jueves, enero 18, 2007

Una introducción al personalismo filosófico. El contexto histórico.

Magnífica la conferencia del Doctor Juan Manuel Burgos sobre el personalismo filosófico, bajo el título "Una antropología para el siglo XXI" que tuvo lugar en los salones de la Ibercaja de Zaragoza el pasado martes 16 de enero.

En esa conferencia el Profesor Burgos introdujo el contexto histórico del nacimiento de esa corriente. Mounier, su fundador, se encontraba con el dilema de dedicarse a la vida académica o a la acción, eligió la acción y creó un organo de expresión, la revista Esprit con la que generó un movimiento filosófico realista que intentó compensar los dos grandes extremos sociales de su tiempo: el colectivismo y el individualismo.

En realidad el peor enemigo del hombre era el coletivismo que en el periodo de entreguerras tenía dos versiones: el comunismo y el fascismo. Dos extremos aunque del mismo origen socialista y que, la opinión pública traga como extremas izquierda y extrema derecha. Ambos son movimientos socializantes donde el individuo se sacrifica a intereses colectivos: la lucha del proletariado para el paraíso terrenal o la lucha por la super-raza o super-nación. Uno sólo no es nada, pero en la masa, en el grupo, es una parte de algo grande, algo que le exige la subordinación de su ser individual al hipotético ser colectivo.

El otro extremo es más bien hipotético, el liberalismo como individualismo planteaba que el hombre era principalmente un ser aislado, que debía sacar de sí toda su potencialidad y que eso redundaría en beneficio propio y ajeno. De hecho el liberalismo actual es un liberalismo corregido: no piensa que los egoismos sacarán adelante la solidariedad, pero sí piensa que cada uno debe de sacar de sí lo mejor que tiene y que los propios intereses son un motor del desarrollo. Y esa verdad es indiscutible.

El liberalismo corregido es el que actualmente impera pacíficamente en la mente de muchos cristianos, mientras que el colectivismo sigue creando nuevos mostruos.

Los mostruos del colectivismo ya no son el paraíso del proletariado, en el que no cree nadie, sino la construcción del nuevo hombre, el superhombre generado por la ciencia; la nueva conciencia social es el consenso; y la nueva moral excluye y pretende superar todos los valores tradicionales: individuos en relación sólo con el Sistema, con el Estado, sin sociedades intermedias con entidad propia y diferenciada. Son la síntesis del fascismo (super-raza por super-hombre de la ciencia) y del marxismo (conciencia colectiva del consenso, individuos como miembros exclusivamente del Estado).

Y enfrente a ese mostruo ¿hay individualismo? Curiosamente el colectivismo ha incorporado también un individualismo radical: la conversión del hombre en una mera célula social. Sólo yo y el Estado. Ni los demás ni Dios son importantes.

La alternativa personalista, en cuanto busca un intermedio entre colectivismo e individualismo, es loable. Pero los extremos no son comparables.

El hombre real es individuo, y tiene una relación social. El individualismo acierta en algo real. Puede haber liberalismo como sistema y liberalismo filosófico realista.

El colectivismo destruye al hombre individual y no cabe con él mas que la rebeldía.

frid




Emmanuel Mounier nació en 1905 en Grenoble. Sus estudios incluyeron entrenamiento en filosofía en su ciudad natal y luego en París. El estaba particularmente intrigado por los escritos tanto de Charles Peguy, acerca de quién escribió un libro, y de Nikolai Berdyaev. Un profesorado en filosofía en el Liceo De Saint Omer marcó una distinguida carrera universitaria

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