de la teología:

La Teología une fe y razón, es la fe pensada.

Errores contrarios a la armonía fe y razón:

Ateismo: al negar a Dios imposibilita cualquier acercamiento a su Revelación.

Agnosticismo: en duda sobre su existencia.

  • Deísmo: Dios lejano, no influye en la vida de los hombres, es un ateismo práctico.
  • Fideísmo (descuida la razón).
  • Racionalismo (descuida la fe).

Filosofías que desgajan la armonía de fe y razón:

Escoto con la definición de la Omnipotencia absoluta de Dios (donde el querer de Dios puede todo aunque implique contradicción), el Nominalismo de Ockam (al desaparecer el concepto de sustancia y la analogía y radicalizar la omnipotencia de Dios hasta poder querer el mal), Descartes, Espinoza, Kant, Hegel, Marx, Nietsche, etc.

Reduccionismo de la teología protestante:

Lutero independizando la acción del hombre de la Providencia divina en su predestinación.

Karl Barth (1886-1968) y la reacción ante la visión exclusivamente antropologética de Dios a la que había llegado el Protestantismo, si bien no resuelve la posibilidad de llegar a su transcendencia.

Proceso del ejercicio armónico de la fe y la razón:

  • Concilio de Nicea (año 325): Al definir la doctrina cristológica contra Arrio, que pretendía adaptar la fe al pensamiento platónico. Arrio habla de una trinidad de hipóstasis en Dios, jerarquizadas, en armonía con la teoría de las emanaciones platónicas. El concilio define que las tres hipóstasis son consustanciales, Cristo es consustancial al Padre, “igual en cuanto a la Divinidad, de la misma Naturaleza que el Padre, inferior en cuanto a la humanidad”.
  • Proceso de asunción de la filosofía aristotélica, manifestado en las Bulas de Gregorio IX de 1228, Ab Egyptiis, dirigida a la Universidad de París, y de abril de 1231 al abad de San Víctor. Manifiesta su preocupación por el incorrecto uso de la filosofía aristotélica, y, al tiempo, va reduciendo las prohibiciones que sobre ella había hecho la Universidad de París en 1210. El hecho es la transmisión de los libros de Aristóteles a través de los pensadores judíos y musulmanes (Maimónides, Aberroes, etc.). El culmen llega con Santo Tomás que, con una buen traducción del filósofo llega a una armonía casi perfecta entre fe y razón.
  • Siglo XIX: Reacción de la Iglesia ante el fideísmo de Louis Bautain (1796-1867) y el tradicionalismo de Agustín Bonnetty (1798-1879), y –con posterioridad- ante el semirracionalismo de Jorge Hermes (1775-1867) y Antonio Günther (1783-1863), que son fruto del pesimismo cristiano ante los frutos nefastos de la revolución francesa con la exaltación del Racionalismo.

La Iglesia muestra que es posible la armonía entre fe y razón, ver la Encíclica “Qui Pluribus” (1846) de Pío IX tratando de la armonía fe y razón; y alocución “Singulari quedam” (1854).

Posteriormente el Concilio Vaticano I (1869-1870), capítulo IV: en la Constitución Dogmática sobre la fe católica abunda sobre el tema: "Y, ciertamente, la razón ilustrada por la fe, cuando busca cuidadosa, pía y sobriamente, alcanza por don de Dios alguna inteligencia, y muy fructuosa, de los misterios, ora por analogía de lo que naturalmente conoce, ora por la conexión de los misterios mismos entre sí y con el fin último del hombre; nunca, sin embargo, se vuelve idónea para entenderlos totalmente, a la manera de las verdades que constituyen su propio objeto. Porque los misterios divinos, por su propia naturaleza, de tal manera sobrepasan el entendimiento creado que, aun enseñados por la revelación y aceptados por la fe; siguen, no obstante, encubiertos por el velo de la misma fe y envueltos de cierta oscuridad, mientras en esta vida mortal peregrinamos lejos del Señor; pues por fe caminamos y no por visión”.

  • Siglo XX: Recuperación de la figura de Santo Tomás por Pablo VI realzando su figura y mostrando el equilibrio que este santo realizó en lo referente a la relación fe y razón. También nuestro Padre comentaba que si bien tenemos libertad teológica, debemos partir de un conocimiento profundo de la doctrina de Santo Tomás que sigue siendo actual y un gran don para la Iglesia.

