sábado, julio 21, 2007

Sobre las Voluntades anticipadas y el conflicto de voluntades.

Sobre las Voluntades anticipadas y el conflicto de voluntades.

En la tertulia sobre voluntades anticipadas que tuvimos en el Foro de debate, no se trataron los problemas éticos que pueden surgir como consecuencia de un documento de voluntades anticipadas, más cuando en un futuro previsible, en ese documento se viertan deseos de acortar la vida para evitar el sufrimiento.

Sí que alguien expuso, tímidamente, la opinión de que los problemas de "objeción de conciencia" eran, ante todo, problemas religiosos. Eso hizo que los contertulios asegurasen, en su gran mayoría que la ética no estaba unida necesariamente a creencias religiosas.

Y, en realidad, a cada uno de nosotros nos es muy difícil separar nuestras convicciones religiosas de nuestro obrar... no nos quitamos el sombrero de cristiano al ir por la calle o al desarrollar nuestra profesión. Pero sabemos que esas convicciones religiosas no nos llevan a pensar de un modo extraño al común de los mortales. Estamos convencidos de que el bien y el mal derivan principalmente de la naturaleza de los actos. Sabemos que pegar o castigar a un inocente es malo al margen de nuestras creencias religiosas. Y también que suicidarse, acortar artificialmente la vida de otro, mutilarle o poner en riesgo su vida sin necesidad es algo malo en sí aunque la ley no diga nada.

Ni los hombres, ni la ley tienen nada que inventar para afirmar que el asesinato debe ser evitado y castigado. Esa es una norma básica de convivencia.

Pero los hombres y la ley sí tienen que decir para considerar que no es lo mismo un asesinato pasional que otro hecho con frialdad y precipitación; un suicidio fruto de la depresión que el que lleva a cabo un fundamentalista suicida que se lleva consigo la vida de inocentes.

Por eso, es preciso admitir que, aunque algunos ya no lo vean así... la objeción de conciencia en caso de "determinadas voluntades anticipadas" es un derecho y una obligación para los médicos bien formados. Y el que sea preciso regular esa objeción es consecuencia de una "mala ley" que permite supuestos "antinaturales".

Es la debilidad de la ley y no la debilidad mental del médico o del familiar la que lleva a presentar serias objeciones a determinadas "últimas voluntades sobre el propio cuerpo o sobre la atención de una enfermedad":

Recordemos que el juramento hipocrático es fruto de una consideración ética en el mundo pagano: el médico está para curar o aliviar el dolor, nunca para matar.

21/07/07

Frid.

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