miércoles, junio 25, 2008

SAN MAXIMO EL "CONFESOR": TESTIGO VALIENTE FE EN CRISTO


CIUDAD DEL VATICANO, 25 JUN 2008 (VIS).-En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron 14.000 personas, el Papa habló sobre San Máximo, monje del siglo VI.


El Santo Padre subrayó que este santo fue "otro gran Padre de la Iglesia de Oriente", que "mereció de la tradición cristiana el título de Confesor por la valentía con que dio testimonio -confesó-, también con el sufrimiento, la integridad de su fe en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Salvador del mundo".


San Máximo, recordó Benedicto XVI, nació en Palestina, en torno al 580. "Desde Jerusalén se trasladó a Constantinopla y de allí, a causa de las invasiones bárbaras, se refugió en África, donde se distinguió por su gran valentía en la defensa de la ortodoxia. No a aceptaba la reducción de la humanidad de Cristo".


El Papa puso de relieve que San Máximo "fue llamado a Roma y en el 649 participó activamente en el Concilio Lateranense, convocado por el Papa Martín I para defender las dos voluntades de Cristo, contra el edicto del emperador, que -pro bono pacis- prohibía discutir sobre esta cuestión. (...) San Máximo seguía repitiendo sin embargo que era imposible afirmar de Cristo una sola voluntad y por eso fue sometido junto a dos de sus discípulos, ambos llamados Anastasio, a un proceso agotador". Tras ser acusado de hereje, "le amputaron la lengua y la mano derecha, ya que había combatido de palabra y con sus escritos la doctrina errónea de la única voluntad de Cristo. Después, el santo monje fue exiliado a Colchide, en el Mar Negro, donde murió a causa de los terribles sufrimientos padecidos el 13 de agosto del 662, a los 82 años".


El Santo Padre subrayó que el pensamiento de Máximo "nunca fue solo teológico, especulativo, (...) porque tenía siempre como punto de llegada la concreta realidad del mundo y de la salvación. (...) Al ser humano, creado a su imagen y semejanza, Dios le confió la misión de unificar el cosmos".


"La vida y el pensamiento del santo fueron iluminados con fuerza por un gran coraje para testimoniar la integral realidad de Cristo, sin reducciones o compromisos. De este modo entendemos cómo debemos vivir para responder a nuestra vocación, vivir unidos a Dios, para estar unidos a nosotros mismos y al cosmos, dando al mismo cosmos y a la humanidad la justa forma".


El Papa afirmó que "el "sí" universal de Cristo nos muestra claramente cómo dar el peso justo a todos los demás valores, (...) como por ejemplo a la tolerancia, la libertad, el diálogo. Una tolerancia que no supiese distinguir el bien del mal sería caótica y autodestructiva; una libertad que no respetase la de los demás y no hallase la medida común de nuestras libertades sería anárquica y destruiría la autoridad. El diálogo que no sabe sobre qué dialogar se convierte en una palabrería vacía". En este contexto subrayó que todos estos valores "pueden ser verdaderos únicamente si tienen un punto de referencia que les une y les confiere la verdadera autenticidad". Este punto de referencia es "la síntesis entre Dios y el cosmos, es la figura de Cristo en la que aprendemos la verdad sobre nosotros mismos y también dónde situar todos los demás valores, para descubrir su significado auténtico".


"De este modo -concluyó-, Cristo nos indica que el cosmos debe ser liturgia, gloria de Dios y que la adoración es el inicio de la verdadera transformación, de la verdadera renovación del mundo".


VIS 080625 (570)

miércoles, junio 18, 2008

SAN ISIDORO: SINTESIS ENTRE VIDA ACTIVA Y CONTEMPLATIVA

CIUDAD DEL VATICANO, 18 JUN 2008 (VIS).-Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a San Isidoro de Sevilla (560-636), definido por el Concilio de Toledo en el año 653 "Gloria de la Iglesia Católica". La audiencia se celebró en la Plaza de San Pedro y contó con la presencia de 11.000 personas.



