jueves, abril 26, 2007

Nicaragua es el centro de la lucha por la vida en América Latina. Juntos podemos detener la arremetida abortista en el Continente.

Nicaragua es el centro de la lucha por la vida en América Latina. Juntos podemos detener la arremetida abortista en el Continente.

De noticias globales.


Por Carlos Polo.


Luego que en Colombia se legalizara parcialmente el aborto, el movimiento internacional pro muerte esperaba un efecto dominó por toda América Latina. Esperaban avanzar sin mucha resistencia país por país. Sin embargo, sus planes no están resultando como pensaron.

Evangelina de Guirola, Lucia Boehmer, Mons. Abelardo Matta, Carlos Polo, Dr. Rafael Cabrera, Lucia Farah.



Embriagados por el éxito, los grupos internacionales pro aborto finalmente veían cercana la posibilidad de subvertir la protección legal que tienen los niños por nacer en América Latina. Mónica Roa, rostro público del Centro por los Derechos Reproductivos (Center for Reproductive Rights), se puso inmediatamente en camino hacia Argentina, Perú entre otros países para proponer la misma estrategia judicial aplicada en Colombia. El lobby del aborto esperaba que los sistemas legislativos simplemente se derrumben ante su campaña de desinformación.

Ahora deben estar lamentando haber subestimado a Centro América pues fue Nicaragua la que les dio una tremenda sorpresa. A fines del año pasado, el Congreso nicaragüense abolió la única excepción de pena que tenía el aborto en ese hermano país. El llamado “aborto terapéutico” fue retirado del Código Penal y por ahora Nicaragua se sitúa muy lejos de legalizar el aborto a petición. Pero aún más, su tenaz defensa de la vida está sirviendo como catalizador para renovar la oposición al aborto de toda América Latina.


El temor de los pro abortistas es que la tendencia cambie y el supuesto efecto dominó se revierta en dirección contraria. El primer indicio ya se dio precisamente el mes pasado cuando el Congreso chileno rechazó en tiempo récord un proyecto de ley sobre “aborto terapéutico”.

Colombia nos enseñó algo muy importante

El caso de Colombia significó una gran inversión de tiempo y dinero a los proabortistas. Y sólo una gigantesca una campaña de presión y desinformación hizo que la Corte aprobara la “doctrina de libre elección de la mujer” similar a la de Roe vs. Wade. De otro modo no se hubiera dado paso a una legislación pro-muerte. La férrea oposición del pueblo colombiano que salió a las calles en multitud y presentó más de dos millones de firmas a la Corte no pudo detener el abuso del poder político pero si despertó la conciencia de todos los latinoamericanos. Cada vez son más los ciudadanos latinoamericanos conscientes del engaño y manipulación en estos temas. Y cada vez se irá haciendo más difícil engatusarlos con las mismas falacias. Ese es el motivo por el cual no se ha desatado un efecto dominó como lo esperaban los abortistas.

Esto mismo ya ha sucedido en otro ámbito político. El mismo efecto dominó se esperaba en las elecciones presidenciales de América Latina luego de las elecciones de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. Su triunfo encendió las luces de alerta en los países vecinos. Muy pronto la gente de esos países entendieron cuáles serian los intereses que se apoderarían de sus gobiernos y afectarían los intereses nacionales. La respuesta frente a esa amenaza regional no tardó en materializarse. No hay otra explicación para la derrota abismal de candidatos como López Obrador en México y Ollanta Humala en Perú. En el caso concreto de Perú, el respaldo público de Chávez fue catastrófico para la candidatura de Humala.
Mons. Leopoldo Brenes, presidente de la Conf. Episcopal Nicaragüense.


Nicaragua bajo fuego cruzado

La Unión Europea y otros donantes han amenazado con cortar la ayuda económica al pobre país de Nicaragua si el aborto no se legaliza. Esto no debe sorprendernos. La práctica dictatorial que respalda internacionalmente a quienes promueven el aborto desconoce la democracia cuando les conviene. Se viste de izquierda o de derecha de acuerdo a las conveniencias pero siempre es igual de impositiva y brutal para exigir lo que persigue. Cuando las leyes le son adversas, dirigen sus esfuerzos hacia el cambio de las decisiones tomadas soberana y autónomamente mediante jueces no elegidos por el pueblo desatando un vendaval de juicios fabricados en sus gabinetes.

