viernes, marzo 27, 2009

Obama pone el reloj a andar para atrás


"Hoy que los avances en la investigación de las células madre adultas son de gran importancia, casi históricos, al punto de que casi se ha convertido en rutinario saber de nuevos hallazgos, el Presidente Obama ha elegido poner a andar el reloj para atrás y empezar ahora a presionar a los contribuyentes a subvencionar lo inmoral en lugar de lo ético, lo impracticable en lugar de lo que funciona, y la promoción que exagera y la hipérbole en lugar de la esperanza.
La investigación de células madres que destruye embriones humanos no es sólo inmoral, impracticable, poco confiable, sino que ahora es probadamente innecesaria". Congresista Christopher Smith (Republicano por New Jersey), 9 de marzo de 2009


El 9 de marzo el presidente Obama con un decreto presidencial autoritario legalizó la investigación con células madre embrionarias en una tentativa de quitar las "restricciones a la búsqueda científica." Ese mismo día se realizó una conferencia en respuesta al decreto presidencial en el cual estaban presentes los así llamados "snowflake babies" (bebés copo de nieve), es decir, aquellos niños que fueron alguna vez embriones congelados, y luego implantados y llevados a término. Hoy su presencia es argumento irrefutable de lo que Obama y Cía transgreden y no quieren ver.


"Mas allá de obtener mayores descubrimientos" declaró Obama el 9 de marzo justo antes de la firma de su decreto "nuestro gobierno ha resuelto lo que creo es una falsa dicotomía entre lo que suena a ciencia y los valores morales. En este caso, creo que ambos no resultan contradictorios. Como persona de fe, creo que estamos llamados a cuidarnos los unos a los otros y trabajar para aliviar el sufrimiento humano".


Mientras que la mayoría de los pro-vida se oponen enérgicamente a la investigación con células madre de embriones, a muchos se les hace difícil defender su postura debido a los supuestos avances médicos que la investigación ha hecho posible. Sin embargo, muchísimos se sorprenderían al saber que todos y cada uno de esos descubrimientos médicos relacionados con las células madres se han realizado sin usar embriones. El trabajo con estas células ha producido una prometedora investigación científica que podría conducir a fantásticas curas de todo tipo de enfermedades.


Como Michaela Kingston escribe, en un artículo titulado "Discúlpeme, Su Ideología se deja ver": Las células madre embrionarias pueden tener el potencial de curar muchas enfermedades. Pero después de diez años y millones de dólares, todavía no han logrado alcanzar ese potencial. Mientras tanto, las células madre tomadas de adultos han probado ser lo bastante eficaces para aliviar el sufrimiento humano. Incluso para ponerlo más claro, si usted está a favor de las células madre embrionarias, sepa que usted mismo está produciendo "células madre pluripotentes inducidas (iPS) ", que son casi iguales a las células madre embrionarias pero no implica la destrucción de embriones. Estas células iPS no involucran la costosa manipulación del embrión y puede realizarse de las propias células de un paciente, evitando el rechazo inmunológico.


Entonces, en otras palabras, Obama no sólo ha aprobado un procedimiento que sería moralmente inaceptable sin darle importancia a si tiene o no ventajas científicas, lo ha hecho contrariando toda prueba médica y científica. El supuesto deseo presidencial "de trabajar para aliviar el sufrimiento humano" suena falso cuando es claro que los procedimientos que él apoya han demostrado ser científicamente infructuosos. Además de esto, científicos preocupados por la cuestión ética no sólo han señalado el riesgo moral, sino mejor aún, han ofrecido una solución factible.


Pero todo ha sido en vano.


La corriente ideológica de Obama al parecer se extiende al aborto coercitivo también. El Proyecto de Ley Omnibus (jerga congresal para referirse a un proyecto de ley con diferentes asuntos) FY2009, aprobado por el presidente el 11 de marzo, contiene una salida que permite el financiamiento de UNFPA, independientemente de si están o no implicadas en abortos forzados o esterilizaciones forzadas. En el período de Reagan, la enmienda Kemp-Kasten claramente dictamina que los impuestos de los norteamericanos no podrían ser utilizados para financiar el aborto forzado o la esterilización forzada en el extranjero. Inclusive cuando los legisladores pro vida de la Cámara de Representantes propusieron una enmienda a éste proyecto de ley que obligaba a UNFPA a ceñirse a la enmienda Kemp-Kasten como todas las demás organizaciones, ésta fue impugnada.


El mensaje es muy claro: Obama quiere que sus programas tengan los fondos necesarios, sin que le importe el costo político. Está completamente deseoso de arrasar con toda consideración legal o moral para alcanzar este objetivo. Peor aún, no sólo esta dispuesto a dejar de lado estas preocupaciones. Está dispuesto a dejar de lado la lógica básica y fría del asunto, la lógica con la cual se han logrado trascendentales acuerdos bipartidistas.


Esta lógica dictamina que, aunque no estemos de acuerdo en el tema del aborto, sí estamos de acuerdo en que las mujeres nunca deberían ser obligadas a tener abortos. Dejando de lado las controversias morales, la investigación de células madre embrionarias es una ciencia estéril y debería abandonarse a favor de investigaciones más productivas. Esta lógica indica que los norteamericanos están divididos en el tema del aborto y por lo tanto es irresponsable usar los impuestos de todos por igual para financiar algo que muchos de ellos encuentran moralmente repugnante.


En los términos de Michaela Kingston, lejos de promover la "responsabilidad", Obama sólo ha preparado el terreno para "obligar a los científicos usando la publicidad exagerada y engañosa, a grupos de intereses particulares, a "lobbistas" y a un público bien intencionado pero pobremente informado para continuar con una investigación que desemboca en "un callejón sin salida."


Sencillamente hablando, Obama realmente está deseoso de poner el reloj a andar para atrás, regresarlo al tiempo donde la gente tenía poca voz en el gobierno, y cuando el gobierno tuvo poco interés en los interrogantes científicos o morales debatidos antes de éste que le ha valido tanto tiempo y dedicación a Obama.
Dios nos proteja de un "cambio" como éste.

Colin Mason es Director de Comunicaciones de Population Research Institute


Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.
(c) 2008 Population Research Institute.

miércoles, marzo 18, 2009

El Papa se hace portavoz en Camerún del grito de paz y justicia africano y denuncia las nuevas formas de esclavitud

18.3.2009.

 


Por: Redacción

Nada más pisar suelo africano por primera vez en su pontificado, Benedicto XVI se hizo portavoz del grito de justicia y paz que resuena en el corazón de sus habitantes en sus diferentes latitudes.

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El Papa se hace portavoz en Camerún del grito de paz y justicia africano


YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Nada más pisar suelo africano por primera vez en su pontificado, Benedicto XVI se hizo portavoz del grito de justicia y paz que resuena en el corazón de sus habitantes en sus diferentes latitudes.


El discurso que pronunció en la apacible tarde de Yaundé, la capital de Camerún, en el aeropuerto Nsimalen, sirvió para plantear con fuerza el argumento que congregará en el próximo mes de octubre a obispos africanos en Roma para participar en su segundo sínodo continental de la historia.
De hecho, el Papa ha llegado a estas tierras para publicar, este jueves, que coincide con el día de su santo, el "Instrumentum Laboris" (documento de trabajo) de esa cumbre episcopal que tendrá por argumento "La Iglesia en África, al servicio de la reconciliación, de la justicia y la paz. 'Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo' (Mateo 5, 13,14)".


En su discurso, con el que respondió a las palabras de bienvenida que le dirigió cerca del avión el presidente de la República, Paul Biya, el pontífice aseguró que "ante el dolor y la violencia, la pobreza, el hambre, la corrupción o el abuso del poder, un cristiano nunca puede quedarse en silencio".


"El mensaje salvífico del Evangelio exige ser proclamado con fuerza y claridad, de manera que la luz de Cristo pueda brillar en la oscuridad de la vida de las personas", subrayó ofreciendo pistas ya para lo que será el sínodo africano.


"Aquí, en África, al igual que en otras muchas partes del mundo, innumerables hombres y mujeres anhelan escuchar una palabra de esperanza y consuelo", reconoció. "Conflictos locales dejan miles de personas sin casa y desprotegidas, huérfanos y viudas".


Esclavitud moderna


"En un continente que, en el pasado, ha visto cómo muchos de sus habitantes eran cruelmente raptados y llevados a ultramar para trabajar como esclavos, el tráfico de seres humanos, especialmente de mujeres y niños inermes, se ha convertido en una moderna forma de esclavitud", denunció.


