Las amenazas de suspenso han resultado falsas
Madrid, 21 de septiembre de 2009. Desde que surgieron los primeros objetores a EpC, el Ministerio de Educación, las consejerías autonómicas y numerosos directores y profesores han venido amenazando a los alumnos con supuestas consecuencias académicas que, según ellos, iban más allá de la calificación de suspenso en la materia; la consigna era asegurarles que no podrían obtener el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y que no pasarían de curso.
Resultaba sorprendente que un sistema educativo que en la ESO permite pasar de curso y obtener el Graduado hasta con 3 asignaturas suspensas pudiera ser inflexible solamente con las asignaturas de EpC que se imparten en esa etapa educativa: Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (que se da en 2.º ó en 3.º) y Educación Ético-Cívica (que se incluye en el plan de estudios de 4.º).
En realidad, la normativa vigente –como ya había advertido el movimiento objetor a EpC - contradice las amenazas de suspender y no titular. Y esta contradicción ha resultado evidente cuando ha llegado la convocatoria extraordinaria de septiembre y con ella las notas finales del curso escolar 2008-2009. Como la amenaza era una simple bravuconada, la mayoría de los objetores que no han entrado en clase ni han hecho el examen (al aplicárseles los criterios de promoción y de titulación que se detallan en los proyectos curriculares de los centros en que estudian) han pasado de curso y, en el caso de los de 4.º de ESO, han obtenido el Graduado en Secundaria Obligatoria que les permite continuar estudios en Bachillerato o en Ciclos Formativos de Formación Profesional.
Los casos que Profesionales por la Ética ha conocido han sido numerosísimos y afectan a familias de toda España: Madrid, Alicante, Valladolid, Barcelona, Galicia… Por su interés, nos detenemos en algunos de ellos:
La hija de Carmen, una madre objetora de Castilla-La Mancha, había sacado un 10 en seis asignaturas, un 9 en otras 3 y un 1 en EpC. Ha pasado de curso sin mayor problema, ganando, según Carmen, «por goleada».
En Jaén, un alumno ha permanecido sin entrar en clase de EpC durante dos cursos escolares (3.º y 4.º de ESO). Ha obtenido el Graduado y, en palabras de su madre, «lo mejor ha sido tener las ideas claras desde el principio, a pesar de los problemas, y, al final, haber vencido».
En Madrid, Pepe, alumno de 4.º de ESO en un colegio privado, no ha entrado en clase de Educación Ético-Cívica en todo el curso. Se presentó al examen de junio pero lo dejó en blanco. Ha obtenido el título de ESO. Nuria, otra objetora madrileña, ha seguido un proceso similar; hoy es titulada en ESO sin haber entrado en clase ni haberse presentado al examen ni en junio ni en septiembre.
En Cataluña, Eva, una madre objetora, cuenta que su hija pasó de 3.º a 4.º de ESO con EpC suspensa. Este año piensa objetar a Educación Ético-Cívica.
En Málaga, Alfonso y Mª Eugenia, padres de ocho hijos, cuentan que, en junio, los responsables del centro donde su primogénito había cursado 4.º de ESO les dijeron que, por no haber asistido a las clases de Educación Ético-Cívica, no iba obtener el título de Graduado y que no podría solicitar nuevamente la beca que venía percibiendo. «Sin embargo, el día 7 de septiembre nos notificaban la concesión del título», manifiesta el padre. Después de haber vivido esta experiencia, el matrimonio malagueño lo tiene claro:
«En nuestro caso, a pesar de todos los intentos por parte del colegio para persuadirnos de que no era necesaria la objeción, el mantenernos firmes en nuestra decisión nos ha beneficiado en muchos sentidos. A pesar del sufrimiento y la incomprensión por parte de muchos sectores, nuestro hijo y nuestra familia han salido fortalecidos, sabiendo que es importante defender lo que creemos y también nos ha alegrado ver a muchas personas que han actuado en esta línea».