Isidoro, amigo del Papa Gregorio Magno, era el hermano menor de San Leandro, obispo de Sevilla, al que sucedió en esa sede episcopal, explicó el Papa, recordando que en aquella época "los visigodos, bárbaros y arrianos, invadiendo la península ibérica se habían apropiado de los territorios pertenecientes al Imperio romano" que "era necesario conquistar al (...) catolicismo".

El santo, bajo la guía de su hermano, se educó en la disciplina y el estudio. Su casa contaba con una nutrida biblioteca repleta de textos clásicos, paganos y cristianos. Por eso, sus obras "abarcan un conocimiento enciclopédico de la cultura clásica pagana y un profundo conocimiento de la cultura cristiana".


"En su vida personal -dijo el Santo Padre- Isidoro experimentó un conflicto interior permanente (...) entre el deseo de soledad, para dedicarse únicamente a la meditación de la Palabra de Dios y las exigencias de la caridad hacia los hermanos, de cuya salvación se sentía encargado como obispo".

El doctor de la Iglesia, que en su juventud conoció el exilio, "poseía un gran entusiasmo apostólico y experimentaba la emoción de contribuir a la formación de un pueblo que reencontraba por fin su unidad, tanto en ámbito político como religioso, con la conversión providencial del arrianismo al catolicismo del príncipe heredero, Hermenegildo".


"No hay que minusvalorar -aclaró Benedicto XVI- la enorme dificultad de hacer frente de forma adecuada a problemas muy graves, como las relaciones con los herejes y con los judíos. Toda una serie de problemas que resultan también hoy muy concretos, si pensamos en lo que sucede en algunas regiones donde parecen replantearse situaciones muy parecidas a las de la península ibérica en el siglo VI".

En Isidoro hay que admirar "su preocupación por no dejar de lado nada de lo que la experiencia humana produjo en la historia de su patria y del mundo. No hubiera querido perder nada de lo que el ser humano aprendió en la antigüedad, pagano, hebreo o cristiano que fuera". Por otra parte, el santo "percibe la complejidad en la discusión de los problemas teológicos y propone a menudo, con agudeza, soluciones que recogen y expresan la verdad cristiana completa".


Con su "realismo de pastor verdadero" Isidoro de Sevilla propone una síntesis entre la vida contemplativa y activa inspirada en el ejemplo de Cristo, que "durante el día ofrecía signos y hacía milagros en la ciudad, pero mostró la vida contemplativa cuando se retiraba a la montaña y pernoctaba en oración. (...) Como se debe amar a Dios con la contemplación, se debe amar al prójimo con la acción".


"Creo que esta síntesis de una vida que busca la contemplación y el diálogo con Dios en la oración y la lectura de la Sagrada Escritura y la acción al servicio de la comunidad, del prójimo -concluyó el Papa-, es la lección que el gran obispo de Sevilla nos deja a los cristianos de hoy, llamados a dar testimonio de Cristo al inicio de un nuevo milenio".


VIS 080618 (560)

sábado, junio 14, 2008

Charla sobre "el laicismo" por el Prof. Dr. D. Javier López

14.6.2008. En www.aragonliberal.es



Por: Alejandro González-Varas

Un nuevo encuentro del Foro de Debate. El invitado fue el Prof. Dr. D. Javier López, Profesor Titular de Derecho Procesal de la Universidad de Zaragoza, sobre un tema muy amplio "el laicismo".

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Durante la noche del 11 de junio de 2008 tuvo lugar un nuevo encuentro del Foro de Debate. Como ya es acostumbrado, la reunión tuvo lugar en el céntrico Hotel Zénit-Don Yo de Zaragoza. El invitado que en esta ocasión honró con su presencia a la veintena de asistentes fue el Prof. Dr. D. Javier López, Profesor Titular de Derecho Procesal de la Universidad de Zaragoza.

