viernes, noviembre 28, 2008

Políticas a favor de la vida listas a ser tiradas por la borda por (des) órdenes presidenciales.

Por Steven W. Mosher
Population Research Institute

Clinton eliminó las políticas pro vida como uno de sus primeros actos de gobierno y al poco tiempo perdió el control del Congreso. ¿Cometerá Obama el mismo error?


El equipo de transición de Obama está preparando afanosamente un grueso fajo de decretos presidenciales para que sean firmados el mismo día en que el presidente electo tome posesión del puesto. Repitiendo lo que sucedió cuando Bill Clinton tomó el poder hace 16 años, las políticas a favor de la vida de la administración de Bush, según parece, serán las primeras en salir.
Obama parece dispuesto a revocar los decretos presidenciales ya existentes que protegen a los contribuyentes de tener que financiar abortos dentro de Estados Unidos y en el exterior. Además, la prohibición de Bush en contra de la vivisección de pequeños (alias “investigación en células madres embrionarias”), es casi seguro que irá por el mismo camino.

En este paquete de cortes ideológicos, está incluida otra política a favor de la vida que niega fondos federales a UNFPA (Fondo de las Naciones Unidas para la Población) que sigue tenaz en su abierto y pleno apoyo a la inhumana política de un solo niño en China.

¡Y vaya que sí sabemos de este asunto! Fue Population Research Institute con su investigación de campo en China quien permitió que la Administración de Bush cortara el financiamiento a UNFPA durante los últimos siete años. Hemos continuado monitoreando esta situación en China y mantenemos nuestra afirmación de que UNFPA estaba, y sigue estando, involucrada en los abortos forzados en China.

El Informe original del PRI titulado “UNFPA, China y la Planificación Familiar Forzada” está basado en una investigación de campo, dirigida por investigadores del PRI en el condado de Sihue en China. Con entrevistas a más de dos docenas de víctimas y testigos, el estudio del 2001 encontró que en aquel condado se llevaban a cabo abortos forzados y prácticas de esterilización forzadas. Se trataba del mismo sitio donde UNFPA había establecido supuestamente un “programa orientado al cliente y la planificación familiar voluntaria.” De hecho, las investigaciones del PRI descubrieron que UNFPA compartía una oficina con los mismos funcionarios chinos de planificación familiar que estaban llevando a cabo los abortos coaccionados.
Movido por esta investigación, el entonces Secretario de Estado, Colin Powell, envió a su equipo de investigación a China, que de manera independiente verificó los hechos, que PRI había presentado. Como resultado, el mismo Powell instó al gobierno de los Estados Unidos a detener el financiamiento de UNFPA. Powell afirmó en una carta al Congreso en el 2002 “El apoyo y participación de UNFPA en las actividades de planificación familiar en China permite al gobierno chino llevar adelante su programa de abortos forzados con mayor eficacia.”

El presidente electo Obama y sus partidarios culpan a los pro-vida de la administración de Bush por esta decisión, pero fue Colin Powell, que no es amigo de los conservadores y que recientemente apoyó a Obama para ser presidente, quien hizo esta denuncia.

Sería una vergüenza si Obama abandona tanto a las mujeres de China como a uno de sus más renombrados promotores. Y todo por la fracasada ideología del control poblacional. Los norteamericanos no quieren que su dinero vaya a una organización (UNFPA) que trabaja en equipo con la policía encargada del control poblacional de China para llevar arrastrando a las mujeres a realizar abortos forzados y esterilizaciones forzadas. El presidente Bush tomó la decisión correcta aquella vez.

Compare las acciones acertadas de Bush con las de su predecesor en el puesto. Bill Clinton eligió el vigésimo aniversario de Roe v. Wade para firmar, en una ceremonia televisiva en la oficina oval, una serie de órdenes presidenciales anulando políticas pro-vida de la época de Reagan-Bush. Los documentos que Clinton firmó ese día, exactamente el cuarto de haber iniciado su mandato, anularon la política de la ciudad de Méjico (que impedía que el dinero de los impuestos se destine a los propósitos de los abortistas), permitieron que los centros de salud financiados por el Estado refirieran mujeres a clínicas abortistas, obligaron a las fuerzas armadas a dar servicios de aborto y permitió la vivisección de embriones humanos. Y fue precisamente en ese momento en que se develó la farsa de su siempre repetida afirmación de que quería el aborto “seguro, legal y poco frecuente”.

Bush examinó la evidencia antes de actuar mientras que Clinton simplemente se extralimitó.

¿Qué camino tomará Obama?

Haga lo que haga, esto revelará quien es Barack Obama realmente. ¿Es el razonable político moderado que aparecía en los debates televisivos y en aquellos comerciales de televisión cuidadosamente elaborados (y omnipresentes)? ¿O es el radical que se asocia con pastores racistas, terroristas no arrepentidos y que hace promesas de gran envergadura a Planned Parenthood?

Autorizando una serie de decretos presidenciales a favor del aborto, el presidente Obama será percibido como un gobernante de izquierda. La suerte será echada y los pro-vida se unirán en contra de él desde ese momento. Empezarán a mirar para el 2010 haciendo cuentas y balances sobre este hombre al cual verán claramente como un fanático pro-abortista.

La encuestadora de Clinton sostenía enérgicamente que las políticas de aborto no eran parte fundamental de la nueva administración, pero a pesar de ello, siguió adelante. El debacle en las elecciones de Cámara en 1994 para los demócratas se inició en ese momento.

Veamos si Barack comete el mismo error.

Steven W. Mosher es el Presidente de Population Research Institute y el autor de Population Control: Real Costs and Illusory Benefits.

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