CARTA PASTORAL DE LOS OBISPOS DE LAS DIÓCESIS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE ZARAGOZA Y DEL OBISPO DE LA DIÓCESIS DE JACA
A PROPÓSITO DE LA IMPLANTACIÓN DE LA NUEVA MATERIA DE ENSEÑANZA OBLIGATORIA Y EVALUABLE INTRODUCIDA EN NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL, EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LOS DERECHOS HUMANOS
RESUMEN DE SU CONTENIDO
1.- El texto episcopal recuerda en su introducción que la educación ocupa un lugar decisivo en la vida del hombre, sobre todo en el caso de niños, adolescentes y jóvenes, por ser llamados éstos a desarrollar en plenitud todas las potencialidades de su ser personal. La educación afecta a todas las dimensiones de la persona. Debe respetar la libertad y el ritmo de crecimiento de cada uno, recae sobre los padres el deber y el derecho de educar a sus hijos, con la ayuda de la sociedad. Y corresponde al Estado tutelar los derechos y deberes en la educación de los ciudadanos. Los obispos aragoneses reconocen el trabajo que realiza el Estado por la consiguiente mejora de la educación y advierten, al mismo tiempo, que el Estado no puede erigirse en instancia educativa autónoma.
2.- En un primer capítulo de la Carta Pastoral se ponen en relación la dimensión social del hombre y la educación cívica. Se recuerda que la sociabilidad, dimensión constitutiva del ser humano, debe ser cuidada y educada, aunque la persona humana no se agota en su dimensión social.
Aunque la tarea de la educación cívica es hermosa y necesaria, no por ello se pueden minusvalorar otras dimensiones inalienables en el hombre, interpretándolas como fenómenos fruto de la historia y de la cultura.
Los obispos recuerdan los principios que, según el Consejo de Europa, deben presidir la 'Educación para la Ciudadanía Democrática': enseñar los derechos y deberes fundamentales que deben configurar la identidad del ciudadano, y señalar los límites que toda educación para la ciudadanía nunca debería sobrepasar.
3.- En un segundo momento se analiza la educación cívica en el actual sistema educativo español y sus presupuestos antropológicos y éticos. A partir del estudio de los Reales Decretos que desarrollan la Ley Orgánica de Educación (LOE), en los que aparecen las razones y la necesidad de introducir la Educación para la Ciudadanía, los obispos de Aragón describen la antropología que, a su juicio, subyace en los principios que inspiran dicha nueva materia de enseñanza y en los objetivos a conseguir con ella. Tal visión antropológica presenta un tipo de hombre ajeno a su Creador, sin trascendencia; un hombre en el que las facultades espirituales del alma son eclipsadas por el nivel del conocimiento sensible y por los afectos; un hombre que se construye a sí mismo, que no puede conocer la verdad y reconocer el bien; y un ser humano cuya sexualidad no es constitutiva, sino el resultado del deseo y de la elección.
4.- En otro capítulo se plantean las dificultades ético-jurídicas de la educación para la ciudadanía, a la luz de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución Española, concluyendo que la imposición desde arriba de una materia curricular de esta índole no respetaría la secuencia constitucional: libertad de pensamiento libertad de enseñanza libertad de los padres a decidir la identidad de la educación integral de sus hijos. En consecuencia, no se podría imponer a los alumnos, con carácter obligatorio y evaluable, una materia de enseñanza con contenidos dirigidos a formar la conciencia.
5.- Finalmente, los obispos se preguntan por algunas salidas ético-jurídicas posibles. La Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos podría tener una salida fácil si se la descargara de su fuerte componente antropológico y ético o si aquélla perdiera su carácter obligatorio y evaluable.
Los obispos se hacen eco del sentir de muchos sectores de la población que se encuentran en una situación de confusión y malestar por este asunto. Llaman a todos, especialmente a los padres, a actuar de modo responsable y comprometido, en defensa de la libertad de conciencia y de la libertad de enseñanza, y en defensa de sus derechos inalienables de educar integralmente a sus hijos, con el deseo de encontrar cauces de entendimiento y horizontes de solución.
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