Una vez acomodados en torno a la mesa, y antes de que diera comienzo la cena, el Prof. López comenzó su exposición. Su objeto era "el laicismo". Aunque la materia era amplia y compleja, hizo gala de una encomiable capacidad de concisión. Comenzó definiendo el laicismo como una corriente de pensamiento y de comportamientos hostiles hacia el fenómeno religioso. Señaló que, en sus manifestaciones más extremas, puede derivar en su expulsión de la esfera pública -reduciéndolo a un fenómeno puramente privado- o incluso su persecución. A continuación identificó dos de las principales causas que han originado este fenómeno. En primer lugar, el estatalismo. Consiste en una actitud del Estado que pretende controlar de modo exclusivo los distintos fenómenos que componen la vida social. Sus manifestaciones más claras se dejan sentir a partir desde el siglo XIX. Partiendo de esta concepción, se entiende que las religiones y, más concretamente, el cristianismo, aparecen para el Estado en una situación de competencia. Aquél entiende que la Iglesia continúa llevando a cabo algunas iniciativas que le debería corresponder dirigir a él. Uno de los principales ejemplos de esta situación consistió, según López, la Kulturkampf alemana de la época de Bismarck. La segunda causa que ha favorecido la aparición del laicismo se puede localizar en la interpretación que se ofreció en el siglo XIX a la reacción de la Iglesia ante el liberalismo. La Iglesia criticó determinados aspectos de este fenómeno. La consecuencia se tradujo en su identificación con posicionamientos antiliberales y conservadores. En ocasiones fue fruto de un conocimiento incompleto de la doctrina de la Iglesia ante la mencionada corriente. Muestra de ello fue que, cuando en 1864 Pío IX aprueba la encíclica Quanta cura y el Syllabus, los comentarios se centraron en este último elenco que agrupaba los errores condenados en ese momento, sin prestar la debida atención al contenido doctrinal de la encíclica. En definitiva, se difundió en algunos sectores una idea de la Iglesia como una institución anquilosada y antiliberal. En los tiempos actuales los posicionamientos laicistas se focalizan sobre algunos puntos concretos. Entre ellos aparecen las críticas a la financiación de las confesiones religiosas. Asimismo, en los intentos de expulsión de la esfera pública del elemento religioso y de su posibilidad de contribuir a la conformación del bien común. Se pretende con ello que las creencias sean vividas de un modo sólo privado. Este tipo de conductas suponen un concepto limitado de la libertad religiosa.

De poco sirve que se permita creer en algo si luego no se puede manifestar. Frente a ello, una adecuada garantía de este derecho pasaría, entre otros factores, por permitir esas manifestaciones públicas de lo religioso -dentro de los límites establecidos por el Derecho- junto a la cooperación entre el Estado y las confesiones religiosas. Durante la sobremesa se reabrió el debate, con lo que hubo ocasión de adentrarse con mayor profundidad en los secretos del laicismo, y en sus diferencias con la laicidad, lo que en ocasiones se confunde. Los comensales mostraron su agradecimiento a D. Javier López por su ilustrativa y amena charla. Desde aquí reiteramos esa gratitud en espera de una nueva oportunidad de reunión del Foro de Debate.

miércoles, junio 11, 2008

Suspensión cautelar de la obligación de cursar Educación para la Ciudadanía a un objetor de Huesca.

11.6.2008.

Huesca puede tomar un gran impulso con esta noticia. La victoria es parcial pero los argumentos son sólidos. Enhorabuena

En www.aragonliberal.es


Por: Federico Rodríguez

En Huesca se ha dado un paso importante en la defensa del derecho de los padres a educar e sus hijos. La suspensión cautelar de la obligación de cursar la asignatura Educación para la Ciudadanía, dictada por el Juez Antonio Martín González, es esperanzadora y muestra como motivos la posibilidad de un daño irreparable en la formación de los hijos con unos valores o adoctrinamientos no deseados, además de señalar que no hay perturbación del interés público por existir praxis semejante en otras asignaturas como la Asignatura de Religión.

