lunes, enero 25, 2010

Una visita histórica, por Ángel Gómez Fuente

25.1.2010.

 

 

Benedicto XVI en la Sinagoga de Roma

En Aragón Liberal

 


Ángel Gómez Fuente | angelgomezfuentes.wordpress.com

Director de ItaliaEspañaNews.com

 
Benedicto XVI visitó el domingo 18 de enero la Sinagoga de Roma, en medio de gran expectación, porque venía precedida de polémicas.

 

El acto, que ha tenido momentos de gran emotividad, ha reflejado la voluntad de paz y diálogo que existe por parte de judíos y cristianos, y ha tenido un hilo de continuidad con la que realizó Juan Pablo II hace 24 años.

En la mente de todos ha estado presente la visita histórica que  realizó Juan Pablo II a la Sinagoga de Roma en 1986. Entonces lo acogió el rabino Elio Toaff, la única persona que cita en su testamento Juan Pablo II. "No me podía imaginar que el papa viniera hacia mí con los brazos abiertos. Me di cuenta -me dijo en una entrevista Toaff- que algo importante  había sucedido con el abrazo que nos dimos Juan Pablo II y yo, judíos y cristianos nos hicimos desde entonces más hermanos. Acababa una época y comenzaba otra". En esa visita, hubo lágrimas en muchos judíos y la conmoción fue general.

 

Juan Pablo II pronunció en la Sinagoga de Roma una frase histórica, al llamar a los judíos "nuestros hermanos mayores", una frase que resume el afecto que siempre tuvo Karol Wojtyla por los judíos, algo que ya demostró en su infancia, como me contó con  una anécdota reveladora su amigo en la escuela y en el equipo de futbol en su pueblo de Wadowice  el judío Jerzy Kluger, en una entrevista que le hice para TVE: "Un día fui a la iglesia en la que Karol Wojtyla era monaguillo, para anunciarle las notas que habíamos tenido en la escuela. Una señora me recriminó por entrar en la iglesia, siendo yo judío. Wojtyla se percató del incidente y me preguntó al terminar la misa qué había sucedido. Cuando se lo expliqué me dijo con aire de disgusto: "¿Pero es que esa señora no se ha enterado de que todos somos hijos del mismo Dios"?

 

También ha sido histórica la visita de Benedicto XVI. EN las semanas previas se suscitó una notable polémica, tras la decisión de Benedicto XVI de declarar venerable a Pio XII, junto a Juan Pablo II, un paso previo a la beatificación. Muchos judíos reaccionaron con malestar, porque acusan a Pio XII de mantener el silencio frente al Holocausto.

 

Benedicto XVI ha tenido, a pesar de esa polémica previa, una calurosa acogida a su ingreso en el templo judío. Pero en el discurso oficial, el presidente de la Comunidad judía, Ricardo Pacifici,  ha recordado que "existen todavía heridas abiertas, en referencia al silencio de Pio XII, mientras el rabino de Roma, Riccardo Di Segni, ha subrayado que "el silencio no pasa desapercibido a Dios".

 

Benedicto XVI ha recordado también los años del nazismo, subrayando que la "Santa Sede y los católicos ayudaron a los judíos", frase con la que, sin citarlo, ha defendido a Pio XII. El Papa ha calificado la Shoah como la "horrenda cumbre de un camino de odio".

 

En definitiva, la sombra de Pio XII ha estado muy presente en la visita, pero ha predominado la voluntad de diálogo y trabajar en una agenda común: una ecología humana, la defensa de la vida y de su dignidad, la tutela de la familia y compromiso de ayuda a los más pobres y débiles.

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