viernes, diciembre 21, 2007

Audiencia pública de los Demócratas sobre la política la Ciudad de Méjico.

Audiencia pública de los Demócratas sobre la política  la Ciudad de Méjico. 

 

Population Research Institute. Por Colin Mason.

 

El 31 de octubre de este año, el diputado Tom Lantos (Demócrata por California) sostuvo que Nancy Keenan, presidente del NARAL llamó a “la primera audiencia pública imparcial en 12 años sobre salud reproductiva en la Casa de Representantes”. La audiencia fue un encuentro abierto del Comité de Asuntos Exteriores sobre la Política de Ciudad de México (PCM), calificada por los políticos pro-aborto como la “ley de la mordaza global”. Dado que los Demócratas controlan la Casa de Representantes y el Senado está listo a aprobar el presupuesto del año fiscal 2008 con un proyecto de ley que destruiría por completo la Política de Ciudad de México, la audiencia fue un poco más que una mera fachada. Al menos, así es como lucía desde donde lo presencié.

 

El parlamentario Lantos, Presidente del Comité, dio inicio al evento con una retórica claramente pro-aborto, desprestigiando lo que en sus palabras llama “la estúpida ley de la mordaza global” que promulgó Reagan, e insistiendo absurdamente en que ésta pone restricciones a los promotores de servicios en el cuidado de salud en el extranjero incluso si ellos gastan “centavos de su propio dinero” en defensa del aborto.

 

Quizás sería necesario que Mr. Lantos lea la Política de Ciudad de México. A pesar de lo totalmente pro-vida que es la PCM aún permite el aborto en casos de violación, incesto, o cuando peligra la vida de la madre, sin mencionar el hecho de que existen ONGs que son libres de gastar su propio dinero a favor del aborto. La única limitación que pone es que no se puede usar, para esos fines, el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
 
Existieron cuatro “testigos” en la audiencia, cuidadosamente elegidos por los pro-chice de la Casa de Representantes: Dr. Ejike Oji, Director de Ipas en Nigeria, Joana Nerguaye-Tetteh, ex directora ejecutiva de Planned Parenthood Association de Ghana, y el Dr. G. Gillespie, erudito experimentado del Instituto de Población y Salud Reproductiva del Instituto Gates. El único pro-vida era la Dra. Jean Kagia, una ginecóloga de Kenia. ¿Eso es imparcial? Difícilmente podría decirse que fue así.

 

Los testigos pro-choice formaban un deprimente coro de la retórica a favor del aborto y con un guión hecho en base a partir de casos dramáticos. No hubo un solo caso difícil hecho contra la PCM, ni un testimonio sólido que se haya presentado contra ella. Mejor dicho, no escuché nada inteligente. Tan sólo una absurda repetición de mitos trasnochados y un total abandono de la lógica básica.

 

“Las ciudadanas estadounidenses que tienen un embarazo indeseado tienen opciones seguras que pueden tomar”, protestó Ejike Oji. “Estar embarazada en Nigeria es como ser un soldado en las fronteras … muchas, muchas mujeres en Nigeria no tienen la oportunidad de prevenir un embarazo indeseado con el uso de anticonceptivos, o de llevar adelante un embarazo seguro ó terminarlo de forma segura si ellas no quieren al bebé. Algunas mujeres de Nigeria, al momento de hacer su opción, pagan el precio final”. Lo que Mr. Oji ignora es que PCM no restringe la anticoncepción, y permite el aborto en cualquier caso donde a la mujer le parezca necesario “pagar el precio final”. Quizás sería necesario que Mr. Oji también lea la Política de Ciudad de México.

 

Igualmente, Joan Nerquaye-Tetteh insistió en que ella había “certificado personalmente los efectos destructivos que tuvo la ley de la mordaza global” en salud reproductiva, y que “el impacto fue inmediato y dañino”.. “Rechazamos las condiciones de la ley de la mordaza” dijo en su discurso de apertura. Nada más alejado de la verdad.Como hace mucho tiempo lo dijo el aliado pro-vida Chris Smith (Republicano por New Jersey) “ningún otro país dona más fondos a la planificación familiar que los Estados Unidos”. Si una ONG no proporcionara servicios de salud reproductiva bajo las condiciones de la PCM, el gobierno de los Estados Unidos siempre podrá encontrar a otra que lo haga.

