miércoles, octubre 15, 2008

Un nuevo frente en la guerra contra el aborto

Un nuevo frente en la guerra contra el aborto
De Population Research Institute
por Steven W. Mosher
El 23 de septiembre de 2008, dos congresistas, Trent Franks de Arizona y Jeff Fortenberry de Nebraska, presentaron un proyecto de ley para “prohibir la discriminación del niño por nacer basada en el sexo o raza.”

El hecho fue ciertamente minimizado por el debate con relación a la propuesta del plan de rescate del sector financiero de los Estados Unidos y suscitó poca atención de los medios.



Pero para aquellos que mantienen sentimientos a favor de la vida deberían tomar nota del “Decreto Susan B. Anthony de No Discriminación Prenatal del 2008”, ya que podría decirse que abre un frente nuevo en la guerra contra el aborto. Como sucediera en el debate sobre la prohibición del Aborto por Parto Parcial, los abortos por razón de raza de sexo del niño por nacer promoverán debates públicos favorables para la causa pro-vida. Además introduce en el campo pro-vida, la ya existente jurisprudencia de los Estados Unidos sobre la eliminación de la discriminación basada en el sexo o en la raza. ¿Quién podría negar que la peor forma de discriminación sea el privar del derecho justo a la vida a los bebés de sexo femenino o de raza negra, y condenarlos a muerte sólo por sus características innatas de raza o género?

Algunos suelen creer que el aborto selectivo por sexo sólo se existe en países con una fuerte preferencia a los hijos hombres, como en India, China y Corea. No obstante, el aborto selectivo por sexo también se practica en los Estados Unidos por la población de inmigrantes. Ellos traen consigo su prejuicio contra las niñas y la preferencia por los niños y ahora con la disponibilidad de los ecógrafos y abortos que encuentran aquí en nuestro país, se les facilita en mucho actuar en base a estos prejuicios. Además, a pesar que es difícil de probar, no tengo duda que las parejas norteamericanas egoístas y secularizadas utilizan el aborto selectivo por sexo para darle preferencia al sexo del bebé que desean tener. En lo que respecta a los abortos basados en la raza, Planned Parenthood ha ubicado a la mayoría de sus clínicas de aborto en vecindades de minorías y están más que deseosos de recibir donaciones que apunten específicamente hacia la eliminación de bebés negros.


Un aplastante número de norteamericanos se oponen a la práctica del aborto selectivo por sexo. Un sondeo de la “Encuestadora 2006 Zogby/USA Hoy” muestra que al 86% les gustaría verlo prohibido. No tengo dudas que una mayoría parecida apoyaría la prohibición del aborto selectivo por raza.

Algunos pro-vidas, estoy seguro, menospreciarán esta nueva iniciativa. Dirán que deberíamos movilizar nuestras fuerzas para la victoria total solamente y que trabajar para otras cosas minimiza nuestros grandes prospectos. La política, sin embargo, es el arte de lo posible. Nunca deberíamos permitir que lo perfecto sea el enemigo de lo bueno cuando se trata de proteger al niño por nacer. Como Robert George recientemente escribió en las páginas del “National Review”, “La meta debe ser lograr todo lo que la ley y la política permita en las circunstancias actuales, mientras se trabaja por dirigir la opinión pública hacia un mayor respeto de la vida humana, de manera que sean posibles mayores progresos en la ley y la política. De hecho, son las pequeñas victorias en el campo político, las que ayudan a mover la opinión pública en la dirección correcta, estableciendo las condiciones para los logros más importantes.”




Rep.Trent Franks (R-AZ) anunció la Ley de No Discriminación Pre-Natal el 23 de septiembre de 2008

En los últimos años, el movimiento pro-vida ha aprobado leyes, después de años de esfuerzo legislativo, prohibiendo formas atroces de aborto en particular. El aborto de parto parcial no es legal en los Estados Unidos. La Ley de Protección al Infante nacido vivo del Profesor Hardley Arkes es otro ejemplo estupendo de aproximación legislativa. El número total de bebés que serán rescatados no será grande en cualquier caso, pero ambos han servido para dirigir la opinión pública a favor de la vida. El debate sobre el aborto de parto parcial ayudó a destapar la fea realidad acerca de eufemismos como “interrupción del embarazo” y “Choice” (término del inglés que significa “elección” y que había sido su mensaje central y más potente) La ley de protección al Infante nacido vivo obligó a los promotores del aborto a defender lo indefendible: el asesinato de niños que sobrevivían al aborto, matarlos después de nacer, todo en el nombre de lo que ellos llaman “choice” (elección).


