viernes, octubre 06, 2006

Intr. Teología V. La fe y la revelación.

En la fe tanto Dios como el hombre tienen mucho que ver. Sin querer no creeremos. Sin la gracia (que no nos faltará) no podríamos creer. Dios, que nos creó libres no nos salvará contra nuestra libertad. Dios que es misericordioso, no dejará de hablar al que le busca con sincero corazón.


Introducción a la Teología (V)

I.4. Los dos sentidos del vocablo fe:

a) Virtud sobrenatural: se refiere al Acto de fe y al Contenido de la fe.

b) Acto de la virtud sobrenatural: es la adhesión libre, auxiliada por la gracia a las verdades que Dios nos ha revelado, no por la verdad extrínseca de lo que se manifiesta, sino por la autoridad de Aquél que revela.

El acto de fe supone:

· Un testigo a quien se cree
· Un sujeto que cree, hay una relación interpersonal.
· Una proposición que se presenta al asentimiento como verdadera.
· Una razón para el asentimiento basada tanto en la autoridad del testigo como en la coherencia de lo revelado.
· Un acto de la voluntad. Se cree porque se quiere creer. Se ejercita la libertad.
· En el caso de la fe sobrenatural: un auxilio divino para elevar la inteligencia y la voluntad y prestar el asentimiento.

Cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe. Constitución Dei Verbum nº 5: "Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe", por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios prestando "a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad", y asistiendo voluntariamente a la revelación hecha por El. Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, a los auxilios internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da "a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad". Y para que la inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones".

Ejemplo de la fe de Abraham: Génesis 12, 1-9: “Yahvé dijo a Abraham: vete de tu tierra y de tu patria a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande y te bendeciré. Marchó Abraham tal como le había dicho Yahvé”.

· Abraham oye la palabra de Dios.
· Abraham percibe la autoridad de quien habla.
· Acepta lo que se le dice: asiente a la verdad revelada.
· Obedece: se pone en camino. Pone en práctica su fe.

Jesucristo pide a sus discípulos fe en El, y como consecuencia de ello les pide que le sigan: “Venid conmigo y haré de vosotros pescadores de hombres” (Mc 1,17); “Vio a Leví... y le dice: Sígueme” (Mc 10,21).

San Pablo muestra que la fe supone: aceptar el mensaje de Cristo, un mensaje no evidente por sí (escándalo para los judíos y locura para los gentiles), y que lleva a manifestarse de modo externo, a dar testimonio de la fe.

San Juan muestra cómo la fe supone un impulso interior para reconocer a Cristo como Mesías. Además es la incoación de la vida eterna.

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