lunes, enero 29, 2007

Educación. Excesivas titulaciones para la demanda real. Reinos de taifas autonómicos.

Noticias de educación: excesivas titulaciones para la demanda real. ¿Reestructurar el sector universitario?

Más en Aragón Liberal  (Enviado por: frid) 29/01/07, 12:43 h
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Es necesario pensar de una manera realista. Las competencias universitarias se han asumido más para ejercer la competencia que por necesidades reales. Las Universidades autonómicas deberían coordinarse.

 

 

Y la realidad es la que dice el ABC en su editorial. Una realidad bien sabida. Hay facultades con todo el cuadro de profesores para tres alumnos por aula. Otras no dan abasto.

 

Si una Autonomía tiene Veterinaria, todas la tienen. Y así con todos. Derecho aún se sostiene, pero Ciencias Exactas malvive, y después viene la demanda de puestos de trabajo. ¿La Universidad una manera de prolongar el paro?

 

No hay autonomías universitarias, más bien reinos de taifas. Algo se soluciona con los traslados facilitados por el anterior gobierno popular, pero los alumnos ¿van por vocación o porque qué menos que ser universitario?

 

No nos engañemos, ni ser universitario, ni ser -en algún caso- profesor universitario es garantía de calidad. La profesionalidad está en crisis. Demasiados fracasos y demasiados amiguismos.

 

frid.



Algunas Noticias de educación de la CONCAPA:



 

ABC- DESAJUSTE UNIVERSITARIO. Editorial sobre el desajuste universitario entre la oferta y la demanda.

jueves, enero 25, 2007

El peligro de las familias numerosas. Los socialistas andaluces las temen.

El peligro de las familias numerosas. Los socialistas andaluces las temen.


Aragón Liberal  (Enviado por: aragón liberal) 25/01/07, 21:16 h
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Y por eso han eliminado la prioridad de elegir colegíos que tenían las familias numerosas. Son lo más parecido a una organización con valores más sólidos que hay de modo natural y por eso siempre las han visto con malos ojos los neo-colectivistas.

Así que no basta oir lo que los progres de los sesenta decían: conejo o hijo de conejo al que venía de una prole numerosa, hay que poner los medios para disgregarlos e impedir que esa especie se reproduzca y, además, que viva mal y perseguida.

 

No hay viviendas: sino las miniviviendas de la Trujillo; no hay colegios en las cercanías; no hay conciliación entre trabajo del hogar y de la familia con la decisón de que ese sea el trabajo a conciliar. Y es que hay miedo, miedo a que no puedan erradicar los valores y virtudes que, naturalmente se dan en un hogar numeroso.

 

La solidaridad, el compartir, la vida dura, el heredar, el no tener como propio el cuarto, los juegos colectivos, la imaginación para suplir los medios materiales, son los peligros para los socialistas andaluces. Pero sobre todo el peligro es la alegría, que es contagiosa.

 

No toleran la alegría en la pobreza, no toleran la alegría en la generosidad. Sólo entienden al ser humano como objeto de uso. por ellos se entiende, y ahí está la familia numerosa donde hay un armazón que sostiene ante la dificultad.

 

Rebelión del sentido común. Protestemos y además protestemos con alegría. Sectarios de pacotilla, como si no se les viese el plumero. Sus razones el amargor y el mal genio. No tienen nada a cambio.

 

Vivan las familias numerosas. Ya nos lo arreglaremos como podamos, pero no vamos a renunciar a poblar un mundo que ellos, sin hijos, y muchos incluso mariconcillos, dejarían desierto con su política.

 

Es cuestión de tiempo.

 

frid

Conversión de San Pablo. Llamada a la unidad.

Hoy es la fiesta de la Conversión de San Pablo. Los cristianos dedican su octava a pedir por la unidad de los cristianos.

Más en Aragón Liberal (Enviado por: aragón liberal) 25/01/07, 18:17 h
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Un paso previo para lograr un fin es quererlo. Los cristianos deseamos la unidad de todos en un mismo credo y eso pedimos. Pero ¿eso es uniformidad? No, eso es fidelidad al mensaje de Cristo.

La doctrina cristiana es como una segunda naturaleza. Nadie protesta por ser humano, salvo los que, como dice Fernando, añoran ser simios. Pero esa discusión se la dejo a él. Está muy cabreado porque ha reeducado a un simio para que deje de fumar. Menudo disparate, y después de 15 años de fumador activo.

Pero el cristianismo no es uniforme. Es un camino ancho que lleva a la meta definitiva. Se basa en que Dios existe, ha hablado a los hombres, les ha dado unos medios para la salvación y la libertad para elegirlos.

Pero no ha dicho que demos al César lo que es de Dios, sino a cada uno lo suyo. Y algo debe saber el fundador del cristianismo sobre eso porque al ser Dios es también el creador del ser humano.

