sábado, julio 15, 2006

La Familia un proyecto humano y divino:

La familia. Proyecto de Dios y del hombre.
Del discurso del Papa en la Misa para las familias en Valencia (9/07/2006):

1.- Ningún hombre se ha dado el ser a sí mismo ni ha adquirido por sí solo los conocimientos elementales para la vida. Todos hemos recibido de otros la vida y las verdades básicas para la misma, y estamos llamados a alcanzar la perfección en relación y comunión amorosa con los demás. La familia, fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, expresa esta dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral.


2.- Cuando un niño nace, a través de la relación con sus padres empieza a formar parte de una tradición familiar, que tiene raíces aún más antiguas. Con el don de la vida recibe todo un patrimonio de experiencia. A este respecto, los padres tienen el derecho y el deber inalienable de transmitirlo a los hijos: educarlos en el descubrimiento de su identidad, iniciarlos en la vida social, en el ejercicio responsable de su libertad moral y de su capacidad de amar a través de la experiencia de ser amados y, sobre todo, en el encuentro con Dios. Los hijos crecen y maduran humanamente en la medida en que acogen con confianza ese patrimonio y esa educación que van asumiendo progresivamente. De este modo son capaces de elaborar una síntesis personal entre lo recibido y lo nuevo, y que cada uno y cada generación está llamado a realizar.


3.- En el origen de todo hombre y, por tanto, en toda paternidad y maternidad humana está presente Dios Creador. Por eso los esposos deben acoger al niño que les nace como hijo no sólo suyo, sino también de Dios, que lo ama por sí mismo y lo llama a la filiación divina. Más aún: toda generación, toda paternidad y maternidad, toda familia tiene su principio en Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Nacemos dependientes, necesitados de todo y, durante muchos años, necesitamos también de guía, afecto, ternura y protección. Esa especie de cobertura garantiza la formación de una persona equilibrada y feliz. Y ahí radica el núcleo de la familia natural.

Pero es que además, la familia es reflejo del amor providente de Dios. Los padres se dan totalmente a los hijos. Los hijos confían totalmente en los padres. Y así funciona la providencia divina, puesto que toda paternidad de Dios procede.

Y ese núcleo es escuela de virtudes, entidad donde se arraiga el afecto, donde el hombre recibe su primer sentido, donde es querido por sí mismo y no por lo que tiene. No sólo es puerto de refugio sino puerto de embarque y de salida para hacer su propio proyecto ilusionante y triunfador, que es el éxito en el amor: la familia estable.



frid

Diez puntos para la reflexión. Vigilia del Papa en Valencia. Sábado 9 de julio de 2006

Del discurso del Papa Benedicto en la Jornada Mundial de las Familias en el encuentro del sábado 8 de julio:

Algunas ideas:

1.- La familia es el ámbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y recibir amor.

El hombre, hecho para amar, es un ser en relación, y aprende esa tarea y las virtudes que la hacen posible en la familia.

2.- Juan Pablo II, decía que "El hombre se ha convertido en ‘imagen y semejanza’ de Dios, no sólo a través de la propia humanidad, sino también a través de la comunión de las personas que el varón y la mujer forman desde el principio.

La familia muestra, de modo sencillo y natural, el modo del amor de Dios, de Dios como padre, como papá y mamá; por eso es el ámbito que mejor puede acoger a un ser humano al nacer y al dejar este mundo. Es el refugio del débil y del necesitado. Es la escuela del niño y del joven. Es el proyecto que da sentido a toda una vida.

3.- La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente.

Del mismo modo que la sociedad tiene la obligación de organizarse para el bien de los individuos que la componen, también debe organizarse para velar y fomentar las instituciones familiares que la hacen posible. La escuela del hogar es la escuela del buen ciudadano, distinta de las otras instituciones intermedias formadas para conseguir bienes parciales. En la familia el compromiso y entrega es total, y más fuerte aún que el existente con los Estados.

4.- La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el matrimonio como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de todos.

Este es el núcleo del discurso. También para los no cristianos la familia es todo eso. Si no se cuida, si se disuelve en falsos proyectos, si se sustituye la unión del amor generoso por la apetencia de los instintos, la misma inestabilidad del núcleo formado hará tambalearse al Estado. De la discordia, de la desunión y del egoísmo no surgen la concordia, la unión y la generosidad.

5.- Un pequeño núcleo familiar puede encontrar obstáculos difíciles de superar si se encuentra aislado del resto de sus parientes y amistades.

Las familias son escuelas de generosidad y de comunicación. Y deben abrirse a otras familias para reafirmarse en el esfuerzo, mostrar la solidaridad ante el cercano, abrirse a la entrega y al apoyo de otros núcleos. Y esa argamasa de solidaridad hará que el Estado que se forme sea más estable. Si ante una desgracia familiar, los vecinos y amigos acogen en familia al que lo necesite, esa persona será, de nuevo, importante, en singular, para alguien.

6.- Junto con la transmisión de la fe y del amor del Señor, una de las tareas más grandes de la familia es la de formar personas libres y responsables. Por ello los padres han de ir devolviendo a sus hijos la libertad, de la cual durante algún tiempo son tutores.

No hay padres propietarios, menos aún Estados propietarios. En un caso el amor sin freno lleva a la posesión, en el otro es el afán de dominio. Por eso es más fácil educar en libertad en los hogares cristianos. Paradoja: a los que llaman desde fuera fundamentalistas, son los verdaderos educadores en libertad.

7.- reafirmar su vigencia e identidad basada en el matrimonio abierto al don generoso de la vida, y donde se acompaña a los hijos en su crecimiento corporal y espiritual. De este modo se contrarresta un hedonismo muy difundido, que banaliza las relaciones humanas y las vacía de su genuino valor y belleza.

La familia es el lugar donde se orientan los afectos a la entrega racional, voluntaria, responsable y duradera. Por el amor viene el respeto a la persona amada. Y el control de las pasiones lleva a personas recias y capaces de grandes sacrificios por Dios, por su familia, por sus amigos y por la Patria. Es escuela de ciudadanos excelentes.

8.-Invito, pues, a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armonía aseguran al hombre, a la familia, centro neurálgico de la sociedad, como recuerda la Santa Sede en la Carta de los Derechos de la Familia. El objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la respuesta a sus necesidades y aspiraciones.

Objetivo del buen gobierno, no cambiar la realidad, no progresar hacia modelos nunca vividos, sino lograr la felicidad y el bienestar de sus súbditos. Y, por eso, vivir la “ecología de la naturaleza humana”, que pasa por la institución familiar y su protección.


9.- La criatura concebida ha de ser educada en la fe, amada y protegida. Los hijos, con el fundamental derecho a nacer y ser educados en la fe, tienen derecho a un hogar que tenga como modelo el de Nazaret y sean preservados de toda clase de insidias y amenazas.

No más Herodes, ni infanticidios vestidos de nombres falaces como la “interrupción voluntaria del embarazo”, ni experimentos contrarios a la naturaleza humana y su dignidad como el experimentar con embriones humanos, ni políticas eugenésicas para los nacimientos. Todo ser humano tiene derecho a nacer y a nacer en un hogar que lo proteja y prepare para la vida.

10.-Deseo referirme ahora a los abuelos, tan importantes en las familias. Ellos pueden ser —y son tantas veces— los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Ojalá que, bajo ningún concepto, sean excluidos del círculo familiar.

Recordemos que los abuelos son “los libros vivientes”, la tradición viva, los ancestros, aquellos de los que provenimos. La piedad lleva a cuidar de ellos. Y por la piedad filial a los padres ancianos, Dios promete todo tipo de bendiciones. Se debe procurar no desarraigar al abuelo del núcleo familiar. Es el primer prójimo necesitado en su vejez, pero también él debe saber (mientras le ayuden las fuerzas), que el sentido de su vida está en seguir donándose a los hijos y nietos de una manera diferente, la de la paciencia, comprensión, oración y prudencia.

frid

lunes, julio 10, 2006

DECLARACIÓN DE VALENCIA ."La familia clave del desarrollo"

DECLARACIÓN DE VALENCIA

Reunidos en la ciudad de Valencia en el XII Congreso Internacional Ciencia y Vida con el fin de reflexionar sobre "La familia clave del desarrollo" y uniéndonos al espíritu de las declaraciones de Cancún, Montevideo, Querétaro, Buenos Aires, San José, México, Cartagena y Guadalajara, con ánimo de contribuir a la comprensión científica del ser humano y preocupados por el dirigismo que ejercen los poderes constituidos al proponer a la sociedad diversas maneras de entender lo humano,

PROCLAMAMOS:

1.- La urgencia de reconocer la familia como sujeto de derechos capaz de ejercer su soberanía ante los poderes públicos. La familia es lo que define nuestra humanidad de modo que su supresión o el recorte de sus libertades supone, de alguna forma, disminuir nuestra capacidad de realizarnos como humanos. La familia debe tener plena libertad para decidir sobre los servicios públicos que le atañen y sirven, y para ello, deben arbitrarse formas para que el estado devuelva poderes a la familia en todos los ámbitos de la función pública. La ambición de circunscribir el marco de acción de la familia a los entornos privados exclusivamente debe denunciarse como una ambición totalitaria.

2.- La necesidad de capacitar a las familias para el desempeño de sus funciones y a los individuos para la vida familiar debe de ser uno de los puntos básicos del sistema educativo en todos los países. En este sentido enriquecedor de la familia entendemos la ciudadanía familiar como la manera más plena de participación social. Una sociedad mejor es una sociedad con mejores familias y, de forma análoga, un país que quiere progresar y desarrollarse deberá capacitar a sus ciudadanos para ser mejores familiarmente hablando proponiendo las virtudes familiares y desincentivando las conductas antifamiliares.

3.- La conveniencia de que toda la sociedad apueste sin fisuras por la unidad familiar. Entre otras medidas, ello puede conseguirse, por un lado, a través de que las familias puedan ejercer con un amplio margen de libertad el derecho al voto según lo propuesto en la Declaración de San José y la objeción fiscal, y por otro lado, asegurando que los gobiernos centren todas las políticas de ayuda social a través de la familia. Existe una estrecha relación entre desunión y disfunción familiar y la proliferación de conductas antisociales. De igual modo existe una estrecha relación entre familias saludables y unidas, y la paz y el bienestar de la sociedad.

4.- La reforma del estado del bienestar de modo que las seguridades y prestaciones sociales sean ofrecidas a través de las familias y no directamente por parte del estado a los individuos. En la medida en que ello supone un ahorro considerable en prestaciones individuales, supone asimismo asegurar que ninguna familia pueda ver perjudicado su bienestar ni por su tamaño ni por la asistencia debida que presta a sus miembros dependientes. Una práctica concreta que se deriva de esta política es la prestación de servicio doméstico gratuito a las familias que lo necesiten.