"En un momento de global escasez de comida, de confusión financiera, de cambios climáticos, África sufre de manera desproporcionada: un número creciente de sus habitantes acaba convirtiéndose en presa del hambre, de la pobreza, de la enfermedad", siguió diciendo.


"Gritan reconciliación, justicia, y paz, y esto es precisamente lo que la Iglesia les ofrece. No ofrece nuevas formas de opresión económica o política, sino la libertad gloriosa de los hijos de Dios".
La Iglesia, añadió, "no impone modelos culturales que ignoran el derecho a la vida de los que todavía no han nacido, sino el agua pura salvífica del Evangelio de la vida".


"No promueve las rivalidades interétnicas, sino la rectitud, la paz y la alegría del Reino de Dios, descrito de manera sumamente apropiada por el Papa Pablo VI con estas palabras: 'civilización del amor'".


Por su parte, el presidente Biya, en el cargo desde 1982, aseguró al Papa que su país se esforzará por "responder a las expectativas de nuestro pueblo sobre el ejercicio de los derechos cívicos y la satisfacción de sus necesidades en materia de educación, salud y nivel de vida".
La ceremonia de bienvenida se caracterizó por la espontánea y colorida acogida africana. Desde que el Papa descendió del Boeing 777 de Alitalia, que tras un viaje de unas seis horas, cientos y cientos de manos se le acercaron para darle personalmente su saludo, provocando en ocasiones, algún susto entre los encargados de la seguridad.


Ver también:

El presidente de Camerún asegura al Papa que promoverá los derechos cívicos


YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Al acoger en la tarde de este martes a Benedicto XVI en el aeropuerto de la capital, el presidente de la República Paul Biya aseguró su compromiso de promoción de los derechos cívicos y consideró que la visita es un antídoto ante el "afro-pesimismo".
El mandatario, en el discurso de bienvenida, reconoció que "no es posible no apoyar el llamamiento de la Iglesia por una mayor justicia para las poblaciones africanas, diezmadas por las pandemias, la miseria y el hambre, en ocasiones privadas de sus derechos más elementales y sometidos a condiciones de vida degradantes".


Citando aun sacerdote camerunés, el presidente, en el cargo desde noviembre de 1982, se preguntó "cómo es posible no escuchar el grito del hombre africano".


En lo que le corresponde como gobernante, Biya aseguró al Papa su esfuerzo para "responder a las expectativas de nuestro pueblo sobre el ejercicio de sus derechos cívicos y la satisfacción de sus necesidades en materia de educación, salud y nivel de vida".


Haciendo referencia al sistema político de su país, de más de 18 millones de habitantes, en su mayoría cristianos, seguidores de las creencias tradicionales o musulmanes, el presidente aseguró al Papa que seguirá esforzándose por caminar en la "buena dirección" de la democracia.


Por lo que se refiere a la política exterior, Biya aseguró que la prioridad de su país debe ser la promoción de la paz y puso como ejemplo de este compromiso las negociaciones sobre el contencioso de la península de Bakassi, que en 1981 estuvo a punto de provocar una guerra entre Camerún y Nigeria.


La Corte Internacional de Justicia, sentenció en 2002 que el territorio es de soberanía camerunesa, obligando a cederla a Camerún, lo que ocurrió finalmente el 14 de agosto de 2008.


"Gracias a una buena voluntad compartida y al apoyo de las Naciones Unidas y de algunas potencias amigas, este espinoso problema ha podido resolverse con la satisfacción general", afirmó.


"De este modo, se ha abierto el camino para una cooperación benéfica con nuestro gran hermano", explicó en referencia a Nigeria.


Por último, el presidente agradeció al Papa la convocación del Sínodo de África, que se celebrará en Roma el próximo mes de octubre, y cuyo documento de trabajo (Instrumentum laboris), será publicado este jueves.


En esta decisión, aseguró, los africanos ven "el interés constante que prestáis a quienes sufren a causa de la guerra, la miseria, la enfermedad o la opresión".


"Esta solidaridad afirmada --concluyó--, es también para ellos un aliento para no ceder al 'afro-pesimismo' y a continuar con sus esfuerzos para construir una sociedad más justa y solidaria".


Musulmanes y protestantes dan la bienvenida al Papa en Camerún


"Una bendición", comenta el gran imán de Yaundé


YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Al llegar al aeropuerto internacional Nsimalen de Yaundé, Benedicto XVI se ha encontrado con la bienvenida de musulmanes y protestantes de Camerún.


"En el Corán, el profeta Mahoma nos recomienda acoger bien a los extranjeros, pues con mucha frecuencia vienen con la paz. Por tanto, para nosotros, la venida del Papa es una bendición", ha declarado el gran imán de Yaundé, el jeque Ibrahim Moussa.


Durante su estancia en Camerún de tres días, el Papa está recibiendo en varias ocasiones la bienvenida de los responsables de la comunidad musulmana de este país de más de 18 millones de personas, la segunda religión más numerosa después del cristianismo.


Con motivo de la llegada del Papa, el jeque Ibrahim Moussa ha lanzado un llamamiento a los fieles musulmanes a "respetar la religión de los demás y a unirse para acoger a este gran hombre".


Según ha referido a la prensa local, el líder islámico ha asegurado que "consideramos al Papa como un gran imán", en referencia a la figura encargada de presidir la oración canónica musulmana, poniéndose delante de los fieles para que estos le sigan en sus rezos y movimientos.


"Rezamos para que su estancia se desarrolle bien y que regrese a su casa en paz", según ha referido a los periodistas.


"Nosotros tenemos un buen concepto de él, sobre todo convivimos pacíficamente con los fieles católicos, de hecho, rezamos al único Dios. Por tanto, los musulmanes están tan contentos como ellos de recibir al Papa aquí, en nuestro país".


También han dado la bienvenida al Papa las comunidades protestantes.


"La venida del Santo Padre a nuestro país es una gracia que no puede dejar a un cristiano indiferente", ha subrayado en particular el reverendo Jean Emile Ngué, secretario general del Consejo de las Iglesias protestantes de Camerún, quien considera que la venida del Papa al país es "un acontecimiento de elevado alcance espiritual".


Con información de Isabelle Cousturié
 
Ver también:
 

CUESTIÓN DE CONCIENCIA, CUESTIÓN DE LIBERTAD: COMO OPONERSE A ESTA EPC

 

Madrid, 18 de marzo de 2009. Durante los últimos años, miles de familias de han informado responsablemente acerca de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía (EpC) y sus implicaciones. Casi 300 fallos judiciales han dado la razón a los objetores a EpC. La dimensión de la polémica ha sido tal que el Tribunal Supremo se ha visto obligado a dictar sentencia en cuatro procedimientos judiciales.

 

Aunque estas sentencias van a ser recurridas ante el Tribunal Constitucional, el conflicto sobre EpC no se detiene en la cuestión jurídica: el movimiento cívico de objeción a EpC constituye una realidad creciente en defensa de las libertades ideológicas, de conciencia y enseñanza.  Los padres objetores van a ser actores imprescindibles en cualquier debate de política educativa de ámbito nacional o autonómico.

 

Para ayudar a los padres a solucionar las dudas prácticas que, después de las cuatro sentencias del Tribunal Supremo se les van a plantear, Profesionales por la Ética ha elaborado una Guía titulada Cuestión de conciencia, cuestión de libertad. Guía práctica, tras las sentencias del Tribunal Supremo, para los padres que rechazan esta Educación para la Ciudadanía.

 

La Guía consta de 15 preguntas acompañadas de sus respuestas y afirma, entre otros puntos, que:

 

·         La objeción de conciencia es un acto moral por el que una persona antepone su conciencia al cumplimiento de un deber jurídico.

·         Si bien es previsible que tras las sentencias del Supremo, la objeción de conciencia a EpC vaya a tener respaldo jurídico, no hay inconveniente para que los padres objeten. Pueden hacerlo con carácter preventivo (antes de que sus hijos cursen las asignaturas) o cuando a sus hijos les corresponda cursarla, es decir en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y, a partir del curso que viene, en Primaria. Ahora bien, la Guía advierte de las consecuencias académicas que dicha objeción podría conllevar en Primaria (donde apenas tendría trascendencia) y, sobre todo, en ESO.

·         No obstante, la Guía ofrece otras herramientas proporcionadas por el Tribunal Supremo para oponerse a EpC tal como está configurada: la negativa a asistir a determinadas clases o realizar ciertas actividades en el marco de EpC o, en los casos en los que los padres decidan que su hijo entre a clase de EpC, un escrito dirigido tanto a la Administración como al centro en el que se hace constar la oposición a este conjunto de asignaturas pero se acepta entrar en clase por imperativo legal . También se incluyen los procedimientos para denunciar circunstancias concretas de adoctrinamiento a través de la programación, los libros de texto y los materiales de EpC utilizados en clase, vía que ofrece el Tribunal Supremo para oponerse a aquellos contenidos que impongan puntos de vista sobre cuestiones morales.