Una naturaleza en la que hay una ley de vida básica: hacer el bien y evitar el mal, no encorseta, simplemente facilita que la vida se desarrolle y potencie.

Una religión que dice Amarás a Dios con toda tu mente, con todo tu corazón, con toda tu fuerza, y al prójimo como a tí mismo es una religión que fomenta la vida y la convivencia.

Por eso añoramos la unidad de los cristianos, como camino para convencer al mundo de la indudable ventaja de vivir como Dios nos dijo.

frid.

Traslado ahora la carta de Jesús Domingo.

  • Un año más de Octavario

El 25 de enero, un año más de celebración de la Conversión de San Pablo; y termina, ese día , el Octavario por la Unidad de los Cristiano, que celebramos todos los que participamos en la Eucaristía.

Han sido ocho días en los que la Iglesia nos ha animado, por una parte, a intensificar la oración por la unidad de todos los cristianos y a buscarla juntos; por otra, a unir las fuerzas de todos los creyentes en Cristo para responder a los sufrimientos humanos.

¿Los frutos? Los materiales no aparecen de inmediato; pero las gestiones sobre ecumenismo promovidas por el Papa Benedicto XVI, los acabarán dando: algunos ya se ven. Los espirituales, los más importantes, se aplican a cada uno según las disposiciones con las que ha participado.

Jesús Domingo Martínez

Sin virtudes son medusas. Sin esqueleto pura gelatina.



Sin virtudes son medusas. Sin esqueleto pura gelatina.

Cuando uno se sacó el carné de conducir, las primeras horas o días, según su grado de torpeza hacer un movimiento suponía un pensamiento. ¿La derecha? que ¡no, que esa es la izqu
ierda! y por ahí no se va a ninguna parte. Y así, el monitor, con paciencia nos daba lecciones y hacía que asimilásemos los reflejos necesarios para obrar sin pensar, porque íbamos aprendiendo.

Al saltar un potro, al hacer deporte, pensar "es malo", el reflejo es el que te salva la "virilidad". Y eso se logra con la costumbre.

El hombre aprende, también los animales. Una parte del reflejo es como cargarnos de "instintos que carecemos". Tenemos que aprender a andar, a conducir, a distinguir olores, a captar el signo de los tiempos.

Pero también hay otras tareas que se aprenden y hacen llevadera la convivencia: se aprende a vencerse y coger el teléfono, abrir la puerta, tener posturas pudorosas, ceder el asiento en el autobús, aguantar la sed y el hambre, y las ganas de pipí. Y con esas acciones pequeñas, nos preparamos para acometer tareas más poderosas: estudiar, sacar una oposición, aguantar a un cliente sin tirarle por la ventana, no saltar ante los aguijonazos de la novia, después mujer, que es experta en ironía, no mandar al burro del novio a la porra porque no se ha acordado que hoy hace un mes que salimos. Todo es lucha, adquisición de hábitos, triunfos y derrotas. Y eso son las virtudes humanas.

Los clásicos distinguieron cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; y vieron que todas las demás podrían considerarse incluidas o referidas a ellas.

Y se observó que luchando por ser templado se cuida el cuerpo (no comer demasiado, no dormir demasiado poco, no beber en exceso) y se es prudente consigo mismo; se aguanta el apetito y se hace uno fuerte; se respeta a la pareja o no se duerme uno conduciendo por lo duro de una digestión pantagruélica, y se es justo. Y el justo no pone cuernos a su pareja (es casto y templado), acepta sus obligaciones aunque le supongan esfuerzo y no ambiciona lo ajeno y es templado.

Las virtudes van todas juntas, son como la carpa de un circo. Se tira de un palo y sube toda ella.

Pero ¿qué pasaría si uno adoptase como norma de conducta a apetencia? Es evidente que se habituaría a hacer lo primero que le viniera a la cabeza, y acabaría haciendo lo que le llevase menos esfuerzo. Si me apetece, por qué no. Y no sería justo ni fiel con su pareja, y no sería sobrio y robaría si le apetece lo ajeno, no siendo justo, y dejaría el hogar seguro del amor generoso por el barco tormentoso del amor placentero. Por un instante dejaría su hogar e iría de "hogar en hogar", sería un insensato, un imprudente.

Ese es el modelo de la asignatura de la Educación para la ciudadanía. Sin virtudes, con una norma de conducta en la "apetencia", su freno será el castigo de la ley. Y
¿si no me pillan?

Dice un amigo que las Socialdemocracias, permisivas, no han conseguido frenar la violencia, los suicidios, las depresiones, las soledades, los robos, y todos los demás males. No responden con recursos morales sino con "un pacto que no basan en la naturaleza". ¿Por qué va a ser bueno lo que la ley ordena solo porque lo ordena, y no lo que a mí me parece, que me tengo más a mano?