En la Región de Murcia -donde igualmente han promocionado de 2.º a 3.º los alumnos objetores que no han asistido a las clases de EpC ni han hecho los exámenes-, resulta llamativo lo sucedido a una alumna de un instituto público: la junta de evaluación pretendía denegarle el título... y en cuanto su familia pidió el proyecto curricular del centro para comprobar los criterios de titulación, el centro rectificó su inicial decisión y reconoció que la alumna cumplía los requisitos exigidos para otorgarle el título.
«En conclusión», explica Leonor Tamayo, coordinadora de la campaña de objeción a EpC de Profesionales por la Ética, «las objeciones a estas asignaturas van a proseguir. Si antes se objetaba a pesar de la infundada amenaza de que los alumnos objetores no podrían promocionar ni obtener ninguna titulación, este curso se objetará aún con más motivo».
Hay que recordar, finalmente, que EpC se implanta este curso en 5º o 6º de Primaria. En esta etapa, una evaluación negativa en EpC no debe tener mayor trascendencia ya que la etapa de Primaria se supera si el alumno ha demostrado suficiente desarrollo de las competencias básicas, grado de madurez o aprovechamiento de la etapa.
En Madrid, Pepe, alumno de 4.º de ESO en un colegio privado, no ha entrado en clase de Educación Ético-Cívica en todo el curso. Se presentó al examen de junio pero lo dejó en blanco. Ha obtenido el título de ESO. Nuria, otra objetora madrileña, ha seguido un proceso similar; hoy es titulada en ESO sin haber entrado en clase ni haberse presentado al examen ni en junio ni en septiembre.
En Cataluña, Eva, una madre objetora, cuenta que su hija pasó de 3.º a 4.º de ESO con EpC suspensa. Este año piensa objetar a Educación Ético-Cívica.
En Málaga, Alfonso y Mª Eugenia, padres de ocho hijos, cuentan que, en junio, los responsables del centro donde su primogénito había cursado 4.º de ESO les dijeron que, por no haber asistido a las clases de Educación Ético-Cívica, no iba obtener el título de Graduado y que no podría solicitar nuevamente la beca que venía percibiendo. «Sin embargo, el día 7 de septiembre nos notificaban la concesión del título», manifiesta el padre. Después de haber vivido esta experiencia, el matrimonio malagueño lo tiene claro:
«En nuestro caso, a pesar de todos los intentos por parte del colegio para persuadirnos de que no era necesaria la objeción, el mantenernos firmes en nuestra decisión nos ha beneficiado en muchos sentidos. A pesar del sufrimiento y la incomprensión por parte de muchos sectores, nuestro hijo y nuestra familia han salido fortalecidos, sabiendo que es importante defender lo que creemos y también nos ha alegrado ver a muchas personas que han actuado en esta línea».
En la Región de Murcia -donde igualmente han promocionado de 2.º a 3.º los alumnos objetores que no han asistido a las clases de EpC ni han hecho los exámenes-, resulta llamativo lo sucedido a una alumna de un instituto público: la junta de evaluación pretendía denegarle el título... y en cuanto su familia pidió el proyecto curricular del centro para comprobar los criterios de titulación, el centro rectificó su inicial decisión y reconoció que la alumna cumplía los requisitos exigidos para otorgarle el título.
«En conclusión», explica Leonor Tamayo, coordinadora de la campaña de objeción a EpC de Profesionales por la Ética, «las objeciones a estas asignaturas van a proseguir. Si antes se objetaba a pesar de la infundada amenaza de que los alumnos objetores no podrían promocionar ni obtener ninguna titulación, este curso se objetará aún con más motivo».
Hay que recordar, finalmente, que EpC se implanta este curso en 5º o 6º de Primaria. En esta etapa, una evaluación negativa en EpC no debe tener mayor trascendencia ya que la etapa de Primaria se supera si el alumno ha demostrado suficiente desarrollo de las competencias básicas, grado de madurez o aprovechamiento de la etapa.
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