·         Finalmente, la Guía advierte que las sentencias del Tribunal Supremo no permiten adaptar las asignaturas al ideario de los centros privados o concertados; por el contrario, establecen que debe cursarse tal y como han sido diseñadas por las normas estatales.

Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, asegura que han sido miles las consultas recibidas durante las últimas semanas en relación con la objeción de conciencia y las formas de oponerse a EpC.«Esperemos que esta Guía de respuesta a las inquietudes de los padres. Lo que constatamos es que las sentencias del Supremo ni mucho menos han tranquilizado a los padres; por el contrario, muchos quieren seguir objetando y otros quieren dejar constancia de su oposición a este conjunto de asignaturas obligatorias». Así, Urcelay comenta que la semana pasada la plataforma objetora Alcalá Educa en Libertad ha presentado 21 nuevas objeciones a EpC correspondientes a varios centros públicos de San Fernando de Henares (Madrid). Igualmente, el próximo 28 de marzo tendrá lugar el I Encuentro provincial de objetores en Valencia.

(La Guía está disponible en http://www.objetores.org/destacados/docs/guia_LIBERTAD.pdf )

Ver también:

EN EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA ESTÁ EN JUEGO LA LIBERTAD DE CONCIENCIA

El Supremo ofrece a los objetores pistas para combatir EpC. Por Rosa Cuervas-Mons

Educación para la Ciudadanía a debate: ¿Es educación o adoctrinamiento? ¿objetiva o sectaria?

La Ministra Aído confirma que EpC introduce "cuestiones morales controvertidas"

El fallo del Tribunal Supremo sobre EpC, por Jesús Ortiz


martes, marzo 17, 2009

Díptico por la Vida. IV Congreso Internacional Provida


Nos remiten este mensaje:

Aquí te adjunto el diptico con algunos datos del IV CONGRESO INTERNACIONAL PROVIDA en el que tanto estamos trabajando.

El resto los encontraras en la web www.zaragoza2009.org

Puedes hacer toda la difusión que veas conveniente realizar. ¡Cuanta mas, mejor!
Mucha difusión, para que pueda llegar a Colegios, Parroquias, Asociaciones, club deportivos, y por supuesto a todas aquellas personas relacionadas con el cuidado de la vida humana desde sus más variadas vertientes.

Toda esa difusión será necesaria para que muchos niños puedan hacer unos divertidos dibujos, para que los noveles escritores nos deleiten con sus relatos o los mas artistas con sus camisetas; para que otros muchos presten su tiempo y sus energías como voluntarios del evento y, para que unos cuantos cientos de personas de todo el mundo podamos seguir creyendo que la vida humana es lo mas sagrado que existe, gracias a las palabras de expertos profesionales que han desarrollado muchos años de su vida apoyando una sincera y verdadera APUESTA POR LA VIDA.





 

 cartelera familiar

El Gobierno confirma que EpC incluye educación sexual obligatoria

Madrid, 16 de marzo de 2008.  Hace unos días la ministra de Igualdad explicaba que su departamento y el ministerio de Educación estaban elaborando unidades didácticas para abordar la educación afectivo-sexual en el marco de las asignaturas obligatorias de Educación para la Ciudadanía (EpC).

 

Ayer mismo, este proyecto gubernamental se veía confirmado por las declaraciones del ministro de Sanidad, Bernat Soria, quien en declaraciones al diario Sur de Málaga ha afirmado que «en España aún algunos están discutiendo si Educación para la Ciudadanía tiene sentido. Yo creo que es el momento de recordar que esta asignatura incluye educación sexual. Y hay que trabajar en esa línea, a lo mejor hay que aumentar más el trabajo en la escuela, que es responsabilidad del Estado, y en casa, que es responsabilidad de los padres».

 

Como indica Fabián Fernández de Alarcón, secretario general de Profesionales por la Ética, estas declaraciones confirman que EpC es un proyecto gubernamental de formación moral de los jóvenes completamente ajeno a la Constitución y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. «Y por si fuera poco», el Gobierno deja muy claro que, en la escuela, manda el Estado».

 

Fernández de Alarcón recuerda que, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo, los padres podrán acudir a los tribunales para denunciar cualquier imposición moral sobre temas controvertidos. Además, ha informado de que muchos padres están dispuestos a seguir objetando en conciencia argumentando que se trata de un acto moral personal que nadie puede restringir.

domingo, marzo 15, 2009

Sobre la cooperación al mal y la manipulación mediática. Una conferencia a rescatar dictada por D. Eduardo Torres en el Primer simposio de bioética en la PUCPR

COOPERACIÓN AL MAL: PROMOCIÓN DE LA VIDA Y RESPONSABILIDAD PERSONAL

  Conferencia dictada por el Rvdo. Dr. Eduardo Torres, Director del Departamento de Teología y Filosofía de la PUCPR, en el Primer simposio de bioética celebrado el 25 de enero de 2001, fiesta de la Conversión de San Pablo,  en el anfiteatro de la misma universidad.  
 
 

Excelencia, Sr. Presidente, profesores y alumnos, señoras y señores:

            Se preguntarán qué hace en un encuentro de bioética una conferencia sobre la cooperación al mal. Ciertamente no les enseñaré a cooperar con el mal, sino justamente lo contrario: la no cooperación con el mal. Espero que no tengan que esperar al final de la conferencia para saberlo.

La vida se vuelve bastante más peligrosa no tanto por los malvados que hacen el mal cuanto por los necios que los siguen y aplauden y más aún por los pasivos que se sientan "a ver qué pasa".

            El Papa Juan Pablo II en su última carta apostólica Novo millenio ineunte señala las urgencias actuales ante las cuales el espíritu cristiano no puede permanecer insensible. Esto es precisamente lo más grave del problema: cristianos insensibles. Se debe prestar especial atención a algunos de los puntos peor comprendidos por el mundo, que incluso hacen impopular a la Iglesia, pero que son irrenunciables en la agenda de la caridad cristiana. Entre esos retos actuales señala el Papa:

 "el deber de comprometerse en la defensa del respeto de la vida de cada ser humano desde la concepción hasta su ocaso natural... El servicio al hombre nos obliga a proclamar, oportuna e inoportunamente que cuantos se valen de nuevas potencialidades de la ciencia, especialmente en el terreno de las biotecnologías, nunca han de ignorar las exigencias fundamentales de la ética, escudándose en una discutible solidaridad que acaba por discriminar entre vida y vida, con desprecio de la dignidad propia de cada ser humano. Para la eficacia del testimonio cristiano, especialmente en estos campos delicados y controvertidos, es importante hacer un gran esfuerzo para explicar adecuadamente los motivos de las posiciones de la Iglesia, subrayando sobre todo que no se trata de imponer a los no creyentes una perspectiva de fe, sino de interpretar y defender los valores radicados en la naturaleza misma del ser humano. La caridad se convertirá entonces necesariamente en servicio a la cultura, a la política, a la economía, a la familia, para que en todas partes se respeten los principios fundamentales, de los que dependen el destino del ser humano y el futuro de la civilización" (NMI, 51).

 "Obviamente todo esto tiene que realizarse con un estilo específicamente cristiano: deben ser sobre todo los laicos, en virtud de su propia vocación, quienes se hagan presentes en estas tareas, sin ceder nunca a la tentación de reducir las comunidades cristianas a agencias sociales. En particular, la relación con la sociedad civil tendrá que configurarse de tal modo que respete la autonomía y las competencias de esta última, según las enseñanzas propuestas por la doctrina social de la Iglesia"[1] (NMI, 52).

           En cualquiera de los campos bioéticos que nos asomemos -contracepción, aborto, eutanasia, clonación o ingeniería genética- y en cualquiera de sus aspectos -médicos, políticos, económicos, periodísticos, sociales o familiares- la defensa del respeto a la vida de cada ser humano se presenta como la lucha de un David contra un Goliat invencible. Pueden comprobar el número y el peso, económico y político, de los gobiernos y las ONG acreditados ante la ONU que militan en las filas abortistas contra el número y peso social de las filas que defienden la vida: un elefante contra una hormiga. Pueden buscar el número de periódicos, programas de televisión o novelas donde se defienda la familia versus los que la atacan. Lo mismo ocurre con las leyes... Visto todo con ojos humanos, la batalla parece perdida; parecería razonable incluso pasarse de bando, o desertar y ponerse a salvo. Más aún, visto que el asunto es en sí desagradable, y conduce siempre a un diálogo de sordos donde nadie cede en sus posiciones, lo más propio sería no plantear siquiera la batalla.

