El ius-positivismo genera indefensión
El ius-positivismo parece, en principio una teoría inofensiva, incluso atractiva. Entre todos, por consenso, nos ponemos de acuerdo en definir lo que está bien o mal. Construimos el mundo, o al menos las reglas de juego en ese mundo.
La autoestima queda ensalzada. Hago lo que quiero, bueno... exactamente no. Haces lo que te dicta la mayoría, y, lo normal, es que todos se tengan que dejar algo en la gatera. Ese sistema, cuando lo forman personas sensatas, parece maravilloso. A nadie ninguna mayoría sensata se le ocurre pensar hacer una ley para asaltar la farmacia, la panadería o un banco, para poder atropellar a los que midan menos de un metro cincuenta centímetros, ni pegar un tiro a todas las señoras que vistan de negro y tengan moño. Porque, esas personas sensatas no ponen en la mesa de juego todo. Se guardan la dignidad humana en el bolsillo.
Y ahí falla el ius-positivismo. De pronto resulta que alguien se juega más de la cuenta, se hacen apuestas y una gran mayoría rompe las leyes no escritas para reescribirlas todas. Ahora es posible que la mayoría, que está en apuros, saque una ley para asaltar el banco: todos necesitan dinero y hay que repartirlo. Pero, además resulta que ese señor se resiste, pues hacemos una ley entre todos que le quita los derechos civiles, o –si incordia demasiado- que le quita la propia vida. La mayoría decide, es ley y debe cumplirse.
Por eso es evidente que hay algo que no podemos poner encima de la mesa política. La garantía antigua era una Constitución basada en la dignidad humana, en los derechos inalieanables de la persona. Los padres de la democracia europea tienden a considerar la Constitución como “meras reglas de juego”, sin base en la naturaleza humana y, por tanto, susceptibles de ser cambiada aunque el margen del cambio sea una mayoría cualificada.
Sin embargo, en esa convención hay una trampa. Y esa trampa la están sufriendo actualmente los niños no nacidos, que ya no se les ampara la vida; pero también la sufren los enfermos incurables en ciertos estadios de su vida que en Holanda son eliminados sin ser consultados (al menos en el 30 % de los casos). La trampa ha surgido porque hemos reglamentado con “meras reglas de juego”, sin analizar antes que las “reglas” las pusieron los “jugadores” que están por encima del juego que definen.
Las reglas son para la convivencia, no para hacer vulnerable al individuo. Y, si hubiese una regla a ese respecto, debería ser inmutable y eterna: “al jugador no se lee toca”; o lo que es lo mismo: el hombre es inviolable en cualquier estadio de su vida. La vida es un valor sagrado, o dicho de otro modo: hay derechos humanos.
Lo dicta la evidencia.
frid
jueves, agosto 31, 2006
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3 comentarios:
Amigo Frid, ahora que dispongo de tiempo libre espero poder aportar algo a sus interesantes artículos. Este último que nos presenta no es precisamente poco complejo, pero muy interesante. A mi modo de ver la diferencia entre iuspositivismo e iusnaturalismo es más bien conceptual que práctica, y me explico. En principio el positivismo niega que exista relación entre derecho y moral mientras que el naturalismo legisla en función de los dictámenes de la moral, bien sea fruto de la confianza en la razón (naturalismo racionalista de la Ilustración) o bien sea dictado por Dios (naturalismo teológico) Gran diferencia, podemos pensar, pero para anda es así ya que debemos tener en cuenta que tanto la razón como las circunstancias religiosas son diferente en cada época y en ese sentido se puede decir que no hay unas normas morales predeterminadas. Sin ir más lejos en Roma la esclavitud no sólo estaba permitida sino que estaba incluso protegida legalmente. Creían que era justo y que los dioses la permitían y la aprobaban. Igualmente es mucho más sensato el iuspositivismo occidental que el iusnaturalismo musulmán porque imagine usted un derecho basado en las enseñanzas del Dios islámico; la muestra es evidente: la sharia. Se le culpa al positivismo europeo de haber degenerado en el derecho de autor del régimen nazi pero incluso en este caso hay que matizar ya que Hitler creía ser una especie de iluminado que actuaba de acuerdo a lo que el consideraba sus propios principios morales de supremacía racial y demás. El iuspositivismo es cierto que puede adolecer de moralidad, pero no más morales son los razonamientos teológicos islámicos o hitlerianos. El iusnaturalismo puede valer cuando lo preceptos morales en que se basa son racionales y justos pero si son radicales y fanáticos es mucho mejor el positivismo pues es mucho mejor la amoralidad que la moralidad fanatizada.
Un cordial saludo; y celebro poder disponer nuevamente de tiempo libre y así entablar con usted fructíferos debates.
Veamos; el iuspositivismo es sencillamente una simplificación. Y en eso estarás de acuerdo que yerra. Yerra en lo que afirma en exceso.
El iusnaturalismo no intenta simplificar diciendo que todo el derecho emana de modo necesario de la naturaleza humana. Busca conocer al hombre sobre el que ha de legislar.
Con respecto al iuspositivismo; cuando se convierte en valor absoluto; cuando hace que sea el hombre el que defina el bien o el mal al margen de una realidad objetiva... lleva "necesariamente" o la tiranía de la mayoría o a entregar, por la mayoría la "tiranía" al Dictador.
Corrijamos los excesos. Y puntualicemos.
Podemos estar de acuerdo que el hombre puede definir multitud de normas, necesarias o superfluas (yo pienso que debería haber una "ecología" normativa: sólo legislar con sentido y lo menos posible); pero hay una barrera.
El traspasar la barrera ha generado las dictaduras y está generando una sociedad de "dictadura de la mayoría", sin ningún tipo de freno.
Es un nuevo modo de conducir a la sociedad al desastre.
Hay que corregir eso.
Luego hablaremos de los límites del iusnaturalismo. Porque entiendo que todos deberíamos andar en una línea de enmedio. Para lo "radical" del hombre, defender al individuo y legislar para protegerlo frente a la masa. Para lo que es fruto de su "elección libre", legislar lo necesario para que nos podamos relacionar sin tensiones. Y para "lo superfluo" evitar legislar salvo que sea absolutamente necesario.
Así veo las cosas.
El peligro actual está en el iuspositivismo, que es el que nos llevará a la tiranía de la mayoría si no lo corregimos.
Hola a tod@s!
Felicidades por este blog y esta discusión. Me encantan estos temas.
Realmente sería una suerte si hubiera demostrado por fin cuál de estas dos teorías es cierta: el naturalismo o el positivismo. No sé si lo he conseguido pero por lo menos lo he intentado en este corto artículo que está en mi blog:
ladyjusticesscholar.blogspot.com
Está en inglés.
Un saludo!
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