5.- Por último, abogamos, porque el fomento del asociacionismo familiar sea una de las preocupaciones prioritarias de los gobiernos tanto en su política interna como en su política exterior. En cualquier caso será conveniente que las asociaciones familiares puedan desempeñar un protagonismo similar al que desempeñan las asociaciones laborales y sindicales en el diseño de políticas y acuerdos relevantes para su marco propio de acción.

En Valencia a 4 de Julio de 2006.

Además de mi adhesión a esta declaración, yo haría un comentario oído al Santo Padre Benedicto XVI en Valencia: "donde hay familia hay futuro"; invertir en la familia tradicional es invertir en el futuro, en la paz, en el progreso armónico de la sociedad, en la formación de personas solidarias y felices, en la formación de ciudadanos generosos y ejemplares. Otro planteamiento es, además de estéril, engañoso, disgregador y generador de conflictos.

El hombre no es un ser autónomo, sin familia (y sin Dios) es un náufrago en humanidad. Con familia y con Dios, tiene una misión importante en el mundo. Cada uno es una criatura irrepetible de Dios a la que, a modo de Bilbo o de Frodo, se les ha encargado la gran aventura de llegar al cielo con otros muchos y de destruir el anillo del mal.

frid.

lunes, julio 03, 2006

Bases para la relación armónica entre Iglesia y Estado:

Si bien la comunidad política y la Iglesia tienen fines distintos, son complementarios. Esa premisa permite analizar cómo pueden armonizarse sus esfuerzos con mayor o menor perfección.

El único aviso que doy es que cuando chirrían las relaciones entre Estado e Iglesia, que puede ser normalmente de esa manera, es cuando los Estados asumen competencias ajenas a sus fines o violentan la libertad individual de las personas en mayor o menor grado.

La razón de la armonía: el hombre es más rico que lo que pueda desarrollar en la esfera pública de gobierno. Hay ámbitos exclusivos de su personalidad cuyo referente último es la conciencia y el creador de ella. Además de que la consecución de los fines personales o de grupo incluye la pertenencia a otras organizaciones solapadas con la pertenencia a una nación determinada.

La razón de los desencuentros: el Estado tiene tendencias simplificadoras, y tiende normalmente a la regulación en exceso, limitando la libertad individual. Y, en el caso de la libertad de los católicos, se encuentra frente a una institución milenaria, que nunca ha cedido en el ámbito de sus competencias: proporcionar al fiel cristiano los medios para su salvación y difundir el reino de Dios en la tierra.

Unos principios de buena armonía:

a) Principio de autonomía y la legítima laicidad del Estado.

La exageración del principio de autonomía del Estado en materia religiosa ha llevado, en España, a sustituir la legítima laicidad del Estado por un combativo planteamiento de laicismo militante, con la consiguiente imposición del modelo ateo de sociedad, lo que provoca una violencia inadmisible sobre las conciencias.

"Este último planteamiento, en el fondo, constituye una suerte de "confesionalismo" agnóstico o ateo del Estado, ya que presupone una toma de postura del Estado en cuanto tal (en este caso, negativa) sobre la religión, y acaba por imponer a todos los ciudadanos -mediante actuaciones legislativas, culturales, educativas, etc.- una organización social inspirada por el laicismo (que no es neutralidad en materia religiosa, sino una ideología bien determinada)"

b) Libertad de la Iglesia y libertad religiosa.

La libertad de la Iglesia exige también la disposición de los medios adecuados para ella, como por ejemplo los templos sagrados, los hospitales, los centros educativos y asistenciales que promueva para la atención y formación de sus fieles. Por eso el debate sobre los bienes de la Iglesia es un debate injusto, encaminado a expoliar a una Institución para que no pueda cumplir sus propios fines.

Además el derecho de practicar una religión es un derecho natural, y por tanto, debe ser fomentado y es irrenunciable. Lo que significa también la necesidad de templos donde dar culto a Dios, pero también el derecho legítimo de formar instituciones formativas, sanitarias y asistenciales por católicos o por la propia Iglesia es un derecho natural que asiste a todo grupo humano, y el Estado debe, no solo respetarlo sino garantizarlo del mismo modo que a otro tipo de organizaciones para ese mismo fin, sean pública o privadas.

No hay que olvidar que esos ciudadanos, que son católicos, forman parte de ese Estado y tienen derecho a exigirle que participe con sus presupuestos económicos en la financiación de las entidades que cubren una labor de servicio público, aunque no sean de propiedad pública, que ni falta hace.

c) Principio de cooperación Iglesia-Estado.

Para atender esa necesidad, la Iglesia y el Estado han suscrito acuerdos o convenios de distinto rango, muchas veces "dejando pelos en la gatera", porque la atención de los cristianos ha llevado a pactos imperfectos, como todo obrar en el que intervienen los hombres. Esos acuerdos van de lo "posible según las circunstancias", lo meramente oportuno, lo más eficaz, o lo más o menos respetuoso con las posiciones del otro.

Lo ideal es que la cooperación se lleve a cabo en armonía, respeto mutuo, comprensión y reconocimiento. Sólo así los acuerdos alcanzarán la mayor eficacia para el bien común de los fieles y, en consecuencia de la nación que los alberga.

d) Derecho de la Iglesia a emitir su juicio moral sobre cuestiones temporales.

Ese derecho no se refiere sólo a la posibilidad de predicar su propia doctrina, íntimamente legada a la libertad de culto en un Estado moderno. Implica también dar su criterio en materias que afecten a la moral y costumbres de los pueblos, como garante que es de los derechos y obligaciones naturales de los hombres.

Y si uno no fuese creyente, el sentido común le llevaría a escuchar con atención lo que la Iglesia tiene que decir e los temas que afectan a la moral, pues tiene ya veinte siglos de experiencia y guiar a las personas por caminos que han dado abundantes frutos de vidas ejemplares.

Ref. Daniel Cenalmor y Jorge Miras en "El Derecho de la Iglesia", curso básico de Derecho canónico, de EUNSA, Pamplona 2004

jueves, junio 29, 2006

La Ley natural a juicio:

El hombre moderno necesita construirse, ya no solo alcanza el mito de Prometeo a la realidad material. Su objetivo no es rememorar a los dioses fabricando cosas e, incluso, intentando dar a luz nuevos seres, su acción se encamina a reconstruirse a sí mismo.

El hombre moderno pretende buscar nuevos paradigmas con los que enfocar su vida. Ya no contempla la naturaleza, y dentro de ella, a sí mismo como integrado en la naturaleza. Él mismo se ve distinto, como un agresor del medio, como un extraterrestre en el planeta tierra, al que deja desarrollarse de modo necesario por unas leyes ciegas.

Ha dado un salto cualitativo en el determinismo material, y afirma que su inteligencia, último proceso de la evolución necesaria, le lleva a tramar, de modo necesario, una nueva construcción: la de sí mismo. Y ha de realizar tamaña hazaña excluyendo de su vida la concepción clásica de ley natural. Ese concepto estaba bien hasta que se tomó conciencia de la posibilidad de alterar, con la voluntad, las leyes.

Y, despreciada la ley determinada por la naturaleza por considerar que era el último vestigio que nos unía al mundo animal, pretendemos darnos unas nuevas normas, fijadas por el consenso de la mayoría. Todo ello desde la negación de Dios y, por tanto, desde la creencia de que ese movimiento es imparable y necesario.

Desde esa posición se considera como tradicionales y elementos a excluir toda concepción de la sociedad que se tuvo hasta entonces. Lo antiguo, por antiguo, es caduco. El progreso exige construir los cimientos de la sociedad desde el individuo, pero un individuo colectivizado; de ahí el interés de implantar en los sistemas educativos la asignatura de "Educación para la ciudadanía", que son las claves para entender los nuevos axiomas del progreso.

Para el nuevo paradigma el matrimonio está anticuado y es inválido, las relaciones sexuales se limitan a un acto de placer desligado del hecho procreador, y la procreación se concibe como un acto colectivo; y para eso se avanza en las técnicas de reproducción por probeta. Desde esa concepción las madres serán todas madres de alquiler, profesión estatal para traer al mundo individuos desligados del núcleo familiar, individuos perfectos, sin tara, sin prejuicios morales.

El objetivo que se proponen, sin contrastar, violenta la concepción clásica de persona, porque en vez de ser un ente autónomo que se sirve de la sociedad para conseguir sus fines, que -en definitiva- crea la sociedad como un instrumento; deviene en un individuo del ente colectivo social que lo posee. Y pasa de creador de la máquina a animal de granja, a un mero elemento del engranaje.

Sin libertad, porque sólo hay apariencia de ella en el determinismo de los fabricantes de ese nuevo orden, ¿en qué queda la discrepancia? Lo más probable es que sea entendida como fallo de fabricación y ese elemento pase o bien a una reeducación estilo camboyano, o -si se diese por imposible-, por tener tan fuertemente enraizada en su persona los conceptos de Dios, de familia, de virtud, de verdad y de bien, debería ser eliminado.

Y ahí es donde la ley natural que afirma que no es lo mismo mentir que decir la verdad, matar que dar la vida, amar que odiar, pasa a ser un concepto anticuado e inválido.

Pero si todos mienten, ¿cómo se van a entender? Y te dirán como el Fiscal General de Estado, que la verdad es un concepto a redefinir, que significa en cada momento el sentir de la mayoría; lo mismo le pasará al bien o al mal, meras acepciones temporales hasta que se encuentren los nuevos conceptos amorales que exige el nuevo hombre fabricado.

Y ¿la justicia? Qué sentido tendrá dar a cada uno lo suyo si todos han sido absorbidos por el aparato del Estado. Serán los méritos al servicio de la estructura los que permitirán otorgar determinadas prebendas que se reducirán a un mayor o menor abanico de posibilidades de elección para la producción del placer. Sí, se sustituirá la felicidad, concepto caduco y antiguo, que tiene que ver con la adecuación de la persona con su fin último y, por tanto, con el bien, por el placer, concepción instantánea del goce, única moneda de medida en individuos colectivizados.

De ahí la exaltación del placer como única meta a alcanzar por el individuo, tanto desde los anuncios, los medios de comunicación y los mensajes de los políticos. Y, del mismo modo que usamos cosas, también somos nosotros usados.

Con estas premisas, ¿qué aires puede respirar la ley natural? Sólo los de las catacumbas. Herida mortalmente por Grocio cuando afirmó que deberíamos hacer las leyes "como si Dios no existiese", la ley natural, único garante sólido de los derechos humanos, ha pasado a ser objeto de risa y desprecio de los nuevos legisladores progresistas, empeñados como están en crear al hombre de nuevo.

Por mi parte, prefiero depender de Dios, porque de éstos nada bueno espero.

lunes, junio 26, 2006

Sobre las perfecciones de una ciudad: La propiedad privada armonizada al bien común.

