Autor: Carlos Beltramo
En Population Research Institute
28 de diciembre de 2008. Dos celebraciones coincidieron para los católicos de todo el mundo: la celebración de la Sagrada Familia y la de los Santos Inocentes, asesinados por la locura de un rey terreno y pasajero, pero sádico y con poder.
Para los españoles no fue una fecha más.
Por un lado se realizó en la Plaza Colón de la ciudad de Madrid una misa multitudinaria para reafirmar a la familia. Es la Segunda Misa por las Familias. Y este año fue tan multitudinaria como el año anterior.
Se calcula que más de 1´000,000 de personas estuvieron allí para manifestar públicamente su fe en los principios más importantes de la familia: la unión entre un hombre y una mujer que defiende la vida desde la concepción. Algunos ya piensan que esta Misa es el equivalente español de la Marcha contra el Aborto en el Mall de las Américas, en Washington.
La misa comenzó con las palabras del Papa Benedicto XVI desde Roma que fueron transmitidas en pantallas gigantes. El Papa alentó a los españoles a seguir defendiendo la vida y la familia en esta hora difícil.
La celebración estuvo presidida por el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela junto a 30 obispos y más de 300 sacerdotes. Fue una fiesta en la que fueron necesarios 500 puestos de repartición de la comunión. Familias de toda España estuvieron presentes en un día bastante frío que no los acobardó. La intención era doble: celebrar a la familia y mostrar a la sociedad que una parte grande de España no está de acuerdo con las políticas del gobierno: más libertad para el aborto, para la eutanasia, la unión entre homosexuales (incluida la adopción) y el “divorcio express”, entre otras.
El Cardenal fue muy valiente y claro. Es «posible y urgente vencer la cultura de la muerte con la cultura de la vida –dijo–. Se puede y urge vencer la cultura de la dura y egoísta competencia, de la egolatría con la cultura del amor verdadero». Especialmente tuvo palabras sobre el aborto, que el gobierno del presidente Zapatero no debería ignorar: «Estremece el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad del aborto, una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso». El aplauso emocionado de la multitud fue ensordecedor. Más de un millón de almas pidiendo que se detenga este crimen. Que España ya tiene unos niveles tan bajos de natalidad que sería absurdo bajarlos más con una ley que haga del aborto un derecho.
Pero no todo fue fiesta para la causa de la vida. Esa misma mañana, a pocos kilómetros de allí, un grupo de jóvenes realizaron una concentración pacífica (como muchas otras que se realizaron en toda España) frente a la Clínica Dator, el lugar donde más abortos se hacen en España. Llegaron temprano, pusieron unas cruces blancas en el suelo y luego se sentaron en la acera y allí permanecieron sin hacer nada más. Desde luego había policía pero los pro vida sabían que no debían darle la menor excusa.
Pero eso no fue necesario, en un momento dado, sin mediar ninguna provocación, los policías presentes comenzaron a agredir a muchachas y muchachos sentados. La agresión fue creciendo hasta que entre varios tomaron a Jesús Poveda, médico y profesor de las Universidades Autónoma de Madrid y Complutense de Madrid, y a Silvia, una muchacha provida. A Jesús lo arrojaron al piso, lo esposaron y a los dos se los llevaron al departamento de policía. Según el parte policial, los arrestados “se saltaron el cordón de seguridad” lo cuál resulta imposible al estar todos ellos sentados y recibir la agresión policial.
Por la tarde ambos fueron puestos en libertad, pero se les abrirán cargos por agresión a la autoridad. Para evitar las interpretaciones a las que se prestan situaciones como esta, ofrecemos dos testimonios que muestran la brutalidad policíaca: una serie de fotos tomadas por Ignacio Arsuaga de HazteOir.com (quien debió guardar su cámara por la amenaza de la policía de destruírsela, haga clic aquí para ver las fotos) y el vídeo de un canal de televisión que no oculta lo pacífico de la marcha y la violencia de la policía contra Jesús Poveda, en el piso bajo el peso de un policía y esposado como delincuente (haga clic aquí para ver el vídeo y la noticia).
Todo esto no pasó inadvertido para el gobierno de Zapatero. Frente a las valientes palabras del Cardenal Rouco y en sintonía con la agresión a manifestantes pacíficos, miembros de su partido revelaron públicamente sus verdaderas intenciones sobre el aborto. Han reconocido que quieren aborto libre, es decir, aborto como un derecho. Según declaraciones dadas hoy a EuropaPress, el diputado Ramón Jáuregui, secretario de la mayoría socialista en el congreso, el partido de Zapatero buscará una ley por la cual se brinde aborto en las primeras 12 o 14 semanas de gestación, únicamente por pedido de la madre, sin mayor trámite (para ver el vídeo haga clic aquí). Una situación que favorecerá a negocios como la Clínica Dator, sin ir más lejos.
Viendo lo que dejó el fin de semana se puede decir que una gran batalla se libró en España dentro de un combate más amplio dónde está en juego el concepto mismo de democracia encarnado en los más indefensos de los ciudadanos: los niños por nacer.
(c) 2007 Population Research Institute.
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