domingo, marzo 18, 2007

Reflexiones liberales: La objetividad de las leyes. Determinismo y libertad.


Aragón Liberal  (Enviado por: frid) 18/03/07, 10:53 h
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Curiosamente los colectivistas, que dicen no creer en la espiritualidad del alma apelan a lo difuso del "progreso" o la "evolución" para declararse los últimos estadíos de esa especie de "materia pensante" y declarar que el mundo se tiene que "reconstruir" con sus nuevos paradigmas.

La objetividad de las leyes. Determinismo y libertad.

(Sólo unos apuntes sin querer hacer un tratado)


Donde fundamentamos las leyes, ¿en la naturaleza del hombre y de las cosas o en su voluntad? La objetividad de las leyes. Determinismo y libertad.

(Sólo unos apuntes sin querer hacer un tratado)


Donde fundamentamos las leyes, ¿en la naturaleza del hombre y de las cosas o en su voluntad? Curiosamente los colectivistas, que dicen no creer en la espiritualidad del alma apelan a lo difuso del "progreso" o la "evolución" para declararse los últimos estadíos de esa especie de "materia pensante" y declarar que el mundo se tiene que "reconstruir" con sus nuevos paradigmas. No creen en el pensamiento humano individual, ni tampoco en el espíritu pero están ejerciendo ese pensamiento desde un grupo elegido, que es el Partido. Por eso son especialmente destructivos: la familia es un elemento obsoleto, válido para el hombre inferior; la religión es más retrógrada todavía, es un elemento relicto del hombre primitivo. Hoy el hombre colectivo exige un nuevo paradigma: la voluntad en construir un hombre nuevo y una sociedad totalmente original, desde un paradigma donde el bien y el mal también han sido superados por el consenso.

Como véis, aquí no hay nada estable mas que el grupo dirigente que en cada momento decide "cómo" se construyen las sociedades post-humanas, de una especie de ser superior que es el hombre-progresista.

Es razonable en esos seres calificar el mundo entre los iluminados, su rebaño y los que han sido declarados obsoletos y excluidos de la vida social... esos últimos somos, evidentemente, nosotros: los católicos, los que apoyamos partidos como el partido popular, los que tenemos una familia normal, de las de antes (lo que es raro), los que sostenemos que todo ser humano tiene una dignidad propia e insustituible al margen de la voluntad social .

En este apartado último estamos todos los liberales: nuestra individualidad nos excluye del proceso de "construir el super-hombre-progresista", y eso es lo que nos hace aliados para la defensa personal de esos otros grupos (aunque en mi caso coincida que pertenezca a los cuatro grupos antes nombrados), pero puede que no sea así.

Y mi primera conclusión es que no sólo el colectivismo socialista es "constructivista social", también lo son los que erigen su voluntad individual como creadora del bien y del mal y de la verdad o mentira. Ese proceso nos llevaría al "tirano" individual que también puede ser materialista con el agravante que es él el elegido, el último estadío de la evolución material. Y la constatación práctica de que eso es así es la conquista del poder, la voluntad de poder, el triunfo personal.

Un apunte: Rodríguez Zapatero es en el Partido Socialista (constructivismo social colectivista) el elegido (pasando a ser "individualista"), hasta que otra "voluntad de su mismo estilo", otra "neurona" de ese "pensamiento colectivo" le sustituya.

fridNo creen en el pensamiento humano individual, ni tampoco en el espíritu pero están ejerciendo ese pensamiento desde un grupo elegido, que es el Partido. Por eso son especialmente destructivos: la familia es un elemento obsoleto, válido para el hombre inferior; la religión es más retrógrada todavía, es un elemento relicto del hombre primitivo. Hoy el hombre colectivo exige un nuevo paradigma: la voluntad en construir un hombre nuevo y una sociedad totalmente original, desde un paradigma donde el bien y el mal también han sido superados por el consenso.

Como véis, aquí no hay nada estable mas que el grupo dirigente que en cada momento decide "cómo" se construyen las sociedades post-humanas, de una especie de ser superior que es el hombre-progresista.

Es razonable en esos seres calificar el mundo entre los iluminados, su rebaño y los que han sido declarados obsoletos y excluidos de la vida social... esos últimos somos, evidentemente, nosotros: los católicos, los que apoyamos partidos como el partido popular, los que tenemos una familia normal, de las de antes (lo que es raro), los que sostenemos que todo ser humano tiene una dignidad propia e insustituible al margen de la voluntad social .

En este apartado último estamos todos los liberales: nuestra individualidad nos excluye del proceso de "construir el super-hombre-progresista", y eso es lo que nos hace aliados para la defensa personal de esos otros grupos (aunque en mi caso coincida que pertenezca a los cuatro grupos antes nombrados), pero puede que no sea así.

Y mi primera conclusión es que no sólo el colectivismo socialista es "constructivista social", también lo son los que erigen su voluntad individual como creadora del bien y del mal y de la verdad o mentira. Ese proceso nos llevaría al "tirano" individual que también puede ser materialista con el agravante que es él el elegido, el último estadío de la evolución material. Y la constatación práctica de que eso es así es la conquista del poder, la voluntad de poder, el triunfo personal.

Un apunte: Rodríguez Zapatero es en el Partido Socialista (constructivismo social colectivista) el elegido (pasando a ser "individualista"), hasta que otra "voluntad de su mismo estilo", otra "neurona" de ese "pensamiento colectivo" le sustituya.

frid

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