El martes participaremos en una lección que hará Historia.
Por Colin Mason
La apuesta es alta y la campaña electoral ha sido muy peleada. En Estados como Carolina del Norte y Florida, el voto anticipado ha convocado una cantidad record de electores. La población electoral está comprometida en esta elección en un grado poco común en la Historia de los EE.UU., y los electores pro vida debemos asumir nuestro rol. Es de extrema importancia que la gente vaya a votar en la cita del 4 de Noviembre y que a la hora de votar tengan presentes sus convicciones a favor de la Vida.
Existen diferencias abismales entre los dos candidatos en relación al tema de la Vida. John McCain tiene un record impecable de votación sobre proyectos de ley a favor de la Vida durante todos sus años de desempeño como Senador y ha escogido como compañera de plancha a una mujer no liberal y muy comprometida con lo social. Barack Obama por su lado tiene un record muy consistente en contra del niño por nacer. Su defensa radical del aborto se puede graficar en su insistencia de que en el “tema fundamental” de la libertad de elegir, él “no cederá ni Planned Parenthood cederá”.
Si sale elegido John McCain:
Vetaría la llamada Acta de Libertad de Elección (Freedom of Choice Act) que impediría todas y cada una de las restricciones al aborto, incluyendo las leyes de conocimiento de los padres de las adolescentes que quieren abortar, periodos de reflexión para que una mujer medite sobre su elección por el aborto, necesidad de expresar el consentimiento informado de la mujer y similares.
Serviría como un contrapeso al Congreso que tiene una mayoría pro aborto que domina la Cámara de Representantes y el Senado.
Propondría jueces a la Suprema Corte que se ajusten estrictamente a la Constitución y que estén menos proclives a desvirtuar el espíritu constitucional en función a fines ideológicos o políticos.
Promulgaría Decretos Supremos que protejan y defiendan la vida de seres humanos inocentes.
Convertiría proyectos de ley y de enmiendas constitucionales a favor de la vida en leyes vigentes, promoviendo que congresistas pro vida trabajan a favor de esas iniciativas legislativas.
Contaría con el apoyo de una vicepresidenta sólida en su opción a favor de la vida.
Por Colin Mason
La apuesta es alta y la campaña electoral ha sido muy peleada. En Estados como Carolina del Norte y Florida, el voto anticipado ha convocado una cantidad record de electores. La población electoral está comprometida en esta elección en un grado poco común en la Historia de los EE.UU., y los electores pro vida debemos asumir nuestro rol. Es de extrema importancia que la gente vaya a votar en la cita del 4 de Noviembre y que a la hora de votar tengan presentes sus convicciones a favor de la Vida.
Existen diferencias abismales entre los dos candidatos en relación al tema de la Vida. John McCain tiene un record impecable de votación sobre proyectos de ley a favor de la Vida durante todos sus años de desempeño como Senador y ha escogido como compañera de plancha a una mujer no liberal y muy comprometida con lo social. Barack Obama por su lado tiene un record muy consistente en contra del niño por nacer. Su defensa radical del aborto se puede graficar en su insistencia de que en el “tema fundamental” de la libertad de elegir, él “no cederá ni Planned Parenthood cederá”.
Si sale elegido John McCain:
Vetaría la llamada Acta de Libertad de Elección (Freedom of Choice Act) que impediría todas y cada una de las restricciones al aborto, incluyendo las leyes de conocimiento de los padres de las adolescentes que quieren abortar, periodos de reflexión para que una mujer medite sobre su elección por el aborto, necesidad de expresar el consentimiento informado de la mujer y similares.
Serviría como un contrapeso al Congreso que tiene una mayoría pro aborto que domina la Cámara de Representantes y el Senado.
Propondría jueces a la Suprema Corte que se ajusten estrictamente a la Constitución y que estén menos proclives a desvirtuar el espíritu constitucional en función a fines ideológicos o políticos.
Promulgaría Decretos Supremos que protejan y defiendan la vida de seres humanos inocentes.
Convertiría proyectos de ley y de enmiendas constitucionales a favor de la vida en leyes vigentes, promoviendo que congresistas pro vida trabajan a favor de esas iniciativas legislativas.
Contaría con el apoyo de una vicepresidenta sólida en su opción a favor de la vida.
Si Barack Obama sale elegido:
Firmaría la ley que apruebe el Acta de Libertad de Elección.
Presidiría un gobierno dominado por la causa pro aborto, poniendo tanto al ejecutivo como al legislativo en manos de un solo partido.
Propondría jueces para la Corte Suprema en base de su “empatía” en vez de una adhesión al espíritu original de sus fundadores.
Promulgaría Decretos Supremos que promuevan la causa del aborto y se incrementaría el número de abortos.
Vetaría cualquier proyecto de ley o de enmienda pro vida que se presente en su despacho.
Tendría al lado a un vicepresidente que comparte su determinación de promover el aborto a demanda sin ninguna restricción.
Para el movimiento de defensa de la vida esta es una elección que marcará un hito histórico. Si el candidato pro vida gana, defenderemos lo ganado en décadas pasadas y nos aseguraremos que el Poder Judicial esté formado por jueces que no legislen en función de un partido político. Si el candidato pro aborto gana, no sólo perderemos todos nuestros avances, sino que el aborto a demanda será ley oficial en el país.
Pasen la voz. Comprométase y actúe. Y el 4 de Noviembre vote como si millones de vidas dependieran de eso. Porque así será literalmente.
Vote a favor de la Vida.
Colin Mason es Director de Comunicaciones de Population Research Institute
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