  • Finalmente, el mismo Juan Pablo II en la Encíclica "Fides et Ratio" (14.IX.1998) muestra tanto el reto que tiene la teología para armonizar fe y razón como los logros que realizó Santo Tomás de Aquino. (nº 36): “... Fue tarea de los padres de la filosofía mostrar el vínculo entre la razón y la religión. Dirigiendo la mirada hacia los principios universales, no se contentaron con los mitos antiguos, sino que quisieron dar fundamento racional a su creencia en la divinidad. Se inició así un camino que, abandonando las tradiciones antiguas particulares, se abría a un proceso más conforme a las exigencias de la razón universal. (...). Sobre esta base los Padres de la Iglesia comenzaron un diálogo fecundo con los filósofos antiguos, abriendo el camino al anuncio y a la comprensión del Dios de Jesucristo”.

Respecto a Santo Tomás de Aquino indica Juan Pablo II: Un puesto singular en este largo camino corresponde a santo Tomás, no sólo por el contenido de su doctrina, sino también por la relación dialogal que supo establecer con el pensamiento árabe y hebreo de su tiempo. En una época en la que los pensadores cristianos descubrieron los tesoros de la filosofía antigua, y más concretamente aristotélica, tuvo el gran mérito de destacar la armonía que existe entre la razón y la fe. Argumentaba que la luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de Dios; por tanto, no pueden contradecirse entre sí.

Precisión terminológica en la filosofía para hacer una buena teología:

No es indiferente la precisión de los términos filosóficos para hacer una sana teología. Hay bastantes que se han tenido que precisar para salvaguardar el contenido de la fe, como por ejemplo:

  • Naturaleza.
  • Persona.
  • Sustancia.
  • Causa.
  • Materia y forma.
  • Relación.
  • Analogía

Utilidad del lenguaje para el conocimiento teológico:

Dios habla con los hombres utilizando el vínculo del lenguaje, que se convierte en vehículo de la revelación y se expresa a través de los Lenguajes bíblico, teológico y litúrgico.

Modos del lenguaje litúrgico:

  • Palabras y silencios.
  • Imágenes (ver II Concilio de Nicea del 787 y la defensa de las imágenes por San Juan Damasceno en plena presión del Islam sobre el oriente cristiano).
  • Gestos y posturas.
  • Ornamentos, templo, etc.

Intr. Teología IX. Dos caminos para llegar a Dios


II.2. Dos caminos para llegar a Dios:

  • Vía racional y discursiva: la teología.
  • Vía mística y contemplativa: fruto de la vida interior. En esta vía todo lo pone Dios, pero no esperes que el Señor “por vago y holgazán te vaya a dar ciencia infusa”.

El Señor puede iluminar el alma con mayores certezas que las que se alcanzan en el ejercicio de la Teología.

La Teología patrística es en primer lugar una confesión de fe.

La Teología está vinculada profundamente a la vida de la Iglesia.

La Teología está al servicio de la Iglesia, de ahí sus responsabilidades y límites.

El Teólogo es primero miembro de la Iglesia, a la que debe servir gratuitamente.

El público de la Teología es, en primer lugar, la Comunidad Cristiana, pero también el mundo de la cultura, de la inteligencia, y toda la sociedad humana.

Intr. Teología VIII. Noción de teología.

II. Naturaleza de la Teología:

II.1. Noción de teología:

Definición: Ciencia en la que la razón del creyente, guiada por la fe teologal, se esfuerza en comprender mejor los misterios revelados en sí mismos y en sus consecuencias para la existencia humana.

Surge de la reflexión intelectual del creyente que trata de comprender más profundamente la Palabra de Dios y de exponerla de manera ordenada y sistemática, en base a la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y la razón iluminada por la fe.

Supone inteligencia, amor a Dios y humildad. Dice San Anselmo de Cantorbery (1033-1109): “el creyente no debe discutir la fe, pero manteniéndola siempre firme, amándola y viviendo conforme a ella, puede humildemente, y en la medida de lo posible, buscar las razones por las que la fe es como es. Si consigue entender, lo agradecerá a Dios, si no lo consigue, se someterá y la venerará”.