Del Libro II de La Política de Aristóteles

Sobre la propiedad colectiva: “Pero, además, esa fórmula tiene otro inconveniente: lo que es común a un número mayor de personas es objeto de menos cuidado; todos, en efecto, piensan más que en nada en lo que les es propio, y menos en lo común, o sólo en la medida en que concierne a cada uno; en cuanto a lo demás, más bien se desentienden, en la idea de que otro se preocupará de ello...”

“La propiedad, en efecto, debe se en cierto modo común, pero en general privada”

Una razón egoísta de la propiedad privada: el mayor cuidado de lo propio que lo ajeno. Eso no excluye que haya bienes comunes y un administrador de la res pública, simplemente que muestra cómo se puede utilizar el interés particular en orden al bien común. Y ese interés, motor de la economía y fomento de la riqueza, hace prosperar la ciudad y la dota de mayores recursos para su esplendor.

De hecho la doctrina de Juan Pablo II sobre la hipoteca social de los bienes tiene reminiscencias aristotélicas. Se reconoce un derecho natural de doble dirección: individual en cuanto que uno cuida más lo propio que lo ajeno; y social en cuanto esos bienes se han logrado gracias a la organización social que es un bien común y deben contribuir en una parte proporcional al bienestar general.

De ahí se legitima el impuesto, no el expolio. Y se da un sentido a lo público no como propiedad del Estado, sino como algo propio de todos que administra el que tiene autoridad y rinde a todos cuenta de ello.

Sólo estableciendo límites estrictos al poder del Estado sobre los bienes se dan las condiciones para la libertad y el progreso social. La paradoja está en que cuanto menos absorbente es el aparato estatal más se facilita la riqueza común y el Estado es más próspero.

Los regímenes socialistas tienden al reparto social, no a la generación de la riqueza, lo que hace que puedan dar la apariencia de bienestar en sus primeros estadios, cuando hay algo que repartir, y terminen todos en la quiebra del aparato del Estado por ser incapaces de generar riqueza.

De hecho Aristóteles advierte sobre la mediocridad y falta de felicidad derivada del comunismo de los bienes: “Además, es justo no hablar sólo de los grandes males de que se librarán los hombres en un régimen comunista, sino también de los bienes de que se verán privados.”

Y es que el régimen comunista tiende a una simplificación peligrosa del hombre y de su actividad, tiende a hacer todos los hombres igualmente infelices. Experiencia tenemos en el siglo XX con el fracaso del comunismo soviético. Y si, ciertamente, los comunistas de otros regímenes todavía no han caído como sistema, ese sistema está llevando a cabo una serie de correcciones en lo económico que implican, salvo la falta de libertad del pensamiento, una apertura a la propiedad como necesidad para el fomento de la competitividad y el desarrollo material. Y se da la paradoja de que los que robaron la libertad a los chinos para prometerles el paraíso comunista, les siguen escamotando la libertad pero corrigiendo ese paraíso en lo que tiene de comunismo.

jueves, junio 22, 2006

La razón de la Polis: el bien común

Dice Aristóteles en el primer libro de La Política:

Vemos que toda ciudad es una comunidad y que toda comunidad está constituida en vista de algún bien, porque los hombres siempre actúan mirando a lo que les parece bueno; y si todas tienden a algún bien, es evidente que más que ninguna, y al bien más principal, la principal entre todas y que comprende todas las demás, a saber, la llamada ciudad y comunidad civil (...)

La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier animal gregario, un animal social es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra. La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer y significársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad.

Es preciso fijarse que, si bien Aristóteles, desde su paganismo no capta la igualdad esencial de todos los hombres como criaturas de Dios, y justifica la esclavitud e, incluso la guerra para subyugar a otros pueblos, aunque nunca a los griegos, acierta en otras muchas cosas. Y, en general, lo que atribuye a los griegos es lo que hoy atribuimos a todos los seres humanos.

Sería larga la exposición de cómo el cristianismo ha sido el gran defensor de la igualdad de todos los hombres y el que ha aportado el razonamiento metafísico más fuerte que desmonta la licitud de la esclavitud; y cómo la vuelta al paganismo significa necesariamente la concepción del hombre como un animal más siendo más perfectos los depredadores que los gregarios, llevando así a la caza y esclavitud de unos pueblos por otros como justifica Aristóteles en su Política. Y esto es un aviso de navegantes a los que quieren construir un mundo sin Dios y quieren reducir al hombre a un animal evolucionado.

De esa manera los instintos y la simplificación del lenguaje para la expresión del dolor y placer llevan, directamente al pensamiento débil. Sin bien y mal, con sólo placer y dolor, se conduce al individualismo epicúreo en el que la agregación de los hombres sería equivalente a la situación de los canes, gregarios para cazar.

Pero Aristóteles, al menos para los griegos distingue un tipo de hombre que ha nacido para ser libre, aquel para el que el lenguaje se eleva a una escala superior, la de la expresión de lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, el sentido del bien y del mal. Y hay que entender que esas expresiones se presentan al margen del sentimiento.

El bien puede no apetecerme, ser arduo e, incluso, molesto; puede suponer el heroísmo de dar la vida en defensa de la Patria. Y no es agradable tamaño sacrificio.

De ahí que, para Aristóteles y para todos los constructores de un orden social avanzado, la justicia está en la raíz de las leyes que han de regir las ciudades. Luego, en Política, no todo es posible, pues todo se ha de subordinar al recto orden del hacer y del obrar. No puede ser el placer la norma ni legal ni de convivencia, sino la obligación ante el grupo social con el que constituimos la Ciudad, la Nación, o la Comunidad de Naciones.

Una luz sobre lo bueno y lo malo está en el decálogo de Moisés, donde junto el no matar, no mentir, no robar, está el honrar a Dios tu único Dios. Alguna razón habrá para incluir el culto a Dios como uno de los pilares del orden social.

Podemos decir que vivimos en un mundo en el que todo se ve de modo relativo, no se considera que haya verdades universales, sí, ciertamente, y ese es el drama del mundo ¿para qué crear estructuras sociales si no somos capaces de ponernos de acuerdo en que hay bien, y ,por tanto, una razón de organizarnos para alcanzarlo?

Algunos entendemos que la ley de mínimos ha de buscarse en admitir algo de sentido común: que hay acciones más buenas que otras, modos de vivir que aportan más al todo social que otros, actitudes ante la vida que generan más paz y bien que otras. Y, la clave de la convivencia es fomentar esos modos de vivir, como son el ejercicio de una vida virtuosa, la institución familiar, la referencia a valores transcendentes como la existencia de Dios.

Por eso entiendo que, como toda ciudad se ha de construir para el fomento del mayor bien del conjunto, se han de buscar estructuras y leyes sociales en las que las familias, el hombre creyente y el hom

martes, junio 20, 2006

Las nuevas formas de martirio.

Edward Atkinson de 75 años, envió fotos de un bebé abortado a Ruth May, directora del Hospital Queen Elizabeth de Kings Lynn en Norfolk, intentando llamar la atención de los directivos del hospital sobre el crimen abominable del aborto. A consecuencia de eso, Atkinson fue condenado sucesivamente por tres tribunales, entre enero y abril de este año, "enviar literatura o material ofensivo".



Arrastran a un viejo lisiado

Atkinson fue denunciado a la policía por los directivos del hospital. La policía informó a la Fiscalía Pública que mandó arrestarlo. Como Atkinson está casi lisiado, con dificultades para caminar, cuando lo arrestaron prácticamente lo sacaron arrastrando de su casa y fue a parar a prisión hasta que su caso se trató en la corte. Además, el hospital de Norfolk lo borró de la lista espera para un posible transplante de cadera.

El cinismo abortista

En la corte, la secretaria de Ruth May, Christine Rogers, dijo que ella se "trastornó" cuando abrió la carta de Atkinson que contenía el folleto en el cual se mostraba un bebé abortado; y el director de quejas y reclamos del Hospital, Karl Perryman declaró que: "Como padre de dos hijas, se había sentido totalmente perturbado", por las imágenes que le habían mostrado.

"Está trastornando a todos", dijo la directora del hospital refiriéndose al anciano: "Yo pienso que los miembros del National Health System, y particularmente en el Hospital Queen Elizabeth, proveen un cuidado excelente a sus pacientes". (Es decir los niños no-nacidos destripados, no son pacientes para esos médicos y enfermeras).

El último proceso a Atkinson fue en Swaffham por "enviar comunicaciones maliciosas". La audiencia se atrasó una hora porque el acusado se negó a prestar juramento sobre la versión protestante de la biblia -King James Bible-, y tuvieron que conseguir especialmente una versión católica del texto sagrado. Atkinson dijo que el propósito de enviar las imágenes de bebés abortados fue para "educar", y agregó, "acepto que la documentación es altamente perturbadora. Es horrendo, monstruoso y enfermante pero representa la verdad. Todos y cada uno de los que está en esta sala sabe que el aborto es un asesinato y nadie tiene el valor suficiente para decirlo".

Al dictarle sentencia el juez dijo: "Está claro que Ud. intentó golpear y tengo la certeza que su propósito fue causar ansiedad y angustia".

Las nuevas formas de martirio

Y así por haber ejercido su derecho a la libertad de expresión en la protección de los niños no nacidos:

-Atkinson, el 05-04-06, fue encarcelado por 28 días. Más un extra de 14 días en prisión por no pagar la multa de 650 libras impuesta en el 2002, por un "delito" similar.

-Del monto de su jubilación se le restaron automáticamente 500 libras de las 700 que fue condenado a pagar por los costos del juicio. Además, se le condenó a cinco (5) años de prisión en suspenso por "conducta antisocial y alterar el orden". El juez le dijo que si "desobedecía al enfrentaba cinco años de cárcel", a lo que el anciano católico replicó, "entonces Usted puede encerrarme ya, y tirar lejos la llave".

A su vez, el hospital hizo pública la decisión formal de negarle todo tipo de tratamiento, de por vida, para cualquier enfermedad, aunque ésta sea mortal; y también lo sacó de la lista de espera para la cirugía de cadera que necesita. Para justificar su decisión el hospital hizo la siguiente declaración: "Nuestros abogados fueron consultados y su opinión fue que las acciones de este hombre contravinieron la política de Tolerancia Zero en casos de abuso y de conducta inaceptable hacia nuestros directivos". El 12 de mayo, The Times comentaba que la medida del hospital era equivalente a aplicar la eutanasia por creencias religiosas o ideas políticas.

Algunas conclusiones:

-La ley positiva intenta hacer olvidar que el aborto es un crimen abominable.

-No escatimemos esfuerzos para mostrar con imágenes lo que significa el aborto. Con acciones mal llamadas "positivas" -que no muestren el horror- no se consigue absolutamente nada, y el mal sigue avanzando.

-Intentar "quedar bien con todos" o "no quedar mal con nadie" es cobardía.

-Recordemos que la heroicidad es para los católicos, en circunstancias como las actuales, moralmente exigible.