Sin embargo y en contra de las apariencias, todo este panorama es radicalmente falso, por ser parcial y miope, y lleva a graves errores estratégicos. Dividir los hombres entre "pro-vida" y "pro-choice", por ejemplo, lleva a arremeter unos  contra otros -y se cae en la violencia, que no es cristiana-; o bien a replegarse la aparente minoría en la sacristía como si fuera un ghetto; o a entreguismos inmorales (como los "catholics prochoice"); o a meros folclorismos anti- abortistas.

La realidad es un poco más seria y esperanzadora. En primer lugar David vence a Goliat no con la espada, el yelmo y el escudo, sino con un guijarro y una honda: "Y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe" (I Jn I, 5).

En segundo lugar no es una batalla "pro-vida" vs. "pro-choice". La dignidad de la vida humana es la única base auténtica de la libertad del ser humano y la libertad es real y efectiva cuando puede ejercerse en la vida propia respetando la ajena. No está la humanidad dividida numérica o cuantitativamente entre buenos y malos -eso sólo ocurrirá en el juicio final y no debemos adelantar acontecimientos-. Es en cada persona humana, en cada uno de los que aquí estamos, donde se da esta división y esta batalla. En cada corazón y en cada conciencia hay un "pro-choice" y un "pro-vida" batallando, con pequeñas victorias y pequeñas derrotas, que son las que configuran luego el cuadro social universal.

En tercer y último lugar, hay que convencerse de una vez por todas que sólo Dios, Señor y Dador de vida, es el único Todopoderoso y tiene en el corazón del hombre, de cada hombre, su más seguro aliado. La verdadera libertad y la verdadera conciencia son así los más grandes aliados de la vida humana. Permítanme parafrasear, en este sentido, la entrañable exhortación del apóstol predilecto de Jesús: "Porque todo lo que hay en el mundo", aunque parezca grande, fuerte y poderoso, es pasajero, es pura apariencia y fantasmada... "Hijitos, es la última hora". ¡Es la hora de la verdad!. "Ya han aparecido muchos anticristos, por eso sabemos que es la última hora", la batalla final. "Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros" (cf I Jn 2, 16-17). Estamos ante una degeneración del cristianismo peor que el paganismo, pero sucedió así para poner de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros... "Estas crisis mundiales son crisis de santos"[2]

"Os he escrito a vosotros jóvenes porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno" (I Jn 2, 14).

La batalla de la promoción y defensa de la vida humana está ya ganada en el misterio de la cruz de Cristo, allí el único Señor de la vida derrotó efectivamente al abusador de la libertad. En ese Árbol de la vida el hombre retorna al "árbol de la ciencia del bien y del mal": 

"Debajo del manzano

allí conmigo fuiste desposada,

allí te di la mano

fuiste reparada

allí donde tu madre fue violada"[3].

Es fundamental conocer al primer "violador" de la madre Eva, donde se abortó la entera humanidad, pues en cada hombre y en cada generación se reproduce la misma tentación y sus consecuencias: el pecado causa la muerte en los vivos mientras el Amor del Redentor causa incluso en los muertos la vida perdurable.

"Que no es nuestra lucha contra la sangre o la carne, sino contra los principados, las potestades, las dominaciones de este mundo de tinieblas, y contra los espíritus malignos que están en los aires" (Ef 6, 12).

Es en cada hombre y en cada batalla moral entre el pecado y la gracia, entre el amor sui usque ad contemptum Dei y el amor Dei usque ad contemptum sui[4],  donde se avanza o se retrocede en la batalla bioética, en la que el Papa le gusta llamar la "ecología" humana[5].

"Por desgracia, al recorrer con la mirada las regiones de nuestro planeta, nos podemos dar cuenta inmediatamente de que la Humanidad ha decepcionado la expectativa divina. Especialmente en nuestro tiempo, el hombre ha devastado sin dudarlo llanuras y valles boscosos, ha contaminado aguas, ha deformado el hábitat de la tierra, ha hecho irrespirable el aire, ha trastornado los sistemas hidrogeológicos y atmosféricos, ha desertizado espacios verdes, ha establecido la industrialización salvaje, humillado –por usar una imagen de Dante Alighieri (Paraíso, XXII, 151)– ese «huerto» que es la tierra, nuestra morada. Por eso es necesario estimular y apoyar la «conversión ecológica», que en estas últimas décadas ha hecho a la Humanidad más sensible con respecto a la catástrofe hacia la que se estaba encaminando. El hombre, al dejar de ser «ministro» del Creador para convertirse en déspota autónomo, está comprendiendo finalmente que tiene que detenerse ante la catástrofe. (...) Por tanto, no está sólo en juego una ecología «física», atenta a tutelar el hábitat de los diferentes seres vivientes, sino también una ecología «humana» que haga más digna la existencia de las criaturas, protegiendo el bien radical de la vida en todas sus manifestaciones, y preparando a las generaciones futuras un ambiente que se acerque más al proyecto del Creador".

Del mismo modo que en la biología reina el ecosistema, y toda alteración de una especie modifica el medio y afecta a los demás, en el mundo del espíritu reina un "ecosistema moral": cada comportamiento humano bueno arregla un poco el mundo  y, por el contrario, uno malo lo daña.  Tanto es así que un filósofo contemporáneo (Rafael Gómez Pérez) ha llegado a enunciar lo que llama el principio de entropía moral: el mundo existe todavía porque todos los cabritos que lo habitan, no hacen todas sus cabritadas al mismo tiempo.  Lo dice con unas palabras castellanas un poco más expresivas.

Entrando ya en harina y aplicando estos principios a los temas éticos de la vida humana, nos encontramos con que debemos comprender en primer lugar las causas  y razones por los que algo tan evidente como la presencia de un ser humano digno de respeto absoluto no es vista ni admitida como tal en ciertas circunstancias. Que el embrión humano lo mismo que el anciano moribundo, un subnormal profundo o un inmigrante ilegal sin papeles sean seres humanos no es una cuestión opinable, es una pura evidencia, científicamente segura. Ahora bien, que todo ser humano sea digno de un respeto sagrado, éste es ya un postulado moral que sólo se garantiza desde el verdadero Dios y sólo se reconoce por aquel hombre que llega a detenerse en su camino.

Recuerden la parábola del buen samaritano, que se detiene en su viaje, al reconocer como prójimo a aquel desconocido apaleado, robado y malherido, allí mismo donde antes habían pasado de largo el levita y el sacerdote. El reconocimiento de la persona y su dignidad exige complicarse la vida, comprometerse. El que pasa de largo, se cruza de brazos o tiene miedo al compromiso, no tendrá nunca prójimo a quien ayudar; simplemente no lo ha visto ni lo verá jamás porque no lo quiere ver.

No es casualidad que hoy estemos, en los temas morales que afectan la vida humana, ante una verdadera conspiración del silencio donde se mancomunan el ministerio de la sospecha con el servicio de la ignorancia. Se elige "no saber"; se manipula y deforma, a sabiendas, la verdad -uno de los pecados contra el Espíritu Santo-; se censura en nombre de la libertad a cuantos libremente defienden la vida; la obsesión erótica ciega las conciencias que reclaman a gritos el sedante de una ética "light".

Ya Santo Tomás explicaba en el s. XIII cómo la lujuria produce ceguera moral[6], ceguera que excluye casi totalmente el conocimiento de los bienes espirituales, ceguera que lleva al olvido de Dios y del prójimo. Incluso antes de Cristo decía ya Cicerón que "cuando el corazón se corrompe, la razón se agarra al error que lo justifica".

¿Qué podemos hacer ante esta situación, con ese estilo específicamente cristiano que nos pide el Papa, para que la Luz eterna, que es luz de vida, alumbre a cada hombre en este milenio cristiano, igual que en los precedentes?

Soluciones eficaces y concretas aporta la Veritatis splendor con una llamada a recobrar la armonía entre verdad y libertad, con un sometimiento de la conciencia a la realidad del misterio del hombre y un reclamo a no confundir libertad con "escogencia".

Soluciones aporta la Evangelium vitae con una llamada a la familia para que defienda y proteja la vida –la engendre integralmente- mediante una educación en al amor;  a  la sociedad mediante la creación de una cultura nueva  de solidaridad y respeto; y a la Iglesia mediante la predicación completa y el testimonio valiente del Evangelio de la vida.