Decía el fundador del Opus Dei que daba muchas gracias a Dios cuando el Señor le daba una luz para atisbar sus misterios, pero daba aún mas gracias cuando no lo entendía, porque qué grande es Dios para que pueda caber en nuestra pobre cabeza de criatura.

La teología presupone:

  • La fe en el Dios vivo de la Revelación judeo-cristiana.
  • La capacidad del ejercicio de la razón para profundizar, a la luz de la fe, en las verdades reveladas. "Fides quaerens intelectum" según San Anselmo de Canterbury. "intellige ut credas, crede ut intelligas" según San Agustín. "Si no creéis no entenderéis", según San Anselmo.
  • Una continuidad entre la Teología cristiana y la actividad intelectual del hombre.
  • El ejercicio espontáneo de la teología a través de la vida cristiana y del ejercicio de la piedad, del mismo modo que existe una sabiduría natural humana que está debajo de la sabiduría filosófica.

Eusebio de Cesarea utiliza por primera vez el término "teología eclesiástica", con lo que se puede decir que comienza la ciencia teológica separada de la teodicea de los filósofos paganos.

Sobre la fe y la teología se puede decir que la fe:

  • Se profesa en el Credo.
  • Se celebra en la liturgia de los Sacramentos.
  • Se vive en la existencia cristiana.
  • Se piensa en la teología.

viernes, octubre 06, 2006

Intr. Teología VII. La fe y la teología

Y terminando este apartado, nos encontramos que la Teología, al ser la ciencia de lo que Dios ha revelado, no es la ciencia de "mi opinión" o de "mi gusto", es una ciencia "exacta" en el sentido de que se busca una Verdad objetiva, una Verdad que, en lo fundamental para la salvación, se puede alcanzar por todo cristiano y que el Teólogo, con su inteligencia (don de Dios) debe facilitar en su conocimiento y en su vida. Será mejor teólogo el sabio más santo. Ciencia y fe van de la mano.

Introducción a la Teología VII:

I.6. La fe, el germen de la Teología:


Necesaria para el desarrollo de la ciencia teológica.

El dato revelado (los artículos de fe) constituye el fundamento y la materia prima de la teología: no inventa los datos, los recibe de la comunidad eclesial.

La Teología es la ciencia de la fe.

Los primeros principios de la ciencia teológica son la Verdad Revelada, el depósito de la fe, del que vela el Magisterio.

Es necesaria la actitud de humildad: no se lo que yo opino... sino lo que Dios ha revelado: precisa abrirse humildemente a la luz de Dios. Dice Juan Pablo II en la Encíclica “Fides et Ratio” (junio 1998), en el Proemio: La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo.

Intr. Teología VI: Sobre el acto de fe

¿Cómo interviene Dios y el hombre en el acto de fe? Realmente es un acto sorprendente de Dios que requiere una actitur de profunda humildad de la inteligencia y de la voluntad. La inteligencia creada se rinde al Creador. La voluntad creada se somete gustosa a la Voluntad divina que sólo busca su bien. Y así el hombre sale más sabio y más libre. Entra en la dimensión de lo que se ve y vive con los ojos y la vida de Dios.

Introducción a la Teología VI

I.5. Características del Acto de fe:

a) Es un asentimiento de la voluntad; (Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la fe católica): “Por la fe creemos ser verdadero lo que nos ha sido revelado por Dios, y lo creemos no por la intrínseca verdad de las cosas, percibidas por la ley natural de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios que se revela, que no puede engañarse ni engañarnos”.

Es conocimiento cierto, no mera opinión. Se basa en la autoridad del que revela, que es Dios, quien no puede ni engañarse ni engañarnos. La certeza de la fe está más garantizada que la certeza científica.

b) Es un acto libre e incondicional por el que el hombre se confía libre y totalmente a Dios.

c) No se opone a la razón: No plantea ni supersticiones ni extravagancias.

d) Es un don gratuito y sobrenatural.

e) Implica coherencia de vida: es para la vida; (Camino nº 579): “Fe –Da pena ver de qué abundante manera la tienen en su boca muchos cristianos, y con qué poca abundancia la ponen en sus obras.
-No parece sino que es virtud para predicarla, y no para practicarla”.