Pero aún en el caso de un mundo regido por las virtudes humanas, la condición del hombre es falible. Está construyendo su mundo todos los días. Tiene caídas y levantadas. Necesita el perdón de Dios y de los suyos. Y ahí entran otras virtudes que conocemos los cristianos: acudimos a un Dios amor que perdona y nos ayuda a recomenzar; acudimos a nuestros seres queridos que tienen capacidad de perdonar y colaboran con nosotros en nuestra tarea; acudimos a una sociedad capaz de perdonar y que nos da otras oportunidades de rehacer la vida.

Pero eso es sólo posible si se lucha en la virtud y se tiene el referente que evita la desesperación: un Amor que perdona. Tener fe en Dios es una baza segura para ganar la partida y vivir una vida esperanzada.

Y, al final, el hombre virtuosos es "un hombre que lucha por adquirir la virtud" y que recomienza todos los días, muriendo en esa lucha. Y es el que "está en el camino de la bondad quien al dormirse en esta vida, se encuentra bueno en la eterna".

frid

domingo, enero 21, 2007

La autonomía familiar en Chesterton

Chesterton defendía vehementemente, como todo lo que él defendía, que debería declararse como una carta de independencia del hogar. Veía el hogar como un reino de libertad, como una isla dentro de las Islas británicas, y una isla con sus leyes propias y sus peculiaridades.



Ahí el orden de las cosas, el horario, las costumbres, se rescribirían todos los días, aunque fuesen básicamente lo mismo. Y debería ser todo nuevo y viejo a la vez. Por eso soñaba, como también hace Tolkien en uno de sus cuentos en un viaje alrededor del mundo en busca de su hogar.

La diferencia es de tiempo. En el cuento tolkiano es toda una vida la búsqueda, en Chesterton apenas seis meses de vuelta al mundo y retorno al hogar para descubrir que su mujer es como la “otra” que dejó pero con el pelo más rojo; que la farola verde y el buzón rojo son como “los otros” pero más bonitos; y los hijos, como “los otros” pero más amados.

Los ritmos de Chesterton siempre son más trepidantes. No tiene la paciencia de la espera.

Dos paradojas que hablan del amor rescrito, pero rescrito no porque se cambie de objeto del amor, sino porque se reafirma en el amor. Es el verdadero romanticismo: un amor eterno que se hace nuevo cada día, cada minuto, cada aliento de vida.

Y para eso no hay que dar la vuelta al mundo, hay que cerrar y abrir los ojos.

Y para que ese sea un reino con todas las de la ley, se corona al rey o a la reina todos los días. Y los hijos son los más importantes de esa “Ínsula”, son los verdaderos príncipes.

Y eso que se llama sociedad es el lugar de las “relaciones internacionales”, importantes pero de un rango de relación entre estados soberanos. El hogar de los Pérez entabla relación diplomática con los Ramírez en el te de las cinco de la tarde.

En definitiva: la vida más importante ¡la más cercana! Y es su estabilidad y su felicidad ¡la razón de nuestra estancia en la tierra! Soy para Dios, soy creyente, pero Él puso para Adán su Eva, y para Eva su Adán. Y por eso no hay nada más importante.

Con ese modo de ver la vida: qué seguridad en la fortaleza de un vínculo que se remonta del primer Adán y de la primera Eva.

frid

jueves, enero 18, 2007

Un posible decálogo personalista. Conferencia de Juan Manuel Burgos, filósofo, en la Ibercaja de Zaragoza

Juan Manuel Burgos, máximo exponente del "personalismo filosófico" en España, defendió este movimiento como de especial importancia para humanizar al hombre del siglo XXI. Y, ciertamente, hoy en día el hombre está agredido desde todas las esferas de su existencia.



En cuanto a la vida ya su nacimiento es de alto riesgo; su refugio, "la familia" es trivializado; su identidad de hombre o mujer, puesta en duda; sus valores sometidos a la opinión ajena; su relación con Dios considerada obsoleta y poco madura. Y así sin un asidero firme, se encuentra sólo y sin apoyos ante un cada vez más poderoso aparato del Estado.

Pero, sin divagar, voy a citar, brevemente una especie de decálogo paersonalista que puede ser la medicina para volver a humanizar al ser humano:

