viernes, noviembre 14, 2008

La religión y la paz

Personalmente me siento profundamente religioso. Y todos los días oigo eso de "daros la paz"... y la doy de corazón. En la Santa Misa, a la que asisto como fiel, continuamente se ruega por la paz, por los judíos, los que profesan otra religión, los que padecen hambre, los que sufren persecución... y esa es la realidad.

Desde la Iglesia católica se nos transmite continuamente un mensaje de paz y de perdón. Por eso, cuando los "constructores de la paz" consideran a la Iglesia como enemiga, pienso en el lobo que arremete contra el perro pastor porque constriñe la libertad de las ovejas para andar por parajes peligrosos. Él quiere comerse las ovejas, no el bien de las ovejas.

Por eso "cultura de la paz" está ligada a la visión integral del ser humano, que incluye -de modo voluntario- su dimensión religiosa. ¡Y también la defensa de toda vida humana!

Dice el Cardenal Jean-Louis Tauran en la Asamblea de la ONU:

LAS RELIGIONES SON MENSAJERAS DE PAZ Y RECONCILIACION

CIUDAD DEL VATICANO, 13 NOV 2008 (VIS).-El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, intervino ayer en la XLIII sesión de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, que estaba dedicada al tema: “Cultura de la paz”.

“La ONU -dijo al inicio de su discurso-, por su naturaleza y su misión, debería ser una escuela de paz. Aquí se debería aprender a pensar y a actuar siempre teniendo en cuenta las aspiraciones y los intereses legítimos de todos”. Los países miembros, continuó, “deben esforzarse por superar la simple lógica de las relaciones de fuerza y emplazarla por la fuerza del derecho y la sabiduría de los pueblos, convirtiéndose así en “artesanos de paz”.

El purpurado puso de relieve que “en esta tarea exigente, los creyentes y sus comunidades ocupan su lugar y tienen un papel que jugar. Las religiones, a pesar de las debilidades y contradicciones de sus miembros, son mensajeras de reconciliación y de paz”.

Tras subrayar que los creyentes deben ser “coherentes y creíbles”, el cardenal Tauran afirmó que “no pueden usar la religión para menospreciar la libertad de conciencia, para justificar la violencia, para extender el odio y el fanatismo o para minar la autonomía de lo político y de lo religioso”.

“Por otra parte -continuó-, los creyentes, al participar en el diálogo público en las sociedades en las que son miembros, se sienten llamados a cooperar a la promoción del bien común que descansa sobre un pedestal de valores comunes a todos, creyentes y no creyentes: la sacralidad de la vida, la dignidad de la persona humana, el respeto de la libertad de conciencia y de religión, la práctica de la libertad responsable, la acogida de las opiniones en su diversidad, el uso justo de la razón, el aprecio de la vida democrática, la atención a los recursos naturales, por citar unos algunos”.

“¡Nosotros, todos juntos -concluyó-, sin renunciar a nuestros rasgos culturales y religiosos, podemos trazar la vía de un mundo más seguro y más solidario! ¡No nos quedemos en la simple tolerancia y en los compromisos vagos! ¡Hagamos de la fraternidad una realidad más que un ideal!”.
.../CULTURA:PAZ/ONU:TAURAN VIS 081113 (360)

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