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Suspensión cautelar de la obligación de cursar Educación para la Ciudadanía a un objetor de Huesca.

 
En Huesca se ha dado un paso importante en la defensa del derecho de los padres a educar e sus hijos. La suspensión cautelar de la obligación de cursar la asignatura Educación para la Ciudadanía, dictada por el Juez Antonio Martín González, es esperanzadora y muestra como motivos la posibilidad de un daño irreparable en la formación de los hijos con unos valores o adoctrinamientos no deseados, además de señalar que no hay perturbación del interés público por existir praxis semejante en otras asignaturas como la Asignatura de Religión.

D. Esteban Luzón y Doña Francisca Querol presentaron un recurso Contencioso-Administrativo ante el tribunal de Huesca en el que pedían protección de los Derechos Fundamentales frente a la resolución del Viceconsejero de Educación en la que se acordaba no procedente la objeción de conciencia planteada frente a "Educación para la ciudadanía" obligando a sus hijos a cursarla en contra de las convicciones de sus progenitores

El abogado de las partes, Don Enrique Sancho Gargallo, solicitó también la medida cautelar de suspensión de la obligación de cursar la asignatura mientras no se resolviese el Proceso Contencioso-Administrativo.

Teniendo en cuenta que la medida propuesta no provoca ningún daño a tercero, si bien las partes que se oponen a la medida cautelar afirmar que "se perturba el interés público" señalando que los menores quedarían sin clase durante el horario de dicha asignatura, siendo responsabilidad del centro educativo la custodia de los menores durante ese tiempo, ese argumento no acredita que sea una perturbación relevante, pues los alumnos afectaros se pueden mantener en esas horas lectivas en otras actividades curriculares o dedicarse al estudio en las instalaciones propias del centro escolar.

Pero además la aceptación de esta suspensión cautelar argumenta que  la no asistencia a las clases de Religión (Católica) por parte de alumnos no católicos, agnósiticos o ateos, o la preparación de un menú escolar diferente a los alumnos musulmanes se han ido atendiendo con normalidad en los centros educativos.

Además asegura la suspensión cautelar que la no asistencia a esas clases provocaría que los hijos menores de la parte reclamante no recibirán una enseñanza o adoctrinamiento en valores que no son compartidos por sus progenitores, que es exactamente lo que ellos tratan de evitar. Por eso esta medida cautelar evitaría daños que no podrían ser reparados ni moral ni económicamente.

Unas buenas razones para que el juez oscense dicte que procede la media cautelar de no cursar la asignatura hasta que recaiga Sentencia Firme que ponga fin al procedimiento administrativo.

Federico R. de Rivera

SAN COLUMBANO NUTRIO LAS RAICES CRISTIANAS DE EUROPA


CIUDAD DEL VATICANO, 11 JUN 2008 (VIS).-En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre san Columbano, uno de los monjes irlandeses más conocidos del siglo VI, "que con razón se puede considerar un santo "europeo".


Nacido en el 543, en la provincia de Leinster, al sudeste de Irlanda, "Columbano -dijo el Santo Padre- entró a los veinte años en el monasterio de Bangor" y la vida en este lugar y el ejemplo del abad Comgall "influyeron en el concepto de monaquismo que el santo maduró con el tiempo y difundió a lo largo de su existencia".


Benedicto XVI recordó que Columbano abandonó la isla a los cincuenta años "para emprender con doce compañeros una obra misionera en el continente europeo, donde a causa de la emigración de pueblos venidos del Norte y del Este, amplias zonas cristianizadas habían vuelto al paganismo".


