miércoles, febrero 14, 2007

La bioética ante los desafíos científicos del siglo XXI. Una opción integral de la bioética. La biética personalista.

Jornadas de la Ibercaja sobre personalismo (IV)image
La bioética ante los desafíos científicos del siglo XXI. Una opción integral de la bioética. La biética personalista.

Elena Postigo muestra las cuatro soluciones del problema ético de nuestro tiempo en aspectos biomédicos.

Por una parte la visión utilitarista, fundamentalmente en el mundo anglosajón. El hombre es un elemento más en la balanza donde los humanos son mera cantidad. Es empirismo, pragmatismo y materialismo. Dos son siempre más que uno. Para salvar a un ser humano podrías manipular otro "de menos valor". O bien para el "progreso de la humanidad" podrías sacrificar al individuo concreto.

El liberalismo radical concluye lo mismo que la anterior visión: Lo bueno es lo que el hombre define como tal. De ahí que todo me es lítico mientras lo quiera con la misma fuerza. Y sólo sería un ser humano aquel que tuviera la capacidad de pensar y elegir. Excluidos quedarían los fetos, los locos, los idiotas. Esos seres humanos tendrían menos categoría humana que un primate superior.

La posición principialista es un freno a esas posturas, pero también hace balance donde el ser humano puede quedar infravalorado. Hay cuatro principios, dos más fuertes que los otros dos: Por una parte los valores fuertes son la no maleficiencia y la justicia. Los más débiles la autonomía y la beneficiencia. Con esos principios el mundo estaría más equilibrado.

Pero la profesora Postigo defiende la superación del principialismo: la bioética personalista. Su fundamento: La persona es un bien por sí mismo. Y la persona está ligada en su obrar a los demás seres humanos presentes y futuros. La dignidad intrínseca de los seres humanos es idéntica e inalienable. Y por tanto: se defiende la vida física; la libertad con responsabilidad; el principio terapéutico de la medicina (para curar y paliar la enfermedad); y la justicia y subsidiaridad para cuidar a los impedidos.

La clave: la dignidad de la vida humana es el centro de la posición personalista, una posición que está abierta a la verdad, no sólo a la opinión. Se defiende que la esencia de la profesión médica es curar y cuidar, nunca matar. Y al paciente, familiares y médicos se les pone ante la coyuntura de su propia responsabilidad en el acto médico concreto pero también en relación con las generaciones futuras ¿tenemos derecho a reducir nuestra riqueza genética sólo porque elegimos a un tipo de individuo más capacitado para lo que hoy la sociedad defiende? Al enfermo no hemos de eliminarlo sino cuidarlo y hacerlo vivir.

Es una elección radical por la vida.

frid

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