Solución será el superar la ética consecuencialista, que se fija sólo en los resultados y no tiene en cuenta el proceso; que impone el derecho al "bienestar" sobre el derecho a "ser"; que disocia el espíritu -la intención-, de la carne -la acción-.

Solución es la educación de niños, jóvenes y adultos y ancianos -que en toda edad acecha el demonio de la lujuria- en la virtud del castidad; una castidad que sea afirmación gozosa, como decía el Beato Escrivá. Libertad de la carne, rebeldía de quien se resiste en ser uno más en la piara, en la manada, en la jauría. Castidad que es mucho más que continencia, es el camino humanizante del amor.

Solución es el aprecio de la virginidad por el reino de Dios como un tesoro escondido y una perla preciosa, creando una verdadera cultura vocacional en nuestras comunidades familiares, educativas y eclesiales, que les haga posible a los jóvenes de hoy esa entrega gozosa de su corazón indiviso al Amor de los amores.

Pero a todas estas soluciones positivas quería hoy añadir y destacar una primera, más básica y fundamental. Como decía la antigua medicina hipocrática, la primera condición de un remedio es que no dañe. Demasiadas veces vemos con rapidez los defectos y pecados del prójimo y no los nuestros. Por ello estoy convencido (y así lo propongo) que en el campo de la biotecnología nuestra primera decisión ética debe ser no cooperar con el mal, no hacernos cómplices de los pecados ajenos al tiempo que luchamos, con los medios de la gracia, contra los propios. Pero los pecados propios (de pensamiento, palabra y obra) están claros a la vista, después de un serio examen de conciencia. Algo más difícil de ver - y por tanto, de arrepentirse, de evitar y corregir- son los pecados de omisión: el bien que tenemos obligación de hacer y sin embargo no hacemos -por miedo, comodidad o afectada ignorancia-. Dificilísimos de ver, por último, los pecados de colaboración, son algo que ni tan siquiera nos planteamos, a pesar de ser ahí donde realmente se libran la mayoría de las batallas por la dignidad de cada ser humano. Como aquel chascarrillo: entre todos la mataron y ella sola se murió... los crímenes bioéticos tampoco los comete nadie.

            Piensen en un aborto: la madre sola es la que sufre principalmente el trauma del que ya no se recuperará en toda su vida, si no se encuentra con la Misericordia de Dios. Carga casi siempre con la responsabilidad cuando, en buena parte y en muchos casos, es tan víctima como su hijo rechazado. Mujer víctima de un novio o unos padres que la mandaron liquidar a su hijo; víctima de un medicucho que nunca trabaja precisamente gratis, por filantropía; víctima de unos amigos que con sus funestos consejos la llevan al precipicio de la fatal decisión; víctima del halago de una prensa engañosa que disfraza esa tragedia con encuestas o fabricadas "normalidades";  víctima de los eufemismos de moda; víctima del consentimiento, el silencio cobarde o la indiferencia individualista de la comunidad en la que vive; víctima de la pornografía o de la mala educación que la inició en la lujuria.

            Piensen en la contracepción. ¿Creen que no tiene ninguna responsabilidad los arquitectos que diseñan los hogares sin espacio para los hijos? ¿Y los ingenieros que construyen verdaderas conejeras y polleras humanas? ¿Y los políticos que votan leyes que destrozan la familia? ¿Y las farmacéuticas que fabrican y venden pastillas o condones? ¿Y los curas y pastores que se callan la doctrina de Cristo? ¿Y los padres que malcrían egoísta al niño? ¿Y los maestros que se limitan al adiestramiento en rebaño y no educan personas? ¿Y los amigos que se echan encima de la pareja ya al tercer hijo diciéndoles que a dónde van? ¿Y las novelas de la tele que presentan como normales tantos bochinches y anormalidades? ¿Y los anuncios que giran en torno al placer sin consecuencias?

Podríamos seguir preguntándonos lo mismo en el caso de la eutanasia, del cuidado maquinal a los enfermos, del trato genocida a discapacitados y subnormales, de las experimentaciones fetales o de los trasplantes que no esperan la muerte del donante. Pero no interesa generalizar y llenarse de miedos estériles, sino concretar propósitos operativos, después de contemplar el alcance de este panorama.

No se trata de evitar toda clase de males; ya sobra con don Quijote para pasarse la vida desfaciendo entuertos. Sin salir de nuestra casa a comernos el mundo, cada uno en su puesto, es allí cada uno en su trabajo, en su familia y en su medio donde tiene que dar la batalla y ganar -en nombre de Dios- la guerra; y  ganarla, primero y sobre todo, en su propio corazón.

Se trata de evitar aquellos males que podemos causar o compartir con nuestra intención o colaboración y de los que somos, en esa misma medida, responsables. Frente a una ética de moda que proclama al mismo tiempo la irresponsabilidad del vive la vida loca y la hiperresponsabilidad del agujero de ozono, el hambre de África y la caza de las focas, la ética cristiana reclama, a toda persona, su propia responsabilidad. Cada conciencia es responsable no sólo del mal que hace y del bien que deja de hacer, sino del mal que deja que otros hagan, cuando ese mal no se seguiría sin su misma acción u omisión.

¿De cuántas maneras diferentes podemos causar, compartir o intencionar la culpa del pecado del otro? Responde un catecismo básico[7], de nueve maneras diferentes: por consejo, por mandato, por provocación, por consentimiento, por halago, por ocultación, por complicidad, por silencio y por defensa del mal.

1. Por consejo. Todos damos consejos morales, tantas veces inconscientemente. Expresamos continuamente nuestro parecer sobre la conducta ajena incitando al agente en su seguimiento o rechazo. Además todos tenemos una autoridad física o moral sobre otros y moldeamos con nuestras expresiones la conducta ajena. Piensen todavía en el influjo del consejo de un padre a su hijo, una maestro a su discípulo, el médico al enfermo, el abogado a su cliente. Hay ocasiones en que el consejo -investido de parecer técnico y dicho por una bata blanca o un cuello duro- se convierte en mandato, sobre todo para la gente más sencilla.

Basta con ver el tremendo influjo de las películas o las novelas televisadas en el comportamiento no ya del individuo, sino de sociedades y enteras generaciones masificadas, y masificados inmoralmente.

Piensen como cambiaría el mundo, de repente, si cambiasen los consejos. Para dar buenos consejos no basta con querer darlos, hace falta saber lo necesario y la experiencia debida. Por eso un pecado grave que pasa casi desapercibido es aquí decisivo: me refiero a la falta de conciencia debida. Quien no se preocupa por tener una preparación cultural, técnica y moral adecuada al trabajo o las tareas que va desempeñar en la vida, acabarán aconsejando mal creyendo que obra bien. Así, con buena intención, pero el mal es lo que se propaga y se puede hacer casi incurable. No puede un cirujano excusarse de una operación mal hecha diciendo que su profesor se saltó ese tema en el programa de clase, o que vino un huracán o hubo una huelga en la universidad en los días que le tocaba estudiar esos capítulos. 

2. Por mandato. Las órdenes que un superior da a sus súbditos tienen efecto inmediato y condicionan en buena medida su conducta.

Ante ayer, en el vigésimo octavo aniversario de la perniciosa legalización del aborto en los Estados Unidos, el nuevo presidente George W. Bush anulaba una orden del ex - presidente Bill Clinton y volvía a prohibir el uso de fondos federales para financiar las actividades de las organizaciones abortistas en el extranjero. Sin entrar aquí a comentar las medidas legales, es evidente que el peso del dólar en tantos gobiernos de países pobres condiciona su política demográfica y familiar. De hecho se han utilizado las conferencias y los organismos internacionales (ONU, UNICEF, Banco Monetario Internacional) para imponer la agenda abortista, bajo eufemismos como salud reproductiva, control de la mujer; lo mismo ha ocurrido con la agenda homosexual bajo el invento de preferencia sexual.

En muchos casos de despenalizar -que era la excusa para dar el primer paso, casi siempre con datos inflados-, se ha pasado a legalizar, y de ahí, a defender y financiar un supuesto derecho al aborto, al disfrute sexual con cualquier orientación, a la fabricación casi-industrial de hijos o a la adopción de niños como si fueran mascotas. La "tolerancia" inicial que se pide para casos límite se vuelve intolerante en cuanto alcanzar los resortes del poder. Investidos entonces con la fuerza del dinero y retorciendo arteramente el sentido de las palabras, hacen de jueces, médicos, periodistas y políticos una maquinaria imparable de chantaje constante a súbditos y clientes. Un juez no abortista será así nominado sólo por milagro. Un periodista pro-vida tendrá que escribir en la sección de deportes o anuncios de su periódico, con mucha suerte. Una enfermera o un médico que se resisten a colaborar en programas de esterilización o abortos, se ven acosados e injuriados, o relegados al ostracismo profesional. Incluso hay planes "legales" -entre los "liberales tolerantes", por supuesto- para regular políticamente la objeción de conciencia: cosa moralmente absurda, pues por definición, objeción de conciencia es la decisión en la que la conciencia no reconoce la fuerza de la ley porque contrasta con su convicción de ley natural, participación de la ley de Dios.