 

Dr. Gillespie ofreció argumentos similarmente risibles, reclamando que USAID ha usado agresivamente la PCM para recortar la libertad de expresión. La Política de Ciudad de México afecta a cada receptor de los fondos de USAID, insistió, reclamando que las ONG’s están forzadas a “vender su alma” a fin de mantener sus fondos. No importa para que se otorgue el dinero, el dinero tarde o temprano se acaba. Y no hay seguridad de mantener los fondos federales donados a una ONG para otros propósitos que no sean el aborto y que sirvan para mantener su posición favorable al aborto. El dinero donado a una ONG que promueve el aborto es dinero donado para el aborto. El Repúblicano Bob Inglis (Republicano por Carolina del Sur) fue lo suficientemente amable para explicar este concepto al Dr. Gillespie.

 

La Dr. Jean Kagia, ginecóloga de Kenia, habló valientemente acerca del valor de la vida y la represión de los valores tradicionales africanos, diciendo que “las mujeres africanas aman a los bebés”, y trató de disipar algunos de los mitos creados alrededor de la “ley de la mordaza global”. Pero, incluso a pesar de contar con el apoyo de una alianza de congresistas pro-vidas, sus alegatos cayeron en oídos sordos. Estos congresistas, quienes superaron en número a sus contrapartes pro-aborto en una proporción de 2 a 1, incluían a Jeff Fortenberry, Tom Tancredo, Marilyn Musgrave, Ileana Ros-Lehtinen, Don Manzullo, Dan Burton, Gus Bilirakis, Mike Pence y por supuesto a Chris Smith.

 

El testimonio que brilló por su ausencia fue el de USAID, siendo la organización de Estados Unidos responsable de lidiar con las consecuencias diarias de la PCM. Ciertamente ésto se debió al hecho de que USAID, como la organización más en contacto con los resultados que se presentan en el mundo real por la PCM, ha puesto en claro a los miembros del Congreso que la PCM no ha afectado adversamente los esfuerzos en planificación familiar que se vienen haciendo alrededor del mundo. Como señaló Ros-Lehtinen (Republicano por Florida), la ausencia de USAID fue ciertamente una “negligencia garrafal”.

 

 
Ninguna de las preguntas fuertes puestas en la mesa por la oposición pro-vida fueron formuladas para incomodar esta componenda. Los argumentos de los testigos se volvieron más aburridos y más repetitivos, y los testigos “imparciales” seguían repitiendo el mantra partidario: “la PCM viola la libertad de expresión; obstaculiza la salud reproductiva; daña la vida de las mujeres del tercer mundo.” Cuando Chris Smith mostró el video de ultrasonido de un bebé de 10 semanas de gestación y formuló la pregunta: “¿No creen que a las 10 semanas el bebé es una persona?” el Dr. Gillespie fue el único que replicó. “Lo que muestra no está relacionado a esta discusión en particular”, dijo, dibujando una risita de incredulidad en un salón abarrotado de liberales pro-aborto.

 

En las palabras de Jean Kagia, “la promoción y los esfuerzos por legalizar el aborto en Africa forman parte de una agenda extranjera y son algo así como una forma de re-colonización”. Este sentimiento fue respaldado por Jeff Fortenberry (Republicano por Nebraska), quien alertó seriamente contra el “imperialismo cultural” de Estados Unidos. Impresionantemente, los pro-vida parecían ser los únicos molestos por este imperialismo. Nerquaye-Tetteh habló pacientemente de la insostenible población Africana, insinuando que el debate del aborto no sólo se refiere a la opción de las mujeres, sino al hecho que los africanos están teniendo “demasiados niños”. Ejike Oji calificó a las propias leyes del aborto de su país como “restrictivas y anticuadas”, rogando por un cambio liderado por Estados Unidos.

Ronald Reagan fue el primer Presidente en darle a Estados Unidos la Política de Ciudad de México en 1984.


 
Gillespie clamó abiertamente por un incremento en los fondos a la planificación familiar, incluyendo el aborto, tratando de revender el relato de la efectividad continua de los programas de planificación familiar de USAID.

 

Si esto es lo que nuestros oponentes llaman una audiencia “imparcial”, tiemblo al pensar en qué mentiras tengan reservadas si incluso ahora aún tenemos liderazgo pro-vida en el actual Congreso.

 

Los del PRI quisiéramos agradecer a todos los Diputados que aprovecharon la ocasión para aparecer en la audiencia y tomar una postura a favor de la vida. Su dedicación y respeto por la causa pro-vida no será olvidada. Dios continuará bendiciéndolos en sus esfuerzos.
 

 
Colin Mason es el Director para la Producción de Comunicaciones del PRI 
 
  
(c) 2007 Population Research Institute.

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