Tras poner de relieve que la "reevangelización" de estos misioneros "comenzó a desarrollarse sobre todo mediante el testimonio de la vida", el Papa señaló que "muchos jóvenes deseaban ser acogidos en la comunidad monástica para vivir como ellos, y en seguida fue necesario fundar un segundo monasterio", que se construyó en Luxeuil. Este monasterio "se convirtió en el centro de la irradiación monástica y misionera de tradición irlandesa en el continente europeo. Un tercer monasterio se construyó en Fontaine".


San Columbano "vivió unos veinte años en Luxeuil" y allí "escribió la "Regula monachorum", que describe la imagen ideal del monje. Es -dijo el Santo Padre- la única regla monástica antigua irlandesa que poseemos actualmente". Además, continuó, el santo "introdujo en el continente la confesión privada y la penitencia, que debía ser proporcional a la gravedad del pecado cometido".


"Por su intransigencia con todas las cuestiones morales, entró en conflicto con la casa real, porque había amonestado duramente al rey Teodorico por sus relaciones adúlteras" y en el 610 fue expulsado de Luxeuil junto con todos los monjes irlandeses, "que fueron condenados a un exilio definitivo".


Debido a unos problemas durante la navegación, el barco se encalló a poca distancia de la playa y los monjes volvieron a tierra. Pero en vez de regresar a Luxeuil "comenzaron -dijo el Papa- una nueva etapa evangelizadora", primero en Tuggen (Suiza) y después en la parte oriental del lago de Constanza.


Benedicto XVI señaló que al llegar a Italia, san Columbano tuvo que afrontar "notables dificultades: la vida de la Iglesia estaba lacerada por la herejía arriana, que todavía prevalecía entre los longobardos, y el cisma que había separado a la mayor parte de las Iglesias de Italia septentrional de la comunión con el Obispo de Roma". En este contexto, el santo irlandés "escribió un libelo contra el arrianismo y una carta al Papa Bonifacio IV para convencerlo de que se comprometiera decididamente en restablecer la unidad".


Columbano, continuó, "fundo en Bobbio un nuevo monasterio que llegaría a ser un centro de cultura comparable al famoso monasterio de Montecasino. Aquí transcurrió sus últimos días: murió el 23 de noviembre del 615 y en esa fecha es conmemorado en el rito romano hasta hoy".

"El mensaje de san Columbano se concentra en un firme llamamiento a la conversión y al desapego de las cosas terrenas en vista de la herencia eterna. Con su vida ascética y su comportamiento sin compromisos frente a la corrupción de los poderosos, evoca la figura severa de san Juan Bautista. Su austeridad, sin embargo, (...) solo es el medio para abrirse libremente al amor de Dios y corresponder con todo el ser a los dones recibidos de El, reconstruyendo en sí la imagen de Dios y al mismo tiempo trabajando la tierra y renovando la sociedad humana".


El Papa terminó poniendo de relieve que el santo monje irlandés, "hombre de gran cultura y rico de dones de gracia, sea como incansable constructor de monasterios, que como predicador penitencial intransigente, dedicó todas sus energías a alimentar las raíces cristianas de la Europa que estaba naciendo. Con su energía espiritual, con su fe, con su amor a Dios y al prójimo se convirtió en uno de los padres de Europa, que nos muestra hoy dónde están las raíces de las cuales puede renacer nuestro continente".


AG/SAN COLUMBANO/... VIS 080611 (700)

sábado, junio 07, 2008

Nos han enviado este decálogo. Diez motivos para estudiar religión en la Escuela.

6.6.2008.



Por: Pilar Pérez

Y realmente las mejores personas son las que más ponen en práctica los consejos que se dan en esas clases. Es cuestión de AMOR.

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10 motivos para estudiar religión en la escuela

Decálogo sobre la clase de religión.
En el Foro de Desarrollo y Progreso.

1 Da sentido a la propia vida.
La dimensión religiosa y moral aporta el sentido a tu vida, las respuestas a tus grandes preguntas, así como la orientación, el ejemplo y la palabra del mismo Dios sobre tu crecimiento en el bien y la verdad.