Supone una vida de imitar a Jesucristo, e incoa la vida celeste en la tierra.

Intr. Teología V. La fe y la revelación.

En la fe tanto Dios como el hombre tienen mucho que ver. Sin querer no creeremos. Sin la gracia (que no nos faltará) no podríamos creer. Dios, que nos creó libres no nos salvará contra nuestra libertad. Dios que es misericordioso, no dejará de hablar al que le busca con sincero corazón.


Introducción a la Teología (V)

I.4. Los dos sentidos del vocablo fe:

a) Virtud sobrenatural: se refiere al Acto de fe y al Contenido de la fe.

b) Acto de la virtud sobrenatural: es la adhesión libre, auxiliada por la gracia a las verdades que Dios nos ha revelado, no por la verdad extrínseca de lo que se manifiesta, sino por la autoridad de Aquél que revela.

El acto de fe supone:

· Un testigo a quien se cree
· Un sujeto que cree, hay una relación interpersonal.
· Una proposición que se presenta al asentimiento como verdadera.
· Una razón para el asentimiento basada tanto en la autoridad del testigo como en la coherencia de lo revelado.
· Un acto de la voluntad. Se cree porque se quiere creer. Se ejercita la libertad.
· En el caso de la fe sobrenatural: un auxilio divino para elevar la inteligencia y la voluntad y prestar el asentimiento.

Cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe. Constitución Dei Verbum nº 5: "Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe", por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios prestando "a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad", y asistiendo voluntariamente a la revelación hecha por El. Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, a los auxilios internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da "a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad". Y para que la inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones".

Ejemplo de la fe de Abraham: Génesis 12, 1-9: “Yahvé dijo a Abraham: vete de tu tierra y de tu patria a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande y te bendeciré. Marchó Abraham tal como le había dicho Yahvé”.

· Abraham oye la palabra de Dios.
· Abraham percibe la autoridad de quien habla.
· Acepta lo que se le dice: asiente a la verdad revelada.
· Obedece: se pone en camino. Pone en práctica su fe.

Jesucristo pide a sus discípulos fe en El, y como consecuencia de ello les pide que le sigan: “Venid conmigo y haré de vosotros pescadores de hombres” (Mc 1,17); “Vio a Leví... y le dice: Sígueme” (Mc 10,21).

San Pablo muestra que la fe supone: aceptar el mensaje de Cristo, un mensaje no evidente por sí (escándalo para los judíos y locura para los gentiles), y que lleva a manifestarse de modo externo, a dar testimonio de la fe.

San Juan muestra cómo la fe supone un impulso interior para reconocer a Cristo como Mesías. Además es la incoación de la vida eterna.

Intr. Teología IV. La seguridad de la Iglesia

Un gran consuelo: Dios no nos dejó solos, fundó la Iglesia como camino, como testigo y como guardián de la fe. En ella instituyó el orden sacerdotal en el que confió el depósito de la fe y le asiste con la gracia del Espíritu Santo para que el depósito de la fe se transmita a lo largo del tiempo.

Nosotros, los fieles cristianos, lo transmitimos también con nuestra propia vida. Somos parte viva de esa tradición. Si somos fieles formaremos parte de la cadena que conduce desde Cristo hasta el final de los tiempos hacia la salvación de los hombres.



Introducción a la Teología (IV)

I.3. La Revelación y la Iglesia:

Razón de ser de la Iglesia: Depositaria de la Revelación y Administradora de la gracia.

Cristo es el Mensaje central de la Iglesia. Le encontramos en los Sacramentos (especialmente en la Sagrada Eucaristía), en la Escritura, en la Predicación cristiana, en el papel de los pastores (son “otros Cristos”, hacen sus veces en la Tierra) y de los cristianos (somos su Cuerpo Místico) .

La Iglesia es signo y motivo de credibilidad. Concilio Vaticano II: Constitución Dogmática Lumen Gentium nº 1: la Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano, insistiendo en el ejemplo de los Concilios anteriores, se propone declarar con toda precisión a sus fieles y a todo el mundo su naturaleza y su misión universal.

Asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia:

a) Como depositaria de la Revelación.

b) Como intérprete infalible de la Revelación. Dei Verbum nº 10: ...Pero el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo. Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer.