1.- La radical diferencia entre personas, animales y cosas. Es preciso redefinir los conceptos que tratan en exclusivo del ser humano.
2.- Importancia radical de la afectividad. El conocer no nos hace buenos, lo que nos hace buenos es el ser y el amor. Conocemos para amar.
3.- Importancia de la relación en las personas. Somos para el otro. Nos realizamos con la donación. Pero no somos el otro.
4.- Primacía de los valores morales y religiosos. La conciencia es uan experiencia universal que nos señala que todo nuestro obrar está encaminado hacia un fin transcendente.
5.- La importancia de la dualidad humana. Corporeidad, masculinidad y feminidad son realidades intrínsecas del ser humano. Hay una igualdad radical en la dignidad, pero una diferenciación natural en el ser individual.
6.- Al hombre hay que entenderlo en "familia", en la familia se da la radical valoración del ser humano. Ahí eres un tú insustituible. De hecho esa experiencia vivida por Gabriel Marcel cuando trabajaba en el Departamento de desaparecidos durante la primera guerra mundial le hizo convertirs del idealismo al realismo. El tú irrepetible es lo real.
7.- El hombre tiene una dimensión comunitaria que no lo absorve pero que le hace realizarse. Estoy en el mundo para cuidar del otro.
8.- La filosofía y la sociedad están en contínuo diálogo. El personalismo lleva a la acción social.
9.- El personalismo está en relación con la religión. Dios es una realidad. No se duda de la condición humana de ser creado por Dios. No oculta su dimensión religiosa.
10. El personalismo dialoga con la filosofía moderna encontrando en ella elementos interesantes, no sólo rechazables. Esas filosofías, "que no resuelven el problema del hombre", presentan luces parciales a considerar.

frid

Una introducción al personalismo filosófico. El contexto histórico.

Magnífica la conferencia del Doctor Juan Manuel Burgos sobre el personalismo filosófico, bajo el título "Una antropología para el siglo XXI" que tuvo lugar en los salones de la Ibercaja de Zaragoza el pasado martes 16 de enero.

En esa conferencia el Profesor Burgos introdujo el contexto histórico del nacimiento de esa corriente. Mounier, su fundador, se encontraba con el dilema de dedicarse a la vida académica o a la acción, eligió la acción y creó un organo de expresión, la revista Esprit con la que generó un movimiento filosófico realista que intentó compensar los dos grandes extremos sociales de su tiempo: el colectivismo y el individualismo.

En realidad el peor enemigo del hombre era el coletivismo que en el periodo de entreguerras tenía dos versiones: el comunismo y el fascismo. Dos extremos aunque del mismo origen socialista y que, la opinión pública traga como extremas izquierda y extrema derecha. Ambos son movimientos socializantes donde el individuo se sacrifica a intereses colectivos: la lucha del proletariado para el paraíso terrenal o la lucha por la super-raza o super-nación. Uno sólo no es nada, pero en la masa, en el grupo, es una parte de algo grande, algo que le exige la subordinación de su ser individual al hipotético ser colectivo.

El otro extremo es más bien hipotético, el liberalismo como individualismo planteaba que el hombre era principalmente un ser aislado, que debía sacar de sí toda su potencialidad y que eso redundaría en beneficio propio y ajeno. De hecho el liberalismo actual es un liberalismo corregido: no piensa que los egoismos sacarán adelante la solidariedad, pero sí piensa que cada uno debe de sacar de sí lo mejor que tiene y que los propios intereses son un motor del desarrollo. Y esa verdad es indiscutible.

El liberalismo corregido es el que actualmente impera pacíficamente en la mente de muchos cristianos, mientras que el colectivismo sigue creando nuevos mostruos.

Los mostruos del colectivismo ya no son el paraíso del proletariado, en el que no cree nadie, sino la construcción del nuevo hombre, el superhombre generado por la ciencia; la nueva conciencia social es el consenso; y la nueva moral excluye y pretende superar todos los valores tradicionales: individuos en relación sólo con el Sistema, con el Estado, sin sociedades intermedias con entidad propia y diferenciada. Son la síntesis del fascismo (super-raza por super-hombre de la ciencia) y del marxismo (conciencia colectiva del consenso, individuos como miembros exclusivamente del Estado).

Y enfrente a ese mostruo ¿hay individualismo? Curiosamente el colectivismo ha incorporado también un individualismo radical: la conversión del hombre en una mera célula social. Sólo yo y el Estado. Ni los demás ni Dios son importantes.

La alternativa personalista, en cuanto busca un intermedio entre colectivismo e individualismo, es loable. Pero los extremos no son comparables.

El hombre real es individuo, y tiene una relación social. El individualismo acierta en algo real. Puede haber liberalismo como sistema y liberalismo filosófico realista.

El colectivismo destruye al hombre individual y no cabe con él mas que la rebeldía.

frid




Emmanuel Mounier nació en 1905 en Grenoble. Sus estudios incluyeron entrenamiento en filosofía en su ciudad natal y luego en París. El estaba particularmente intrigado por los escritos tanto de Charles Peguy, acerca de quién escribió un libro, y de Nikolai Berdyaev. Un profesorado en filosofía en el Liceo De Saint Omer marcó una distinguida carrera universitaria

martes, enero 16, 2007

Algunas consideraciones sobre la Jornada Mundial de las Migraciones




Recordemos que la familia de Nazaret también vivió la dolorosa condición de tantos inmigrantes, en las que reconocemos en particular las grandes dificultades, los malos momentos, humillaciones,…que sufren.

