Por: Redacción
Nada más pisar suelo africano por primera vez en su pontificado, Benedicto XVI se hizo portavoz del grito de justicia y paz que resuena en el corazón de sus habitantes en sus diferentes latitudes.
El Papa se hace portavoz en Camerún del grito de paz y justicia africano Ver también: El presidente de Camerún asegura al Papa que promoverá los derechos cívicos Musulmanes y protestantes dan la bienvenida al Papa en Camerún
YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Nada más pisar suelo africano por primera vez en su pontificado, Benedicto XVI se hizo portavoz del grito de justicia y paz que resuena en el corazón de sus habitantes en sus diferentes latitudes.
El discurso que pronunció en la apacible tarde de Yaundé, la capital de Camerún, en el aeropuerto Nsimalen, sirvió para plantear con fuerza el argumento que congregará en el próximo mes de octubre a obispos africanos en Roma para participar en su segundo sínodo continental de la historia.
De hecho, el Papa ha llegado a estas tierras para publicar, este jueves, que coincide con el día de su santo, el "Instrumentum Laboris" (documento de trabajo) de esa cumbre episcopal que tendrá por argumento "La Iglesia en África, al servicio de la reconciliación, de la justicia y la paz. 'Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo' (Mateo 5, 13,14)".
En su discurso, con el que respondió a las palabras de bienvenida que le dirigió cerca del avión el presidente de la República, Paul Biya, el pontífice aseguró que "ante el dolor y la violencia, la pobreza, el hambre, la corrupción o el abuso del poder, un cristiano nunca puede quedarse en silencio".
"El mensaje salvífico del Evangelio exige ser proclamado con fuerza y claridad, de manera que la luz de Cristo pueda brillar en la oscuridad de la vida de las personas", subrayó ofreciendo pistas ya para lo que será el sínodo africano.
"Aquí, en África, al igual que en otras muchas partes del mundo, innumerables hombres y mujeres anhelan escuchar una palabra de esperanza y consuelo", reconoció. "Conflictos locales dejan miles de personas sin casa y desprotegidas, huérfanos y viudas".
Esclavitud moderna
"En un continente que, en el pasado, ha visto cómo muchos de sus habitantes eran cruelmente raptados y llevados a ultramar para trabajar como esclavos, el tráfico de seres humanos, especialmente de mujeres y niños inermes, se ha convertido en una moderna forma de esclavitud", denunció.
"En un momento de global escasez de comida, de confusión financiera, de cambios climáticos, África sufre de manera desproporcionada: un número creciente de sus habitantes acaba convirtiéndose en presa del hambre, de la pobreza, de la enfermedad", siguió diciendo.
"Gritan reconciliación, justicia, y paz, y esto es precisamente lo que la Iglesia les ofrece. No ofrece nuevas formas de opresión económica o política, sino la libertad gloriosa de los hijos de Dios".
La Iglesia, añadió, "no impone modelos culturales que ignoran el derecho a la vida de los que todavía no han nacido, sino el agua pura salvífica del Evangelio de la vida".
"No promueve las rivalidades interétnicas, sino la rectitud, la paz y la alegría del Reino de Dios, descrito de manera sumamente apropiada por el Papa Pablo VI con estas palabras: 'civilización del amor'".
Por su parte, el presidente Biya, en el cargo desde 1982, aseguró al Papa que su país se esforzará por "responder a las expectativas de nuestro pueblo sobre el ejercicio de los derechos cívicos y la satisfacción de sus necesidades en materia de educación, salud y nivel de vida".
La ceremonia de bienvenida se caracterizó por la espontánea y colorida acogida africana. Desde que el Papa descendió del Boeing 777 de Alitalia, que tras un viaje de unas seis horas, cientos y cientos de manos se le acercaron para darle personalmente su saludo, provocando en ocasiones, algún susto entre los encargados de la seguridad.
YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Al acoger en la tarde de este martes a Benedicto XVI en el aeropuerto de la capital, el presidente de la República Paul Biya aseguró su compromiso de promoción de los derechos cívicos y consideró que la visita es un antídoto ante el "afro-pesimismo".
El mandatario, en el discurso de bienvenida, reconoció que "no es posible no apoyar el llamamiento de la Iglesia por una mayor justicia para las poblaciones africanas, diezmadas por las pandemias, la miseria y el hambre, en ocasiones privadas de sus derechos más elementales y sometidos a condiciones de vida degradantes".