(Para comunicarse con Edward Atkinson nos han enviado la siguiente dirección: c/o HMP Norwich, Knox Road, Norwich, NR1 4LU, Inglaterra). FIN 18-06-06

Autor: Juan C. Sanahuda

NOTICIAS GLOBALES, Año IX. Número 657, 28/06. Gacetilla nº 780. Buenos Aires, 18 junio 2006

miércoles, junio 14, 2006

La ciencia voluntarista (II):

1.- El voluntarismo en las ciencias experimentales:
2.- El voluntarismo sin contrastar con la experiencia en las ciencias sociales.

En el caso de las ciencias sociales se da una doble paradoja. El voluntarismo pretende construir la nueva realidad al margen de que esté contrastada su bondad con la experiencia. Y, además, cuenta con una baza tremenda a su favor. Muchas de las malas experiencias requieren un largo tiempo de maduración. Sólo después del desastre se hace examen de conciencia y se comprueba el error de las teorías.

Y es que en el caso de las ciencias sociales, las teorías pasan a experiencia sin necesidad de contraste. De ahí la necesidad de la virtud de la prudencia en gobernantes, economistas, sociólogos, psicólogos y filósofos. Juegan con seres humanos, y un error de conceptos conlleva, muchas veces el sufrimiento de los inocentes.

El voluntarismo social no es prudente. Con la seguridad de su verdad se lanza directamente a construir una nueva realidad al grito, insensato, de "la imaginación al poder", o -con frase de algún presidente de gobierno- "en política todo es posible".

En las ciencias humanas se elimina un factor determinante de las ciencias experimentales: la contemplación de la realidad, que avalaría las experiencias más excelentes para la convivencia. Por eso el afán de construir otros modelos de célula social distintos de la familia. Sí, se reconoce, la familia fue bien en una época (cientos de miles de años, desde que hay vida humana en la tierra), pero ahora en mor del progreso hemos de ensayar otras fórmulas por si fuesen mejores y la humanidad hubiese estado toda su vida equivocada.

El objetivo del progreso ya no sería la felicidad conseguida a nivel individual y social, sino el progresivo avance hacia nuevos paradigmas aunque, en su logro la persona individual vería sacrificada su felicidad por un sustituto pasajero: el poder, el tener o el placer.

Sostengo que el hombre, como los demás seres vivos, de los que nos admiramos de su perfección para la consecución de sus fines, está tan bien hecho como ellos y, por tanto, las claves de su felicidad no deben ser tan arduas que exijan tamaño sacrificio: no ser felices para que lo sean otros.

Sin embargo el voluntarismo unido, esquizofrénicamente con el determinismo nos augura un paraíso que sólo ha implicado infelicidades inmediatas. La Revolución Francesa, en aras de la libertad, supuso la muerte violenta en la misma Francia de miles de personas. El paraíso de la raza supuso una guerra mundial y millones de muertos judíos, eslavos y cristianos. El paraíso necesario del proletariado más de cien millones de muertos. Y así, siempre que se propone un paraíso terrenal, se anuncia que pasa el tren necesario del progreso, mi alma tiembla de inseguridad.

Hoy en día, el voluntarismo progresista, siguiendo su habitual esquizofrenia, considera que se llegará al paraíso si se eliminan todas las trabas morales. Todo es igualmente válido, y de esa elección ciega, mezclando una filosofía evolucionista extremista, se llega a que saldrá un mundo mejor y más justo.

Se ha establecido como motor del progreso no ya la ciencia, ni el liberalismo económico, ni la lucha de clases, ni cualquier otro paradigma antiguo; ha salido victorioso el instinto ciego.

Hoy decimos yo creo, al instinto ciego que nos llevará (irracionales) al asegurado progreso.

Frutos de ese instinto los vamos teniendo en la pérdida de seguridad ciudadana, en la subjetividad de la aplicación de las leyes que algunos pretenden: "no por la literalidad de las mismas sino por el sentir popular". Somos gobernados por el instinto y el sentimiento en vez de la razón y la virtud. Estamos en el paraíso de los demagogos.

Frutos ya viejos del gobierno del sentimiento:

* Inseguridad de la vida, cultura de muerte: nadie tiene seguridad de nacer una vez concebido, y de continuar con vida una vez enfermado o llegado a la vejez.
* Merma o anulación de la libertad de expresión ante la tiranía de lo "políticamente correcto".
* Amenaza contra la libertad de enseñanza de nuestros hijos por una imposición de un modelo de "educación de la ciudadanía" agnóstico, sin virtudes y sin valores morales.
* Trivialización del sexo y degeneración de las costumbres, incluso con el fomento de conductas degeneradas, con "talleres específicos" para su iniciación.
* Desprotección de la familia y fomento de otro tipo de uniones destructivas del tejido social.

Y la paradoja está servida: más inseguridad ciudadana, más familias destrozadas, menos libertad individual, pero más felices porque es lo que libremente hemos escogido, gracias al imperio de la demagogia.

martes, junio 13, 2006

La ciencia voluntarista (I):

Quisiera introducir con este apunte tres artículos para la reflexión dedicados a la ciencia experimental, a las ciencias humanas y a la historia como ciencia, todas ellas hoy contaminadas por el voluntarismo científico.

1.- El voluntarismo en las ciencias experimentales:

Probablemente la ciencia sea otra cosa, porque lo que llega al gran público es la divulgación de la ciencia, y así se entiende que -en esa labor- se hayan erigido portavoces los ideólogos más que los científicos, aunque también cae algún científico en ese papel, probablemente por un exceso de vanidad, afirmando ideas peregrinas, no constatadas con su experiencia y, normalmente de la rama del saber que no domina.

Ejemplos tengo y también testigos de cómo a todo un catedrático de la Escuela de Ingenieros de Agrónomos le tuve que corregir cuando pontificaba a que a su paisano Miguel Servet lo quemó la inquisición católica. Y es que el sectarismo no es exclusivo de los ignorantes.

De todos modos, el hueso más difícil de roer en la moda de la ciencia voluntarista es la ciencia experimental, contra la que se enfrentan dos tendencias filosóficas contemporáneas: el ecologismo radical y el evolucionismo radical. Dos posturas que deberían estar en contraposición pero que están defendidas con la misma pasión y a la vez por personas con cierta formación, que deberían empezar a hablar con el "yo creo", pues sostienen sus tesis sin ninguna matización.

El ecologismo radical es pesimista, sostiene que la tierra está avocada al desastre irremediablemente, todo va de mal en peor y además ese curso de los hechos se debe exclusivamente al hombre y a su intervención en la naturaleza. De ahí concluyen que sobramos todos los demás porque somos muchos, que el progreso es retroceso, que detrás está la explotación capitalista de los recursos y de los pueblos. Son milenaristas. Y lo podrán seguir siendo muchos años, porque la sociedad va corrigiendo los excesos del progreso y avanzando técnicamente para dar soluciones a los problemas antiguos y nuevos planteados.

El evolucionismo radical debería ser positivo, ya que se convierte en un determinismo del progreso de la evolución de las especies. Y el hombre, el ser que está en la cúspide de esa evolución, necesariamente debería hacerlo todo bien y conducir el mundo a una situación idílica.

Ambas concepciones están presentes hoy en el modo de hacer ciencia, de conseguir presupuestos para la investigación y en los criterios de selección para ser publicado en algunas revistas científicas. Así, por ejemplo, un escepticismo en las posibilidades científicas de la investigación con células madre embrionarias tiene repercusión directa para aparecer o no en revistas del nivel de "Sciencie" y el escepticismo sobre el catastrofismo del ecologismo radical lleva a una especie de persecución ideológica por los "verdes" daneses.

Además de problemas éticos y prácticos, detrás de ciertas investigaciones sobre embriones hay un deseo de manipular y acelerar el progreso para la construcción del nuevo hombre, que como decía la revista Quo, de divulgación, será más inteligente, más longevo y más equilibrado afectivamente. Lo que le falta es añadir que ya no tendrá las inclinaciones de la concupiscencia en su constitución. ¿Unos hombres tan perfectos que no requieran redención porque no estarán inclinados al mal?

Como se observa la ideología voluntarista impregna revistas de divulgación pero también revistas científicas.

El caso de Woo-Suk Hwang en Seúl amañando los resultados de sus investigaciones para probar la bondad de la investigación con células embrionarias, remueve un momento a la comunidad científica, pero enseguida viene el silencio culpable de los ideólogos que promueven leyes y dotan presupuestos para seguir trabajando en esa dirección tan poco recomendable.

Vuelven los antiguos ejemplos del marxismo científico como el de Lyssenko en la Unión Soviética, que fracasó estrepitosamente y produzco sus hambrunas.

En ese voluntarismo chocan la fe en el progreso de la ciencia con la fe en el desastre al que vamos avocados por el propio desarrollo. Pero en la voluntad caben ambas creencias, produciendo una brecha en la razón con terribles consecuencias. Quizá porque son como los dualistas primitivos que creían en la fuerza del dios del bien y del mal en perpetua contienda. Aquí el dios del bien sería la ciega evolución, y el del mal la consciente razón.

Conclusión terrible: el hombre sería el mal a erradicar del mundo. Y conclusión más razonable: esa visión del mundo es un engaño "diabólico" para que el hombre pierda la esperanza.

Federico R. de Rivera

miércoles, junio 07, 2006

La descatalogación de la persona: camino de muerte

Comentaba un amigo que hay una serie de conceptos intuitivos que salvaguardan la vida.

Si nos referimos a un ser humano bajo el nombre de: bebé, niño, adolescente, joven, adulto, anciano, persona, ser humano, embrión humano, enseguida sabemos de qué estamos hablando y ese ser merece nuestra consideración instintiva. Late evidente la vida humana.

Sin embargo, cuando empezamos a adjetivar en unos casos, o en otros a quitar el adjetivo, la situación es muy diferente:

Embrión puede ser cualquier cosa, pero como todavía tiene reminiscencias de su origen, con el logro del pre-embrión pierde fuerza la vida que late en él. Si es un pre- ¿por qué protegerlo?

Vida sin el adjetivo es también contrapuesta a muerte, por lo que hay que adjetivarla con el concepto de vida digna, para pasar, a renglón seguido a preguntarse ¿y si la vida no es digna, por qué vivirla? O bien ¿si ese señor no lleva una vida digna, no será mejor que se le deje morir o que se le ayude a acabar con esa desgracia? Ahora quedará la definición en negativo. No es vida digna la que cumpla tales requisitos... luego está legitimado eliminarla.

En la línea del adjetivo antes se suele hablar del concepto más ambiguo de individuo que el de persona, pasando por el error de admitir sólo el concepto de persona legal. Si la ley no te define como persona es como si no fueses. Desde el punto de vista jurídico quedarías desprotegido. Sin adjetivo "legal" no hay persona "real".