El punto central de la actual lucha es la Corte Suprema de Nicaragua. Las organizaciones feministas radicales, en conjunto con IPAS (la organización que promueve la infame máquina para abortos por succión), han argumentado que es inconstitucional la abolición de la ley que permitía el “aborto terapéutico”. El 8 de marzo de este año los pro-abortistas descargaron una campaña de presión en los medios de comunicación sobre los jueces nicaragüenses. Sostuvieron encuentro públicos en la calle y publicaron en dos anuncios pagados en La Prensa, el más importante diario de Managua, ciudad capital. Estos encuentros y anuncios ponen de relieve la ya tan desgastada mentira: el aborto debe ser legalizado o las mujeres morirán. Uno de los anuncios fue pagado por el Banco Inter Americano de Desarrollo, y se sumaron una división del Banco Mundial y los ministerios de ayuda exterior del Reino Unido, Liechtenstein y Suiza. Se aunaron también las embajadas de Alemania, Austria, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Islandia, Japón, Noruega, China y Suecia. Toda esta presión arremetió sobre la pequeña Nicaragua sólo porque su gente valora la vida.

Pero si bien el apoyo al aborto de estos países siempre ha sido muy decidido esta vez había razones para hacerlo más sutil. Uno de esos funcionarios que presionaron fue Marc Litvine (representante de Union Europea en Nicaragua). Este ya había sido reprendido por utilizar abusivamente de su cargo. Un parlamentario europeo le había llamado la atención por hacer creer que la Unión Europea tiene posición oficial sobre el aborto. Litvine al verse descubierto lo único que atinó a decir es que los diarios habían citado mal sus palabras y que él nunca había dicho nada al respecto.

Esta vez se cuidaron de no mencionar el aborto directamente. El anuncio de sus “tropas internacionales” se centró en acentuar la pretendida meta de “detener la violencia contra la mujer”. Cito al comité de la CEDAW y su apoyo a las recomendaciones de éste al estado de Nicaragua respecto a la violencia contra las mujeres. No dijo nada sobre el aborto. Fue dos páginas más adelante en ese mismo diario que el Movimiento Autónomo de Mujeres (organización feminista local) completo el mensaje. La prohibición total del aborto en Nicaragua, decían, es la más genuina muestra de violencia contra la mujer. Las tropas “internacionales” que habían sido neutralizadas echaban mano del contingente local.

Aporte a favor de la vida en la Corte Suprema de Nicaragua

Los lideres pro-vida se presentaron en la Corte Suprema el 21 de marzo. Los jueces nicaragüenses aceptaron ese testimonio pues antes se había aceptado a organizaciones que defendían el aborto. Uno de los profesionales que se dieron cita fue el Dr. Roberto Sánchez, un respetado jurista que pronto podría formar parte del Tribunal Supremo. En un exposición sobria pero contundente explicó que la ley que abolió el “aborto terapéutico” no violo ningún principio constitucional. Más bien, dijo, subsana una contradicción entre la Constitución y el Código Civil de Nicaragua. Éste último afirma que los bebés aún no nacidos son personas y disfrutan de varios derechos explícitos.

Cardenal Miguel Obando

Otro testimonio fue el del Dr. Rafael Cabrera, quien desacreditó completamente la falacia que dice que el aborto llamado “terapéutico” era necesario para salvar la vida de la madre. El Dr. Cabrera, ginecólogo, presentó un listado que enumeraba todas las emergencias médicas que se utilizan como excusas para exigir que los abortos sean realizados para “salvar la vida de las mujeres”. El médico explicó de manera ordenada, clara y convincente cada uno de estos casos, demostrando que un médico con la actual tecnología siempre puede ofrecer a sus pacientes nacidos o por nacer una opción de vida.

El Dr. Erwin Rodríguez también presentó su testimonio como ginecólogo ampliamente reconocido y respetado. Sus estudiantes constituyen hoy en día la mayoría de médicos nicaragüenses con esa especialidad. Al final uno de los jueces, una feminista pro-aborto muy conocida y acérrima Sandinista, preguntó al Dr. Rodríguez sobre “la situación crítica” de un cáncer terminal. Abundo en la descripción de los detalles dramáticos tal cual sugería el papel que le fue alcanzado por alguna feminista. “¿No sería necesario un aborto en ese caso?” le preguntó. El Dr. Rodríguez no escatimó detalles para explicarle como era un caso rarísimo (que incluso para una mujer en esas circunstancias era casi imposible concebir) pero que aún si los médicos pueden darle oportunidad a ambos pacientes, la madre y el niño.

Mientras tanto, la población nicaragüense se encuentra preocupada por la amenaza que existe por parte de las agencias internacionales y por las naciones donantes que cortarán la ayuda económica a menos que sacrifiquen la vida de sus pequeños. ¿Cuánto ha de costarle a un pequeño país latinoamericano vivir y modificar sus leyes soberanamente?

Carlos Polo es el Director para la Oficina de América Latina del PRI

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todavía no me cabe en la cabeza como esa señora Guirola ande inmiscuida en grupos Pro Vida, cuando su marido es un prófugo de la Justicia en El Salvador.