Inmigrantes de ahora y de antes

Jornada Mundial de las Migraciones

A diario siguen llegando a nuestro país numerosas personas sin los requisitos que les garanticen un trabajo y una vivienda dignos y un futuro de esperanza. Las delegaciones diocesanas de migraciones, Caritas, parroquias y servicios de la Vida Consagrada, están realizando una labor impagable de acogida, acompañamiento y asistencia a los inmigrantes y a sus familias.

Recordemos que la familia de Nazaret también vivió la dolorosa condición de tantos inmigrantes, en las que reconocemos en particular las grandes dificultades, los malos momentos, humillaciones,…que sufren. No podemos ver a estas personas, solo desde el punto de vista en el bienestar que nos puedan aportar con su ayuda y trabajo, como si fueran máquinas, si no desde el respeto de la dignidad humana y el reconocimiento de los valores de la sociedad que los aloja. Hacer que tengan una justa integración de las familias en los sistemas sociales y económicos.

Los hay que vienen solos para empezar, hasta que pueden repatriar a su familia, otros se dedican a trabajar y ayudarles desde aquí con su aportación económica y algún día volverse a su patria. Normalmente siempre de una u otra forma son familias las que sufren esta situación. Por eso, debemos abrirles las puertas y acogerlos como hermanos, respetando sus creencias, al igual que a nosotros nos gusta que nos respeten. Ver también en el emigrante la persona que trae y aporta una riqueza y una cultura diferente.

De lo contrario las mujeres se ven en circunstancias de llegar a la situación de vender sus cuerpos y a los niños ponerlos a trabajar en lugar de acudir a la escuela para su formación. En definitiva mantener una disponibilidad activa de participación para construir juntos una comunidad integrada.

Elena Baeza Villena


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Inmigrantes de ahora

Nosotros también fuimos inmigrantes.




Los que hicieron las américas, o las alemanias, buscando una oportunidad y volvieron o se quedaron ahí constatan que la inmigración es una opción contra la miseria.


Inmigrantes de ahora y de antes


No hace mucho, los españoles iban buscando una oportunidad al continente americano, era "hacer las américas", algunos ahí se quedaron, otros volvieron ricos y eran los "indianos"; algunos de los que volvieron vinieron con cierta megalomanía y dejaron impresionantes mansiones donde dejaron sus ahorros.

El tiempo hizo que los hijos de los hijos fuesen o argentinos, uruguayos, chilenos, o bien, si volvieron, españolitos como ellos.

Otros hicieron las "alemanias" y eso no hace tanto tiempo. Y ahí les exigieron certificados de todo tipo, sobre todo sanitarios, para trabajar duro, ganar algo y volver al cabo del tiempo. Gracias a esas idas están ahora las venidas, las venidas de los camiones que van y vuelven a Alemania cargados de fruta española. Mantuvimos los contactos.

Nosotros fuimos y nos acogieron. ¿Seremos también acogedores?

La inmigración genera riqueza, pero la inmigración indiscriminada genera también muertos en el paso del estrecho, mafias y comercio de cuerpos. Meditemos.

Frid


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Inmigrantes de antes.

Un debate en la red liberal ¿Interpretación de la Biblia y del mensaje cristiano?


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Complicado lo tendría quien quiera que la Biblia diga lo que quiera oir; porque la voz de Dios es la del que mejor conoce el hombre, no en vano lo ha creado. Pero ese Dios quiere perdonar al hombre y para ello es necesario no perder el sentido del pecado.

Muchos de los problemas de interpretación de la Biblia están en lo que es "literalidad" y lo que es "mensaje".

En la Biblia hay hechos históricos, con unos detalles impresionantes: toda la historia de los Reinos de Judá por ejemplo. Hay hechos que se relatan metafóricamente donde lo importante es lo que se enseña, y la fe dice que esos personajes existieron aunque no se ubican históricamente (Adán y Eva, Noé y los patriarcas antidiluvianos). Y hay enseñanzas divinas que, por eso mismo, el hombre no puede interpretarlas en lo literal (diferencia entre el cristianismo católico y el protestantismo cristiano, o en el modo literal de interpretar los libros sagrados los musulmanes), Ahí juega más fuerza el papel de la fe. No es tanto creer la literalidad de lo dicho sino la interpretación según el sentir de la tradición (que para el Católico cuenta con la ayuda del Espíritu Santo al Papa y los Obispos); pero no hace referencia al orden temporal: "dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios" sino más bien lo que hace referencia al orden espiritual: Los mandamientos (que se basan en la naturaleza), los Misterios propios de la Fe: La Trinidad, la divinidad de Cristo, los Sacramentos. En ese último ámbito entra sobre todo en juego una fe que no colisiona con la razón. Pero la razón sólo dice que eso no es contradictorio.

