Ha caído en mi blog un defensor acérrimo de la ideología atea; un aspirante a "un mundo ateo". Su blog es negro y es razonable. No tiene luz. Sin embargo dice que no impone su mundo, lo que no creo en absoluto. Sin embargo algo podré decirle. Yo no creo en que Dios existe, sino que tengo evidencias de su existencia. Es más razonable pensar que Dios existe a pensar que el azar lo hizo todo o que el mundo sigue las leyes del eterno progreso. Y en eso están de acuerdo los agnósticos, que dudan, no se atreven a dar el paso de ese señor, son más humildes. No han podido demostrar la existencia de Dios y la dejan en suspenso.
El ateismo es algo relativamente reciente, la humanidad siempre se ha preguntado la causa última de las cosas y ha ido atribuyendo esa causa a seres que consideraba superiores. De hecho en la raíz de los ídolos hay una parte de verdad. Es cierto que el sol y la luna se escapan de la voluntad humana y de su poder, por ahora... porque quizá inventemos algo con lo que los destruyamos. Pero no son superiores a los hombres. El que nos supera es el que comenzó todo esto. ¿Cómo lo hizo? Ese es un misterio incluso para la ciencia que sólo puede encontrar respuestas del día después.
La metafísica, que es racional, da un paso adelante y, con el razonamiento, concluye en la existencia de un Principio. Pero a ese Principio, al Dios de la Ilustración racionalista, al Dios como causa, no le reza nadie.
Los que rezamos lo hacemos a ese Dios en cuanto se ha revelado a los hombres.
Es falso que la educación de las Escuelas en las que no se hable de Dios sea indiferente, porque la respuesta es clave para la interpretación del mundo.
Es una injusticia y una monstruosidad negar a los padres el derecho a educar a los hijos en unas creencias, y ahí engarza mi oponente con los marxistas y todos los laicistas de la tierra. Aunque se contradiga acaba de sobrevalorar la función del Estado.
Si mi oponente fuese capitalista, ni habría entrado en la cuestión de la educación, habría aspirado a un sistema liberal; y si fuese más liberal habría entendido que los países de mayor riqueza generada son los de raíces cristianas.
Sus numerosos prejuicios le ciegan los ojos. Porque nadie niega lo nefasta que es la Inquisición, ya superada. Pero ahora toca condenar los campos de concentración en la China Comunista, el régimen de Castro y los demás totalitarismos ateos que nos invaden. El crimen, sin Dios, es más fácil.
Y llamar egoísmo al consuelo es un absurdo. Estoy harto de que llamen a los que aspiran al cielo egoístas y, sin embargo, a los que aspiran a sacar una plaza en una oposición, aprobar una carrera universitaria, comprar un televisor, casarse con una moceta maja, se diga que tienen aspiraciones legítimas. Lo natural es aspirar a la felicidad, está impreso en la naturaleza.
Por eso mismo dudo incluso sobre si no se ha delatado mi oponente como un acérrimo laicista al comenzar su discurso, cuando quiere arrojar la religión de la vida pública. Si fuese demócrata respetaría a la mayoría, que es católica en España, y dejaría estar esas manifestaciones religiosas, esa educación religiosa para los que la quieran... y con el mismo dinero con el que se financian las otras opciones. O... ¿los católicos, los judíos, los musulmanes, no pagamos impuestos?
frid
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