viernes, junio 26, 2009

Periodismo maliciado para promover confusión respecto el aborto

Por Steve Mosher
En Population Research Institute


El 25 de Junio de 2009 apareció un artículo de Fernando Vivas en el diario peruano de mayor tiraje. (VER ARTÍCULO AQUÍ) En este artículo Vivas insulta y acusa a un grupo de “cristianos” por no estar de acuerdo con la despenalización del aborto. “Fundamentalistas”, “misóginos”, “intolerantes” y “responsables de dramas espantosos” son adjetivos para decir simplemente algo que este grupo de indeseables se “cometen barbaridades en nombre del no nacido.”


Lamento decir que Vivas no es nada original. Es la versión enésima de periodistas que se suman (¿desinteresadamente?) a una campaña pro abortista. Quienes hacemos seguimiento de estas campañas en América Latina las conocemos de memoria. Atribuiría mérito a Vivas al solo hecho de cambiar los nombres a la plantilla.


Escribo estos comentarios al artículo en referencia para que ustedes, queridos lectores, descifren a los Vivas de las próximas campañas a favor del aborto. La que vienen desplegando actualmente en el Perú es la promoción de un nuevo caso “fabricado” en torno a la tragedia de una niña.


Tengo que señalar:


1.- Fernando Vivas está insultando a quienes profesamos la fe cristiana. Eso no es periodismo. No es libertad de opinión. Es una actitud antisocial y antidemocrática que El Comercio no debería haber permitido. Lo que cabe es no sólo una disculpa del periodista sino del mismo medio de comunicación.

2.- Vivas pasa del insulto a una acusación en el último párrafo. Acusación abierta sin nombres, genérica y por lo tanto irresponsable. Si su acusación tiene sustento (indicios o pruebas) que las presente en el Poder Judicial, al Ministerio Público o a la Defensoría del Pueblo. Usar un periódico o su condición de periodista para acusar “cristianos” sin decir nombres, es calculadamente cobarde.


3.- Vivas insulta infundadamente porque está desinformado. He aquí unas precisiones:


a) El aborto no está permitido en el Perú. El Código Penal contempla un caso excepcional en que lo exime de pena (no es punible) pero no le quita su condición de delito. Robar a un hermano no es punible (artículo del Código Penal). Y eso de ninguna manera conduce a una “protocolización” de este supuesto no punible, es decir a una reglamentación que establezca maneras de robarle a un hermano. Mucho menos a que se le otorgue la categoría de “derecho”.


b) El Código Penal no es una fuente de derechos. Es una lista de delitos tipificados. Esto es importante porque haría entender a muchos (incluyendo Vivas) que el Estado no puede promover un delito. El pretendido “protocolo de aborto terapéutico” al que se refiere Vivas plantea una serie de condiciones para que la mujer ejerza un “derecho” que no existe. (Por supuesto que sabemos que el objetivo feminista de la promulgación de un protocolo es darle la categoría de derecho al aborto).


c) ¿Cómo puede creer Vivas que el lobby feminista es transparente? ¿Acaso piensa que las feministas sólo quieren el aborto terapéutico? Una rápida búsqueda en google de cualquier referente feminista le hará llegar en dos clicks a la propuesta de la total legalización del aborto por cualquier razón. El aborto terapéutico es el punto de partida de una estrategia. El lobby feminista nunca ha sido transparente. También forma parte de esa estrategia el desprestigiar a la Iglesia Católica.


d) El caso de Karen Llantoy no fue un caso de aborto terapéutico. Fue un caso de aborto eugenésico. la vida de Karen nunca estuvo en peligro ni su supervivencia comprometida. El de Karen es un caso tipificado en el articulo 120 del Código Penal, no del 119. Las feministas alegan aborto terapéutico porque atribuyen una afectación de salud mental al "sufrimiento de llevar en su vientre a un hijo que morirá irremediablemente" o "amamantar a un niño agónico". Alegando angustia o sufrimiento mental, casi todos los embarazos serían candidatos a un aborto terapéutico.