Pero para construir cualquier edificio intelectual se requiere un cimiento sólido: la capacidad del hombre de conocer (optimismo natural del hombre) y la realidad del mundo sensible; al tiempo que se constata la propia limitación, la capacidad de errar (moderado pesimismo) que lleva a respetar por "posible o comprensible" que otros defiendan opiniones que nos parezcan muy infundadas.

Otra cuestión delicada. Y qué pasa con los maricones. ¿Se les condena en la BIblia?

Siguiendo con el argumento un poco delicado ¿los maricones entrarán en el reino de los cielos? respondería con una frase "las prostitutas y los pecadores os adelantarán en el Reino de los cielos"; entendiendo que esas personas "hacen penitencia". El ser algo no es pecado, el hacer algo puede serlo; y eso es de lo que hay que hacer penitencia.

La doctrina católica es clara. Los hombres pueden obrar bien o mal, no por lo que ellos decidan que es el bien sino porque un acto es en sí bueno o malo y la intención puede ser buena o mala. Ahora vendría el nudo gordiano:

El sexo fuera del matrimonio es un desorden de la naturaleza.
Luego es un acto del que el cristiano debe pedir perdón en la confesión sacramental. No es "doctrina cristiana", es "doctrina de la naturaleza del hombre", pero que la Iglesia Católica sostiene.

Pero aquí no hablamos de un "hecho histórico" ni de "una metáfora"; hablamos de la luz de la ley natural que tiene su "literalidad" en textos del Libro de la Sabiduría, en la Carta de San Pablo a los Romanos, en el Génesis (Sodoma y Gomorra) y en otros muchos lugares donde se hace "relación de pecados y castigos". Pero la clave, no lo olvidemos es que Cristo vino a salvar a pecadores, y que no necesitan de él los que no necesitan de penitencia.

Eso es lo que, entiendo, dice la doctrina católica. Pero eso no quiere decir que se desprecie "al pecador"; partimos de un principio: "todos somos pecadores", "el que esté sin pecado tire la primera piedra"; no se desprecia ni ningunea a nadie, se le abre un camino de vida por si lo quiere recorrer.

frid

En preparación de la Jornada Mundial de Emigrante y Refugiado. Discurso de Benedicto XVI.



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La familia de Nazareth fué emigrante en Egipto, además podría considerarse hoy en día una familia de refugiados perseguidos por un tirano, Herodes. Cristo quiso padecer en sus carnes la emigración y la persecución, para hacernos acogedores.

Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado 2007

Fuente: Vatican.va
Autor: S.S. Benedicto XVI

"La familia migrante"

¡Queridos hermanos y hermanas!


Con ocasión de la próxima Jornada Mundial del emigrante y el refugiado, con la mirada puesta en la Santa Familia de Nazaret, icono de todas las familias, querría invitarlos a reflexionar sobre la situación de la familia emigrante. El evangelista Mateo narra que, poco tiempo después del nacimiento de Jesús, José se vio obligado a salir de noche hacia Egipto llevando consigo al niño y a su madre, para huir de la persecución del rey Herodes (cfr Mt 2, 13-15). Comentando esta página evangélica, mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Papa Pío XII, escribió en 1952: “La familia de Nazaret en exilio, Jesús, María y José, emigrantes en Egipto y allí refugiados para sustraerse a la ira de un rey impío, son el modelo, el ejemplo y el consuelo de los emigrantes y peregrinos de cada época y País, de todos los prófugos de cualquier condición que, acuciados por las persecuciones o por la necesidad, se ven obligados a abandonar la patria, la amada familia y los amigos entrañables para dirigirse a tierras extranjeras” (Exsul familia, AAS 44, 1952, 649). En el drama de la Familia de Nazaret, obligada a refugiarse en Egipto, percibimos la dolorosa condición de todos los emigrantes, especialmente de los refugiados, de los desterrados, de los evacuados, de los prófugos, de los perseguidos. Percibimos las dificultades de cada familia emigrante, las penurias, las humillaciones, la estrechez y la fragilidad de millones y millones de emigrantes, prófugos y refugiados. La Familia de Nazaret refleja la imagen de Dios custodiada en el corazón de cada familia humana, si bien desfigurada y debilitada por la emigración.

