miércoles, marzo 07, 2007

Feminismo, consumismo y la sexualización de las niñas. Por Joseph D´Agostino.

Population Research Institute

Citando el informe del mes pasado de la Asociación Psicológica Americana (APA) acerca de la sexualización de las niñas, y la cobertura mediática del mismo, el feminismo es el responsable de este desastre cultural que hoy en día amenaza seriamente la psiquis de decenas de millones de jóvenes norteamericanas. Lo políticamente correcto es asumir que la sexualización de las mujeres y el feminismo son fuerzas opuestas, pero la realidad nos dice que han ido de la mano lo uno con lo otro. Además, según el informe, los hombres hoy en día han cambiado lo que consideran como la cualidad más atractiva de una mujer. Antes buscaban que la mujer sea mejor administradora del hogar y ahora buscan que sea más “sexy” ¿Acaso ésto no explica en buena parte la decadencia de la familia norteamericana y el hecho de que el índice de natalidad esté por debajo del nivel de reemplazo?

¡Pero valorar que la mujer se dedique a labores hogareñas es tan opresivo!

Más de 30 años después del triunfo del feminismo, las niñas pre púberes pueden ser vistas usando minifaldas como algo cotidiano. En vez de que estas niñas intenten emular una visión positiva por la dedicación a sus hogares, que las presentaba como las futuras esposas y madres virtuosas, las pequeñas de ahora buscan imitar a París Hilton. Las muñecas de las niñas actualmente tienen apariencia de prostitutas. “Los fabricantes de juguetes producen muñecas que usan minifaldas de cuero negro, boas de pluma, botas altas y las venden a niñas de 8 a 12 años,” señaló el APA. “Los almacenes de ropa venden correas para niñas de 7 a 10 años de edad, con lemas impresos tales como ‘miel para tus ojos’ o ‘te estoy guiñando’; y mas bien otras correas para mujeres y jóvenes están señaladas con características del Dr. Seuss y los Muppets. En el mundo de los desfiles de belleza para niñas, se usan y promueven dientes falsos, extensiones del cabello, y maquillaje para ‘coquetear’ en escena sacudiendo sus largas y falsas pestañas en niñas de 5 años. En el horario estelar de la televisión, las niñas pueden ver shows de modas donde las modelos presentadas parecen niñas usando ropa interior sexy.”


Las muñecas de las niñas actualmente tienen apariencia de prostitutas. “Los fabricantes de juguetes producen muñecas que usan minifaldas de cuero negro, boas de pluma, botas altas y las venden a niñas de 8 a 12 años,” señaló el APA.

Al regresar a la universidad en los inicios de los 90’s noté que eran los hombres que adoptaban las tesis feministas los que en su mayoría cosificaban a las mujeres. Fui miembro de una fraternidad, por lo que tuve oportunidad de observar varios tipos de universitarios que hablaban con mujeres y las seducían también. A excepción de unos pocos, esos hombres proclamaban públicamente su creencia feminista y abogaban por la completa igualdad entre los sexos y que creían que las mujeres deberían hacer carrera profesional igual que los hombres y cuestiones similares. Sin embargo, ellos mismos eran quienes tenían las actitudes más rapaces con las mujeres, pues estaban interesados en acostarse con tantas mujeres y tan frecuentemente como sea posible. Los estudiantes más conservadores por el contrario y por lo general, tenían menos relaciones de este tipo y estaban más interesados en construir relaciones a largo plazo.

Para aquellos que creen en las ilusiones ideadas por los intelectuales y sus medios de comunicación afines, ésto no parece ser verdad. Siguiendo su razonamiento, ¿Acaso no son los conservadores, hombres sexistas, los únicos que se suponen ven a las mujeres como objetos sexuales? No obstante, después de reflexionar sobre este dilema durante algún tiempo, me di cuenta que el resultado natural del feminismo más el consumismo era la cosificación sexual de las mujeres.

Como puede ver, los hombres jóvenes feministas veían a las mujeres más o menos como iguales. Y lo que mayormente deseaban de ellas (como iguales) era el sexo. No tenían ninguna consideración religiosa o ética de la castidad, ni sobre la dignidad de la sexualidad femenina o la fragilidad de la psicología femenina respecto al sexo. Consideraban sus relaciones con las mujeres como transacciones. Después de todo, no forzaban a las mujeres a acostarse con ellos. Era sólo una cuestión de conseguir lo que querían de ellas, de la misma manera como un hombre de negocios intenta conseguir lo que desea de otro en una transacción comercial.


Los hombres que proclamaban públicamente su creencia feminista y abogaban por la completa igualdad entre los sexos eran quienes tenían las actitudes más rapaces con las mujeres, pues estaban interesados en acostarse con tantas mujeres y tan frecuentemente como sea posible.


Mi vida profesional en Washington me ha enseñado la misma lección.

Los hombres liberales y feministas de 20 o 30 años que he conocido tienden a ser los más rapaces; los conservadores o religiosos mucho menos. Incluso cuando llegan a ser políticos importantes, el patrón se mantienen. ¿Podría nombrar algún republicano conservador de los últimos 20 años que haya tenido un affaire como Bill Clinton y Ted Kennedy? No afirmo que los Republicanos conservadores miembros del Congreso y los senadores hayan sido modelos de virtud. Nada más lejos de la verdad. Sólo que han tenido un mejor antecedente en este asunto que los del otro bando.