Con esto en mente, propongo que nosotros, el movimiento a favor de la vida, optemos como nuestra siguiente meta la prohibición del aborto selectivo por sexo y raza. Proteger oficialmente a todos los fetos femeninos del aborto por motivo de su sexo. Colocaremos en la ley la propuesta que el niño en desarrollo es un ser que nos pide no ser discriminado en función de su sexo.

Por supuesto, esta sugerencia que estoy haciendo no me pertenece. En un principio, fue hecha por el formidable Hadley Arkes, que en 1994 escribió en las páginas de “First Things” (Las Primeras Cosas) que “buscamos sencillamente conservar la vida de un niño que sobrevive al aborto. Desde este modesto punto de partida, deberíamos continuar restringiendo abortos hasta el punto de la “viabilidad”, o podríamos prohibir aquellos abortos dispuestos simplemente porque sucede que el sexo del bebé será femenino. Podríamos movilizarnos de esta manera, en una serie de medidas moderadas, cada una demandando un consenso en lo público, y cada una atendiendo, en forma inteligible, al fin supremo, que es proteger al niño desde sus inicios.”
Prohibiendo el aborto selectivo por sexo o raza obligará a los defensores del aborto a enfrentar públicamente una cuestión que muchos considerarán profundamente inquietante: ¿Es el derecho al aborto un permiso para destruir niños por cualquier motivo, incluyendo el de su sexo o raza? La mayoría de gente con una creencia moderada, inclusive aquellos inclinados a favor de la “elección”, reconocerán que el derecho del niño por nacer a la vida no debería depender de si el bebé tiene los genitales o color de piel deseados. Se puede pronosticar que hasta para aquellos que creen en el derecho absoluto de destruir un niño bajo cualquier circunstancia, les será incómodo defender una posición tan extrema.


Este sentimiento de contradicción será mucho más agudo entre las feministas radicales, las tropas de choque del movimiento pro-aborto. Pueden creer que el derecho al aborto es importante para la emancipación de las mujeres, pero muchas retrocederán ante la idea de abortar a sus pares por nacer. ¿Cómo podrían consentir la mayor forma de patriarcado y discriminación, a saber, la eliminación de niñitas exclusivamente a causa de su sexo? Sobre todo ellas que se oponen tanto al patriarcado y discriminación en base al sexo.


Mientras que el lobby a favor del aborto está tartamudeando y balbuceando, nosotros los pro-vida estaremos avanzando con nuevos argumentos morales y lógicos en contra del ejercicio del “derecho” al aborto por sexo o raza. Para aquellos que son inmunes a los argumentos morales, también podemos usar los ejemplos de China e India, donde el aborto selectivo por sexo está creando enormes problemas sociales. El debate acerca del aborto selectivo por sexo y de raza también ayudará a centrar la atención pública en como la industria del aborto no está regulada. De estas u otras maneras, el debate sobre esta legislación no se va a sustraer sino va a avanzar hacia la más codiciada meta de revocar “Roe v. Wade” y aprobar una Enmienda a favor de la Vida Humana, en última instancia.


Políticamente, las circunstancias juegan a nuestro favor para una acción como ésta. Barack Hussain Obama ha roto las barreras del color al convertirse en el primer norteamericano africano a ser nominado para presidente. Mientras que Sarah Palin esta preparada a romper las barreras sociológicas profesionales. Es paradójico que en estos tiempos de grandes logros en la protección de derechos civiles de las mujeres y minorías, éstas se vean mermadas justo al inicio de la vida, en el útero. Décadas de progreso en ambos frentes están siendo amenazados a cambiar totalmente por la tecnología que permite a la gente a seguir con sus más profundos prejuicios en secreto.


De cualquier manera, la legislación ha sido presentada y la batalla ya empezó. Y el debate por venir será saludable para nuestra causa.


El video especial del PRI sobre este tema puede ser ubicado en http://www.youtube.com/watch?v=zTPyamvyxfg

Steven W. Mosher es el Presidente de Population Research Institute, y el autor de Population Control: Real Costs and Illusory Benefits. (Transaction, 2008)

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