Nicaragua unida contra el "llamado aborto terapéutico"
La campaña de desinformación no surtió efecto.
Population Research Institute
Más de las tres cuartas partes de la población nicaragüense le da una rotunda negativa a la práctica del aborto y desean que se mantenga una sanción penal sobre este crimen. La encuesta fue realizada por la firma M&R Consultores y publicada el 24 de Abril en el diario La Prensa de la ciudad de Managua. El tamaño de la muestra fue de 1,600 personas a nivel nacional y abarcó varios aspectos de los primeros cien días de la gestión del Presidente Daniel Ortega.
A pesar de toda una intensa prédica feminista que recurrió al desgastado argumento de contraponer la vida de la madre a la del niño por nacer, la gran mayoría de los nicaragüenses mostró una sólida opción por la vida. Los resultados más saltantes de esa consulta popular fueron:
“Aunque lo llamen “terapéutico”, el aborto es un crimen”.
• Ante la pregunta especifica sobre si debía mantenerse penalizado el aborto terapéutico, el 69% de los encuestados respondió que sí .
• 70.2% respondió que no se debía autorizar aunque se tratase de un embarazo de alto riesgo y mas bien debía asegurarse la vida de madre e hijo.
• 68.7% opinó que tampoco debe autorizarse el aborto en caso de violación.
Este sentir popular coincide plenamente con lo expuesto por los representantes de la Asociación Médica Nicaragüense ante la Corte Suprema de Justicia en Marzo de este año. En esa oportunidad los Dres. Rafael Cabrera y Erwin Rodríguez, en representación del gremio médico, afirmaron ante los magistrados “que no existe una situación, en la practica médica actual, donde la vida humana, desde el momento de la concepción, deba ser intencionalmente destruida por medio del aborto con el propósito de salvar la vida de la madre. Un medico debe hacer todo lo posible para salvar la vida de ambos pacientes, madre e hijo. Jamás debe intentar la muerte de alguno de ellos”. Agregaron además que no hay por qué recurrir a la eliminación premeditada del niño debido al estado actual de la tecnología disponible aún en un país pobre como Nicaragua. Dejaron claro que optar por un aborto es producto de una mediocre labor profesional y una falta de respeto a la vida humana.
A continuación reproducimos el cuadro que fuera el centro de esa brillante exposición en la cual enumeraron todas las emergencias médicas que se utilizan como excusas para exigir que los abortos sean realizados para “salvar la vida de las mujeres”.
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El Cardenal Miguel Obando Bravo, Arzobispo Emérito de Managua, aclaró que el aborto directo bajo cualquier motivo -incluyendo el "terapéutico" - es "moralmente un crimen".
Refiriéndose a la ley que prohibió el aborto terapéutico en el país, el Purpurado recordó que ésta contempla "que cualquier tipo de aborto es penalizado, bajo ninguna circunstancia es permitido el aborto. La nueva ley refleja la enseñanza de la Iglesia de defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural".
"Con relación al peligro de la existencia de la madre o de gravísimas implicaciones permanentes, la doctrina moral católica recuerda que no se puede eliminar nunca directamente una vida, sea la del hijo o de la madre, incluso para salvar otra vida porque ningún fin bueno puede justificar el homicidio de una persona inocente. Por tanto, el aborto directo aunque sea “terapéutico” es moralmente un crimen", insistió.
El Cardenal Obando recordó que "en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso", precisó que las razones "aún siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente".
"La legalización del aborto no hace más que alimentar esa mentalidad abortista. En los países donde se ha legalizado el aborto, se ha constatado que la ley no ha eliminado los abortos clandestinos, finalidad que alegan siempre los impulsores de su legalización; mas bien la ley abortista ha aumentado los abortos ilegales", agregó.
Asimismo, señaló que quien considera "los descubrimientos de la ciencia moderna, quien cree en la dignidad humana y reconoce la importancia de la vida debe rechazar dar muerte a una vida humana todavía no nacida y combatir contra del aborto en nuestra sociedad. Una sociedad que no esta preparada para defender el inicio de la vida se destruye a si misma. Si no se defiende la vida desde su inicio, no se defenderá en su desarrollo. Cuál será pregunto el siguiente paso, ¿el infanticidio?, ¿la eutanasia?"
"Un pueblo que mata a sus hijos al amparo de leyes inicuas pone en tela de juicio su futuro y las mismas bases de su convivencia en justicia y libertad", añadió.
Para escuchar las declaraciones completas del Cardenal Obando, puede entrar al siguiente archivo descargandolo en el icono. |
Carlos Polo Samaniego es Director de la Oficina para América Latina del Population Research Institute
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