2 Es esencial para nuestro desarrollo humano.
La dimensión religiosa y moral es una cualidad esencial en el ser humano. Para que el alumno alcance una formación plena debe desarrollar también su capacidad religiosa.

3 Ayuda a descubrir la verdad más profunda sobre uno mismo.
La enseñanza de la religión católica da un paso más allá que la enseñanza de la cultura religiosa: responde a la necesidad más profunda y más radical que tiene el ser humano: el deseo de infinito, la búsqueda de una Verdad universal y única.

4 Enseña por qué amar, por qué esperar.
Responde a tus grandes preguntas y aporta razones para amar, razones para creer y razones para esperar.

5 ¡Porque me da la gana!: la Constitución garantiza la libertad religiosa.
La Constitución española garantiza la libertad religiosa (art. 16) y el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos: Los poderespúblicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. (art. 27).

6 Para un católico es una asignatura más, que los demás deben respetar.
Los acuerdos para desarrollar esta asignatura establecen que debe existir una alternativa a la religión, que sea evaluable y que la religión tenga el mismo valor que cualquier otra asignatura. Nada de esto se cumple.

7 Es ayuda esencial para los padres responsables y coherentes.
Es un derecho que los padres y alumnos deben exigir en la escuela. Un padre responsable y coherente lo pedirá para sus hijos: es básico para que el alumno cristiano adquiera la formación propia y para que conozca las raíces de la fe y su valor, en relación a los demás saberes.

8 Para comprender mejor nuestro mundo.
Se estudia en el colegio, además de la catequesis que se recibe en la parroquia. Ambas no se identifican; son complementarias. El contenido doctrinal en ambas es el mismo, pero en la escuela se enseña como un elemento necesario para comprender su cultura y fundamental para dar sentido a su vida.

9 Hace más amable y digna la convivencia en el centro educativo.
Enseña el respeto, el diálogo, el valor de la Verdad, la solidaridad, el compañerismo como características de la vida cristiana.

Y por todo lo anterior…

10. Nos ayuda a construir una sociedad más justa, libre y pacífica.

miércoles, junio 04, 2008

SAN GREGORIO MAGNO: LA HUMILDAD ES LA MEDIDA DE LA GRANDEZA


CIUDAD DEL VATICANO, 4 JUN 2008 (VIS).-Benedicto XVI retomó en la audiencia general de los miércoles la catequesis sobre San Gregorio Magno, iniciada la semana pasada, centrándose esta vez en la doctrina de este Papa y Doctor de la Iglesia.

El Santo Padre recordó que en sus numerosas obras, San Gregorio "no se muestra nunca preocupado por trazar una doctrina "suya": prefiere hacerse eco de la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el camino que es necesario recorrer para llegar a Dios".

"Apasionado lector de la Biblia", el autor de las "Homilías sobre los Evangelios", cree que el cristiano cuando lee las Escrituras "no debe conseguir solamente conocimientos teóricos, sino más bien el alimento cotidiano para su alma" e "insiste con fuerza en esta función del texto sacro: acercarse a la Escritura simplemente para satisfacer el deseo de conocimiento significa ceder a la tentación del orgullo".

"La humildad intelectual -dijo el pontífice- es la primera regla para quienes quieren penetrar en las realidades sobrenaturales partiendo de los libros sagrados. (...) Por otra parte, cuando se trata de la Palabra de Dios, comprender no es nada, si la comprensión no lleva a la acción".

En el "Comentario moral a Job", el doctor de la Iglesia, siguiendo la tradición patrística, "examina el texto sacro con un triple enfoque: literal, alegórico y moral. (...) El ideal moral consiste siempre en realizar una armoniosa integración entre palabra y acción, pensamiento y compromiso, oración y dedicación a los propios deberes. (...) Ese gran Papa traza para el creyente un proyecto completo de vida, que constituirá durante la Edad Media una "Summa" de la moral cristiana".

