lunes, marzo 24, 2008

Las dos opciones.




Jesús ha resucitado. Hoy, lunes de Pascua, se nos presentan dos opciones ante el mismo hecho... ambas por testigos de la Resurrección.

Las Santas Mujeres quedan anonadadas, le abrazan y reciben una misión que cumplen con relativo éxito: "decir a Pedro y a los demás que han visto al Señor". ¿Mujeres? Y ahí está la dificultad de creer. Tardaron los Apóstoles en creer "si no lo veo no lo creo"... y lo vio Tomás por nosotros. De ahí surgió una Religión de esperanza. Creen millones y millones de personas y esa creencia les hace mejores.

Los soldados que guardaban la tumba... fueron a los judíos y "fueron comprados". Pero no con el silencio sino con el "mensaje difamatorio"... "mientras dormíamos sus discípulos vinieron y robaron el cuerpo". Y si el Gobernador os molestase ya le daremos un toque para que os deje tranquilos. Dinero por transmitir un testimonio de unos soldados dormidos. Siempre la "contradicción" de la mentira.

Ante la Resurrección de Cristo cabe una tercera opción, el respeto y el silencio del que no tiene fe y al que no le mueven a creer los testimonios apostólicos, los de las personas que por esa fe han dado la vida, los del ejemplo de las vidas santas que han seguido las huellas de Cristo.

Hoy en día la opción de la "mentira" ha crecido y ha crecido mucho. Un esfuerzo titánico fue la divulgación de la burda trama del Código da Vinci donde los malos eran los que normalmente son buenos y viceversa. Otro fue el desenterrar los "evangelios gnósticos", otro el "desmitificar a Judas"... y, dentro del protestantismo liberal, los de negar la historicidad de la figura de Cristo. Y de eso sacan abundantes beneficios procurando confundir a la gente sencilla.

La opción de los creyentes es más pausada. Viven su fe y con el testimonio de su vida y su palabra muestran que creen de verdad aquello que viven. Su actitud se acerca a las conciencias, a las personas una a una... son la levadura, no son para la "multitud", sino para la "masa" que está en contacto con ellos. Y, además, de vez en cuando, son acompañados de signos y milagros. En Zaragoza veneramos el "milagro de Calanda" documentado notarialmente. Pero todos tenemos experiencia de "pequeñas ayudas del cielo"... o de "grandes ayudas".

La tercera opción es la del "hombre de buena voluntad" que no ha dado el paso para creer. Tanto el creyente como la persona honrada están en el mismo barco. Ambos aman la verdad, ambos aman la justicia, ambos admiten la honradez del otro y, de ese respeto mutuo viene el diálogo fructífero... que desemboca o en la fe o en una profunda amistad.

En tiempos en los que los cristianos conmemoramos la Resurrección de Cristo, en tiempos de grandes conversiones... pero también de grandes defecciones... no hacemos mas que vivir en clave del siglo XXI lo que pasó con los judíos en tiempo de Jesús. Los grupos mediáticos de hoy con tintes laicistas sacarían en la Televisión, en las radios y en los periódicos "sólo" la versión de "unos soldados dormidos".

frid

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