Hoy es un día de dolor porque se ha aprobado una ley injusta. Una ley contra la vida. Jamás debiera de haber amanecido un día tan nefando; ninguna hecatombe mundial ha sido tan grave. ZP asegura que esta ley nos sitúa entre los “países más avanzados”, lo que no ha dicho es que sólo en el campo de la iniquidad, de las heces, como siempre. ¡Cuánta maldad!
¡Que España se vista de sayal, implorando perdón por su gran pecado! ¡Que la Humanidad entera le secunde por su complicidad de acción u omisión! Que en cada balcón/ ventana ondeen señales de duelo y todos nos vistamos de luto riguroso. Que este mundo gima y llore por esta atrocidad, ya que acabamos de restaurar el circo o hemiciclo en el que se sacrifica al inocente.
Nunca imaginé que sería testigo de una celebración satánica en la Catedral del Derecho Positivo, nunca quise ver a las verdugos felicitándose por su macabro cometido. Una auténtica orgía de sangre o aquelarre. ¡Que se exorcice el Congreso de los Diputados! Un espacio de la dignidad humana, un lugar destinado a la concordia, impregnado, hasta rebozar, de sangre inocente; escarnecido y mancipado por el sacrilegio de quienes debieran defender la maternidad y el fruto de sus entrañas como la misión más sacra e inconmensurable que hay sobre la tierra.
Un grito desgarrador se oye en “la cuna de la hispanidad”, llanto y lamentos grandes; es María que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.
Javier Peña Vázquez * Málaga
Que se alegren de que maten niños muestra su categoría humana
El lugar de Herodes.02
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