Más a pequeña escala, piensen en la responsabilidad de un varón que impone a la mujer el aborto, la esterilización y los contraceptivos. Esto no se considera violencia siendo un abuso moral que se administra, casi siempre, con malos tratos, miedo y tortura psicológica.

Igualmente esas pruebas natales riesgosas que mandan algunos facultativos, como la amniocentesis[8], cuando no tienen más fin que provocar la muerte del bebé, si presenta algún rasgo de malformaciones. Tanto más se podría hablar de tantas cesáreas innecesarias, que son cómodas sólo para el obstetra.

3. Provocación. Hay muchos ejemplos de cómo inducir a otros a una conducta determinada. La difusión de la pornografía, de los anticonceptivos y preservativos o la llamada educación sexual en las escuelas, pueden ilustrarnos significativamente.

La pornografía se agazapa bajo la libertad de expresión para viajar por televisión, revistas e internet hasta los últimos rincones de la tierra y nuestros hogares. Sin embargo, además de que nunca es gratuita, supone una constante y eficaz incitación al pecado, de tal modo que escapa al control no sólo de los padres y autoridades, sino de los mismos usuarios, que pierden así libremente su libertad. Peor que la droga, esta droga del alma ciega la razón, vuelve zángana la voluntad, provoca violencia (abuso del más débil, violaciones, maltratos y suicidios) y mina los fundamentos mismos de la familia y de la confianza social.

Frente a todo esto respondemos normalmente con la pasividad, convirtiéndonos en víctimas y verdugos :

 "Llegamos a casa y tranquilamente nos sentamos delante del televisor, sin preocuparnos de lo que están emitiendo; estamos cansados, u llenos de problemas y, lógicamente, tenemos todo el derecho del mundo, una vez ya en nuestro propio hogar, a hacer los que nos da la gana. Entonces, ¡horror!, ¡qué ocurre! En la televisión todas las emisoras emiten una programación parecida, terrible, necia, absurda y poco interesante. Rápidamente montamos en cólera y despotricamos contra todo y contra todos. ¿A quién no le ha ocurrido alguna vez algo semejante? ¿Quién no se ha sentido alguna vez, y más de una vez, frustrado ante esa pantalla, en la que tantas veces el hombre de hoy procura relajarse y no encuentra más que basura ofensiva? Nuestra queja alcanza todos los estamentos. Acabada la cólera, la mayoría de las veces la tele se queda puesta y nos resignamos, o hacemos algún quehacer cotidiano. Nos sentimos víctimas de una estructura, en la cual no encajamos, somos incomprendidos, estamos desentendidos en nuestras necesidades de ocio. Víctimas inertes sin poder elegir, sometidos a tortura.

Es curioso que, cuando vamos a una librería, somos muy selectivos, nunca compramos cualquier libro, sino aquel que  íbamos a comprar, o uno que laboriosamente elegimos. Igual ocurre con el periódico, elegimos aquel que nos dice las cosas tal como nosotros las vemos; adaptamos nuestra personalidad a la ropa, etc. Pero en la programación de TV , nuestra elección se reduce a hacer zapping, y detenernos en cualquier cosa que nos llame la atención. No elegimos, ni pensamos con cuidado, al final todo vale. No nos damos cuenta de que esos contenidos que rechazamos no son inocuos. Quien no rechaza la tele basura acaba sintiendo como normal eso que rechazaba. Y no nos damos cuenta de labor de muchos profesionales ocultos tras esas imágenes, los ignoramos y, sin embargo, los dirigimos sin saberlo. Los llevamos también a su propia frustración. ¿Qué profesional podrá convencer, a un directivo de cadena para hacer un programa de calidad, si nosotros nos tragamos cualquier cosa y, al final, hacemos subir la audiencia de programas despreciables?. Con nuestra apatía y nuestro desinterés ejercemos entonces de verdugos, no sólo de nuestro espíritu, sino también de aquellos profesionales que creen que la programación debe ser no ofensiva, aquellos que luchan y son derrotados porque, después, usted, yo, nuestra familia, se sienta ante el TV y ve la TV basura sin preocuparse de las consecuencias. Nos retiramos de esa lucha, parece que no es importante o estamos demasiado cansados, dejamos a los niños una media de tres horas frente a la televisión, y nosotros mismos los hacemos, y damos razón a esos directivos que nos han dirigido esos programas, pues al final tiene éxito. Somos víctimas y verdugos. Hablamos de ello enfadados, pero le damos la oportunidad de seguir ocupando nuestros momentos íntimos de ocio. Votamos en las elecciones una vez cada cuatro años, pero en casa votamos muchas veces todos los días.

Piense que en casa, cada vez que enciende el televisor, usted seguramente se está dejando dirigir por las opiniones que más detesta. Y, a la vez,matando poco a poco aquello que más desea"[9].

Algo parecido se puede decir de la facilidad con que se consiguen y distribuyen anticonceptivos y condones mientras la pedagogía del amor humano brilla por su ausencia en familias y escuelas. En la misma familia se provoca a los jóvenes criándolos como machitos realengos... mientras se quieren proteger a las hembras en los muros del hogar. Tarea imposible: los hijos tuyos prostituyen su juventud... con las hijas del vecino; luego.. los hijos del vecino prostituyen su juventud... con tus hijas. Pero quizá ni aún eso ya importe: hay tanto modelaje y tanto concurso de belleza.

La llamada educación sexual escolar, cuando se ejecuta como una instrucción animal, acaba siendo una incitación solapada o explicita a todo tipo de corrupción moral: masturbación, fantasías eróticas, adulterios, sodomía, experiencias sexuales de todo tipo, son descritas y presentadas como algo inocuo, a lo sumo como algo opinable, que depende de gustos y sensibilidades. Además de que sostengo que el sexo como tal no es educable, es educable el amor, es claro que el lugar nativo de la educación en el amor humano es la familia y no la escuela, que bastante problemas arrastra para empantanarse en este lodo. No parece por otra parte que los alumnos hagan mucho caso a las advertencias del único pecado que existe en esa nueva religión sexológica, el embarazo, pues el número de adolescentes preñadas aumenta en proporción directa a esos cursos escolares.

4. Consentimiento. Permitir a alguien hacer algo y asentir con ello no es lo mismo, pero en muchos casos es el puente de paso. Es necesaria la prudencia, rara virtud en quien no es justo, fuerte y casto, para saber cuándo se debe permitir un mal para evitar un mal mayor y cuándo, en cambio, no es posible permitirlo sin consentir en él.

No es posible aquí dar recetas fáciles. Hay quien ha identificado la tolerancia con la debilidad y la intolerancia con el fanatismo.

"El primer deber de la caridad no está en la tolerancia de las opiniones erróneas, por muy erróneas que sean, ni en la indiferencia teórica o práctica respecto al vicio en que vemos caídos a nuestros hermanos, sino en la preocupación por su mejoramiento intelectual y moral, no menos que nos preocupa su bienestar material"[10].

La tolerancia no puede ser fruto de nuestra indiferencia. Si a veces hay que tolerar el mal para evitar más graves desórdenes morales, propugnar normas o leyes justas es un deber de conciencia y justicia profesional. ¡Cuántos problemas diarios en todos los hogares o en las escuelas con la disciplina, la obediencia, las horas de salida, las vestimentas, las compañías...! Las decisiones de padres y maestros deben tener en cuenta la edad, madurez y responsabilidad de los jóvenes pero en ningún caso pueden hacerse promotores del mal deshonesto. El argumento de todos lo hacen o a todos se lo permiten no tiene más consistencia moral que el peligroso aborregamiento de la sociedad masificada que con prepotencia quiere uniformar a todos en la incultura y el desastre moral.

