RENÉ PAUL FONCK
René Paul Fonck fue piloto de caza francés, que acabó la 1ª G. M. como el piloto con más derribos, sus 75 victorias lo colocan segundo en la clasificación de mejores combatientes, tan solo superado por Manfred von Richthofen ("El barón rojo"), que derribó a 80 aviones.
Fonck nació en la pequeña localidad de Saulcy-sur-Meurthe en la región francesa de los Vosges. Aunque estaba interesado en la aviación desde su juventud, escogió para alistarse en el servicio las trincheras como ingeniero de combate. Poco después, cambió de opinión, se alistó como piloto de entrenamientos en mayo de 1915 e hizo vuelos de observación durante dos años. En esos dos años, se le asignan dos derribos de sendos aviones alemanes. En el mes de Abril se le asignó el mando de una unidad de combate, que recibió el nombre de la “Escuadrilla de las cigüeñas (The Storks)”, llevaba pintada una cigüeña que adoptó como emblema su escuadrón y que era también el logotipo de los motores Hispano-Suiza que equiparon a estos formidables cazas franceses.(aviones Spad S-VII), se le reconocen 19 derribos, por lo que se le concede la “Legión de Honor”.
En 1918, llega la época dorada de Fonck como as de la aviación, conocido entre sus compañeros por su técnica de ahorro de munición, consiguió 56 victorias en 1918 y, en dos ocasiones, se le reconocieron el derribo de seis aviones enemigos en un solo día. Los dos "sextetos" que el máximo as francés de la Primera Guerra Mundial, Paul René Fonck, figuran entre las grandes proezas de los pilotos militares de todos los tiempos. Frío y metódico, poseía una extraordinaria agudeza visual, una gran puntería y un sexto sentido que le permitieron conseguir 75 victorias oficiales y no ser nunca derribado por las balas enemigas.
En julio, Focnk superó la cifra del considerado héroe nacional francés, el mítico Georges Guynemer con 53 victorias confirmadas. Respecto a eso, Fonck se mostró realmente molesto de que Guynemer fuese más famoso que él y es que aunque sus superiores reconocían el mérito de Fonck éste no gozaba del aprecio de los estamentos superiores del ejército francés por su ego.
Una vez acabada la guerra, Fonck persuadió a Igor Sikorsky (ingeniero ruso considerado uno de los padres de la aviación) a diseñar el S-35 para el viaje transatlántico entre Nueva York --- Paris y conseguir el premio Raymond Orteig al primer aviador que fuese capaz de realizar esta travesía, más el 21 de septiembre de 1926, Fonck se estrelló en un vuelo rutinario y fue Charles Lindbergh el que se llevaría la gloria de este premio. Después de esa decepción, Fonck volvió a la aviación militar para ser inspector de las fuerzas francesas antes de la Segunda Guerra Mundial. Pero su amistad con el mariscal alemán Hermann Göring que provenía de antes de la guerra, supuso una mancha en su hoja de servicios, lo que provocó que permaneciera cuasi—confinado en París, donde murió a los 59 años. Fonck escribió sus memorias bajo el título de “Mis combates”.
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