El tema de la próxima Jornada Mundial del emigrante y el refugiado –La familia emigrante– se sitúa en continuidad con los del 1980, 1986 y 1993, y pretende acentuar ulteriormente el compromiso de la Iglesia no sólo a favor del individuo emigrante, sino también de su familia, lugar y recurso de la cultura de la vida y principio de integración de valores. Muchas son las dificultades que encuentra la familia del emigrante. La lejanía de sus componentes y la frustrada reunificación son a menudo ocasión de ruptura de los vínculos originarios. Se establecen nuevas relaciones y nacen nuevos afectos; se olvida el pasado y los propios deberes, puestos a dura prueba por la distancia y la soledad. Si no se garantiza a la familia inmigrada una real posibilidad de inserción y participación, es difícil prever su desarrollo armónico. La Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, entrada en vigencia el 1 de julio de 2003, pretende tutelar los trabajadores y trabajadoras emigrantes y los miembros de las respectivas familias. Se reconoce, por tanto, el valor de la familia también en lo que atañe a la emigración, fenómeno ahora estructural de nuestras sociedades. La Iglesia anima la ratificación de los instrumentos legales internacionales propuestos para defender los derechos de los emigrantes, de los refugiados y de sus familias, y ofrece, en varias de sus Instituciones y Asociaciones, aquella advocacy que se hace cada vez más necesaria. Se han abierto, para tal fin, centros de escucha para emigrantes, casas para su acogida, oficinas de servicios para las personas y las familias, y se han puesto en marcha otras iniciativas para satisfacer las crecientes exigencias en este campo.

Actualmente, se está trabajando mucho por la integración de las familias de los inmigrantes, no obstante quede aún tanto por hacer. Existen dificultades efectivas relacionadas con algunos “mecanismos de defensa” de la primera generación inmigrada, que pueden llegar a constituir un obstáculo para una subsiguiente maduración de los jóvenes de la segunda generación. Es por tanto necesario predisponer acciones legislativas, jurídicas y sociales para facilitar dicha integración. En estos últimos tiempos ha aumentado el número de mujeres que abandonan el País de origen en busca de mejores condiciones de vida, en pos de perspectivas profesionales más alentadoras. Pero no son pocas las mujeres que terminan siendo víctimas del tráfico de seres humanos y de la prostitución. En las reunificaciones familiares las asistentes sociales, en particular las religiosas, pueden llevar a cabo un beneficioso servicio de mediación, digno de una creciente valorización.

En cuanto al tema de la integración de las familias de los inmigrantes, siento el deber de llamar la atención sobre las familias de los refugiados, cuyas condiciones parecen empeorar con respecto al pasado, también por lo que atañe a la reunificación de los núcleos familiares. En los territorios destinados a su acogida, junto a las dificultades logísticas, y personales, asociadas a los traumas y el estrés emocional por las trágicas experiencias vividas, a veces se suma el riesgo de la implicación de mujeres y niños en la explotación sexual como mecanismo de supervivencia. En estos casos, es necesaria una atenta presencia pastoral que, además de prestar asistencia capaz de aliviar las heridas del corazón, ofrezca por parte de la comunidad cristiana un apoyo capaz de restablecer la cultura del respeto y redescubrir el verdadero valor del amor. Es preciso animar, a todo aquel que está destruido interiormente, a recuperar la confianza en sí mismo. Es necesario, en fin, comprometerse para garantizar los derechos y la dignidad de las familias, y asegurarles un alojamiento conforme a sus exigencias. A los refugiados se les pide que cultiven una actitud abierta y positiva hacia la sociedad que los acoge, manteniendo una disponibilidad activa a las propuestas de participación para construir juntos una comunidad integrada, que sea “casa común” de todos.

Entre los emigrantes existe una categoría que debemos considerar de forma especial: los estudiantes de otros Países, que se hallan lejos de su hogar, sin un adecuado conocimiento del idioma, a veces carentes de amistades, y a menudo dotados con becas insuficientes. Su condición se agrava cuando se trata de estudiantes casados. Con sus Instituciones, la Iglesia se esfuerza por hacer menos dolorosa la ausencia del apoyo familiar de estos jóvenes estudiantes, ayudándolos a integrarse en las ciudades que les reciben, poniéndolos en contacto con familias dispuestas a acogerles y a facilitar el conocimiento recíproco. Como he dicho en otra ocasión, la ayuda a los estudiantes extranjeros es “un importante campo de acción pastoral. Sin lugar a dudas, los jóvenes que por motivos de estudio abandonan el propio País se enfrentan a numerosos problemas, sobre todo al riesgo de una crisis de identidad” (L’Osservatore Romano, 15 de diciembre de 2005).

Queridos hermanos y hermanas, pueda la Jornada Mundial del emigrante y el refugiado convertirse en una ocasión útil para sensibilizar las comunidades eclesiales y la opinión pública acerca de las necesidades y problemas, así como de las potencialidades positivas, de las familias emigrantes. Dirijo de modo especial mi pensamiento a quienes están comprometidos directamente con el vasto fenómeno de la migración, y aquellos que emplean sus energías pastorales al servicio de la movilidad humana. La palabra del apóstol Pablo: “caritas Christi urget nos” (2 Co 5, 14) los anime a donarse, con preferencia, a los hermanos y hermanas más necesitados. Con estos sentimientos, invoco sobre cada uno la divina asistencia, y a todos imparto con cariño una especial Bendición Apostólica.