Eliminado el concepto de persona en nuestro lenguaje, pasamos a la definición de individuo al que adjetivaremos para la vida: individuo útil, individuo solidario, individuo humano. O bien lo empezaremos a catalogar para la muerte: individuo inútil, insolidario o inhumano. En definitiva un individuo que no merece vivir por ser un elemento negativo.

Y eso es lo que se hizo en muchos sitios para justificar las matanzas de nuestros semejantes: los contrarevolucionarios son la oveja a inmolar legítimamente de comunistas actuales recostruidos que van por ahí patéticamente defendiendo el paraíso soviético.

Los enemigos de la república, meapilas y demás calaña eran los individuos sin derecho de protección en la II República tan alabada por Zapatero y que quiere, de modo acelerado, hacernos vivir en nuestras carnes.

Los fascistas son la bestia negra de las izquierdas, arma arrojadiza a todo el que no piensa como ellos. Ejemplo tenemos en el discurso de los "moderados" socialistas actuales ante la mitad de España que no les sigue el juego. Y también ante personas de izquierdas que en Cataluña quieren ser españoles.

Yo también fui fascista, le llevé la contraria a un comunista. Y tu, lector, tarde o temprano recibirás al menos el título de "no me seas fascista", en cuanto que te desvíes un ápice de la doctrina oficial del momento.

Pero al final no vale el adjetivar para la vergüenza o el eliminar adjetivos para trasladarte al anonimato. Es preciso que pases a la categoría de animal o cosa para dejar tranquilos a los exterminadores.

Serás rata si eres judío en la Alemania nazi. Serás cucaracha o cuervo si eres clérigo, fraile o católico practicante en la segunda república. Incluso serás parásito e instarán a exterminarte si eres un pobre borrachuzo para la junta de seguridad de la segunda república en Aragón.

Y, si el sistema de maldad sigue evolucionando pasarás a ser esclavo condenado a trabajos forzosos en los gulags y en las obras faraónicas soviéticas de desecación del mar de Aral, con una alimentación programada para el exterminio seguro. O bien serás sólo materia prima para la técnica de los hornos crematorios de los nazis.


Pero todavía hay algo más, puede ser que tú mismo, voluntariamente, te avengas a esas degradaciones en las máquinas para matar que algunos ya han fabricado: asistencia al suicidio automático. Con un poco más tú mismo te programarás como abono para los campos.

Piensa un poco y mira si no conviene parar la rueda antes de que tú mismo seas el que aplaudas al que te inmola. Ya pasó en la Unión Soviética y China en los ejercicios de autoinculpación de los miembros del Partido Comunista.

Hoy son los socialistas los que desde las gradas se escandalizan de ver a sus diputados defender la alianza con Batasuna y se preguntan si ahora, en el país Vasco, su papel va a ser el de víctima.

La raiz del problema: un intelectual marxista italiano, Gramsci cuando inició la revolución de las palabras.

Federico R. de Rivera

jueves, junio 01, 2006

La esterilidad del pensamiento débil:

Los políticos europeos, al menos una gran parte vinculada a los movimientos de izquierdas, han optado por un modo de decir y de hacer que puede definirse como lo "políticamente correcto". Un modo de decir que han impuesto como moda y que afecta y acompleja a políticos con una base racional y filosófica más sólida.

Uno podría pensar, en su ingenuidad, que lo políticamente correcto debería ser decir y defender la verdad, buscar y defender el bien común, favorecer las decisiones de más excelencia para la comunidad civil como son la estabilidad de la familia y el respeto a toda vida humana, o bien favorecer un régimen de libertad de expresión y educación fomentando la iniciativa privada en esos ámbitos.

Sin embargo, la posición de lo políticamente correcto va por otros derroteros. Su premisa fundamental es "todo es relativo", y cuando digo todo es todo. No hay, por tanto, verdades absolutas, no hay verdad, sólo hay opciones ante alternativas que se presentan igualmente válidas y legítimas, sin una razón de excelencia siquiera.

Todo este planteamiento proviene de un desengaño. El paraíso marxista de la Unión Soviética se ha derrumbado. El intento de construir el hombre nuevo desde la lucha del proletariado no ha sido eficaz. Y es preciso encontrar una nueva vía. Nadie piensa que aquel sistema fue desde el inicio un progreso infernal hacia el cielo en la tierra; un sacrificio de los individuos del presente en pro de un maravilloso futuro de las generaciones venideras. Quizá su conclusión sea que hay que buscar el mayor placer sensible en esta tierra para el individuo presente. Quizá parte del pensamiento débil sea una reacción efecto péndulo de la búsqueda de un paraíso terreno: la inmediatez del placer.

Sin divagar, diré que la filosofía que sustenta lo políticamente correcto está en el concepto de "pensamiento débil", que está perfectamente descrito en su propio nombre. Es un pensamiento que no avanza demasiado en la búsqueda de la verdad o de la excelencia. No se queda ni a medio camino porque no hace mas que plantearse elecciones de un modo meramente escotástico, elegir entre dos bolas blancas.

Cual es la razón de esa cobardía ante el ejercicio del pensamiento. Puede ser que si uno se preguntase al menos qué es lo mejor, descubriese que una de las bolas no es bola sino una bomba de relojería que acabará con su propia humanidad. Pero es mayor el miedo a encontrar la verdad que el miedo de elegir lo equivocado.

Los frutos de ese pensamiento débil son ya abundantes. La ciencia se sustituye por la creencia o por la poesía, mientras que las conclusiones científicas son tildadas de opiniones llenas de prejuicios religiosos. Y así se concluye que el embrión no es un ser humano para mí; que el sexo es una opción personal al margen de las tendencias biológicas, que deben ser superadas en aras al progreso; que los simios y los hombres somos de la misma familia por compartir el 98 % de la carga genética; que la familia tradicional ha de dejar paso a los nuevos modelos de familia fruto de la elección progresista; y otros muchos dislates por el estilo.

Conjuntamente a este relativismo surge dos enemigos: la ciencia en cuanto búsqueda objetiva de la verdad y la religión en cuanto signo de la dependencia del ser humano. Si las cosas son como son, el hombre también y -por tanto- tiene unas leyes internas de funcionamiento. Si Dios existe, yo soy una criatura y estoy sometido a un Ser superior al que debo acatamiento.

De ahí que el "pensamiento débil" sea fuertemente enemigo de la religión y tache de intransigentes y llenos de prejuicios religiosos a los "escépticos científicos" que no concluyan poesía de sus datos y no auguren un nuevo modelo de hombre, unas posibilidades infinitas en la manipulación genética, ofrezcan reparos al aborto, a la eutanasia, a las uniones de homosexuales, etcétera.

Ahí el pensamiento débil muestra su verdadera máscara: es un fuerte convencimiento del relativismo moral y científico y un constructor de la "verdad legal" y del "bien legal". Por eso insiste tanto en controlar la educación de la ciudadanía para instruir sobre la superación del concepto de Dios y la imposición de nuevos modelos de familia, al tiempo que pontifica sobre el momento en el que un ser humano merece vivir o pierde ese derecho. Su fortaleza es el germen de una nueva tiranía, la de las conciencias.

El remedio nos lo dió Juan Pablo II, para los cristianos y todos los hombres de buena voluntad: "¡no tengáis miedo!", ¡no tengáis miedo a la verdad!, la verdad os hará libres. Y, añade a los cristianos: "abrid las puertas a Cristo", porque Cristo es la Verdad y la vida.

En contraposición los frutos del pensamiento débil son la esterilidad, la falta de ideas, y de apertura intelectual por ese miedo a la verdad y al compromiso. Pero también, en una realidad inmediata: la esterilidad propia de su modelo familiar, sin familia, sin hijos, sin amor, sin entrega. En el fondo se convierten en unos seres que están continuamente mirándose al ombligo, y, a lo más, mirando el ombligo ajeno en cuanto origen del placer.

Y se da la paradoja que ese nuevo modelo de ser humano no es mas que un individuo gelatinoso, que no tiene ninguna aportación a la humanidad mas que decir que todas las bolas son blancas.

Federico R. de Rivera

domingo, mayo 21, 2006

El hombre ¿Centro del Universo?


El hombre moderno es un ser esencialmente rebelde, no admite su condición de criatura, de ser finito y dependiente.

El hombre moderno se ha erigido en explicación del mundo creado, en el intérprete absoluto de la realidad, que es sólo lo que, en su subjetividad, él define.

Al hombre moderno le sobra, evidentemente, un creador y rechaza como un intruso a Dios.

Al hombre moderno le sobra el bien o el mal, categorías que reclaman una razón última que juzga las acciones humanas.

Por eso las leyes humanas se convierten en imposición de los criterios de unos sobre los otros, en mero equilibrio de poder.Ya no se plantea la armonía del Universo humano, y -paradójicamente- se admite, no se sabe por qué explicación, un sentimiento ecológico que hay que respetar.

He oído a una misma persona negar a Dios y creer en la Ecología, negar el orden creado y admitir una ley del progreso continuo que rige el mundo material.

Yo me pregunto, esa ecología ¿no implicará acaso que la naturaleza material está sujeta a una armonía necesaria que hay que respetar? ¿porque si no, cuál es el origen de esa determinación en la que creen?

Esa aparente determinación... ¿no será una ley que rige la naturaleza material?

Y, si esas normas de conservación de la naturaleza que deben ser por todos admitidas, no nos estarán hablando acaso de que están ahí antes de que el hombre existiera y se pusiese a pensar.

Y si esas leyes están ahí, acaso el azar ha sido capaz de crearlas.¿No habrá que volver a ese Dios desconocido de los atenienses para encontrar una razón primigenia?¿No será que antes que el hombre, por muy moderno que sea, hay una centralidad distinta que vale la pena buscar?

Federico R. de Rivera

martes, mayo 16, 2006

Un apunte sobre el puente del conocimiento



Por gentileza de Germinal he tenido ocasión de leer y releer los doce argumentos de un tal Faure sobre la inexistencia de Dios. Al principio intenté buscar la lógica que pudiera estar escondida en los algo farragosos doce puntos en los que nos quiere demostrar la inexistencia del Dios creador, del Dios de las religiones... ¿es que hay otro?... sin embargo me he rendido en el intento. Curiosamente los argumentos que utiliza no son concluyentes... son más bien premisas puestas una detrás de otra con la finalidad de abrumar más que de convencer... de todos modos he hecho un esfuerzo por encontrar algún agarradero a todo ese maremagnum de "despropósitos"... y publiqué en uno de mis blogs, y con la mejor intención los artículos:


1. Respuestas a un ateo ¿Qué es crear?
2. El orden del universo... ¿o el azar?
3. Sobre la obstinación de los incrédulos
4. Reminiscencias deístas del ateismo contemporáneo

Después de ese ejercicio de buena voluntad he decidido completar mis apuntes con unas observaciones sobre el problema del puente del conocimiento... no pretendo ser exhaustivo... simplemente abrir los ojos y la mente a la reflexión, ya que, en mi opinión... parte del problema del ateismo contemporáneo deriva de haber roto el puente del conocimiento con la realidad... primero llevando al subjetivismo pero admitiendo un dios lejano tipo deísta... y luego, al no hacer ninguna falta ese dios que no se inmiscuye en la vida de los hombres, con la negación del puente con Dios... porque al fin y al cabo, ese puente lo pone por propia voluntad el subjetivista... es un imperativo categórico nada más.