En su texto más conocido, la "Regla Pastoral", San Gregorio "se propone delinear la figura del obispo ideal, maestro y guía de su rebaño. (...) El obispo es ante todo "el predicador" por excelencia y como tal debe ser ante todo un ejemplo para los demás" y recuerda que "para una acción pastoral eficaz es necesario que conozca a los destinatarios y adapte sus intervenciones a la situación de cada uno". Además, "insiste en el deber que tiene el Pastor de reconocer su propia miseria, para que el orgullo no haga vano, ante los ojos del Juez Supremo, el bien cumplido".

"Todas estas preciosas indicaciones -explicó el Papa- demuestran el elevado concepto que San Gregorio tiene del cuidado de las almas, que define "el arte de las artes". (...) En el diseño teológico que Gregorio desarrolla en sus obras, pasado, presente y futuro son relativos. Lo que más le importa es el arco completo de la historia de la salvación que sigue su curso entre los oscuros meandros del tiempo. (...) Para él, los guías de las comunidades cristianas deben comprometerse a examinar los eventos a la luz de la Palabra de Dios".

Por último, Benedicto XVI recordó que en las relaciones que el Papa Gregorio "cultivó con los patriarcas de Antioquía, Alejandría y Constantinopla reconoció y respetó siempre sus derechos, evitando cualquier interferencia que limitase su autonomía legítima" y "si en su situación histórica se opuso al título de Patriarca Ecuménico para el Patriarca de Constantinopla (...) lo hizo porque se preocupaba (...) de la unidad fraternal de la Iglesia universal y, sobre todo, por su convicción profunda de que la humildad era la virtud fundamental de todo obispo y más aún de un patriarca".

"En su corazón -recalcó el Santo Padre-, Gregorio siguió siendo siempre un simple monje y por eso fue contrario a los grandes títulos. Quería ser el "servus servorum Dei" (el siervo de los siervos de Dios). (...) Profundamente conmovido por la humildad de Dios que en Cristo se hizo siervo nuestro, (...) estaba convencido de que un obispo debía imitar esa humildad".

Aunque el deseo de San Gregorio hubiera sido el de "vivir como un monje en permanente coloquio con la Palabra de Dios -concluyó Benedicto XVI-, por amor suyo se hizo servidor de todos en un tiempo lleno de tribulaciones y sufrimientos: siervo de los siervos. Por eso fue "Grande" y nos enseña cuál es la medida de la verdadera grandeza".

VIS 080604 (680)

Naturalidad o mala educación.


La cultura de hoy es la cultura del "me apetece", de "me siento cómodo", del "por qué no"... y esa cultura, relativista, debería definirse como la cultura de la mala educación.

Nadie quiere sentirse coaccionado. Pero, curiosamente, la ley de los pensadores relativistas es más dura y más coactiva que la propia conciencia. La ley, entendida como manifestación de la mayoría y obligatoria imposición en aras a la convivencia, puede definir, y lo está haciendo, que determinados seres humanos no tienen la categoría de persona y son prescindibles. Por su "relativista actitud" llegan a conclusiones ¡hominicidas!

Entonces los "maleducados" son "represariados" por el Estado en vez de interpelados por la conciencia.

Pero esos tres demonios que son como las tres nuevas banderas de la libertad, son falsos como Judas. Si lo que me apetece es la norma de mi conducta... sólo habrá un freno... la apetencia más fuerte del contrario, o su resistencia a que le despoje de aquello que es objeto de mi pasión.

Es claro que la buena educación cambia los términos. La apetencia se subordina a la conveniencia, al gusto del otro, a la donación. Mi mayor gusto: "ver felices a los que quiero".