Vaticano, 18 de octubre de 2006

BENEDICTUS PP. XVI

miércoles, enero 03, 2007

Laicismo y laicidad, dos realidades diferentes.



Pongamos un ejemplo, nacionalismo y nacionalidad no son lo mismo. Yo soy de la nación española, pero no soy nacionalista. Soy laico y gozo de una propiedad, la laicidad, pero no soy laicista.

¿Donde la diferencia? Laico es contrapuesto a religioso pero no en el sentido de práctica religiosa sino de estado. Se vive en el mundo y se participa de todas las preocupaciones mundanas pero no se es mundano. Se puede ser fiel de la Iglesia católica, o fiel de otra confesión religiosa y ser laico. Más bien, lo normal de todo fiel de una confesión religiosa es su carácter de laico. Es lo propio de la mayoría de los ciudadanos.

Lo propio del ser humano es confesar al creador, adorarle y reconocerle como Dios. Pero el mundo de aquí abajo perdería su encanto y su armonía si quisiéramos construirlo como réplica del cielo o del paraíso. La tierra no es ni debe ser un paraíso. Es un lugar de paso, con necesidades corrientes e "irrepetibles", que dejarán de ser necesidades en los mundos celestiales.

Ahora tenemos que preocuparnos, vivir el afán de la búsqueda del alimento, la novia, los hijos, las pensiones, el vehículo utilitario, la vivienda, el veraneo, el descanso, las diversiones. Son todas preocupaciones del tiempo presente y ocupan una parte muy importante de nuestro tiempo y nuestra cabeza. Ahí todos podemos ponernos de acuerdo para encontrar el modo de satisfacer mejor y con más calidad las necesidades terrenas. Eso es ser laico, eso es estar impregnado de la "laicidad". Pero, en absoluto eso es ser laicista.

Laicista es aquel que convierte lo terreno en celestial y que centra "toda su vida" en satisfacer las necesidades terrenas, materiales principalmente y, curiosamente, con el afán del máximo disfrute. El laicista suele ser hedonista porque mira la realidad sólo desde la "carnalidad", y después no tiene ni quiere dar explicación del más allá.

Con ese laicista aún se podría convivir. Unos viviríamos en el mundo atendiendo nuestras necesidades terrenas, comunes a todos los hombres, y tendríamos la amplitud de mira de saber que esta vida terrenal es un paso para la eterna. Procuraríamos vivir, gozar, amar, sonreír y trabajar procurando hacer el bien, procurando ser mejores, y todo por el Dios en el que creyésemos agradar. Otros harían lo mismo, o casi lo mismo, aunque sólo por el "sentimiento de estar a gusto consigo mismo", con esa voz de su conciencia que les dice lo que está bien o mal. Vivirían una vida chata pero estarían cerca, muy cerca, de los creyentes: y esa cercanía estaría en el fomento de lo bueno.



Pero el laicismo habitual no es de un individuo, sino de todo un sistema social. Es un laicismo impositivo. Lo que pretende es que "toda la vida de los hombres" se viviese como si Dios no existiera. No admite que algunos tengan profundidad en su punto de vista. Se molestan con la mera mención de la palabra: "eternidad". Además pretenden eliminar esa voz de su conciencia y quieren construir un mundo "como si las virtudes humanas no existieran", lo que es lo mismo a decir que "el alma, donde se asientan los principios morales" no existiera. Es un mundo sin Dios y sin hombre el que propugnan,

Entonces ¿qué sistema propugna el laicismo actual? el del dominio de la voluntad, que es lo mismo que el dominio de la fuerza, donde la humanidad es, simplemente, una especie animal más, donde el individuo se subordina a la colectividad. Han avanzado en culto a la humanidad y han alineado al hombre. Y entonces los esquemas que propugnan ya no son compatibles con los de la mayoría de los hombres, por eso son "líderes", "ilustrados", "educadores en asignaturas de laicidad". Su meta no es el amor, el bien ni la verdad. Sus metas son el placer, lo políticamente admitido y el consenso. Y en eso son una "secta", porque sus prácticas llevan a sacrificar al individuo por la colectividad.

Y para formar ese nuevo hombre necesitan ser agresivos. Signos evidentes de su mal son muchos, todos manifiestamente agresivos contra el sentir religioso natural en los hombres: belenes, crucifijos, cultos cristianos, enseñanza de la religión, y todo signo religioso cristiano han se ser eliminados. Pero también el mismo nombre de Dios, la concepción de bien y de verdad, todo sentido transcendente. Y en especial la primera composición social natural: la familia que ha de ser reinterpretada para que se imponga el Yo sobre la naturaleza de las cosas.

Ese laicismo no es que sea anti-cristiano, es que es anti-humano.

frid