Gravísimo el intento de la anterior legislatura en Puerto Rico de repartir instrumentos de promiscuidad sexual a los adolescentes aún sin el permiso de los padres; lo mismo que hay ya países donde incluso se permite abortar sin autorización familiar –aunque sin esa autorización no se pueda operar a una menor de edad de una simple apendicitis-. Gravísimo porque es un secuestro de la patria potestad que evidencia una dictadura encubierta bajo la piel celestinesca de ciertas democracias. ¡Qué tolerancia puede esgrimirse para repartir condones en una escuela donde está prohibido repartir escapularios! ¡Qué democracia es la que obliga mantener los hijos hasta los 21 años pero priva de la autoridad a los padres en cuanto el niño tiene los primeros síntomas de la pubertad! Es u terreno este bien peligroso pues la maquinaria política totalitaria cuando se adueña del Estado produce siempre corrupción, terror... y mártires.

Tomás Moro murió por defender su derecho a la objeción de conciencia y salvó así su alma, su dignidad y su fama. Wolsey o Ana Bolena acabaron igualmente en el cadalso de la desgracia, pero después de vender, al "diablo" del poder real, su fama, su dignidad  y su alma[11]. Pocos años posteriores al drama inglés se escribieron estos versos inmortales por nuestro Calderón[12]:

"Al Rey, la hacienda y la vida

se han de dar;  pero el honor,

es patrimonio del alma,

y el alma sólo es de Dios".

(¿Será casualidad que la primera edición en inglés de la encíclica Veritatis splendor censurara y suprimiera la referencia directa que el Papa hace al martirio de Tomás Moro y Juan Nepomuceno como modelo del comportamiento que necesita hoy imitar todo cristiano?).

5.- Halago. Es una vergüenza que sean los países que se llaman todavía cristianos los que propaguen por el mundo el aborto o la prostitución –turismo sexual, lo llaman hoy-, vicios en definitiva que se reducen al abuso del pobre. Todo esto no es posible sin el adobo sistemático de los oídos cristianos, donde con hermosas palabras se recubre el veneno de la media verdad. Quién averiguaría por ejemplo a qué "santo" o "pastor" cristiano pertenecen estas enternecedoras palabras:

"No existe, seguramente, hombre ni mujer sobre la faz de la tierra que pueda mirar a un recién nacido –tan pequeño, tan indefenso y, sin embargo, una miniatura tan perfecta de un ser humano- sin sentir una profunda y gozosa admiración ante el acto de la creación. El bautismo de un niño en la religión de sus mayores es un rito impregnado de gratitud y de esperanza. El adulto, como todos lo hemos comprobado con pena, está lleno de imperfecciones. Pero cada nuevo ser, inocente y puro, trae consigo la promesa de lo  perfectible. Mientras nazcan niños, el mundo volverá a crearse día a día, con una nueva posibilidad de lograr un futuro libre de los errores del pasado. Al observar la suave y abierta mirada de un bebé, al sentir la presión de sus deditos que tantean confiados, todos sentimos elevarse nuestro espíritu.

El bebé llega, como ha dicho el poeta, desde el más allá hasta el aquí y ahora. Es una reafimación del eterno misterio de la vida que constantemente se reproduce. Es la coronación del matrimonio y el orgullo de sus padres. Sobre sus frágiles hombros ¿qué responsabilidades irán a recaer? Con sus delicadas manecitas ¿qué hazañas ejecutará? De su mente que apenas comienza a percibir ¿qué ideas surgirán?"[13]  

Sin embargo este texto está sacado literalmente del comienzo de un libro del año 1967 donde Paternidad Planificada Internacional enseña no sólo el control de la natalidad de modo abiertamente inmoral –fármacos, condones y esterilización-, sino el mismo aborto como el medio anticonceptivo último sin más problemas morales que los dogmas católicos. No cabe peor cinismo... y sin embargo puede que incluso los autores se lo crean.

6.- Ocultación. La distorsión y manipulación de la verdad es, por desgracia, moneda tan corriente en nuestros días que, y esto es lo peor, ya no llama siquiera la atención. Tenemos así toda una saga de eufemismos ridículos como "pro-choice"  para denominar una postura contraria por principio a la verdadera libertad de la madre, una mujer que siempre elegiría la vida; o el término taumatúrgico "terapéutico" aplicado al aborto o la clonación, cuando son medios que no curan nada; o los cacareados "derechos reproductivos" que enmascaran la violación sangrante de derechos humanos y femeninos más elementales.  Lo peor es ya la falta de reacción intelectual e incluso la aceptación social misma de esas categorías mentales. Miente, que algo queda...e igual hasta el propio mentiroso se  cree su fabricada "verdad".

7.- Complicidad. Se es cómplice cuando sin ser autor de un delito, la persona se asocia al mismo mediante actos previos o simultáneos. Detrás de muchos de los comportamientos que se han ido detallando se encuentra esta situación: nos hacemos nosotros mismos cómplices de nuestros verdugos y verdugos de nuestros cómplices, con la pena que tanto la complicidad como el castigo tienden a quedar sepultados en la catarata de decisiones precipitadas que tomamos todos los días o en la fosa de las costumbres rutinarias encallecidas. En el mundo actual lo importante es la acción sin contemplación, la velocidad sin sentido de meta: "no preguntes a dónde vamos, lo importante es ir a las millas". Ante esta actitud el pensamiento coherente acaba siendo sospechoso y la objeción de conciencia una rareza patológica que la masa se encarga de estirpar. La "rara y peligrosa manía de pensar" acaba siendo un desaire al colectivo. Aunque la persona honesta trate de no inquietar a nadie, será suficiente su no colaboración con el deshonesto para ser acusado de traición fundamentalista e intolerante.

Por ejemplo, la filósofa Elizabeth M. Ascombe se opuso enérgicamente a que la universidad de Oxford confiriera el doctorado honoris causa al presidente norteamericano Hary S. Truman por su responsabilidad en las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. "Para los hombres elegir matar al inocente como medio para alcanzar sus fines es siempre asesinato" escribió contra el parecer de sus colegas profesores. El pago de sus posturas contracorriente acabará siendo la minusvaloración y el intento de silencio sobre la más grande filósofa angloamericana del siglo XX, albacea literaria del mismísimo Wittgestein.

8.- Por silencio: ¡Cuántos silencios culpables! La conspiración de silencios que hay en los periódicos o los medios públicos de masas ante temas selectivos. Así le fue posible a totalitarismos como el nazismo o el comunismo prolongar su dictadura enmascarada y machacar los derechos de sus propios ciudadanos. ¡Hay tantos que no quieren ver!

Hay también silencios impuestos y provocados, verdaderas mordazas. En septiembre de este año tiene prevista la ONU una Asamblea general especial sobre la Infancia. UNICEF, agencia organizadora de la cumbre, ordenó limitar a dos representantes la asistencia por cada Organización no gubernamental acreditada. La proporción de organizaciones pro-vida, respaldadas por grupos católicos y musulmanes, frente a las organizaciones abortistas y homosexuales es de 1 a 200 en los últimos encuentros de las Naciones Unidas. A nadie se le oculta que la mayoría de esas organizaciones "acreditadas" con una agenda inmoral no son sino altoparlantes bien organizados de grupos minoritarios pertrechados de dinero. Basta con tener un apartado de correos y unas pocas personas que endosen un nombre para crear un colectivo. La mayoría de esas miles de ONG, que trataron recientemente incluso de acallar la voz autorizada de la Santa Sede en la ONU, están creadas ficticiamente por unas mismas pocas personas. Es como si a cada grupo incorporado como iglesia se le diera en Puerto Rico el mismo peso público en una asamblea, independientemente de su respaldo social: tendríamos a la Iglesia católica con dos millones de fieles con los mismos dos representantes que la iglesia de Juan Pérez Inc, una de las miles de sectas y templos de Carolina, que debe tener algo así como una cincuentena de seguidores. ¡Bonita manera de ordenar la asamblea! Es como si a todos nos cortaran los pies para calzar a todos el mismo número de zapato.

9.- Por defensa de la maldad realizada. Periódicos y novelas están difundiendo un estilo de vida donde, so capa de realismo, el mal más escandaloso se presenta como bien, como lo normal y mayoritariamente admitido.

Ciertos "moralistas" del disenso también colaboran quizá inconscientemente a la ceremonia de la confusión por un cierto afán de protagonismo. La presión que recayó sobre la Iglesia y el Papa Pablo VI con ocasión de la Humanae vitae puede calificarse como un dirigido y despiadado linchamiento moral. Sin embargo se trata de una doctrina cristiana irreformable que el tiempo se encargará de esclarecer en su valiente oportunidad profética.