El demonio del "me siento cómodo" se traduce fácilmente en ir sucio, desarreglado, provocador... "oliendo mal", "dejando la habitación llena de porquería y desorden"... Es el "demonio de la leonera". ¿Piensa alguno cómo se siente de cómodo el que convive con personajes tan dejados? Es la comodidad como norma de conducta. Es el esperar que sea otro el que piense, obre y decida por mí. Es el camino de la desidia.
Es clara que la buena educación no es ni la hipocresía de aparecer como no se es, ni la dejadez del "sucio". La naturalidad nos lleva al aseo, al cuidado del porte personal, al cuidado de la salud, al orden en la habitación y en el despacho.

El más irracional de los demonios, el "por qué no" debería refrenarse por y el "por qué sí" ¿obras por impulsos o por cabeza? ¿No es propio del ser humano preguntarse de las razones de su obrar?

Es claro que el demonio relativista del "por qué no" es sencillamente el más puro de todos. No hay razón en el obrar, el impulso es ley. Y si es así ¿por qué regular el caos? El caos, la probabilidad se estudian, no se castigan. La irracionalidad no es culpable, es sencillamente la ley de la selva en "humanos".

Frente a la irracionalidad, su superación es obrar siempre por una razón, pensar las razones del obrar, pedir consejo, analizar las consecuencias de nuestros actos. En definitiva, comportarse como seres superiores porque lo somos.

Un contraste claro entre lo que nos venden los políticos relativistas y lo que la naturaleza manifiesta casi de modo evidente como mejor.

Es cuestión de elegir lo más sensato.

frid

Salvemos el mundo. ¿De qué te quejas?



¿De qué te quejas?


Siempre que pienso en el trabajo me acuerdo de la doctrina de San Josemaría Escrivá cuando comenta que algunos se quejan de lo mal que va el mundo, esperando, con su pasividad, que "otros" sean los que se lo arreglen.

Y sigue estando el mundo mal, esperando siglos y siglos la labor de "santos aislados" que muevan y remuevan los corazones.

¿Has pensado la potencia que tendría un buen grupo de santos empeñados en esa tarea? ¿Y por qué no asumir nosotros ese trabajo?

A nadie se le puede obligar a que enfoque de ese modo constructivo su trabajo, su vida familiar y sus labores sociales. Y, sin embargo, todos estamos obligados a ello. Es una obligación fuerte pero gratificante. Es como la obligación de conservar la vida.

¿Alguien se abruma y se agobia porque cada día tiene que inspirar y expirar miles y miles de veces para vivir? ¿Dirá que es una carga la vida porque tiene que comer o que beber? Es, sencillamente, lo normal de la naturaleza. Y, cuando eso nos cuesta es que estamos muy enfermos.

¿Y, por vivir y respirar amor de Dios... nos agobiamos y decimos que se nos pide demasiado?

Cuando tú y yo dejemos este mundo, ¿qué llevaremos en el Baúl?

¿No es apasionante la respiración en el amor divino, y el asumir una vida de santidad en la tierra?

Actualmente la humanidad se ha puesto sobre sus hombros la ímproba tarea de "salvar el mundo", de hacerlo más respirable, de parar el calentamiento global por los demás, porque, nosotros, todos nosotros, cuando acabemos la vida mortal respiraremos otra cosa.

Pero al mismo tiempo, la misma humanidad, se ha empeñado en la tarea más ímproba aún, de eliminar de su alma la conciencia. Y así va el mundo de mal. Un magnífico envoltorio de podredumbre: de guerras, de hambre, de prostitución, de SIDA transmitido, de familias desechas, de suicidios, de abortos.

Valdría la pena una tarea de salvar la "conciencia humana" como nicho ecológico que permitiría vivir una vida más humana y, después de esta vida, llenas las alforjas de obras buenas, probar a respirar "amor de Dios" a pleno pulmón.

Si esperas que sean otros los que se empeñen en en rescate de la "conciencia"... puedes esperar sentado... se te formarán telarañas en toda tu alma.

Por eso, si no haces nada ¿de qué te quejas?

frid