e) Los ginecólogos no comprometidos con el lobby abortista saben que los casos de complicaciones severas son raros. Elegir entre la vida de la madre o del niño es una circunstancia novelesca propia del siglo pasado o antepasado. Pero aún en esos casos, cualquier médico honesto intentará salvar la vida de los dos pacientes: la madre y el niño por nacer. No se hace leyes para casos excepcionales, salvo que haya segundas intenciones.


f) Más alejado del alcance informativo de Vivas, está el principio ético del doble efecto. Un médico puede perfectamente atender la salud de la vida de la madre y si en el proceso el niño que lleva dentro resulta muerto por un efecto no pretendido o esperado de esa intervención, no hay culpa moral ni legal. Por lo tanto, no hay médicos paralizados de miedo cuando se trata de salvar vidas. Más bien, existen muchos que se encuentran presionados cuando alguien les dice que deben terminar la vida de un niño por el cual se debería hacer todos los esfuerzos necesarios por salvar.
g) ¿Cómo puede ser seria la afirmación de que en la Biblia no se dice nada sobre el niño por nacer? Vivas se pasó. No soy Biblista pero no hace falta ser muy letrado para darse cuenta que la historia del protagonista de la Biblia, Jesús, empieza en la Concepción. Señor Vivas, tome nota, 25 de marzo. Al episodio de la Anunciación le sigue otro donde otro niño por nacer se suma al elenco. Juan Bautista “saltó de gozo” cuando La Virgen María vista a su prima Isabel. Decir que es “un invento contemporáneo para lidiar con el avance feminista” lo pone al mismo nivel de seriedad que el “Código Da Vinci”.


h) Y sobre este último caso, ojalá las feministas que dicen que representar los intereses de L.C. muestren a todos la información médica del caso. Una operación a la columna no supone un aborto necesariamente. Bien podría haber sido un riesgo a correr, un efecto no deseado en todo caso. Mientras no se conozca la historia clínica detallada del caso de L.C. no se puede saber qué ocurrió y por qué no fue intervenida quirúrgicamente tras la caída. Si su vida estaba en riesgo, los médicos debieron haberla intervenido aún considerando que como resultado de esa intervención podría perder al bebé. Esto no significa practicar un aborto, sino que ante una situación límite se debe buscar salvar ambas vidas Es mucho más probable que los promotores del aborto estén manipulando el drama de L.C. para introducir de contrabando que uno de sus derechos es abortar.


i) A cualquiera podría impresionar un caso como el de L.C. Está hecho para eso, para impresionar. Esto cambia radicalmente cuando se sabe que es una estrategia. No es coincidencia que Lilian Sepúlveda, una de las autoras de la estrategia, se encuentre en el Perú. Sepúlveda es miembro del Centro de Derechos Reproductivos y coautora con Mónica Roa –la que impulsó la legalización del aborto en Colombia- y Luisa Cabal de un artículo titulado ‘El litigio internacional en la promoción y el avance de los derechos reproductivos en América Latina’ en donde se explica cómo este tipo de casos son una estrategia prefabricada para introducir el aborto en América Latina.


j) Escogen casos dramáticos de adolescentes que mantienen ocultas, donde nadie tiene acceso a la información para que solamente escuchemos su versión de los hechos. En el caso de la niña Rosita en Nicaragua, el tiro les salió por la culata. Años después de hacer propaganda del caso, mantener oculta a Rosita e inculpar a un padre de familia costarricense como violador, resultó que la niña fue violada por el padrastro que había acompañado a las feministas a promover el derecho a abortar por todo el mundo. Las feministas lo supieron y optaron por esconder la verdad. La madre no pudo soportar ocultarlo más cuando la niña tuvo un segundo niño del padrastro. Y Rosita terminó siendo doble víctima: del padrastro violador y de las feministas.


k) Estas feministas no están interesadas en la situación de estas mujeres que son sólo son instrumentalizadas para lograr sus objetivos políticos. No les interesa ni L.C. ni Karen Llantoy, les interesan los abortos que se puedan producir a partir de litigar estos casos


Las autoridades deberían tomar cartas en el asunto. Me parece que L.C. no está en buenas manos.

Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.

(c) 2007 Population Research Institute.

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