Trabajo de clase de religión de una chica del colegio del antiguo Seminario de Barbastro, os agradecería su publicación, lo mandan del Foro de la Familia de Barbastro. Gracias, Carmen Antoja.
1.- Por mucho que avancemos actualmente en diversos campos, el más importante de todos ellos lo estamos conduciendo al desastre. Antes la llegada de un niño a la familia era motivo de satisfacción , alegría conjunta, de felicitaciones.. todo esto esta cambiando hasta tal punto, que supone hoy en día motivo de desgracia, y casi pésame ...
En vez de avanzar hacia un mundo donde la vida ocupe el rango más importante, estamos llevando la muerte, en todos los sentidos: aborto (niños), eutanasia (ancianos, y no tan ancianos...)
Pero lo peor no es eso, sino que si inculcamos a la sociedad estos pensamientos no debemos olvidar que, tarde o temprano, lo viviremos en nuestras propias carnes ¿qué aremos cuando no digan que ya “no somos productivos” y que por lo tanto no debemos estorbar? ¿caeremos entonces en la cuenta, cada uno internamente, de la atrocidad que defendíamos años atrás? ¿aceptaremos con resignación nuestro “suicidio asistido”?
2.- El obispo relata en su carta, fijando como referencia su experiencia personal a la hora de redactar un escrito cuya idea principal era “hacia una cultura de la vida”, la atrocidad que supone la práctica del aborto, aunque mencionando también la eutanasia.
Va desarrollando la visión del ser humano de hoy en día, cuya única preocupación es el conseguir gente que sea productiva para una sociedad basada en la rentabilidad y en el tener, que deja de lado a pobres, ancianos, los no nacidos, los débiles y enfermos. El pensamiento viene marcado por las ideas mercantilistas, caracterizadas por el afán de sacar el mayor provecho, no importando la calidad de los servicios prestados, sino el beneficio económico que reportan.
3.- “La muerte de Dios desembocaría en la muerte del hombre”.
Al morir Dios, el hombre queda abandonado a sí mismo, y debido a su fragilidad y por la tentación , cae en el pecado ( “deseos tantas veces egocéntricos”) con el único objetivo del beneficio y del bienestar propio, sin pensar en las necesidades de los demás. En consecuencia, queda huérfano , la paz y la armonía (que representa Dios), desaparecen de su vida y aparece la violencia, la guerra consigo mismo y con los demás, lo cual desemboca en una existencia absurda.
4.- No se deben tener en cuenta por el hecho que suponen un estorbo: el tener que cuidar a enfermos , ancianos, pagarles una subvención, la seguridad social... todo supone un estorbo que hoy en día, debido a nuestra mentalidad egocéntrica, no queremos aceptar. Nos es más fácil “deshacernos” de todas estas personas, que hacernos cargo de sus necesidades.
5.- Uno de los momentos más duros en la vida de unos padres es el saber que su hijo ha muerto. Nunca más podrán abrazarlo y besarlo. El dolor invade todos sus pensamientos, se rompe la ley de la lógica.
Digo la lógica, porque lo normal es que sean los hijos los que carguen con el sufrimiento de la pérdida de los padres, de esas personas que siempre han estado junto a ellos, y no al contrario.
Pero actualmente, ese sufrimiento al perder a un hijo se ha convertido en un alivio.
Triste palabra, sí. El alivio de unos padres que no ven en su hijo a una personita feliz, con unas esperanzas, unas ilusiones…ven en la nueva vida por nacer a un estorbo que les priva de su libertad, atándoles para siempre a una vida que no quieren. Intentan alejarse de la responsabilidad que criar un hijo supone.
Pero me quedo pensando en tantos y tantos niños que desgraciadamente mueren, mejor dicho, matan. Los imagino en el parque, dando sus primeros pasos, sus tiernas sonrisas, sus primeros días de colegio…
Castigamos a un asesino, por ejemplo, porque ha matado a su vecina; a un marido por haber acabado con la vida de su mujer; a un atracador porque , en su huída, una de sus balas perdidas alcanzó a un joven… castigamos, incluso con la cárcel, a un conductor por ir a más velocidad de la permitida en una autopista. Y no es que me parezca mal castigar a estas personas, indudablemente merecen un castigo por su conducta, pero lo que yo me planteo es ¿acaso acabar con la vida de niño no es delito?
Si nos ceñimos a la ley , esta nos dice que solo será legal y “aceptable” el aborto si cumple con los siguientes requisitos: que la madre corra riesgo, tanto físico como psicológico; Que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación; y que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas. Todo esto si no sobrepasan las veinte semanas de gestación.
Pero en España el año pasado superamos con creces los 50.000 abortos (realmente superamos los 100.000 computados como tales, porque las píldoras abortivas no se cuentan en esta relación) ¿todos ellos cumplían las características citadas anteriormente?
50.000 es una cifra que doy aproximada del pasado año 2007, y que seguramente este muy por debajo de la cifra verdadera, ya que no se facilitan los datos ¿el por qué? Seguramente sea la atroz cifra, atroz y desoladora, si cabe aún más.
Cuantas y cuantas vidas...
Puede que mi comparación sea demasiado exagerada, y fuera de lugar, pero es lo que siento, y por mucho que lo piense , no cambio de opinión.
¿Cuantas personas murieron en los campos de concentración hace apenas medio siglo? Eran personas inocentes, que se les fue negado el derecho a la vida, se les fue arrebatado el derecho de decir lo que pensaban, se les fue arrebatada su dignidad...
Si que es cierto que en parte no se puede comparar los dos métodos, pero si se puede comparar el resultado: muertes.
Todo se resume en esto, muertes.
Y yo , al igual que el obispo, miro al cielo preguntándome qué será del mañana, a qué desembocará todo esto...
Pero mientras niños y niños mueren. Se retuercen de dolor en las tripas de sus madres, al ver que se les esta negando la vida... no lo entienden...no lo entiendo...
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