Terminaré con una propuesta positiva que escuché una vez a un amigo y ejemplifica todo lo que he querido decir. Así como el monumento emblemático de la costa este de América del Norte parece ser la estatua de la Libertad en Nueva York, icono de la admiración de los siglos "ilustrados" por la escogencia, se debería levantar en la costa oeste, quizá en Los Ángeles o San Francisco, una estatua a la Responsabilidad. Efectivamente en el imperio que marca el paso económico, social, político y moral al mundo entero no podrá haber esperanza si a la libertad de los ciudadanos no corresponde, como cara de la misma moneda, una responsabilidad igualmente enteriza. Sin esa otra cara, la moneda de la libertad es falsa: sería una pura escogencia manipulada interesadamente. Y esa estatua moral -no es imprescindible la de piedra- es tarea de todos, pero especialmente los cristianos. Es el grito de Juan Pablo II:

"Es necesario convencerse de la prioridad de la ética sobre la técnica, de la primacía de la persona sobre las cosas, de la supremacía del espíritu sobre la materia"[14].

"Deben ser sobre todo los laicos en virtud de su propia vocación quienes se hagan presentes en estas tareas"[15].  

            Con la ayuda de Dios, la honda del compromiso personal y el guijarro de la formación moral de las conciencias, la victoria de David sobre Goliat es segura. Cada hombre es un nuestro potencial aliado, cada conciencia nuestra arma secreta, cada corazón nuestra trinchera: porque elegimos la VIDA, porque vivimos la RESPONSABILIDAD, porque amamos la LIBERTAD.

            Gracias a todos.


[1] Juan Pablo II (6.I.2001) Novo millenio ineunte, 52.

[2] Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, (1939) Camino, 301.

[3] S. Juan de la Cruz (1578) Cántico espiritual, estrofa 23.

[4] S. Agustín, De civitate Dei, I.  Fecerunt itaque ciuitates duas amores duo: terrenam scilicet amor sui usque ad contemptum Dei, coelestem uero amor Dei usque ad contemptum sui" S. Augustinus (s. IV) De ciuitate Dei, XIV, 28.

[5] Juan Pablo II (17.I.2001) Catequesis del miércoles.

[6] Caecitas mentis: Cf  Santo Tomás de Aquino (1274) S Th II-II q 15, a 3.

[7] Catholic Truth Society (1987) Catecismo básico, Brooklyn 2000, pregunta nº 329.

[8] Perforación trans-abdominal del útero, que se realiza para obtener líquido amniótico. Generalmente se emplea para el diagnóstico de malformaciones en el feto.

[9] Campos Roselló, F J (18.I.2001) TV: víctimas y verdugos en "Alfa y Omega" 243.

[10] Pío X, Notre charge apostolique.

[11] El Card. Wolsey murió en 1530 camino de ser juzgado de alta traición y Ana Bolena decapitada en la Tower Green en 1536. No entro aquí en el problema de su posible condenación final, juicio reservado únicamente al Altísimo, donde son una misma cosa la Justicia y la Misericordia; hablo sólo de sus comportamientos históricos de sumisión y manipulación del poder político sin ningún escrúpulo, con evidente desprecio del valor de su propia conciencia.

[12] Calderón de la Barca, P (1640) El alcalde de Zalamea I, 874-876.

[13] Havemann, E  y  redactores de LIFE (1967) Control de la natalidad, Holanda.

[14] Juan Pablo II (2.VIII.1980) Discurso a la UNESCO.

[15] Juan Pablo II (6.I.2001) Novo millenio ineunte, 52.

http://www.pionet.org/Intranet/Padre_Eduardo.htm#_ftn3

sábado, marzo 14, 2009

Derecho a la vida..., ¿por plazos?




Derecho a la vida… ¿por plazos?

 

Agradezco vivamente al Obispo de Palencia, Monseñor Munilla, su artículo sobre la realidad que nos sobrecoge del desprecio a la vida humana (www.enticnfio.org). Así de claro y valiente se expresa:

 

"Finalmente, después de tres meses de comparecencias, ha sido aprobado y entregado al Consejo de Ministros, el Informe de Conclusiones de la Subcomisión Parlamentaria sobre la Reforma de la Regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Lo más significativo del Informe es la pretensión de que el delito de aborto desaparezca del Código Penal, para lo que propone un sistema de plazos, en el que se permita abortar en las primeras catorce semanas de embarazo, sin ningún tipo de condición. Para otros supuestos, el plazo se alargaría hasta las veintidós semanas; y aún más en algunos casos determinados. Por si no hubiese sido ya terrible la cifra récord de 112.138 abortos en el año 2007 en España, el Gobierno ha manifestado su decisión de acoger la petición de la Subcomisión, para dar más facilidades al recurso del aborto.

           

            Perversión del lenguaje

 

            Mi primer comentario se dirige al título elegido para presentar el citado documento: "En el marco de una nueva norma sobre derechos y salud sexual y reproductiva..." Como ya nos advirtió el cardenal Bertone en su reciente conferencia sobre los Derechos Humanos pronunciada en Madrid, la perversión del lenguaje ha pasado a ser un instrumento habitual en la estrategia de la conculcación de los derechos humanos. Emplear los términos "salud sexual" o "salud reproductiva" para referirse al aborto, es algo así como reivindicar el despido libre utilizando el concepto de "salud laboral"; o como reclamar la liberalización de la pornografía infantil bajo el término de "desinhibición precoz"… Una prueba añadida de la intrínseca maldad del aborto, es el hecho de que haya que recurrir a disfrazar su cruda realidad, para hacerlo socialmente aceptable.

 

            Ataque a la vida, a la familia y a la libertad de educación

 

            En medio de la crisis moral que padecemos, los católicos contribuimos al bien común, entre otras formas, con la defensa decidida de tres valores de suma importancia: el derecho inviolable a la vida, el apoyo a la familia, y el derecho-deber de ésta a la educación moral de los hijos.

            Es muy significativo que las propuestas del Informe de la Subcomisión del Aborto, no se reduzcan al desprecio a la vida concebida, sino que también desautoricen a la familia en la decisión del aborto: se pretende que las menores de edad -16 años- puedan abortar sin que sea necesario informar a sus padres. Además, se aprovecha la coyuntura para imponer en el sistema educativo la ideología de género y otras reivindicaciones del pansexualismo. Transcribo una conclusión del citado Informe: "Formación en educación afectivo-sexual obligatoria en el sistema educativo, con el fin de prevenir embarazos no deseados (…), así como poner las condiciones para un intercambio afectivo, en toda su versatilidad y sin tabúes, entre las y los jóvenes basado en la igualdad, la libertad y el respeto a los derechos de la otra persona (…)".

 

            Una vez más, contra la objeción de conciencia

 

            El Informe de la Subcomisión propone la limitación del derecho de objeción de conciencia de los médicos y del personal sanitario. La objeción de los sanitarios en la práctica del aborto, sólo se admitiría en el caso de que los interesados hubiesen inscrito previamente sus nombres en un registro público de objetores (¡no cuesta mucho imaginarse cuál será el destino profesional de estos "fichados"!). Paradójicamente, se afirma explícitamente que "se facilitará todo el apoyo institucional a los profesionales que practiquen las interrupciones del embarazo".

            Cada vez entendemos mejor aquella expresión acuñada por el entonces Cardenal Ratzinger: "dictadura del relativismo". Efectivamente, una y otra vez, estamos siendo testigos de cómo la "tolerancia" es invocada para justificar la introducción de determinados males morales; mientras que una vez implantados, se imponen como opción obligatoria, sin derecho siquiera a la objeción de conciencia. La estrategia es muy similar en todos los casos. Baste refrescar nuestra memoria sobre el itinerario seguido en otro caso reciente: 1º.- Invocación de la tolerancia para las uniones homosexuales; 2º.- Modificación del concepto de matrimonio en el Código Civil para equiparar las uniones homosexuales a las heterosexuales; 3º.- Enseñanza obligatoria de la ideología de género en las escuelas, a través de Educación para la Ciudadanía; 4º.- Negación de la objeción de conciencia a los padres que disientan.

            La historia española está demostrando que una cosa es "invocar" la objeción de conciencia como estrategia política, y otra cosa muy distinta es "creer" en ella. Con frecuencia ocurre que los defensores de la objeción de conciencia, pasan a ser sus detractores, en cuanto alcanzan el poder.

            En realidad, para creer en la objeción de conciencia, es necesario creer en la libertad del hombre. Y para creer en la libertad del hombre, es indispensable confesar su dignidad espiritual. Solamente así descubriremos el absurdo de la reivindicación del aborto como un "derecho"… Solamente así podremos entender que detrás del "no al aborto", se encierra un "sí a la vida", inseparable de la dignificación de la mujer y del matrimonio".

 

Keka Lorenzo de Astorga