Complicado lo tendría quien quiera que la Biblia diga lo que quiera oir; porque la voz de Dios es la del que mejor conoce el hombre, no en vano lo ha creado. Pero ese Dios quiere perdonar al hombre y para ello es necesario no perder el sentido del pecado.
Muchos de los problemas de interpretación de la Biblia están en lo que es "literalidad" y lo que es "mensaje".
En la Biblia hay hechos históricos, con unos detalles impresionantes: toda la historia de los Reinos de Judá por ejemplo. Hay hechos que se relatan metafóricamente donde lo importante es lo que se enseña, y la fe dice que esos personajes existieron aunque no se ubican históricamente (Adán y Eva, Noé y los patriarcas antidiluvianos). Y hay enseñanzas divinas que, por eso mismo, el hombre no puede interpretarlas en lo literal (diferencia entre el cristianismo católico y el protestantismo cristiano, o en el modo literal de interpretar los libros sagrados los musulmanes), Ahí juega más fuerza el papel de la fe. No es tanto creer la literalidad de lo dicho sino la interpretación según el sentir de la tradición (que para el Católico cuenta con la ayuda del Espíritu Santo al Papa y los Obispos); pero no hace referencia al orden temporal: "dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios" sino más bien lo que hace referencia al orden espiritual: Los mandamientos (que se basan en la naturaleza), los Misterios propios de la Fe: La Trinidad, la divinidad de Cristo, los Sacramentos. En ese último ámbito entra sobre todo en juego una fe que no colisiona con la razón. Pero la razón sólo dice que eso no es contradictorio.
Pero para construir cualquier edificio intelectual se requiere un cimiento sólido: la capacidad del hombre de conocer (optimismo natural del hombre) y la realidad del mundo sensible; al tiempo que se constata la propia limitación, la capacidad de errar (moderado pesimismo) que lleva a respetar por "posible o comprensible" que otros defiendan opiniones que nos parezcan muy infundadas.
Otra cuestión delicada. Y qué pasa con los maricones. ¿Se les condena en la BIblia?
Siguiendo con el argumento un poco delicado ¿los maricones entrarán en el reino de los cielos? respondería con una frase "las prostitutas y los pecadores os adelantarán en el Reino de los cielos"; entendiendo que esas personas "hacen penitencia". El ser algo no es pecado, el hacer algo puede serlo; y eso es de lo que hay que hacer penitencia.La doctrina católica es clara. Los hombres pueden obrar bien o mal, no por lo que ellos decidan que es el bien sino porque un acto es en sí bueno o malo y la intención puede ser buena o mala. Ahora vendría el nudo gordiano:
El sexo fuera del matrimonio es un desorden de la naturaleza. Luego es un acto del que el cristiano debe pedir perdón en la confesión sacramental. No es "doctrina cristiana", es "doctrina de la naturaleza del hombre", pero que la Iglesia Católica sostiene.
Pero aquí no hablamos de un "hecho histórico" ni de "una metáfora"; hablamos de la luz de la ley natural que tiene su "literalidad" en textos del Libro de la Sabiduría, en la Carta de San Pablo a los Romanos, en el Génesis (Sodoma y Gomorra) y en otros muchos lugares donde se hace "relación de pecados y castigos". Pero la clave, no lo olvidemos es que Cristo vino a salvar a pecadores, y que no necesitan de él los que no necesitan de penitencia.
Eso es lo que, entiendo, dice la doctrina católica. Pero eso no quiere decir que se desprecie "al pecador"; partimos de un principio: "todos somos pecadores", "el que esté sin pecado tire la primera piedra"; no se desprecia ni ningunea a nadie, se le abre un camino de vida por si lo quiere recorrer.
frid
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