Intr. Teología III. Cristo el culmen de la Revelación.

Muchos, después de Cristo, han querido completar la revelación. Ejemplo hay desde el movimiento gnóstico, Mahoma, los mormones y otros muchos que han necesitado encumbrarse y rebajar a Cristo a la categoría de profetas. A un nivel ínfimo algo parecido intentó el panfletario Dan Brown. Y es que si se admite su divinidad ¿qué más se puede decir sobre Dios que Él no haya ya comunicado?




Introducción a la Teología (III)

I.2. La Plena Revelación en Jesucristo:

Con su presencia, palabras, obras, señales, milagros, Resurrección gloriosa y envío del Espíritu Santo. Ver Dei Verbum nº 4: Después que Dios habló muchas veces y de muchas maneras por los Profetas, "últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo". Pues envió a su Hijo, es decir, al Verbo eterno, que ilumina a todos los hombres, para que viviera entre ellos y les manifestara los secretos de Dios; Jesucristo, pues, el Verbo hecho carne, "hombre enviado, a los hombres", "habla palabras de Dios" y lleva a cabo la obra de la salvación que el Padre le confió. Por tanto, Jesucristo -ver al cual es ver al Padre-, con su total presencia y manifestación personal, con palabras y obras, señales y milagros, y, sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos; finalmente, con el envío del Espíritu de verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive en Dios con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida eterna.

La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Tim., 6,14; Tit., 2,13).

Al llegar la Plenitud de los tiempos, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se Encarna ¿hay algo más perfecto que Dios mismo?.

Cristo es el Alfa y Omega, principio y fin de la Revelación.

Cristo es el perfecto testigo, mediador y portavoz del Padre.

Intr. Teología II. Aspectos de la Revelación Sobrenatural

En la Revelación sobrenatural lo verdaderamente importante es lo que Dios quiere decir al hombre y el por qué de ese mensaje. No se trata de que hagamos nuestra propia teoría, si bien sí nos pide Dios que pongamos nuestra inteligencia a su servicio. Pero Él no habla para alagar nuestra inteligencia, lo hace para mostrarnos el camino del cielo, un camino interrumpido por el pecado de los hombres. Unos se pararán preguntándose de qué material está hecho; otros se preguntarán por qué ese camino y no otro; pero aunque se lo pregunten, lo importante es que vayan caminando por ese sendero, porque el no avanzar es retroceder. No nos salvaremos por ser muy inteligentes, sino por ser muy obedientes. Y la inteligencia debe servir para conocer mejor la senda y enseñarla a otros.



Introducción a la Teología (II)

Algunos aspectos a considerar de la Revelación Sobrenatural:

a) Automanifestación de la vida íntima de Dios, fundamentalmente el Misterio Trinitario y de la Humanidad Santísima de Cristo, de un modo libre y gratuito. Dios toma la iniciativa.

b) A través de la Sagrada Escritura, Nuevo y Antiguo Testamento: la Palabra de Dios se comunica al hombre en el lenguaje de los hombres.

c) A través del acontecer de la vida de los hombres: se desarrolla en la Historia. No es un acontecer plano, se manifiesta en momentos de especial intensidad como pueden ser el episodio de Moisés y la zarza ardiente, las plagas de Egipto, la nube que acompaña al Pueblo elegido en el Desierto, la entrega de las tablas de la Ley, etc. Estas teofanías alcanzan su plenitud al final de los tiempos, cuando se encarna el Hijo de Dios. Es un mensaje para todos los hombres, no sólo para unos pocos privilegiados.

d) Es un mensaje que salva. No sólo anuncia la conversión, sino que otorga la gracia para recuperar la amistad con Dios. En este caso, al ser palabra divina, tiene el poder de causar lo que proclama.

e) Es un don gratuito de Dios, superior a cualquier ciencia y poder humanos.

Intr. Teología I. Los grandes acontecimientos de la salvación.

Comenzamos en este post un resumen sencillo de lo que pudiera llamarse un curso de Introducción a la Teología. Serán esquemas que admiten, con posterioridad, debates o digresiones sobre algunos de los asuntos que aquí se tratan. Esos serán asuntos más actuales y susceptibles del debate con el lector.