Si analizamos el obrar humano nos podemos encontrar, al menos, con tres tipos de realidades diferentes:

• la acción del hombre con sus máquinas y mecanismos... que obran de modo necesario y que, si bien están sometidos a la fatiga del material y a la finitud de su vida útil... una vez construidos por el hombre tienen la autonomía de la máquina, muy imperfecta pero real. Estas acciones necesitan un elemento material pero, al mismo tiempo, plasman una idea... un intangible que al desarrollarse sigue estando en el autor del artefacto... no se comunica en su totalidad.
• la acción del hombre en el arte, en la transmisión del conocimiento... donde el elemento material es meramente el transmisor de la idea del artista, de la teoría del científico, de la evidencia del sabio... aquí la realidad se multiplica y se posee por todos sin que haya merma en la inteligencia del que la transmite... más aún, se producen sinergias que llevan a mejorar el arte, la ciencia y la sabiduría humana.
• la acción del hombre en su organización social... donde instaura un orden de seres libres que tiene vida propia a través de la coordinación de los esfuerzos, y a la generación de oportunidades imprevisibles a primera vista... ya que surgen de la realidad asociativa... lo que hace que la sociedad sea mucho más que su organización política. Aquí de nuevo se genera riqueza tanto intelectual como material... lo que muestra el carácter espiritual de esa organización.

En todas esas acciones hay comunicación, puente entre los seres humanos... y una evidencia práctica de que el conocimiento se transmite, se participa y se enriquece.

Si elevamos el punto de mira... veremos que el hombre, el ser humano... salvando las distancias, de modo analógico (y es la analogía una de las claves que ignoran los seguidores de Faure)... con su creador se encuentra en unas relaciones parecidas.

• Como ser creado tiene una autonomía, lo que no excluye el que haya tenido un principio... que, en su caso, le ha dotado de libertad.
• Como ser espiritual está dotado de entendimiento y es capaz de captar lo que se le transmite, también por parte de Dios... y esa transmisión enriquece al ser humano... sin mermar en absoluto la ciencia divina.
• Como ser social se relaciona de modo público con el creador... y de ahí la importancia de la religión natural en la construcción de los sistemas sociales... el reconocimiento a Dios en la Constitución americana y el reconocimiento de un espacio común para creyentes y no creyentes de la Constitución polaca.

La gran diferencia entre la acción del hombre y de Dios está en que el hombre siempre emplea para sus construcciones algo ya existente... pero también hay que entender que la acción del hombre tiende a controlarlo todo... a generar sistemas necesarios... lo que le lleva con frecuencia a caer en la tiranía. Dios, sin embargo, crea a un ser... el hombre... con capacidad de decidir, un ser libre que puede, incluso, negar a Dios e introducir el mal en el mundo.

Ante ese misterio... ¿acaso seremos tan ingenuos de creer que podemos entender y comprender a Dios?... sólo me cabe decir que el hombre libre, aunque pecador... es más digno y perfecto que el hombre esclavo, aunque sin capacidad de pecar.

lunes, mayo 15, 2006

Razones para vivir... una necesidad social

El otro día leí un artículo que me impactó por su lógica, difícil de desmontar. La tesis que sostiene el articulista es "dejadlos vivir" y "dejad que les hagan morir"... aprueba la actitud del que, por motivos religiosos, decide vivir aceptando los sufrimientos de una larga enfermedad... y, al tiempo, da la razón al que, cansado de vivir decide acortar su vida y pide ayuda a otros para ello. Traslada toda la fuerza a la decisión personal, si bien señala que, para el primer caso, aparecen unos motivos religiosos que hacen sostener con especial fortaleza la lucha para mantener la vida.

Ese mismo día tuve una conversación con un profesor de colegio sobre lo que piensan los chavales hoy en día sobre el tema: la respuesta da también cierta luz... en general los chicos jóvenes van a lo inmediato, a lo que les apetece, y aceptan sin plantearse lo contrario que si uno quiere acabar su vida, para acabar con su sufrimiento... ¿por qué no?, ¿por qué se lo vamos a impedir?... el profesor me comentaba que, en el fondo, si esos chavales no tienen un horizonte transcendente en su vida... si no existe Dios... pues todo eso y más es posible... una vida de dolor perdería su sentido.

Si analizamos la cultura pagana, nos encontramos también con cierta exaltación al suicidio. Ha terminado la batalla, el rey se encuentra con sus capitanes a punto de caer en manos del enemigo, lo que supone la humillación, la esclavitud y, casi segura, la muerte... le pide al capitán de confianza que ponga su espada en tierra y se arroja a ella para morir antes de caer en manos de su enemigo... y es que una vida sin honor o esclavizado no es digna de ser vivida.

Otro caso lo encontramos en el empresario que ha quebrado... le va a sobrevenir la vergüenza, la ruina, la humillación... el caer en el estatus social. Un baldón irreparable. Ante ello una salida airosa... un disparo en la sien y una carta para la familia. ¿Salva su honor?... al menos no se encuentra con la vergüenza.

Otros casos más recientes, el suicidio ritual en la cultura japonesa, las órdenes de Hitler a Rommell para que se quitase la vida antes de caer en desgracia.

En todos estos casos el drama está claro... mi vida es mi honor, mi salud, mi riqueza, mi estatus social, mi libertad... una vez perdido ese valor ¿qué me queda?

Por eso no es una cuestión baladí la existencia de Dios y de un orden transcendente... que puede dar razón a una vida incluso en esclavitud, en pobreza y con enfermedades dolorosas, y humillados por la pérdida del honor... hay un modo de unir esos distintos dolores a la Cruz de Cristo y sacar de ahí grandes bienes... ¿pero si no se es cristiano?, ¿si no se tiene fe?... es necesario encontrar un sentido a la vida, aún en esas circunstancias.

La clave meramente humana estaría en lo que todavía puedo hacer, en el tesoro que tengo en mis manos para hacer el bien a mi alrededor... esa actitud de generosidad resolvería parte de los problemas... da razón para la vida al margen de las riquezas y del estatus social... ¿o es que sólo tiene sentido la vida de los ricos?

Sin embargo... lo más duro es encontrar una razón para vivir en el dolor, para no acortar la vida en la enfermedad y la vejez.... otra cosa es la aceptación de la muerte y el evitar alargar artificialmente y con métodos desproporcionados una existencia que se agota... hay que saber aceptar la muerte ¿como una liberación?... ahí se vuelve a topar con el sentido de la trascendencia... si voy al encuentro con Dios, y tengo bien cargada mi mochila de obras buenas... es, ciertamente, un gran momento... ¿en caso contrario? ¿en el caso de la duda?

Ahí sólo me queda un argumento... el de la seguridad jurídica. El suicidio es un acto irreparable, sin vuelta atrás... luego no se puede legislar de cualquier manera.

Pero, es que además, el legislar a favor de la asistencia al suicidío fomentaría, y lo está fomentando inseguridad de los enfermos en los sistemas sanitarios, en las residencias de ancianos, en los hogares de personas con minusvalías, en los casos de tener interés de heredar una fortuna... porque no parece razonable que los mismos lugares donde se cuida la vida administren la muerte.

Por eso lo más seguro es mantener la condena legal a la asistencia al suicidio, no inmiscuir al Estado en ese comercio tremendo... y analizar con serenidad los actos concretos en los que la pasión o el sentimiento omnubilaron la razón y llevaron a los amigos o familiares a decidir sobre la vida de otro... esto último después de una seria investigación de las causas del asesinato... no vaya a ser que se llegue a trivializar el "arsénico por compasión".

Tengamos en cuenta que de esa decisión no cabe, una vez tomada, la vuelta atrás... y profundicemos, sobre todo, en dar razones para vivir... de hecho la ciencia ha avanzado muchísimo en las técnicas paliativas del dolor, y la psiquiatría y la psicología pueden utilizarse para luchar contra el desánimo... dando grandes o pequeñas razones para seguir viviendo.

Lo que está claro, como me comenta un amigo... es que la sociedad tiene mucho que avanzar y atender uno de sus grandes retos: que nadie se sienta solo; que se valore la riqueza que cada uno puede desarrollar con las acciones de su propia vida (por muy limitada que esa); que se valore como un tesoro al anciano; que sepamos dar cariño a los que conviven con nosotros... y, de todos modos... que siempre la calidad de via pasa primero por la premisa fundamental: estar vivo.

sábado, mayo 13, 2006

Reminiscencias deistas del ateismo contemporaneo.


Es muy difícil un diálogo serio cuando se niega la existencia del Espíritu Puro desde la concepción del ateo... y más si su discurso se desarrolla desde un planteamiento materialista, como es lo más lógico.

Intuir o definir aquello que se niega tiene el peligro de convertir al Espíritu Puro en una especie de hipogrifo o ser mitológico... mitad material y mitad espiritual... porque al afirmar que "el Espíritu puro no puede crear el Universo material porque entonces lo tendría dentro de sí como en un contenedor y, que por tanto, no necesitaría crear lo que ya existe"... es no distinguir las dos realidades que se dan en el propio ser humano... una finita y limitada a la ley de la materia y otra finita, también, pero abierta al infinito... insaciable, que es en la que reposa el entendimiento y la voluntad. Hemos de fijarnos en la parte insaciable del hombre, la que nos llevaría a sostener que el hombre es un ser también espiritual, pero de grado inferior.

Dios no es como nosotros. Y es más sencillo definir lo que no es de lo que es... no está compuesto de materia, su creación no es fabricación... y "crea el mundo sin mancharse las manos"... no entra al crear en la limitación del sucederse temporal.

Ya nuestros filósofos clásicos se dieron cuenta de que el tiempo tenía una parte común a todos los seres materiales... lo que nos permite medir un antes y después para todos... pero su vivencia del tiempo es diferente... y, en el caso de una acción espiritual, el sucederse es simplemente el paso de potencia a acto... es distinto... pero el tiempo implica un antes y después... un ser diferente antes de obrar o de conocer o de amar... y un ser que ha hecho, conoce o ama... en el caso del Espítiru Puro, ese obrar, conocer o amar no puede ser de nuestra misma manera. El debería ser un Acto Eterno... lleno de vida... pero su Vida es de otra manera. Y su acción en las criaturas en sólo en las criaturas... "sin mancharle las manos".