Las feministas han enseñado a las niñas y a las mujeres que la castidad es opresiva y que deben liberarse. También les han enseñado que no hay límites naturales a la sexualidad. Dan testimonio entusiasta de su apoyo a la homosexualidad. Así pues, de acuerdo a los principios feministas, ¿por qué las niñas no deberían sexualizarse? ¿Y por qué los hombres y mujeres adultos no podrían verlas como objetos sexuales si no existe nada que pueda entenderse como sexualidad desnaturalizada?

Si usted bombardea constantemente a los niños con imágenes sexualizadas de muchachas y con el mensaje “las chicas son iguales a los chicos” de maneras incontables y diversas, el impulso primario de la sexualidad masculina los conducirá a cazar muchachas. Puesto que dicen que la psicología masculina y femenina son iguales, las muchachas deben ser tan impacientes por tener sexo como ellos lo son (es decir apenas necesitan poco de convencimiento, o un poco alcohol o drogas para liberarse de reglas sociales). Esto es realmente muy simple.

No deje que me equivoque. No soy alguien que se odie por tener tendencias antisexistas que ve a cada muchacha que tiene relaciones sexuales como víctima de alguna manera de la agresión masculina (incluso si ella consiente tener sexo). Más del 40% de denuncias de violación son totalmente falsas. Hay tantas mujeres de conducta moralmente reprochable como hombres del mismo tipo. Hay muchas mujeres en estos días deseosas de tener sexo con muchachos, y algunas incluso seducen más a los varones en vez de esperar que los varones den el primer paso. Tienen una mentalidad degradada. Pero también los hombres y niños quienes ven a cada mujer atractiva ante todo como un objeto sexual.

Por supuesto, cuando una muchacha o una mujer van por ahí exponiendo la mitad de su cuerpo, ¿cómo se puede culpar a los hombres y los niños por mirarlas como objeto sexual? Unas piernas o un vientre desnudo de una mujer provocan una respuesta biológica sexual en la mayoría de los hombres. A esto se le llama naturaleza.


Cuando una muchacha o una mujer van por ahí exponiendo la mitad de su cuerpo, ¿cómo se puede culpar a los hombres y los niños por mirarlas como objeto sexual?


Esta es la confluencia de dos poderosas fuerzas sociales de gran alcance: el consumismo y el feminismo. La primera nos hace ver todo en el mundo como objeto de satisfacción y cada relación como una transacción comercial. La segunda hace ver a la promiscuidad como algo fácil y natural (el feminismo pone a hombres y mujeres en la misma categoría de consumismo cuando tienen sexo). Por supuesto, el compromiso incondicional que el matrimonio solía implicar no está más de moda. Puesto que la sexualidad es una fuerza principal tan poderosa, especialmente para los jóvenes, esta sexualidad consumista se convierte en una enorme parte de sus vidas. Es obvio que las mujeres tienden a sufrir psicológicamente más por esta razón.

Es más, el informe de APA liga la sexualización de las niñas a los tres problemas psicológicos más comunes experimentados por las muchachas: desórdenes alimenticios, baja autoestima, y depresión. Incluso el furor por las mujeres de desnaturalizada delgadez es evocadora del deseo por tener el cuerpo de un pre puber. ¿Hacia dónde nos dirigen los medios de comunicación?

A fin de usted piense que ha sido siempre así, sólo que en una forma diferente, el informe de APA menciona un estudio muy interesante de los diarios de las niñas. En primer lugar, el informe dice que, “Un enfoque de atracción física no es nuevo; hace más de tres décadas Unger (1979) argumentaba que la belleza física pueda traducirse en poder para las muchachas. Pero la definición de atracción difiere dependiendo de la preferencia de la cultura. Mientras que la cultura del ayer pudo haber equiparado la ‘visión favorable del hogar’ con el atractivo en las mujeres, la cultura de hoy iguala lo “sexy” con lo atractivo (Wolf, 1991).”

Por supuesto, las feministas siempre han deplorado una visión favorable del hogar. La mujer que podría ser nuestro próximo presidente célebremente rechazó a aquellas mujeres que “permanecían en casa y horneaban galletas.” Aún, si los hombres anticuados encontraban atractiva la ‘visión favorable del hogar’, ¿no implica acaso que estaban interesados en formar relaciones de largo plazo con mujeres que incluían el hogar, la familia e hijos? Ahora en cambio, los hombres encuentran en lo “sexy” lo más atractivo. ¿Qué es lo que implica el interés en ésto?

El informe continúa, “Por otra parte, hay evidencia de que el aspecto físico no siempre fue el valor primordial para el éxito social de las muchachas. Brumberg (1997) examinó los diarios de adolescentes estadounidenses en los últimos 100 años para indagar cómo trataban de verse mejores. Mientras que las muchachas en tiempos pasados se centraron en mejorar sus estudios y hacerse más educadas, en los últimos 20 años que Brumberg estudió las muchachas describieron casi exclusivamente como el centro de su desarrollo estaba en formar bien sus cuerpos y hacer más atractiva su apariencia física.”

Así es. En los pasados y malignos dias pre feministas cuando las mujeres eran tan oprimidas, las jóvenes se preocupaban en obtener mejores calificaciones y mejorar su desenvolvimiento social. Ahora, desean lucir sexualmente atractivas. Escríbale a Gloria Steinem hoy y agradézcale por lo que ha hecho por las jóvenes norteamericanas.

Para ver el informe completo de la APA, vea el siguiente enlace:

http://www.apa.org/pi/wpo/sexualizationrep.pdf

Joseph A. D'Agostino es Vice Presidente para las Comunicaciones del Population Research Institute.

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