lunes, febrero 13, 2006

Reflexiones sobre las causas del ateísmo contemporáneo

Es impresionante la fuerza que ha cogido en esta época, al menos en España, el empeño de construir un mundo sin Dios, incluso un mundo contra Dios.

Un ejemplo de ilustrado contemporáneo: Péces Barba con su "Educación para la convivencia", donde sostiene la necesidad de inculcar a los niños que ya Dios no es un presupuesto científico válido y debe excluirse su referencia en la construcción de orden social, y donde tacha a la Iglesia como elemento antidemocrático. Nos recuerda los más burdos intentos del comunismo doctrinario cuando le preguntaban a los primeros astronautas rusos ¿habéis visto a Dios?, como si fuese una criatura más visible por nuestros sentidos, o bien en las escuelas que hacían llamar a los niños a Dios y luego les decían: ves cómo no te contesta, es que no existe.

Libros escritos por autores de cuentos para niños llegan a plantear que Dios no existe porque no es necesario para interpretar las leyes matemáticas o físicas que rigen el mundo, sin embargo esa misma gente tiene las supersticiones más curiosas, Ya lo decía Chestertón, "lo malo de los ateos no es que no crean en Dios, es que creen en cualquier cosa".

Nuestro mismo presidente de Gobierno se rebela contra la educación religiosa en los colegios públicos o privados, eso sí respetando hasta el paroxismo el más radical islamismo.

Además se han constituido Observatorios de laicidad, además de en el Congreso de los Diputados, en entidades públicas como la Oficina de empleo de la ciudad de Granada, cuyo objetivo es denuciar todo atisbo de religión en la sociedad, desde procesiones, crucifijos en un edificio público, frases de un político citando a Dios... al tiempo que sirven de voceros de cualquier desviación de un cristiano para ridiculizar burdamente su fe.

En definitiva, hay un ateismo militante distinto al que, hasta ahora, ha convivido con los sistemas democráticos.

Cabría preguntarse porqué de esa virulencia. Yo traslado una opinión que personal: Está llenando el hueco de las aspiraciones marxistas del paraíso en la tierra. Hoy en día esas personas no pueden presentar un paraíso en la Unión Soviética porque no existe más y han unido sus fuerzas para forzar a la sociedad occidental para construir un paraíso sin Dios y utilizando para su revolución la matemática de los votos.

Ya comenté en un artículo que el PSOE es un partido secuestrado por la radicalidad procedente de los antiguos comunistas. Son esos visionarios los que están haciendo en España un experimento para introducir, si fuese posible, un mundo ateo y pacífico.

A este ateismo viejo pero con gran capacidad de organización hay que unir la tendencia del viejo materialismo occidental, cuya clave es el confort y el bienestar, que se ha sumado al anterior al creer que van hacia lo mismo. Los materialistas marxistas venden un mundo ideal, en el que se ha asumido la economía de mercado, pero sólo en los aspectos que menos afectan a la formación de las conciencias, donde el Estado quiere el monopolio.

Lo demás es cuestión de táctica: la alianza con ETA y con los nacionalistas para desmontar España, el desmontar el matrimonio tradicional para atacar a la familia como institución "conservadora", la ley de reproducción asistida que transforma directamente al no nacido en "mero producto de consumo", la eliminación de la formación religiosa en las escuelas, la alianza estratégica con los fundamentalistas musulmanes, etcétera.

Sin embargo ese mundo al que aspiran, sin referentes morales, se rebela ya violento, egoista, caótico. Porque cuando no hay referentes morales lo único que queda es la razón de la fuerza por mucho que nos vendan un mundo bueno y pacífico. Esa razón la ejercerán y, si no se remedia, impondrán una tiranía inmisericorde con todos aquellos que pasemos a la categoría de "disidentes".

Y entre viejas y obsoletas ideas, retocadas con aceites, nos presentan una cara que sólo rezuma tristeza. No es mas que la cara de la muerte del alma; que nos venden como paz y es la serenidad de los cadáveres mentales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Federico, me ha gustado mucho tu artículo. Se lo he enviado a mi amigo que acaba de doctorarse en Filosofía.

¿ Qué podemos hacer ante este nazismo sin violencia, ante este ateísmo militante ?

Como decía Karol Wojtyla frente al sistema comunista, no hay que entrar en el debate de la existencia de Dios, sino avisar a la sociedad de las consecuencias que puede traer una sociedad sin Dios. Esto puede que ayude a reaccionar al personal.

Un abrazo: Quino