Estamos ante el modo de conocimiento de Dios desde la luz de la razón: se afirma lo que hay de perfecto en los seres creados... se niega toda la imperfección de lo que están impregnadas esas criaturas... y se llega a lo que se dice "vía de eminencia"... se dice que esa perfección en Dios es de otra manera... no es como la nuestra... ni se mancha las manos, ni lleva como los marsupiales una bolsa mágica, ni nada que podamos imaginar... si bien la imaginación nos permite acercarnos, desde fuera, a ese misterio.

Y, acabando, si bien "no se mancha las manos"... puede decirse que "sí se implica"... ya que la creación, tú y yo, somos una realidad... y ese implicarse es lo que hace a Dios un Ser cercano a la vida de los hombres. Nos crea y guía con su providencia... de modo natural supondría que Dios nos ha dado todo lo necesario para alcanzar el fin natural del hombre... y parte de esa "mochila básica" es la capacidad de conocerle, de vislumbrar donde está el bien y el mal (los tan famosos mandamientos).

viernes, mayo 12, 2006

Sobre la obstinación de los incrédulos:


(cita de Vittorio Messori en "el Gran Milagro"... sobre el Milagro de Calanda)

Es interesante analizar el modo con el que los no creyentes aplican el "método científico" y ejemplo tenemos en la historia... siglo XIX, apariciones de la Virgen de Lourdes... la intelectualidad, los ilustrados franceses, desconcertados... no pueden menos que negar el hecho e ir al lugar de los milagros para encontrar la superchería que hay oculta en tanto ruido... ya que, por axioma, lo sobrenatural es imposible.

Cuenta Vittorio que el mismo Ernest Renan, según testimonio de la viuda de un comisario de policía de Lourdes, durante la época de las apariciones, el propio Renan ofreció en secreto una cuantiosa suma de cuarenta mil francos a cambio de documentos y noticias que descalificaran aquellos acontecimientos, tan molestos para él. También el ilustre Zola ofreció una gran cantidad de dinero para que abandonara Francia y se trasladase a Bélgica, a una mujer cuya curación total e inmediata él había presenciado durante su estancia en Lourdes. No consiguiéndolo la dio por muerta en un su novela contra Lourdes después de una breve e ilusoria recuperación... lo que motivó que la "difunta" protestase enviando varias cartas a los periódicos poniendo en entredicho la credibilidad del escritor "naturalista".

El método, como se ve es viejo... niego lo que no encaja en mi apriorismo... ¿quién es aquí el radical, el que tiene una fe ciega en su propia teoría?... es semejante a la negación que se hace, actualmente, de los milagros de Jesús. Razón: no tienen explicación natural, ha pasado mucho tiempo... luego no existen.

Consejo a los incrédulos: por favor, al menos ved las cosas con objetividad y, si no podéis creer... haced lo más razonable... quedaros perplejos... quizá con esa actitud se os abra la inteligencia por la humildad ante la limitación de vuestro (y nuestro) entendimiento.

jueves, mayo 11, 2006

¿El orden del Universo... o el azar?


Cuando uno va por el monte y encuentra una borda... aunque el paraje sea apartado y solitario... piensa que ahí ha pasado un hombre y ha hecho esa construcción... no se pone a pensar la probabilidad de que las piedras hayan, por pura casualidad, caído del cielo dando esa determinada forma al recinto... ni menos aún que los árboles de alrededor se hayan astillado por casualidad para dar la forma de los tablones de la puerta... y ¿qué diremos de los herrajes, la botella de vino usada, y otros pequeños detalles.

Cuando uno analiza la probabilidad de que sea la casualidad la que haya dado lugar a las condiciones tan peculiares de la tierra para albergar la vida... se queda sorprendido por lo escasa que es y por el hecho de que, sin embargo, la tierra llegase a existir y siguiese existiendo... lo normal es un sistema solar con demasiado calor... o demasiado frío... o sin agua... o con agua helada. Me dirán los ateos que podría darse un sistema solar con vida... con otros seres inteligentes... ¿luego creéis lo que no veis porque es probable... aunque no lo hayáis visto y con toda seguridad no lo veréis en la vida?... es más fácil pensar que el que hizo la borda es un hombre... y el que logró un planeta como este sea Dios.

Cuando se va de visita a una fábrica completamente robotizada... en la que, suponiendo que fuese posible, no se ve un ser humano salvo los que van de visita... nadie sensato piensa que, esos mecanismos se han puesto de pronto, sin intervención humana, a hacer tornillos, vehículos, etcétera. Esa rutina repetitiva exige una programación previa.

Todos los días amanece, las estaciones se suceden unas a otras... y es más fácil pensar que eso no es azar, que hay alguien que ha organizado el tinglado... alguien que ha incluido unas pautas de funcionamiento al mundo material infalibles y permanentes... que el hombre no puede alterar... lo más descubrir..., o con frase del libro de la Sabiduría, capítulo 13, 1: "vanos por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios, los que, a partir de las cosas visibles, no fueron capaces de conocer a "Aquel que es", y al considerar sus obras, no reconocieron al Artífice."

Veamos otra organización... la de los seres vivos... creer que la evolución es una fuerza ciega y que sólo por probabilidades se ha desarrollado la vida es mucho creer... creer que en un ser vivo todas sus células, sus órganos, forma y estructura se dan por casualidad... es mucho creer. Parece que aquí se dan dos saltos importantes y muy poco probables: del mundo material al vivo... de elementos inertes a seres capaces de moverse, reproducirse, alimentarse y morir. Y el paso de seres unicelulares a seres organizados. Además de los abismos el grado de vida entre una ameba, un árbol y un simio... hasta llegar a un ser, como el hombre, capaz de ir contra sus propias leyes de supervivencia.

Siguiendo la línea del orden... no parece razonable dar al azar la causalidad del orden y estructura del más minúsculo de los seres vivos... del ser vivo individual organizado (hay una ley vital para que el caos no impere... no crezcan desproporcionadamente los órganos y aporten al conjunto lo necesario para el bien del individuo)... de los seres vivos organizados: ¿quién puso la ley del grupo en las colmenas, los hormigueros, los depredadores en manada?... considerar que es por casualidad, porque la prueba-error funcionó de modo selectivo, es mucho considerar.

Es más razonable pensar que toda esta organización de la vida tiene una causa... aunque nosotros no la veamos. Incluso en el caso de mantener la teoría evolucionista se llegaría a una ley universal, como la de la atracción de los graves que requeriría una explicación... ¿por qué? ¿Quien la puso?...

"El mundo anuncia a su creador de modo clamoroso"... sólo hay que mirarlo bien y con humildad... como lo vieron científicos de la talla de Newton, Descartes, Galileo, Mendel, Einstein y otros muchos... pues es normal que la ciencia lleve a Dios... no como respuesta de los problemas técnicos sino como origen, creador y admiración ante la maravilla del mundo creado.

martes, mayo 09, 2006

Respuestas a un ateo... ¿qué es crear?


Algunos ateos colgados en la red han "colgado" un manifiesto para rebatir la existencia de Dios, creía que su argumento iba a ser fruto de pensamiento propio... pero se han limitado a exponer las doce tesis que Sebastián Faure presenta para probar la inexistencia de Dios, como nuevo tablón en el Nuremberg virtual de sus blogs.

La primera cuestión que afirman es la imposibilidad de la creación... para ello realmente plantean una premisa correcta: Crear es hacer las cosas de la nada... ex nihilo. Y, ciertamente, reconocen que eso es imposible para el ser humano.

Nosotros vemos siempre que unos seres provienen de otros... los hijos de los padres; también reconocemos en los estratos geológicos un origen de las piedras sedimentarias y metamórficas; en los mecanismos de la técnica claramente utilizamos instrumentos y materia prima... tanto los seres materiales como los hombres estamos continuamente "reciclando" material y vida.

Ahí es donde se da el salto demagógico... "como no puedo imaginar una creación"... "como no veo en la tierra ninguna creación"... pues al "serme" incomprensible... no existe.

Hay que fijarse que esa afirmación centra la atención en el hombre como ser de inteligencia absoluta... todo lo que no puedo imaginar, todo lo que no haya visto o experimentado previamente, todo lo que no pueda hacer, todo lo que no pueda comprender... no existe.

Simplificando... todo lo que supere mi capacidad es imposible. Supongo que esa capacidad no será la propia... sino la del ser más inteligente de la especie humana... por no excluir del mundo de los tontos o de los locos toda la realidad que no podrán en esta vida comprender.

Pero es que lo que plantea la creación son dos cosas... que el hombre no es el ser más inteligente posible y que puede haber un ser superior al hombre con otras potencialidades desconocidas.

Los antiguos, y algunos pueblos animistas de África, asignaban a la Naturaleza un poder especial... y la divinizaban... en parte porque su ciencia era inferior a la nuestra y se sentían abrumados ante la potencia "casi infinita" que presentaban las fuerzas naturales.

Hoy en día tampoco estamos lejos de los antiguos... nos excede enormente el Universo tanto macroscópico como microscópico... no captamos mas que el modo de funcionamiento de las cosas, algunos de esos modos y de algunas cosas. Creemos que vamos a entender la clave de la fabricación de la vida... pero bien decimos "fabricación", siempre utilizando materia viva (por ahora).

Pero con esta digresión lo que pretendo mostrar es que es más lo que el hombre desconoce que lo que conoce y que "cerrarse a lo desconocido" es un gran atrevimiento.

La creación supone la existencia de un Ser Superior... infinitamente superior al hombre. No se puede demostrar que la creación no se haya realizado... de hecho en algún momento todo esto comenzó a funcionar. El big-bang o la gran explosión no explicarían el estado anterior a ese big-bang...

La honradez del ateo le debería llevar a seguir buscando el primer estado de la materia... y plantearse ¿antes de ello, qué?...

Ese antes de ello, ¿qué? es lo que lleva a mucha gente normal, muchos científicos también, a pensar que nada excluye un hecho creador... antes no había nada material, después todo este teatro comenzó. ¿Cómo fue? ¿Quién lo hizo? ¿Porqué lo hizo?... esas son otras preguntas... pero lo seguro es que alguien empezó esta movida no fue un hombre.

domingo, abril 23, 2006

La Masonería y el Ateismo:

Sería interesante profundizar con objetividad en el interés de la Masonería actual por implantar una sociedad sin Dios, abandonando el habitual afán deista de proponer un Dios tan lejano que, salvo los iniciados en sus arcanos y misterios, nadie sería capaz de interpretar la voluntad divina sobre los hombres.

Y es que la historia ha mostrado que así como el Protestantismo y el Libre examen ha llevado a una multiplicación inmensa de religiones... cada pastor, de hecho, podría hacer su interpretación particular de la Biblia y buscarse un grupo de adeptos que le siguieran como el Maestro... y así sucesivamente; el hecho también demostrado es que la Masonería no ha hecho más que generar obediencias, y -dentro de ellas- con bastante facilidad movimientos religiosos que, con todo rigor, podrían denominarse sectas exotéricas.