Citando aun sacerdote camerunés, el presidente, en el cargo desde noviembre de 1982, se preguntó "cómo es posible no escuchar el grito del hombre africano".
En lo que le corresponde como gobernante, Biya aseguró al Papa su esfuerzo para "responder a las expectativas de nuestro pueblo sobre el ejercicio de sus derechos cívicos y la satisfacción de sus necesidades en materia de educación, salud y nivel de vida".
Haciendo referencia al sistema político de su país, de más de 18 millones de habitantes, en su mayoría cristianos, seguidores de las creencias tradicionales o musulmanes, el presidente aseguró al Papa que seguirá esforzándose por caminar en la "buena dirección" de la democracia.
Por lo que se refiere a la política exterior, Biya aseguró que la prioridad de su país debe ser la promoción de la paz y puso como ejemplo de este compromiso las negociaciones sobre el contencioso de la península de Bakassi, que en 1981 estuvo a punto de provocar una guerra entre Camerún y Nigeria.
La Corte Internacional de Justicia, sentenció en 2002 que el territorio es de soberanía camerunesa, obligando a cederla a Camerún, lo que ocurrió finalmente el 14 de agosto de 2008.
"Gracias a una buena voluntad compartida y al apoyo de las Naciones Unidas y de algunas potencias amigas, este espinoso problema ha podido resolverse con la satisfacción general", afirmó.
"De este modo, se ha abierto el camino para una cooperación benéfica con nuestro gran hermano", explicó en referencia a Nigeria.
Por último, el presidente agradeció al Papa la convocación del Sínodo de África, que se celebrará en Roma el próximo mes de octubre, y cuyo documento de trabajo (Instrumentum laboris), será publicado este jueves.
En esta decisión, aseguró, los africanos ven "el interés constante que prestáis a quienes sufren a causa de la guerra, la miseria, la enfermedad o la opresión".
"Esta solidaridad afirmada --concluyó--, es también para ellos un aliento para no ceder al 'afro-pesimismo' y a continuar con sus esfuerzos para construir una sociedad más justa y solidaria".
"Una bendición", comenta el gran imán de Yaundé
YAUNDÉ, martes, 17 marzo 2009 (ZENIT.org).- Al llegar al aeropuerto internacional Nsimalen de Yaundé, Benedicto XVI se ha encontrado con la bienvenida de musulmanes y protestantes de Camerún.
"En el Corán, el profeta Mahoma nos recomienda acoger bien a los extranjeros, pues con mucha frecuencia vienen con la paz. Por tanto, para nosotros, la venida del Papa es una bendición", ha declarado el gran imán de Yaundé, el jeque Ibrahim Moussa.
Durante su estancia en Camerún de tres días, el Papa está recibiendo en varias ocasiones la bienvenida de los responsables de la comunidad musulmana de este país de más de 18 millones de personas, la segunda religión más numerosa después del cristianismo.
Con motivo de la llegada del Papa, el jeque Ibrahim Moussa ha lanzado un llamamiento a los fieles musulmanes a "respetar la religión de los demás y a unirse para acoger a este gran hombre".
Según ha referido a la prensa local, el líder islámico ha asegurado que "consideramos al Papa como un gran imán", en referencia a la figura encargada de presidir la oración canónica musulmana, poniéndose delante de los fieles para que estos le sigan en sus rezos y movimientos.
"Rezamos para que su estancia se desarrolle bien y que regrese a su casa en paz", según ha referido a los periodistas.
"Nosotros tenemos un buen concepto de él, sobre todo convivimos pacíficamente con los fieles católicos, de hecho, rezamos al único Dios. Por tanto, los musulmanes están tan contentos como ellos de recibir al Papa aquí, en nuestro país".
También han dado la bienvenida al Papa las comunidades protestantes.
"La venida del Santo Padre a nuestro país es una gracia que no puede dejar a un cristiano indiferente", ha subrayado en particular el reverendo Jean Emile Ngué, secretario general del Consejo de las Iglesias protestantes de Camerún, quien considera que la venida del Papa al país es "un acontecimiento de elevado alcance espiritual".
Con información de Isabelle Cousturié
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