Introducción a la Teología (I)

I. Fe y Teología:

I.1. Salvación y Revelación:

Los grandes acontecimientos de la acción de Dios en el mundo y en la historia de los hombres podrían resumirse el los siguientes:

1. Creación del mundo, del hombre y de la mujer (Génesis).
2. Revelación de Dios al pueblo de Israel: la Promesa y su concreción en el tiempo.
3. La Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, su vida oculta y pública.
4. La Muerte y Resurrección de Jesucristo: la Redención.
5. La Fundación y la vida de la Iglesia con la institución de la Eucaristía y de los demás Sacramentos.

Dios interviene en la vida de los hombres, les revela el sentido de su vida y los misterios de la Intimidad divina. Es una muestra del amor de Dios a los hombres, ver Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum nº 2: Naturaleza y objeto de la revelación: “Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación.”

Dios se ha manifestado al hombre desde siempre, primeramente en el orden de la naturaleza, con lo que puede llamarse Revelación natural, a través de la Creación y providencia ordinaria. Ver textos del Salmo 19,2-5 ; Sabiduría 13, 1-9 y Romanos 1,18-23 .

Además ese mismo orden está impreso en la naturaleza del hombre como una voz interior que manifiesta la ley natural a través de la voz de su conciencia.

Sin embargo, en lo referente al Misterio de Salvación se manifiesta la Revelación en un orden superior, el sobrenatural, que requiere la iniciativa divina.

Para el curso que comienza. San Bruno teólogo del silencio y la contemplación.


Traigo a colación, como comienzo de este nuevo curso, la reseña del VIS con las palabras que Benedicto XVI ha dirigido a la Comisión Teológica Internacional sobre la misión del teólogo.

En el fondo, para profundizar sobre el conocimiento de Dios hay que escucharle a Él. No se trata de pensar nosotros lo que nos parece que es Dios sino, más bien, en meditar lo que Dios nos ha comunicado sobre Él. Y eso con humildad: dispuestos a aprender y a rectificar.

La seguridad del teólogo está en esa humildad que le permite estar firmemente amarrado a la barca de Pedro. Si alguien errase, ese sería yo. Y así estoy tranquilo y voy con una gran libertad y seguridad investigando, viviendo y dando gracias al Dios de la Gloria, de la Sabiduría y de la Obediencia.



MISION DEL TEOLOGO PASA POR EL SILENCIO Y LA CONTEMPLACION


CIUDAD DEL VATICANO, 6 OCT 2006 (VIS).-Esta mañana en la Capilla Redemptoris Mater el Santo Padre concelebró misa con los miembros de la Comisión Teológica Internacional.


El Papa, en su homilía, aludió a la figura de San Bruno, cuya festividad se celebra hoy y cuya misión se caracterizó por "el silencio y la contemplación (...) que sirven para encontrar en la dispersión de cada día la unión profunda y continua con Dios".



La misión del teólogo, observó Benedicto XVI, es la "hacer presentes las palabras esenciales en la locuacidad de este tiempo y de otros tiempos (...) mediante la purificación de nuestras parolas y por lo tanto, por la purificación de las palabras del mundo, necesitamos ese silencio que se transforma en contemplación, que nos hace entrar en el silencio de Dios y llegar al punto donde nace la Palabra, la Palabra redentora".


"Nuestro hablar y pensar -prosiguió. debería servir para que pueda escucharse y encontrar espacio en el mundo el hablar de Dios, de la palabra de Dios. Así, de nuevo, nos encontramos invitados a este camino de la renuncia a nuestras palabras, a este camino de purificación para que nuestras palabras sean solo instrumento mediante el cual Dios pueda hablar y de esa forma Dios sea realmente no el objeto sino el sujeto de la teología".


Después citando la Primera Carta de San Pedro, recordó que "hablar para encontrar aplausos, hablar orientándose a cuanto los hombres quieren escuchar, hablar obedeciendo a la dictadura de las opiniones comunes, se considera como una especie de prostitución de la palabra y del alma", pero "no hay que someterse a esta tipología" sino "buscar la obediencia a la verdad. Pienso que esta sea la virtud fundamental del teólogo, esta disciplina dura de la obediencia a la verdad, que nos hace colaboradores" y "bocas de la verdad"

BXVI-HOMILIA/TEOLOGIA/... VIS 061006 (320)