Y ahí está el problema... en el momento en el que uno se consideraba lo suficientemente iniciado y pasaba de un grado a otro del entendimiento del misterio oculto, entraba en una tentación natural de todo visionario... soy especial, soy el único, soy el elegido... incluso a Jesucristo lo tengo que interpretar (nadie hasta ahora lo ha entendido)... y así sucesivamente hasta llegar a que ese Jesucristo era un profeta más en la lista que culmina en mi augusta persona. Ejemplar tipo dentro del género: Joseph Smith y su fundación mormónica... que tan mal le caía al bueno de Zane Grey que hizo una novela para resaltar el radicalismo y abusos de los padres fundadores de la secta.

Es cierto que con el tiempo, y lo explica maravillosamente Cesar Vidal en su libro "los masones", las radicalidades generadas alrededor de las logias masónicas eran más atrevidas... pasaron de ser profetas de la verdadera religión que predicó Cristo a ser el Verdadero Profeta.

Ante tanto profeta no es extraño que la Masonería decida en un momento poner orden en su casa... mirad, chicos, basta de jugar a redentores... no hay redención que valga... desde ahora el Misterio de los iniciados es que No hay Dios, no hay redención, no hay pecado, no hay bien, no hay mal que extirpar... y eso es lo que debemos implantar en la ciudadanía... para evitar tener que recogeros a todos en el manicomio de los Profetas.

Pero sus correligionarios se le escapan como las anguilas, no se dejan atar en la normalidad... y cada dos por tres nos salen con un nuevo mesianismo... ahora el de la Adoración a la Diosa Naturaleza, de la que la Magdalena representa el mito tan aireado por Dan Brown.

Esos nuevos ateos no creen en nada, pero afirman que la Naturaleza tiene sus leyes... ¿provienen esas leyes del azar? que hay que ser ecologista, que si no respetamos a las focas se caerá el equilibrio ecológico... y, al tiempo, sostienen que el cerebro ha llegado a ser lo que es por mera evolución selectiva... y que nuestros pensamientos del más allá y de Dios son una trampa que nos hacen las neuronas para sobrevivir en una esperanza ficticia... y así "cogidos en la trampa neuronal" progresamos hacia la construcción del nuevo hombre... marcado por el proceso histórico evolutivo y necesario del que ellos tienen la clave.

Por eso hoy coindicen en el mismo bando ateos, masones y materialistas ex-marxistas pero tan dialécticos como antes. Curiosa banda que se ha apropiado de un movimiento de profundas raices mistéricas y religiosas (aunque cercanas y herederas del pensamiento gnóstico) para convertirlo en más mistérico todavía:

  • Sin Dios, pero con Diosa

  • Sin leyes que marcan el bien o el mal obrar, pero con una ley de la evolución imparable.

  • Sin ofrecer ninguna esperanza al hombre, pero comprometiéndole para construir un mundo feliz para las focas, las libélulas y las arañas.

  • Sin libertad en el obrar al subordinarnos a un proceso evolutivo, pero empeñados en reeducarnos para que no nos escapemos al destino que han elegido para nosotros.

  • Sin salvación para el hombre individual, con una cultura de muerte... pero vendiéndonos la salud como bien absoluto al que sacrificar todo hombre enfermo y solitario.

En el fondo han sustituido una religión de salvación de masas, de los humildes y de los poderosos, para arrebatar a los humildes su Dios, imponer su poder desde la Ilustración Iluminada y negar la salvación a todos los individuos de la tierra.

Y aún así... con este panorama de desaciertos... ¿Cómo es que esa religión de la negación, a la que la masonería conduce, tiene tantos adeptos de carnet? ¿Nos estaremos volviendo locos?

lunes, abril 10, 2006

¿Es la paz un valor absoluto?

Hoy estamos, coyunturalmente ante un hecho insólito pero posible... que ETA abandone el camino de la violencia. Como es lógico, ese cambio de actitud tiene contrapartidas políticas y sociales importantes.

Ante ese panorama, un amigo me comentaba que la paz no es un valor absoluto. Hay que entender que se refiere que no se puede sacrificar todo por la paz, no se puede claudicar hasta el extremo de convertir en vencidos a las víctimas de la violencia.

Ciertamente el camino de la paz es loable... Benedicto XVI pide a los españoles que no escatimemos esfuerzo por la paz, dándonos una seguridad: reza a Dios para que esa paz se logre, para que España arroje lejos de sí el fantasma de la violencia asesina del terrorismo.

Entiendo que estamos hablando de una paz humana, ya que sí que es un valor absoluto la paz de la conciencia, la del alma humana, que es compatible con sufrir violencia exterior hasta el extremo del martirio... ejemplo de paz interior la que le llevó a Tomás Moro a la Torre de Londres... no se puede violentar el santuario de la propia conciencia.

Paradoja... la paz de conciencia no se consigue sin lucha... de ahí que el adagio "si vis pacem para bellum" tenga también un sentido cristiano: tienes que pelear contra tus malas inclinaciones para tener la paz de conciencia, para no caer en la esclavitud del vicio... y, en esa lucha interior serás soberano de tí mismo (o mejor, dejarás que sea Dios quien reine en tu alma y te llene de paz).

Esa paz interior tiene una analogía en la sociedad... la paz social es fruto de la justicia, de la virtud vivida por personas concretas y que impregna instituciones, ordenamiento jurídico y costumbres sociales. Y esa paz tambíen requiere un ejercicio continuo de lucha, en este caso contra la injusticia, y para adecuar el orden social a un ideal en el que nadie se encuentre desamparado.

Los antiguos griegos entendían que la justicia requería reparación. No se logra la paz con el olvido... la injusticia requiere que se rehaga el orden destruido, las víctimas y sus familias requieren que la sociedad rehaga, en la medida que pueda, el orden que se alteró con los atentados terroristas.

Aquí la pregunta que se plantea es más delicada. ¿Las víctimas lo fueron por un orden democrático, que era un modelo de convivencia, y que valía la pena defender? Si eso es así, se entiende que los terroristas deben ser vencidos por la razón: deben aceptar el sistema al que han herido con sus atentados.

Además los actos realizados fueron contra personas concretas... son crímenes tipificados en el ordenamiento jurídico español. Y el restablecimiento de la justicia lleva también al juicio y condena de los asesinos por los crímenes cometidos... sin embargo... hay un orden superior, que es el de la caridad... pero ese orden no es el orden jurídico sino personal de los que han sufrido en sus carnes la mella dolorosa del terror.

Si nos dejásemos llevar por el planteamiento laicista de nuestros gobernantes... no tendría casi sentido plantear ese resquicio que abriría las puertas a la paz... no hay caridad sin cristianismo. Y, de hecho, sólo se perdona con planteamientos sacados de la predicación de Jesucristo: "Dios hace llover sobre justos e injustos", "pon la otra mejilla", "perdona hasta setenta veces siete"... pero ese orden no se puede imponer, tiene que salir voluntariamente tanto de las víctimas individuales como, a la vez, de toda la sociedad española.

Ahora bien... es sensato echar borrón y cuenta nueva ante personas que no se arrepienten de sus crímenes. ¿Qué gobierno amnistía a unos asesinos que no están arrepentidos?

lunes, abril 03, 2006

La clonación terapéutica: Camino acelerado hacia "Un mundo feliz"

A veces una buena imágen vale más que cien palabras, en este caso, más que una charla explicativa de porqué no es bueno el camino de la Clonación terapéutica, recomiendo que se vea esta película: La Isla

Unos científicos, que suscribirían la frase del nuestro presidente del Gobierno sobre el papel de la ciencia, en pleno siglo XXI, han logrado organizar una próspera granja de clones, ¿de humanos?, válidos como donantes de órganos a su original rico que lo tiene allí como seguro de vida. También sacan un magnífico beneficios de los embarazos inducidos. En definitiva, esos seres, definidos como clones y descatalogados como humanos se convierten en un interesante e innovador material de investigación científica, no refrenada por la ética.

El punto de partida de esta aberración: la primera vez que, legalmente, se descataloga una vida humana, cuando se permite el aborto en los primeros estadíos del embarazo, cuando se cambia el nombre de aborto por "interrupción voluntaria del embarazo"... interrupción voluntaria de una persona sobre la vida de otra persona que no puede manifestar su opinión y pierde el derecho a vivir.

La ley no reconoce como persona a determinados seres humanos... y así, despojados de la protección jurídica, se convierten en material de investigación... no importará (en un futuro no muy lejano) la edad del ser humano... serán primero horas, días, semanas, meses... mientras sea uno de esos seres que por, ficción jurídica, no ha entrado por la puerta correcta a la vida.

La invocación a la ciencia para permitir estas actuaciones se basa en un acto de voluntad, no científico, que es la descatalogación de la vida, a partir de aquí, se podrán descatalogar todas las vidas que no merezcan ser vividas (seguramente por el criterio de gasto social, de comodidad de los familiares, de presión social, etcétera). Podría darse el caso que ciertas personas se puedan considerar descatalogadas, convertidas en objeto, por su obrar o manifestación de un modo de pensar "no evolucionado", no acorde con el pensamiento oficial de la nueva y avanzada sociedad.

Al menos sé que los prejuicios religiosos, esos que frenan el avance de la ciencia según la opinión de nuestro presidente de gobierno (todo en minúsculas, por supuesto), frenan el dominio de los hombres sobre los hombres al dotarlos de una igualdad esencial de altísimo valor: hijos de Dios, criaturas de Dios. Con ese presupuesto, ¿quién se digna manipular arriesgando la vida de un ser humano?... ¿no oirá acaso la voz de Dios a Caín preguntándole sobre su hermano Abel?... y ¿no escuchará Dios la respuesta... qué Abel, si YO he definido por ley que el tal Abel no es un hombre?

En la ciencia ¿o creencia? medioambientalista, se ve como un avance el principio de precaución.... no valdría la pena definir al menos, en las leyes... que ante la presunción de que un embrión fuese un ser humano, se le defiende como tal... no vaya a ser que estemos matando hombres.

Tengo para mí que conviene frenar a nuestro presidente, porque no sólo es aprendiz de brujo en la política de unidad nacional, sino también lo es en todos los ámbitos de la vida, promocionando ¿para inducir la variedad? todo lo raro, todo lo extraño... y con frases aparentemente inocuas como "No se puede poner freno a la ciencia".

Pues mira que va a ser que sí, que hay que poner freno, peron no a la ciencia... sino a los métodos, a las técnicas... porque no todo vale para llegar al fin y no todo fin es un bien absoluto que pueda sobordinarle el sacrificio de una vida humana.

Por encima de la curiosidad científica está la vida humana. Por encima de la técnica está la ética. Por encima de la ley está la justicia. Por encima de mi apetencia está la conveniencia. Y por encima de la conveniencia está lo bueno... porque por encima del hombre está su Creador... y menos mal que está ya que sin él enseguida descatalogamos vidas.